25 de julio de 2024

Lo que debes saber de las “pérdidas y daños” de la crisis climática

VICTOR QUINTANILLA SANGÜEZA

Las recientes inundaciones en el estado de Rio Grande do Sul, al sur de Brasil, han causado el desplazamiento de más de 500 mil personas de sus hogares, convertidas en refugiadas climáticas, así como en pérdidas millonarias de cultivos y ganado.

Mientras, en Panamá, unas 300 familias costeras tuvieron que dejar Cartí Sugdupu, isla amenazada con desaparecer bajo las aguas por el aumento del nivel del mar, y ser llevadas a una urbanización construida por el gobierno frente al Caribe.

Este tipo de consecuencias negativas de eventos climáticos extremos, que ocurren pese a o por falta de acciones de mitigación y adaptación, reciben el término técnico de "pérdidas y daños" de la crisis climática.

La evidencia científica ha dado cuenta que estas pérdidas y daños ya están sucediendo, que irán en aumento y que se distribuyen de forma desigual, con efectos desproporcionados en los países en vías de desarrollo y en los grupos en situación de vulnerabilidad.

El asunto —clave en las negociaciones climáticas internacionales— está estrechamente ligado con el concepto de justicia climática al plantear la cuestión de quién debe pagar por las pérdidas y daños en los países más pobres, con poca responsabilidad histórica en la emergencia climática.

En este texto abordamos los aspectos básicos de este tema, cada día más relevante y frente al cual es urgente actuar.

¿QUÉ SE CONSIDERA PÉRDIDAS Y DAÑOS?

Empecemos por desmenuzar un poco más el término:


·     Las "pérdidas" se refieren a lo que se pierde de forma permanente a causa de la crisis climática, como vidas humanas y de otras especies, territorios, fuentes de agua, ecosistemas, medios de vida, lugares patrimoniales e idiomas.

·     ‍Los "daños" se refieren a lo que ha sido afectado por la crisis climática pero que puede ser restablecido o restaurado, como los impactos en la salud física y mental, los suelos, las carreteras, las escuelas, las viviendas, los centros de salud y las empresas.

Las pérdidas y daños suelen dividirse en dos categorías, que pueden superponerse:

 

·     Económicos. Pérdidas y daños a los que se puede asignar un valor monetario: la destrucción de bienes como casas o automóviles, la pérdida de medios de subsistencia como cosechas o ganado, la disminución de la productividad por horas de trabajo perdidas, los daños en infraestructura básica o la interrupción de cadenas de suministro. Esto puede pasar a escala internacional, nacional o local.

·     No económicos. Pérdidas y daños difíciles de medir en términos monetarios. Incluyen la pérdida de vidas humanas, los daños a la salud, los traumas del desplazamiento forzado y las afectaciones a la cultura, la lengua, el patrimonio, la identidad, etc. Esta categoría abarca también la pérdida o reducción de biodiversidad, la extinción de especies y la interrupción o pérdida de servicios de los ecosistemas, como la producción de oxígeno por un bosque.

Por otro lado, en las negociaciones climáticas internacionales, la expresión adquiere un significado diferente. La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se refiere a los esfuerzos para "evitar, minimizar y abordar las pérdidas y daños asociados a los impactos del cambio climático, especialmente en los países en desarrollo que son particularmente vulnerables".

Los términos "evitar" y "minimizar" aluden generalmente a la mitigación y la adaptación, respectivamente, mientras que la palabra "abordar" se refiere a las acciones para enfrentar los impactos de la crisis climática que no se han podido o no se pueden evitar.

¿CUÁNTO DINERO SE NECESITA PARA ENFRENTAR LAS PÉRDIDAS Y DAÑOS?

Las discusiones acerca de las pérdidas y daños, que abordan aspectos como la responsabilidad y las compensaciones, han sido polémicas en las negociaciones internacionales. Los países desarrollados —responsables históricamente de la mayor parte de los gases de efecto invernadero que han calentado el planeta— han sido esquivos ante posibles acuerdos que los declaren responsables y les hagan pagar por las pérdidas y daños que sus emisiones han y siguen causando.

¿De cuánto es la factura?

De acuerdo con un informe publicado por Loss and Damage Collaboration, 55 de las economías más vulnerables al clima sufrieron pérdidas de más de 500 mil millones de dólares entre 2000 y 2020, algo que podría aumentar en una cifra similar en la década siguiente. Según otros cálculos, el costo anual de las pérdidas y daños será de 400 mil millones de dólares para 2030.

En América Latina, según un estudio de 2019, se prevé que las pérdidas y daños por la crisis climática serán de 462 mil millones de dólares en 2050 y podrían subir a 891 mil millones en 2070.

¿QUÉ SE ESTÁ HACIENDO PARA AFRONTAR LAS PÉRDIDAS Y DAÑOS?

Aunque la cuestión de las pérdidas y daños lleva más de tres décadas apareciendo en las negociaciones climáticas internacionales, fue recién en 2013 cuando cobró fuerza. Ese año, en la décimo novena Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP19), los países establecieron el Mecanismo Internacional de Varsovia para Pérdidas y Daños, con el mandato de compartir conocimientos, fortalecer el diálogo entre las partes interesadas y movilizar conocimientos especializados para mejorar la acción y el apoyo en el tema.

En 2015, los países en desarrollo presionaron con éxito para incluir un artículo sobre pérdidas y daños en el Acuerdo de París (tratado internacional legalmente vinculante y vigente desde 2016), pero la cuestión del financiamiento quedó fuera.

Esto nos lleva al siguiente hito, ocurrido en 2022 durante la COP27 en Egipto, cuando se acordó establecer un fondo de pérdidas y daños para brindar ayuda financiera a los países en desarrollo.

Un año después, en la COP28 de Dubái, se acordó la entrada en funcionamiento del fondo, incluyendo reglas de operación y otros aspectos clave, entre ellos la invitación al Banco Mundial para ser gestor interino por los primeros cuatro años.

En junio de 2024, en el marco de las sesiones de negociación de Bonn, el Banco Mundial aceptó la invitación para administrar el fondo y comenzaron las discusiones para hacerlo operativo.

La sociedad civil pide que las pérdidas y daños se reconozcan como el tercer pilar de la acción climática (junto a la mitigación y adaptación), pero los países desarrollados se resisten, dando a entender que la creación del fondo sería suficiente e incluso sugiriendo que las pérdidas y daños no sean parte de la nueva meta global de financiamiento.

Aunque es de celebrar, la existencia del fondo es solo el primer paso para que sea lo que tan desesperadamente necesitan los países que están sufriendo los peores impactos de la crisis climática. Los desafíos incluyen:


·     Financiamiento. El monto comprometido por los países desarrollados hasta ahora es de 700 millones de dólares, ni el 0.2 % de lo que se necesita (400 mil millones de dólares).

·     Administración. Entre otras cosas, el Banco Mundial debe garantizar la independencia e integridad de la Junta y la Secretaría del fondo, que todos los países parte del Acuerdo de París tengan acceso directo a los recursos (aunque no sean miembros del Banco), así como la entrega suficiente y eficiente de recursos.

·     Participación. El fondo requiere una estructura descentralizada y tener la participación de la sociedad civil, comunidades indígenas, juventudes, mujeres y otros grupos en situación de vulnerabilidad desde sus inicios para asegurar que el dinero llegue a quien lo necesita.

·     Acceso. El fondo debe permitir acceso directo al financiamiento, no solo a las autoridades nacionales, sino también a organizaciones de la sociedad civil y a comunidades afectadas.

·     Inventarios. Los países en desarrollo requieren monitorear y reportar las pérdidas y daños en sus territorios, lo que implica recursos económicos y técnicos.

 


FUENTES

- United Nations Environment Programme, "About Loss and damage".

- Preety Bhandari, Nate Warszawski, Deirdre Cogan y Rhys Gerholdt, "What Is 'Loss and Damage' from Climate Change? 8 Key Questions, Answered", World Resources Institute.

- Naciones Unidas, "Pérdidas y daños: Un imperativo moral para actuar".

- The Loss & Damage Collaboration, "WHAT IS LOSS AND DAMAGE?".

- The London School of Economics and Political Science, "What is climate change ‘Loss and Damage’?".

- Navin Singh Khadka, "COP27: qué significa el concepto ‘pérdidas y daños’ por el clima extremo que enfrenta a los países ricos y pobres", BBC Mundo.

- Alejandra Cuéllar, "COP27: ¿Qué son las pérdidas y los daños, y qué significan para América Latina?", Climate Tracker.

- Adriana Abramovits, "El Fondo para Pérdidas y Daños ¿por qué no es lo que la sociedad civil esperaba?", Dejusticia.

Fuente: https://aida-americas.org/es/blog/lo-que-debes-saber-de-las-perdidas-y-danos-de-la-crisis-climatica?emci=c7c42134-9d35-ef11-86d2-6045bdd9e096&emdi=a270293b-b237-ef11-86d2-6045bdd9e096&ceid=30456383

 

15 de julio de 2024

The Institutionalisation of Bioculturalism through Community Protocols: The Case of Guna Yala

La institucionalización del Bioculturalismo a través Protocolos Comunitarios: El caso de Guna Yala

Jean Foyer CNRS, Centre de Recherche et de Documentation sur les Amériques, France, jean.foyer@cnrs.fr

Mónica Martínez Mauri, University of Barcelona, Spain, martinezmauri@ub.edu

Geoffroy Filoche, IRD/SENS, France, geoffroy.filoche@ird.fr

Geodisio Castillo, Instituto del Patrimonio Cultural del Pueblo Guna (IPCPG), Panamá, geodisio@gmail.com


Resumen

Los Protocolos Comunitarios Bioculturales (PCB) son mecanismos de gobernanza ambiental para la biodiversidad que tienen como objetivo establecer, a nivel de la comunidad local, un marco normativo para los temas centrales discutidos en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica (conservación de la biodiversidad, los conocimientos tradicionales, acceso a los conocimientos previos e informados, participación en los beneficios, conservación de la agrobiodiversidad, entre otros). Teniendo en cuenta la historia Guna sobre la idea de la diversidad biocultural, sino también las especificidades del sistema político guna, este artículo tiene como objetivo arrojar luz sobre la implementación de este tipo de protocolo en el territorio indígena de Guna Yala (Panamá).

De este modo, mostramos que, a pesar del papel activo desempeñado por los expertos Gunas a nivel internacional, nacional y regional, los gunas no han adoptado los PCB. Debido a la preexistencia de mecanismos de regulación de la investigación en Guna Yala, pero también a una cierta desconfianza en la gobernanza ambiental global, las autoridades gunas, por el momento, no han considerado que los PCB eran lo suficientemente relevantes. Más allá de este ejemplo particular de institucionalización inacabada, los PCB deben entenderse como un mecanismo localizado al servicio del avance de la idea más general de diversidad biocultural.

Palabras clave

Pueblo Guna, Panamá, Convenio sobre la Diversidad Biológica, Conocimientos indígenas, comunidad biocultural protocolos, gobernanza ambiental

 

Abstract

Biocultural Community Protocols (BCPs) are environmental governance mechanisms for biodiversity that aim to establish, at the local community level, a normative framework for the central themes discussed in the framework of the Convention on Biological Diversity (biodiversity conservation, traditional knowledge, prior and informed access, benefit sharing, agro-biodiversity conservation, etc.). Taking into account the Guna history about the idea of biocultural diversity, but also the specificities of the Guna political system, this article aims to shed light on the local implementation of this type of protocol in the indigenous territory of Guna Yala (Panama). We thus show that, despite the active role played by Gunas experts at the international, national, and regional levels, the Gunas have not adopted BCP's. Due to the pre-existence of research regulation mechanisms in GunaYala, but also to a certain mistrust of global environmental governance, the Guna authorities have for the time being not considered the BCP’s as being relevant enough. Beyond this particular example of unfinished institutionalization, BCPs must be understood as a localized mechanism serving the advancement of the more general idea of biocultural diversity.

Keywords

Guna People, Panama, Convention on Biological Diversity, Indigenous knowlledge, community biocultural protocols, evironmental governance

 

La institucionalización del Bioculturalismo a través Protocolos Comunitarios: El caso de Guna Yala

A finales de 2018, cuando se inició este proyecto de investigación, se realizó una búsqueda en línea con la frase "Protocolo Biocultural Comunitario Panamá" (PBC) resultados más relevantes: documentos de PowerPoint producidos por las asociaciones Gunadule[1] y un documento que se refiere a una comunidad Ngäbe llamada El Piro[2]. Los documentos de Gunadule parecían sugerir que este asunto se había discutido en Guna Yala durante al menos diez años, pero la reflexión es que todavía no ha conducido a la adopción de dicho protocolo. Pensamos que era importante investigar este caso in situ para comprender los términos de esta deliberación.

Los Protocolos Comunitarios Bioculturales (PCB) son mecanismos de gobernanza ambiental biodiversidad que, desde el Protocolo de Nagoya[3] (Aubertin et al., 2021; Terán, 2016) han buscado establecer a nivel local, a nivel de los territorios indígenas, un marco regulatorio para las principales preocupaciones; que se discuten en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB). Estas cuestiones son variadas, aunque básicamente se refieren a las siguientes cuestiones: la conservación de la biodiversidad y la los conocimientos tradicionales que puedan estar asociados a ella; cuestiones de acceso previo e informado; las dimensiones físicas y simbólicas de esta diversidad; la cuestión de la distribución de los beneficios que podrían derivarse del uso y manejo de la biodiversidad; y a otras cuestiones relativas a la conservación de la agrobiodiversidad.

En la práctica, los PCB pueden ser tanto un mecanismo para controlar las actividades de bioprospección como una herramienta para sensibilizar sobre la conservación de la biodiversidad y/o de los conocimientos tradicionales y ancestrales. En adición del alcance de las preguntas que pueden abordar, los PCB se han aplicado recientemente en contextos y con objetivos que también pueden variar. El proyecto Biocultural, financiado por la ANR (Agence Nationale) de la Recherche) de Francia, en la que hemos participado, está específicamente interesada en la implementación de estos nuevos tipos de marcos normativos a nivel local (Girard et al., 2022), en particular en Madagascar (Girard y Rakotondrabe, 2022) y, en términos del presente estudio, en Panamá. Esta última investigación se ocupa principalmente de la aparición de regulaciones sobre derechos humanos y también los tipos de tensiones que surgen entre las diferentes partes involucradas (y/o comunidades locales, ONG, el Estado e instituciones internacionales).

Las siguientes preguntas guían este estudio. ¿Por qué el pueblo Gunadule aún no ha querido adoptar este mecanismo? ¿A través de qué proceso se concibe un mecanismo de gobernanza ambiental a nivel internacional para alcanzar al nivel local de los territorios Gunadule? En términos más generales, ¿qué elementos aporta este proceso a nuestra comprensión de la institucionalización del Bioculturalismo?

El caso del protocolo biocultural en el contexto Gunadule es relevante por varias razones. En primer lugar, pertenece a una tradición y discusión relativamente largas, tanto en lo que se refiere a las relaciones con la ciencia comunidad y los que existen entre los pueblos indígenas y la conservación de la naturaleza. En estos dos aspectos, los Gunadule son pioneros, y por lo tanto es lógico que también lo sean cuando se trata de pensar en el tema de los protocolos bioculturales.

Por lo tanto, el presente estudio es una oportunidad para situar el mecanismo específico de los PCB en la larga historia Gunadule con respecto a las relaciones con los círculos científicos y la cuestión de la combinación entre la diversidad biológica y la diversidad cultural, y también contemplar el proceso específico de institucionalización de Guna Yala, que es caracterizada por la importancia de la escala regional y la centralidad de la institución del congreso. Antes de abordar estos puntos, describiremos el contexto y el método utilizado en nuestra estudiar. 

Citar:

Foyer et al., (2024). The institutionalisation of bioculturalism through community protocols: The case of Guna Yala. The International Indigenous Policy Journal, 15(1). https://doig.org/10.0.72.152/iipj.2024.15.1.15872

Leer más en: https://ojs.lib.uwo.ca/index.php/iipj/article/view/15872/14204


[1] Generalmente conocidos como pueblo Kuna, ahora se les conoce como pueblo Guna desde que la letra "K" fue reemplazada por la letra "G", para estar más en línea con la pronunciación local, por decisión de la sección lingüística del Congreso General Guna en 2011. En el artículo, usamos el nombre indígena propio de Gunadule o Gunadulegan (forma plural). El idioma hablado por los Gunadulegan es el Dulegaya. 

[2] Entre el inicio y el final de nuestra encuesta, se preparó otro PCB en la comunidad embera de Ipeti en 2020. Se puede acceder a los PCB de El Piro e Ipeti en el sitio web del PCB (Convenio sobre la Biodiversidad Biológica). En la actualidad, son los dos únicos PCB formalizados en los territorios autóctonos de Panamá.

[3] Este protocolo fue adoptado en 2010, suscrito por Panamá en 2012 (Ley 57 de 4 de octubre), y entró en efecto a nivel internacional en octubre de 2014.

14 de julio de 2024

A medida que la Tierra se calienta, ¿pueden nuestras ciudades enfriarse?

25 de junio de 2024 Por Eric Mackres, Gorka Zubicaray y Bina Shetty

Imagen de portada por: Adam McCullough/Shutterstock

No es solo su percepción de que el calor extremo está ocurriendo cada vez más. Como resultado del cambio climático, el número de eventos de calor extremo se ha acelerado en todo el mundo. Los últimos ocho años fueron los más calurosos registrados. Millones de personas están experimentando temperaturas que amenazan su vida, desde La Meca hasta la India y América Latina. Y se espera que empeore.

De hecho, el calor es el desastre más mortífero la mayoría de los años, matando a un promedio de 490.000 personas en todo el mundo y causando graves problemas de salud a muchas más. Se espera que las muertes por calor aumenten en un 50% para 2050, según la Organización Mundial de la Salud. Pero el impacto del calor en la salud no se distribuye equitativamente, ni en todo el mundo ni dentro de nuestras comunidades. Las poblaciones ya vulnerables son las que corren mayor riesgo.

A escala mundial, se espera que la salud de las personas de los países en desarrollo, en particular de Asia meridional, África y Asia oriental, que son las que menos han contribuido a causar el cambio climático y no tienen los recursos para adaptarse, se vean más afectadas por el calor extremo inducido por el cambio climático.

A escala de ciudad, los vecindarios con poblaciones más pobres y marginadas, o con peor infraestructura y servicios, como menos espacios verdes e historias de inversión en vivienda restringida, son considerablemente más calientes. Esta diferencia dentro de las ciudades existe en parte porque es menos probable que estos vecindarios tengan cobertura arbórea y vegetación, un importante mitigante del calor.

 

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