RESISTIENDO
SU MERCANTILIZACIÓN Y DESTRUCCIÓN
Geodisio Castillo
Pescando, gracias al manglar de Yandub-Nargana. Foto: Gubiler |
Los pueblos y comunidades del
manglar, como los gunas y otros pueblos hermanos que también viven en las
costas tienen un estrecho vínculo con los manglares, con la pesca y con los
mares. Manglares y mares son elementos costeros marinos que están totalmente
entrelazados a la vida de los pueblos de las costas e islas. Para hacer conciencia
el 26 de julio el lema para la celebración del Día Internacional para la
Defensa del Ecosistema Manglar es: “Por el manglar y el mar, pueblos en la lucha”,
Resistiendo su mercantilización y
destrucción.
Un poco de historia. La celebración
de este día tiene sus orígenes en 1998, cuando comunidades de usuarios
ancestrales de los manglares de Ecuador, unieron esfuerzos junto a
organizaciones ambientalistas y sus representantes de Guatemala, Honduras,
Colombia y Estados Unidos, la prensa nacional e internacional así como la
tripulación del barco “Guerrero del Arcoíris” de GreenPeace. La acción buscaba
restablecer la dinámica del manglar en una camaronera ilegal
Pero como siempre se tuvo que pasar
años, para tomar conciencia sobre el asunto. Así el Día Internacional para la
Defensa del Ecosistema de Manglar, queda formalmente institucionalizado en el
año 2004 en la II Asamblea de la Redmanglar Internacional, organización que
aglutina a comunidades, organizaciones, académicos, científicos y activistas,
por la defensa y protección del ecosistema manglar.
Uno de los ecosistemas de alta productividad
y producción de materia orgánica es el manglar. En el manglar confluyen una
gran diversidad de vida ya que sus raíces sumergidas proveen habitáculo y
refugio para una rica fauna de peces, mamíferos e invertebrados.
Desde que el ser humano conoce a los
manglares se ha aprovechado de su riqueza natural, tanto ecológico, económico y
cultural. Es un hábitat donde se crían muchos peces y mariscos. Muchas especies
de mangles se desarrollan en ecosistemas cercanos como praderas de yerbas
marinas o arrecifes de corales y sus larvas y juveniles se desarrollan bajo sus
raíces. De allí la importancia para el hombre protegerlos o conservarlos ya que
aseguran la sustentabilidad de la pesca. Como lo es la langosta espinosa o dulub (Panulirus argus), para los gunas.
Hogar de anidaje a un número
considerable de especies de aves residentes y migratorias, vulnerables o en
peligro de extinción. Protegen las costas contra los vendavales, la erosión y
las marejadas ocasionadas por los huracanes. Atrapan sedimento y hojarasca
entre sus raíces y ayudan a rellenar y conquistar terreno. Son importantes para
la educación en conservación e investigación científica. Para la recreación y
actividades turísticas naturalistas.
¿Pero en Panamá qué está pasando con
los manglares? Panamá es uno de los países que a nivel de América Latina posee
una de las mayores extensiones cubiertas por manglar. Además el país cuenta con
muchas leyes ambientales, una serie de legislaciones y acuerdos internacionales
como la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional
especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, conocida como Convenio de Ramsar.
Sin embargo, todas estas normas ambientales para nada están sirviendo, siendo
hoy los manglares de Panamá condenados a desaparecer por los factores externos
económicos producidos por el hombre.
Según CATHALAC (2007), La creciente
deforestación que vienen sufriendo los manglares de Panamá es motivo de importancia
pues peligra la existencia de los ecosistemas marinos costeros, afectando
directamente a las pesquerías y la actividad socioeconómica de la región. Demostrando
que el rendimiento pesquero está vinculado al área de cobertura de los
manglares, describiéndose una caída en los volúmenes de las pesquerías a medida
que se pierde la cobertura de los manglares.
Los manglares del corregimiento de
Juan Díaz cerca y dentro de los límites del humedal bahía de Panamá son
ecosistemas vulnerables, debido a la construcción de rellenos y grandes obras.
CENDAH se suma a los colegas al solicitar a la actual administración no otorgar
más permisos de construcción en la zona, hasta que un plan de manejo y uso de
suelo se ponga en marcha, y elevar a ley el humedal, garantizando la protección
de la reserva, que es un sitio Ramsar de importancia internacional desde 2003 y
un área protegida (ANAM 2009)[1].
Basurero en el manglar sector Gardi, Gunayala. Foto: Gubiler |
Otras amenazas que enfrentan los
manglares son la tala para leña, taninos, madera para construcción de
viviendas, galeras para avicultura, carbón vegetal y postes de cerca, la
ampliación de la frontera agrícola-ganadera, desarrollos turísticos-urbanos e
industriales, uso indiscriminado de agroquímicos, la ampliación de espacios
para la construcción de granjas camaroneras y un inadecuado aprovechamiento
forestal, todas estas causas han influido en la desvalorización del manglar.
Esta riqueza forestal que poseemos
en nuestras costas e islas coralinas es poco valorada. Ni siquiera le damos la
importancia que se merecen, siendo uno de los ecosistemas de importancia frente
al cambio climático global. Todas estas acciones humanas acrecientan los
riesgos sobre los ecosistemas y han sido más catastróficos que el propio cambio
climático global.
Frente a esta situación se presentan
evidencias del valor del ecosistema. Yáñez-Arancibia et al (1998), indican que estos ecosistemas presentan evidencias de
estructura funcional, planteando “respuestas
de acomodación frente a la variabilidad ambiental que induce el cambio global,
desarrollando un papel estructural y funcional clave en la estabilidad costera,
la persistencia de hábitats y biodiversidad, el metabolismo del ecosistema,
reduce riesgos e incertidumbre para el desarrollo sustentable del uso de sus
recursos”.
Tomemos conciencia para dejar un
legado para el futuro, y el futuro de los manglares depende de la
concienciación de nosotros sobre su importancia y de su valor como recurso
natural de usos múltiples y que es necesario protegerlos, conservarlos y educar
en conservación para valorar los recursos naturales.
Referencia:
CATHALAC, 2007. Diagnóstico del estado actual de los manglares, su manejo y su
relación con la pesquería en Panamá (Primera etapa). Informe Técnico Final.
ARAP, CATHALAC, NATURA. PANAMA. 94 p.
Yáñez-Arancibia, A., Twilley, R. R., Lara-Domínguez, A. L. 1998. Los ecosistemas
de manglar frente al cambio climático global. Madera y Bosques 4(2), 1998: 3-19