Geodisio Castillo
“Los principios y
objetivos educativos en la
Comarca Kuna Yala serán encaminados hacia la formación
integral de los kunas, desde el sistema de enseñanza intercultural y
plurilingüe, en defensa del ambiente, del proceso productivo, social,
económico, político y religioso kunas”
Anmar Igar, Estatuto de la Comarca Kuna Yala,
artículo 297. 2001
He seguido de cerca el proyecto del Congreso General Kuna (CGK) sobre la Educación Bilingüe
Intercultural (EBI). El cual considero como parte o una de las bases
fundamentales del desarrollo sostenible que busca la Comarca para el futuro de
sus hijos y nietos. Esto significa para mí personalmente y debe serlo para
todos los kuna y los panameños en general valorar la gran riqueza con que
cuenta nuestra cultura múltiple panameña. Lógicamente el resultado del proyecto
es un PLAN. Por lo tanto, debe ser discutido por todos los interesados y no
caer en nuestro sectarismo cultural.
Como se necesita más comentarios al respecto, debe informarse los
avances o las discusiones o resultados preliminares del proyecto vía correo
electrónico. Para los que no le llegan, puedan aportar o iniciar el diálogo. El
asunto no debe considerarse únicamente de expertos. Porque el idioma es nuestra
vida que día a día se acaba. Como igual debe de ser presentado los avances de
los estudios para formular el plan integrado de desarrollo comarcal.
Así podremos decir que hemos dejado o legado algo para nuestras futuras
generaciones. ¡HEMOS PARTICIPADO TODOS!
Uno escucha tanto la utilización de la
palabra participación en el campo del desarrollo social. Todos remarcan la
importancia de ser “participativos”, más aún cuando nos relacionamos con otras
culturas. En este sentido, es posible afirmar que casi nadie se atrevería a
desarrollar proyectos con poblaciones indígenas sin afirmar que su enfoque de
trabajo es participativo. Pero ¿qué significa la participación en un contexto
de interculturalidad en el proyecto EBI?
“La participación es un componente permanente durante
todo el proceso de gestión de un proyecto (desde el diseño, la planificación,
la ejecución, el seguimiento y hasta su evaluación). Se caracteriza por una
interacción o comunicación mutua de los indígenas con el personal del proyecto”.
Cuando presentamos el proyecto EBI para Kuna Yala, que debe ser motivo
de ejemplo para otros pueblos indígenas del país, y en este marco mencionamos
que el eje del proyecto es la interculturalidad, pero desde la partida el eje
del proyecto no ha sido un trabajo intercultural. De ahí, a veces en el público
surgen dos preguntas:
- ¿Hay una
diferencia en trabajar el tema de la educación en comunidades rurales y en
comunidades indígenas? ¿No es lo mismo?
- ¿Qué
significa Interculturalidad? ¿Qué tiene que ver con el proyecto?
Estas preguntas pienso que han sido contestadas. De no ser así deben
ser respondidos. Todo lo que diga en adelante, pueda que se ha dicho. Pero vale
la pena recalcar, para buscar el diálogo u opiniones de todos,…
Sabemos que el tema de interculturalidad surge desde el contexto
histórico como la educación misma debe verse desde el mismo contexto.
Sin duda, la relación entre diversas culturas es propia del ser humano
y no se inicia con la llegada de los españoles a AbiaYala.
La situación de la educación de nuestro pueblo (en general los pueblos
indígenas) está determinada por un proceso histórico cuyo resultado ha sido la
dependencia, la pérdida de identidad y la marginación. Nuestra educación está
en buena parte determinada por las condiciones del hábitat y los nuevos
desafíos impuestos por el empobrecimiento y el proceso de modernización, y los
procesos de salud-enfermedad y los propios sistemas de educación para los
pueblos indígenas, son sistemas culturales.
Seria sencillo pensar que nuestro pueblo kuna o
los pueblos indígenas estamos afectados tan fuertemente por la pobreza y que
esto se puede resolver con un buen programa de “lucha contra la pobreza”. Pero
no es así, porque hay factores particulares, culturalmente relevantes para esta
situación de la educación y que merecen especial atención y en forma integral.
Entonces surgen otras preguntas que necesitan responderse:
- ¿Cómo
insertar la educación kuna dentro de la educación nacional o viceversa?.
- ¿El sistema
nacional educativo realmente está pensando para el kuna o viceversa?
Entonces el proyecto
EBI debe considerar especial atención en:
·
Cambio forzado del estilo de vida
·
Organización social que pierde fuerza
·
Conceptos propios sobre educación
La educación, para nosotros (los indígenas) no es simplemente la
ausencia de conocimientos modernos sino es el resultado de relaciones armónicas
del individuo consigo mismo, con la comunidad y con la naturaleza, que apuntan
al bienestar y la plenitud y tranquilidad espiritual y cultural. La cual
contradice a la educación occidental. Pero reconociendo que no podemos echarnos
para atrás ante nuevas realidades. ¿Entonces qué nos queda hacer? Asumir
responsablemente nuestro futuro ante sistemas que juntos podemos socializarlos
interculturalmente. Una “patria nueva” tendremos que construir.
La “cuestión indígena se ha incorporado en la agenda
política de casi todos los gobiernos latinoamericanos, en especial allí donde
la presencia de la población indígena es importante. La demanda fundamental
combina peticiones de orden económico y material con la exigencia al respeto a
la diversidad cultural. Los beneficios derivados de estas exigencias no son
privativos a las comunidades indígenas, sino que se proponen cambios mayores a
nivel de toda la sociedad y el Estado.
Ver: Bengoa, José “La emergencia indígena en América Latina” FCE. México,
2000.
Por eso, que debemos enterar ideas falsas que “sólo
podemos”. De ahí que la educación además de bilingüe es intercultural, deberá
ser planificado por todos, porque de esta manera podremos juntos resolver el
conflicto histórico intercultural.
Por qué debemos de actuar así, puesto que nuestra cultura debe
ser dinámica, es decir adaptarse a cambios sin perder la esencia histórica y
cultural como pueblo.
La interculturalidad es como una apuesta por el derecho a la
convivencia democrática, al mutuo reconocimiento, en donde el criterio de
“verdad” se hace más evanescente. Es una manera de radicalizar la democracia.
En Abia Yala, toda organización, desde la sociedad civil se apuesta por
aprovecharse de nuestra diversidad cultural como una fortaleza aprovechable,
más que como un obstáculo en el camino de la construcción de nuestra identidad.
Bueno, espero haber aportado algo nuevo; esperamos más comentarios,
pues disculpen el mío. Porque la verdad siento que algo tan conflictivo como la
educación no lo puede resolver un proyecto, una persona, un colectivo de
expertos. Pero son medios significativos que deben ser bien agradecidos, aplaudidos
para que sigan apoyando y participando; igual que estos medios, nosotros los
kunas interesados, como la juventud, los productores, los comuneros, la
dirigencia, los políticos, todos debemos y podemos aportar.
He dejado algunos interrogantes, que pueden ser respondidos por otros,
o que el proyecto EBI ya lo respondió, quisiera conocerlos.
Saludos a todos,
Septiembre 2004
Nota: Como el trabajo data del 2004, usa la "k". En la actualidad hay un gran avance de EBI