"El
año 2017 terminó como uno de los más fatídicos para los defensores de la
tierra. También fue un año muy malo para muchos acaparadores de tierras. Un
número significativo de adquisiciones, de grandes extensiones de tierras
agrícolas, colapsó, agregándose a una lista creciente de proyectos que han
fracasado en años recientes. Si bien esto es una buena noticia para las
comunidades afectadas, a muchas de ellas se les deja enfrentadas a esta caída y
teniendo que seguir luchando por recuperar sus tierras."
“Ahora
que, visto desde afuera, el proyecto parece que ‘fracasó’, ninguna o muy pocas
ONGs siguen acompañando a las comunidades. Existe una necesidad de mantener la
presión y la exigencia para que la tierra sea devuelta a las personas —y no que
siga en manos de la compañía para que recupere su inversión.” Premrudee “Eang” Daoroung del Proyecto
Sevana, Tailandia, reflexionando acerca de la plantación azucarera de Mitr
Pohl, en Camboya.[1]
Por
GRAIN
El
año 2017 terminó como uno de los más fatídicos para los defensores de la
tierra.[2]
También fue un año muy malo para muchos acaparadores de tierras. Un número
significativo de adquisiciones, de grandes extensiones de tierras agrícolas, colapsó,
agregándose a una lista creciente de proyectos que han fracasado en años
recientes. Si bien esto es una buena noticia para las comunidades afectadas, a
muchas de ellas se les deja enfrentadas a esta caída y teniendo que seguir
luchando por recuperar sus tierras. Podríamos pensar que, por el hecho de haber
detenido los proyectos, hemos tenido victorias. Pero tenemos el trabajo urgente
de resolver qué hacer cuando estos proyectos fracasan.[3]
Para
tener en cuenta:
· GRAIN ha documentado al menos 135 adquisiciones de
tierras destinadas al desarrollo de cultivos alimentarios que fracasaron entre
el año 2007 y el 2017. Estos representan 17 millones 500 mil hectáreas, ¡casi
el tamaño de Uruguay!
· Estos no son acaparamientos de tierras fallidos, ya
que la tierra casi nunca es devuelta a las comunidades: lo que fracasó son los
proyectos de agronegocios.
· Si bien de seguro se necesitan estándares más altos
para las diligencias previas de auditoría y formas más fuertes de fincar
responsabilidades, el desafío real es recuperar las tierras para las
comunidades. ¡Nadie debe descansar hasta no lograrlo!
· El inmenso tamaño y la cantidad de estas
adquisiciones agrarias indican que éstas nunca debieron haber ocurrido. Es
necesario invertir en políticas e iniciativas para apoyar la producción de
alimentos por parte de las comunidades locales, no abrirle la puerta a los
agronegocios.
Qué
observamos
La
última vez que GRAIN actualizó su base de datos sobre adquisiciones de tierras
en el sector de los alimentos y la agricultura, identificamos 125 adquisiciones
que cubrían 13 millones de hectáreas, que habían sido canceladas o abandonadas,
o parecían haber desaparecido o colapsado. Las registramos en una tabla
separada, fuera de nuestro campo visual. Eso fue en 2016.
En
2017 quedamos impactados por el número e importancia de las adquisiciones de
tierras que se anunció que habían fracasado. Muchos eran proyectos
emblemáticos, que tiempo atrás generaron encabezados de prensa a nivel mundial
y habían capturado la atención del público. Karuturi, el inversionista indio en
el agronegocio, proclamó que abandonaba Etiopía. El gobierno francés anunció
que se retiraba de la Nueva Alianza para la seguridad alimentaria y la
nutrición (NASAN) del G8. El presidente del Senegal despidió en forma imprevista
a Anas Sefrioui, el tercer millonario más rico de Marruecos, que había obtenido
una concesión de 10 mil hectáreas para cultivar arroz en Dodel. Nos
preguntábamos si debíamos celebrar, pero decidimos hacer un balance de lo que
estaba pasando y de lo que esto significaba. En ese proceso consultamos a
nuestros aliados y socios por sus puntos de vista.[4]
Examinando
los datos concretos disponibles, podemos hacer varios comentarios:[5]
· Para la década que va del año 2007 al 2017, tenemos
información fiable de 135 adquisiciones de tierras destinadas a la producción
de cultivos alimentarios que fracasaron, por una u otra razón (ver figura 1).
Representan la inmensa cantidad de 17 millones 500 mil hectáreas, casi toda la
tierra de Uruguay.
· Los acaparamientos de tierra que fracasaron debido
a razones de producción agrícola, tuvieron un alza en el año 2010, pero
nuevamente están aumentando a partir del año 2015.
· No encontramos tendencias asociadas a la geografía
ni en relación con los inversionistas.
· Es claro que las causas de los fracasos cambiaron a
través del tiempo, desde adquisiciones que realmente nunca se materializaron
(no hubo producción de cultivos) hasta proyectos que fracasaron (ver figura
2).
Figura
1. Una década de fracasos en las adquisiciones de tierras: El número de
proyectos fallidos tuvo un alza en el año 2010, pero está volviendo a subir.
|
Figura 2. Planes que no cumplen dan
lugar a proyectos que fracasan.
|
Lo
que agrupamos bajo el término adquisiciones “fallidas” se refiere a diferentes
realidades. En algunos casos, los inversionistas perdieron su tierra porque el
gobierno canceló o redujo severamente el tamaño de un permiso o una concesión,
como le pasó a Herakles en Camerún. En otros, los inversionistas se retiraron
porque estaban perdiendo dinero o enfrentando otras consecuencias negativas,
como ocurrió con el proyecto Senhuile del grupo italiano Tampieri Group en
Senegal. Otros casos pueden ser clasificados como fracasos porque hay mucha
oposición a ellos por parte de las organizaciones de base, por lo que son
bloqueados o se estancan. Otros casos caen en esta categoría porque no han
alcanzado las expectativas. Incluso en otros casos, el inversionista cayó en la
quiebra.
Un
aspecto que es muy importante de destacar es que estos no son acaparamientos
fallidos donde la tierra volvió a las manos de las comunidades que estuvieron
antes en ellas. Por el contrario. Los proyectos son transferidos a otros
inversionistas o al Estado. En ese sentido, ¡el acaparamiento de tierra no
falló! Son los inversionistas y sus proyectos lo que falla. Por eso no hablamos
de acaparamientos de tierra que fracasaron, sino adquisiciones fallidas. Nunca
será suficiente enfatizar esto.
¿Por
qué fracasan tantas adquisiciones de tierra?
El
caso del proyecto PDIDAS del Banco Mundial en Senegal permite comprender los
recientes fracasos de los proyectos y adquisiciones de tierra. La sigla PDIDAS
significa “Proyecto de Desarrollo de Agronegocios Incluyente y Sustentable” por
sus siglas en francés. Se inició en 2014, por un periodo de cinco años, con un
préstamo del Banco Mundial de 80 millones de dólares. La idea era promover en
Senegal las grandes operaciones agrícolas orientadas a la exportación, sin
eliminar a los pequeños agricultores y ganaderos que son la columna vertebral
de la economía del país. Los inversionistas extranjeros, así como los
nacionales, tendrían acceso a la tierra la cual sería dividida 50/50 entre sus
compañías y agricultores familiares de los alrededores. De esta manera, la
infraestructura desarrollada para el proyecto (caminos, riego, electricidad,
cercos, etcétera) estaría disponible y sería usada por todos.
En
lo fundamental, el proyecto apuntaba a crear vías paralelas de “desarrollo”
agrícola, grandes empresas junto a una agricultura familiar, en una motivación
fuertemente ideológica, para demostrar que no podemos tener una sin la otra.
Los inversionistas tendrían la libertad para producir sus propios cultivos para
exportación o contratar la producción de los pequeños agricultores. En el
proceso, ciertos elementos de las leyes agrarias de Senegal fueron pasadas por
alto, sin hacerles cambio alguno, con tal de permitirle a inversionistas y a
comunidades la realización de contratos de arriendo de tierras, tal vez al
punto de servir de nuevo “modelo” para el proceso de reforma agraria que estaba
en curso.
Hasta aquí la teoría.
En
realidad, el proyecto es y ha sido un fracaso, señalan diversos grupos en
Senegal. De acuerdo con Ardo Sow, un activista de la sociedad civil que
proviene de la zona del proyecto, de las 20 mil hectáreas identificadas y
puestas a disposición del proyecto, solamente 200 hectáreas (en realidad, el
sitio piloto) se habían desarrollado y puesto a producir a comienzos del 2018.[6]
¿Por qué? Los alcaldes locales señalan que el proyecto se empantanó en su
propia rigidez, burocracia y falta de claridad. “Ningún beneficio”, reclaman.
“Disfuncional”, señalan otros. “No satisfactorio”, señala el Banco Mundial,
sabiendo que, cuando el proyecto finalice en 2019, no habrá mucho que mostrar.[7]
Y aún más, los contribuyentes senegaleses tendrán que pagar el préstamo.
La
falla principal de PDIDAS es que su plan general de promover, como una
estrategia, un estilo de agronegocios consensual está y estuvo orientado a
hacer que las cosas funcionaran para los inversionistas, ganándose la confianza
de las comunidades locales. No se trataba de fortalecer la agricultura
campesina sino hacer que los agronegocios progresaran, cultivando buenas
relaciones con las comunidades que han estado viviendo en la tierra por
generaciones y que son reacios a ceder sus tierras a las agroempresas. A fin de
cuentas, esto explica también el colapso del ambicioso fondo de Nacala Corridor
Fund, el que se suponía generaría múltiples proyectos de agronegocios entre las
compañías extranjeras y los pequeños agricultores en el norte de Mozambique y
el proyecto de la NASAN del G8 en África. Ambos proyectos buscaban imponer el
esquema de trabajo de los agronegocios en la realidad de los campesinos
africanos.
Otro
factor en el fracaso de muchas de las adquisiciones es la incompetencia de las
compañías. A menudo los hombres de negocios (sí, hombres) detrás de los
proyectos tienen poca o ninguna experiencia en agricultura y poco conocimiento
de los lugares donde se ubican las tierras agrícolas que adquirieron. La
adquisición de tierras de Karuturi en Etiopía es un caso emblemático (ver recuadro). El empresario estadounidense Calvin Burgess, que
hizo su fortuna en prisiones privadas, fracasó estrepitosamente con su
emprendimiento (conocido como Dominion Farms) de cultivo de arroz (a gran
escala) en Kenia y luego en Nigeria. Varios proyectos de capitales de riesgo,
importantes, financiados por grupos de empresarios saudíes, también han
fracasado, como lo fue el programa Foras 7x7, que se suponía convertiría 700
mil hectáreas de tierra, a lo largo de África, en plantaciones de arroz, o el
proyecto Arafco de caña de azúcar en Kenia, respaldado por un príncipe saudí,
proyecto que no llegó a ninguna parte y ahora es investigado por la comisión
anti-corrupción de Kenia.[8]
También está el imperio de las plantaciones de palma aceitera, que el
multimillonario indio del área de la informática, Sivasankaran, construyó en
unos pocos años, abarcando de Papúa Nueva Guinea al África Occidental. Todos
sus proyectos de plantaciones, que suman más de 500 mil hectáreas, han estado
paralizados desde que presentó su quiebra en Seychelles en agosto de 2014.[9]
En 2017, el Presidente de Senegal canceló una
asignación de tierras agrícolas de 10 mil hectáreas a Afri Partners, cuyo
propietario es el millonario marroquí Anas Sefrioui.
|
Por
último, un importante factor que no puede ser ignorado en la explicación del
creciente número de fracasos en las adquisiciones de tierras, es la oposición a
ellas. Los movimientos locales de resistencia han desafiado y han contribuido a
que numerosas adquisiciones de tierras se paralicen, fracasen o se remodelen.
Esto es evidente en muchos casos y es necesario reconocerlo. En Camerún, la
concesión de tierra de Herakles fue reducida a una cuarta parte de su tamaño original
debido a la intensa campaña por parte de las organizaciones de las comunidades
y ONGs en el país, apoyadas por grupos externos. En Senegal, la persistente
presión a nivel local, apoyado por la investigación de grupos internacionales,
ayudó a castrar el proyecto de Senhuile, que aún sigue ahí, de cierta manera,
pero de manera muy disminuida.[10]
En Mozambique, la fuerte resistencia por parte de las organizaciones
campesinas, con respaldo de colegas de Brasil y Japón, llevó el proyecto
trilateral Prosavana a una condición de riesgo vital que terminó eliminando su
componente de inversión extranjera, el Fondo del Corredor Nacala. En Argentina,
hubo una resistencia social masiva que impidió que Beidahuang, un enorme grupo
de agronegocios chino, se apoderara de 320 mil hectáreas en Río Negro. Ocurrió
igual en Madagascar contra Daewoo, que intentó obtener un millón 300 mil
hectáreas de tierras agrícolas del país.
Recientemente,
fue el movimiento de resistencia en Dodel el que causó la cancelación del
proyecto Afripartners en Senegal. Fue una intensa oposición de parte de ONGs
francesas, junto con las protestas de colegas africanos, lo que llevó al
gobierno francés a cuestionarse y a retirarse de la Nueva Alianza del G8, tras
haber tomado conciencia de los riesgos que supone el acaparamiento de tierras.
Grandes campañas realizadas por ONGs han tenido éxito en frenar al productor de
azúcar Mitr Phol en Camboya, o a Cargill en Colombia, mientras que la
persistente organización de las comunidades ayudó a expulsar a Dominion Farms
de Kenia.
En
Malí, líderes de base señalan que uno de los proyectos fallidos (como el
proyecto Malibya), aunque no fracasó por la resistencia local, terminó
generando un movimiento de resistencia popular que ahora es una poderosa fuerza
social en el país e influyó en las reformas de la ley nacional de tierras.
¿Qué
podemos aprender de estas adquisiciones de tierra fallidas para frenar otras?
El
fracaso de tantas adquisiciones de tierras deja en evidencia que los gobiernos
no están haciendo bien su trabajo en seleccionar a los probables
inversionistas. El fraude abunda, incluyendo las falsas afirmaciones acerca de
las habilidades de los inversionistas para abordar los agronegocios. Hoy en
día, todas las compañías afirman tener algún tipo de estándar para la inversión
responsable, pero esto raramente parece importar ya que los estándares internos
son, frecuentemente, trasgredidos por las mismas compañías que adquieren las
tierras agrícolas.[11]
Por
lo tanto, las diligencias de auditoría realizadas por los Estados anfitriones y
los requisitos para que los inversionistas realmente cultiven la tierra, son
más necesarios que nunca. El problema, sin embargo, es que las diligencias
previas, en muchos casos, no son más que una revisión superficial en Internet
para ver si no aparece alguna señal de alerta. Los grupos de la sociedad civil
y los periodistas a menudo hacen más que las autoridades para descubrir la
corrupción involucrada en las adquisiciones de tierras. Y éste es el problema
en todas partes —incluidos Australia, Francia, Estados Unidos y Canadá, donde
las compañías extranjeras adquieren tierras agrícolas con muy poca supervisión
y, a menudo, totalmente fuera de la supervisión de las autoridades.
Necesitamos
usar la evidencia acumulada sobre las adquisiciones fallidas, para presionar de
un modo más urgente por moratorias, prohibiciones o controles más estrictos. No
es un trabajo fácil. Algunos gobiernos son reticentes a desviarse de sus
políticas de inversión en tierras, aun ante el fracaso de numerosas
adquisiciones, la oposición masiva y los violentos conflictos, como en Etiopía,
Papúa Nueva Guinea y Camboya (ver el recuadro de El acaparamiento de tierras
como política de Estado también es un fracaso).
Otra
consideración importante es la necesidad de hacer responsables a las compañías
y a sus inversionistas. Las compañías y los gobiernos hacen todo tipo de
promesas a las comunidades para que abandonen sus tierras —trabajos, escuelas,
establecimientos de salud, etcétera. Cuando los proyectos colapsan y no pueden
cumplir sus promesas, rara vez recuperan sus tierras las comunidades y no son
compensadas por lo que se suponía que iban a recibir. El caso Addax en Sierra
Leona es un claro ejemplo, pero hay muchos otros (ver recuadro sobre Addax).
Algunos
de los grupos involucrados en la lucha contra el proyecto Addax argumentan que
no es suficiente que los inversionistas expresen el compromiso hacia las
comunidades o demuestren que cumplen con este u otro estándar, que cumplen con
los estándares de desempeño de la Corporación Financiera Internacional o los
lineamientos voluntarios sobre tenencia de la tierra del Comité de la Naciones
Unidas para la Seguridad Alimentaria Mundial, para nombrar dos de los más
respetados. Es necesario que se aprovisionen fondos efectivos, en caso de un
posible fracaso, como parte de una “estrategia de salida” seria. Evidentemente,
el dinero no es la respuesta, pero las necesidades materiales de las comunidades,
que empeoran debido al proyecto, no pueden ignorarse.
Todo
esto es cierto. Quizás un problema mayor, evidenciado por el caso Addax, es
que, al final, nadie se hace responsable. Nadie asume responsabilidad alguna,
ya sea de parte de Addax o las instituciones financieras de desarrollo, para
remediar la situación que surge del fracaso del proyecto. Esto no puede ser.
Requerimos poder fincarles responsabilidades legales por sus fracasos a los
inversionistas, sean públicos o privados.
Tal
y como está, estas compensaciones solamente existen para las compañías, la
cuales pueden demandar a los gobiernos bajo las disposiciones de los tratados
comerciales y de inversión bilaterales o multilaterales, cuando sus proyectos
fracasan (ver recuadro sobre ISDS). Esto es un retroceso y,
fundamentalmente, una situación injusta que deber ser revertida de manera
urgente.
Tal
vez el mensaje más importante es que estos acuerdos de adquisición de tierras
nunca deberían haberse permitido. Se necesita inversión en políticas e
iniciativas para apoyar la producción de alimentos por parte de las comunidades
locales y no abrir las puertas a los agronegocios.
¿Qué
debemos hacer cuando un proyecto fracasa?
Como
ya lo destacamos, cuando las adquisiciones de tierras fallan, la tierra no
necesariamente se les devuelve a las comunidades. Sería erróneo asumir que tan
pronto como una adquisición es cancelada o abandonada, la tierra es devuelta a
aquellos que la habitaron antes que llegara el inversionista. Esto rara vez
ocurre y, en general, es una parte importante del problema de la inversión en
tierras agrícolas.
En
muchos casos la compañía que inicia el proyecto es sustituida por otra, a
menudo sin el conocimiento de la comunidad. Esta compañía puede ser peor que la
primera y puede negarse a cumplir con los compromisos que la primera compañía
hizo con las comunidades. Las concesiones también pueden ser relocalizadas o
vendidas a una nueva compañía. En otros casos, los Estados recuperan las
tierras y las destinan a otros usos. Incluso es posible que la compañía
solamente deje el proyecto de manera temporal, esperando en las sombras por
mejores tiempos para reiniciar el proyecto.
De
cualquiera manera, las secuelas del fracaso de una adquisición de tierras son,
generalmente, devastadoras para las comunidades. Aun cuando recuperen algo de
sus tierras, ya quedaron deforestadas o agotadas y las fuentes de agua
tradicionales tal vez ya no existan. Esto les hace difícil cultivar, cazar y
cosechar como lo hicieron alguna vez para asegurar sus necesidades de alimento
y subsistencia. También puede haber tensiones sociales constantes al interior
de la comunidad, entre los que lucharon contra el proyecto y aquellos que lo
aceptaron.
Las
comunidades pueden también verse aisladas repentinamente, sin las redes de apoyos
nacionales e internacionales que tenían cuando luchaban contra el proyecto o
contra el inversionista inicial.
El
fracaso de una adquisición de tierras no es momento para relajarse. Para las
alianzas o grupos que se opusieron al proyecto, es el tiempo de trabajar aún
más fuerte y pasar a una nueva fase. El foco debe estar puesto ahora en apoyar
a las comunidades afectadas para recuperar sus tierras y llevarlas a una
condición adecuada. A los acaparadores de tierras y a los que los respaldan
financieramente, se les tiene que exigir que se responsabilicen por los daños y
esto requiere de estrategias creativas y de un apoyo continuo de parte de
aliados, tanto en el país como en el extranjero.
También
es importante reconocer que los líderes de las comunidades que han detenido las
adquisiciones de tierras poseen una experiencia valiosa, que debe ser
compartida con otras comunidades. Estos líderes deben ser alentados y apoyados
a participar en movimientos en contra del acaparamiento de tierras,
especialmente a nivel nacional y regional. Una mayor conciencia y una unidad
más fuerte entre las comunidades, son la defensa más importante en contra de
los acaparamientos de tierra futuros.
Para
profundizar:
· El sitio de internet de publicación abierta http://farmlandgrab.org hace el seguimiento de las adquisiciones de
tierras para producción agrícola.
· La plataforma de publicación abierta sobre ISDS
tiene una sección especial sobre la resolución de disputas inversionista-estado
y derechos de tierras: http://isds.bilaterals.org/?-land-rights-&lang=es
El
acaparamiento de tierras como política de Estado también es un fracaso
La Ley de Tierras de Camboya
del año 2001, permite al Estado entregar concesiones económicas de tierra
(CETs) en tierras privadas, para el propósito de agricultura industrial y
plantaciones a gran escala (teca, caucho, caña de azúcar, etcétera). Las CETs
son contratos de arriendo a largo plazo. Éstas le entregan a las compañías
nacionales o extranjeras derechos exclusivos para limpiar y usar grandes
extensiones de tierra agrícola, por hasta 99 años. Una CET no puede exceder
las 10 mil hectáreas y ninguna compañía puede poseer CETs que totalicen más
de 10 mil hectáreas. El objetivo explícito del programa de CET de Camboya, es
sostener el crecimiento económico y acelerar la reducción de la pobreza. Para
las comunidades en Camboya y las ONGs que trabajan con ellas, la política de
las CETs ha impulsado el acaparamiento de tierras y no ha cumplido sus promesas
en lo absoluto. Según el punto de vista de estas comunidades la política en
sí es un fracaso.
Abogados de derechos humanos
coinciden con esta visión. Por eso presentaron una demanda solicitando la
apertura de una investigación contra el Estado camboyano por acaparamiento de
tierras, en la Corte Criminal Internacional de la Haya. La Corte
Internacional ha determinado que las prácticas sistemáticas de parte del
Estado que llevan al acaparamiento de tierras pueden ser investigadas en la
corte. Camboya es un buen candidato. Etiopía y Papúa Nueva Guinea podrían ser
otros.[12]
No hay una única fuente de
cifras, pero durante 2012 más del 11% del área de tierras del país había sido
entregada a través de las CETs.[13]
Como resultado, se declaró una moratoria para nuevas concesiones, mientras
que el gobierno se comprometió a revisar las concesiones anteriores. Aún no
ha habido mucho cambio. De hecho, al menos 10 nuevas CETs fueron concedidas
desde que se inició la moratoria.
La respuesta del Estado a las
protestas ha sido acelerar su programa, igualmente fallido, de entrega de
títulos. Esfuerzos anteriores de entregar títulos, con un fuerte
financiamiento del Banco Mundial, resultaron en más de un millón de títulos
de tierra concedidos, pero en forma arbitraria y lejos de las concesiones,
por lo tanto sin afectar, en lo absoluto, a las grandes propiedades de
tierra. Esto creó más inseguridad y desigualdad para las comunidades rurales,
en lugar de disminuirla.
En 2016, el gobierno declaró
que la revisión llevada a cabo durante la moratoria fue un éxito porque
identificó 1 millón de hectáreas que fueron reasignadas a las comunidades
locales. Pero nadie sabe dónde están estas tierras y a cargo de quien están.
De acuerdo con Ang Cheatlom,
quien encabeza Ponlok Khmer, una organización comunitaria en la provincia
Preah Vihear, “Solamente aquellos que tienen certificados de tierras, de
las que anteriormente eran tierras de las CETs, pueden recuperarlas. Pero la
mayoría de las personas no tiene certificados de tierras. De manera que las
tierras serán asignadas al Estado, que hará con ellas lo que le plazca. Por
esta razón el conflicto agrario en Camboya no tiene fin."[14]
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Resolución de disputas
inversionista-Estado y acaparamiento de tierras: ¿cómo funciona?
La
mayoría de los acuerdos de libre comercio y los tratados bilaterales de
inversión proporcionan una protección especial a los inversionistas
extranjeros, principalmente para atraer a las compañías a que traigan
capital, infraestructura y empleos. Estas protecciones afectan los derechos
agrarios al menos de dos importantes formas.
Primero,
considerando sus principios, estos tratados tienden a afirmar que el
inversionista extranjero no debe ser discriminado, tan sólo por su
nacionalidad. Esto invalida cualquier ley del país o disposición constitucional
que impida a los extranjeros a acceder a la propiedad de la tierra,
incluyendo las tierras agrícolas. Muchos países de Europa oriental prohíben
que los extranjeros sean propietarios de la tierra, pero en teoría, porque
tuvieron que dejar de lado esta disposición para integrarse a la Unión
Europea. En realidad, aún siguen luchando contra esto. En otros países como
Tailandia o Filipinas, las constituciones prohíben la propiedad a los
extranjeros y los inversionistas sólo pueden celebrar contratos de
arrendamiento. Incluso cuando los contratos de alquiler son la forma de
acceder a la tierra, los gobiernos lo limitan, como en Brasil o Australia.
Estas adquisiciones de tierras también entregan protección a los
inversionistas extranjeros contra la expropiación. Los derechos sobre la
tierra son una forma muy poderosa de propiedad y cualquier intento de
requisarlo o limitarlo, puede ser considerado una forma de expropiación si
estos casos son llevados a las cortes.
Lo
segundo son, sí, las cortes. Muchos acuerdos comerciales y de inversión
entregan a los inversionistas el derecho de demandar a los gobiernos
extranjeros por daños ilimitados, si sus expectativas de utilidades se ven
reducidas. Esto puede ocurrir debido a que los legisladores adopten una nueva
ley (por ejemplo, limitar los derechos de acumular tierras), o porque una
autoridad tome acciones para quitarles la propiedad (por ejemplo, cancelar un
contrato de alquiler o el permiso para cultivar). Esta disposición es llamada
resolución de disputas inversionista-Estado, ISDS por sus siglas en inglés y
ha sido el foco de las críticas de las campañas de interés público para
detener los acuerdos comerciales en los últimos años. El ISDS es criticado
especialmente, porque las compañías extranjeras obtienen derechos que las
compañías domésticas no tienen y los procesos judiciales no se realizan en
cortes jurídicas, sino a través del arbitraje. Y lo que es peor, las
compensaciones entregadas a los inversionistas alcanzan cientos de millones
de dólares.
Los
inversionistas en tierras agrícolas han llevado a los gobiernos a las cortes
bajo las disposiciones del ISDS y continúan haciéndolo. (Algunos casos se
señalan más abajo). El mensaje debe ser muy claro. Es importante asegurar que
los gobiernos tengan la libertad de restringir los derechos a la tierra de
cualquier inversionista y que los privilegios concedidos a los inversionistas
extranjeros bajo los acuerdos comerciales y de inversión deben ser
eliminados.
Casos
actuales en el ISDS que involucran inversiones en tierras:
• SunLodges Ltd. and
Sunlodges (T) Ltd. (Italia) vs Tanzania, demandó 30 millones de dólares más
intereses
• Agro EcoEnergy Tanzania y
Bagamoyo EcoEnergy Limited (Tanzania) y EcoDevelopment Europe AB y EcoEnergy
Africa AB (Suecia) vs Tanzania
• Magyar Farming Company Ltd
(UK) vs Hungary (500 hectáreas con papas y ganadería)
• Grot y otros (EUA,
Polonia) vs Moldavia (pendiente)
Casos
de ISDS anteriores que involucran inversiones en tierras
• Vestvey Group Ltd (UK) vs
Venezuela (hacienda de ganado vacuno de 290 mil hectáreas): 98 millones 145
mil 325 dólares entregados al inversionista
• Quadrant Pacific (Canadá)
vs Costa Rica (caso interrumpido)
• Almås (Noruega) vs Polonia
(4 mil 200 hectáreas) (decisión a favor del Estado)
• Von Pezold y otros
(Alemania) vs Zimbabue (decisión a favor del inversionista)
•
Bernardus
(Holanda) vs Zimbabwe (decisión a favor del inversionista)
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Karuturi: un péndulo eterno
Es
imposible hablar de las adquisiciones de tierras que han fracasado y no
hablar de Karuturi. Esta compañía india, dirigida por un hombre del mismo
nombre, apareció en los encabezados de los medios en el año 2009 cuando
adquirió contratos de alquiler de tierras, cubriendo una superficie de 300
mil hectáreas de tierras agrícolas en Etiopía, principalmente en la región de
Gambela. Karuturi se jactó de tener grandes ambiciones, de querer llegar a
ser el Cargill de África y trató de obtener tierras adicionales en países
como Tanzania y Nigeria. Karuturi logró cercar y arar varios miles de
hectáreas en Gambela. En este proceso, su proyecto desarraigó a muchas
comunidades locales indígenas, quienes sintieron que les robaron sus tierras,
que fueron pobremente compensados y que se les impidió el acceso a las
fuentes de alimentos, de agua y subsistencia. Pero nunca logró producir
mucho, culpando a la Madre Naturaleza.
Durante
el año 2103, el gobierno en Addis Abeba se impacientó y amenazó con retirarle
a Karuturi el permiso para operar. Como otros gobiernos, Etiopía tiene una
política de “úsalo o déjalo”. Si un inversionista adquiere derechos, pero no
cultiva la tierra en forma productiva dentro de un periodo de tiempo, la concesión
de tierras es retirada y entregada a otro inversionista. Karuturi amenazó con
demandar a las autoridades etíopes a través de las protecciones al
inversionista bajo el proyecto MIGA del Banco Mundial, o las disposiciones de
resolución de disputas del tratado bilateral de inversiones India-Etiopía. (Ver
recuadro sobre ISDS). Por lo que se sabe públicamente, Karuturi no tenía
protección bajo MIGA, de manera que podría haber usado el tratado de
inversiones o una presión diplomática directa, nada de lo cual es de
conocimiento público. Fuera cual fuera el camino que escogió, en septiembre
de 2017 Karuturi anunció que reconocía su derrota y dejaba Etiopía.
¿Podrán
ahora las comunidades afectadas recuperar sus tierras? ¿Podrán las personas
que se refugiaron en Kenia, finalmente regresar a Gambela?
Para
el gran asombro de todos, algunos meses más tarde, en abril de 2018, el
péndulo osciló nuevamente y Karuturi anunció que estaba renegociando un nuevo
contrato de arriendo, presumiblemente con el nuevo gobierno, por 25 mil
hectáreas. Es difícil de entender cómo un proyecto totalmente fracasado como
el de Karuturi se le puede conceder otro contrato de arriendo —especialmente
a expensas de las comunidades locales quienes habrían esperado más de parte
del nuevo gobierno.[15]
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Addax: como le llamen, un desastre
En
2010, alentado por las directrices de biocombustibles de la UE, el grupo
suizo Addax & Oryx Group firmó un memorando con el gobierno de Sierra
Leona para un contrato de arriendo por 10 mil hectáreas por un plazo inicial
de 50 años, cerca de Makeni, en el norte del país, para cultivar caña de
azúcar. La caña sería procesada para obtener etanol para exportar a la UE, mientras
que los residuos serían convertidos en energía para la red eléctrica de
Sierra Leona. Las labores de cultivo se iniciaron y durante 2014 se inició la
producción de etanol y energía. Más tarde, el contrato de arriendo pronto
creció a 57 mil hectáreas. Instituciones de desarrollo financiero (IDFs) del
Reino Unido, Holanda, Suecia, Alemania, Bélgica y Suiza se unieron como
cofinancistas y se crearon programas sociales para apoyar a las comunidades
afectadas. Se suponía que existiría una forma de visibilizar las medidas de
sustentabilidad y responsabilidad. A mediados de 2015, sin embargo, las
operaciones fueron detenidas debido a que los gastos excesivos y
presuntamente las bajas cosechas habían llevado a la compañía a tener
problemas financieros. A comienzos del 2016 los inversionistas se retiraron.
El
proyecto partió mal, con problemas desde el inicio. Las comunidades no fueron
consultadas y sintieron que, efectivamente, les robaron las tierras.
Solamente una parte de las promesas de empleo se cumplieron y los habitantes
enfrentaron una doble pérdida, la de sus fuentes de alimentación y del agua
limpia. Los conflictos estallaron, pero no fueron resueltos de manera
apropiada. Al final de cuentas, la pobreza y la miseria aumentaron como
resultado de esta negociación y se logró muy poco con el proyecto de
biocombustibles.
Cuando
los inversionistas se retiraron, los agricultores quedaron desposeídos de sus
tierras, con ninguna forma disponible de recuperarlas. Grupos de la sociedad
civil de Sierra Leona y de Europa, que habían estado en terreno monitoreando
de cerca los sucesos, publicaron varios informes condenatorios.[16] De acuerdo con las
agencias de desarrollo Bread for All y Bread for the World:
“Estas IDFs no
sufrieron ningún perjuicio y no perdieron capital para continuar cumpliendo
su mandato, ya que sus capitales y préstamos fueron recuperados a fines de
2015. Pero los actores más débiles en este proyecto de emprendimiento, las
comunidades, en cuyo nombre el proyecto fue cofinanciado, fueron mal informadas,
no las prepararon para la suspensión de las operaciones y fueron dejadas en
una difícil situación de subsistencia.”[17]
|
Anexo
Adquisiciones de tierra agrícola fallidas | GRAIN
2018:
Inversionista
|
País del inversionista
|
País de la inversión
|
Año del fracaso
|
Tipo de fracaso
|
Hectáreas
|
|
ADGZAR
|
China
|
Filipinas
|
2007
|
Nunca materializado
|
40000
|
|
Agro-énergie Dévt
|
Francia
|
Mali
|
2007
|
Nunca materializado
|
26015
|
|
Fuhua Co
|
China
|
Filipinas
|
2007
|
Nunca materializado
|
1000000
|
|
Green Waves
|
Italia
|
Benin
|
2007
|
Nunca materializado
|
250000
|
|
Abraaj Capital
|
Emiratos Árabes Unidos
|
Pakistan
|
2008
|
Nunca materializado
|
800000
|
|
Bangladesh
|
Bangladesh
|
Myanmar
|
2008
|
Nunca materializado
|
20200
|
|
Corredor Agro
|
Noruega
|
Mozambique
|
2008
|
Fracasado
|
6000
|
|
Dynasty Laos
|
China
|
Laos
|
2008
|
Nunca materializado
|
50000
|
|
Eurco Fereria
|
Portugal
|
Angola
|
2008
|
Nunca materializado
|
30000
|
|
FRI-EL Green
|
Italia
|
Congo
|
2008
|
Fracasado
|
44000
|
|
Government of Egipto
|
Egipto
|
Uganda
|
2008
|
Nunca materializado
|
800000
|
|
Grupo Amaggi
|
Brasil
|
Colombia
|
2008
|
Nunca materializado
|
100000
|
|
Korean Overseas Devt Corp
|
Corea del Sur
|
Argentina
|
2008
|
Nunca materializado
|
20894
|
|
Kuwait
|
Kuwait
|
Filipinas
|
2008
|
Nunca materializado
|
20000
|
|
Qatar
|
Qatar
|
Filipinas
|
2008
|
Nunca materializado
|
100000
|
|
Qatar Meat & Livestock Co
|
Qatar
|
Pakistan
|
2008
|
Nunca materializado
|
12140
|
|
Quifel Agribusiness Ltd
|
Portugal
|
Sierra Leona
|
2008
|
126000
|
||
Southern Global Inc.
|
Estados Unidos
|
Mali
|
2008
|
Nunca materializado
|
30000
|
|
United Arab Emirates
|
Emiratos Árabes Unidos
|
Pakistan
|
2008
|
Nunca materializado
|
324000
|
|
ABF
|
Reino Unido
|
Malawi
|
2009
|
6159
|
||
Bin Taleb Group
|
Arabia Saudí
|
Niger
|
2009
|
Fracasado
|
15922
|
|
Daewoo Logistics
|
Corea del Sur
|
Indonesia
|
2009
|
Fracasado
|
24000
|
|
Daewoo Logistics
|
Corea del Sur
|
Madagascar
|
2009
|
Fracasado
|
1300000
|
|
Yibuti
|
Yibuti
|
Malawi
|
2009
|
Nunca materializado
|
55000
|
|
Jeonnam Feedstock
|
Corea del Sur
|
Filipinas
|
2009
|
Nunca materializado
|
94000
|
|
Lonrho
|
Reino Unido
|
Mali
|
2009
|
25000
|
||
Oman
|
Oman
|
Filipinas
|
2009
|
Nunca materializado
|
10000
|
|
Pharos Financial Group
|
Emiratos Árabes Unidos
|
Romania
|
2009
|
Nunca materializado
|
50000
|
|
Pharos Financial Group
|
Emiratos Árabes Unidos
|
Sudán
|
2009
|
Nunca materializado
|
156000
|
|
Quifel Natural Resources
|
Portugal
|
Angola
|
2009
|
10000
|
||
Arabia Saudí
|
Arabia Saudí
|
Pakistan
|
2009
|
Nunca materializado
|
202400
|
|
Sayegh Group
|
Emiratos Árabes Unidos
|
Sudán
|
2009
|
Nunca materializado
|
1500000
|
|
Select Agro Ventures
|
India
|
Uruguay
|
2009
|
Nunca materializado
|
6070
|
|
Corea del Sur
|
Corea del Sur
|
Sudán
|
2009
|
Nunca materializado
|
690000
|
|
Tiris Euro Arab
|
Emiratos Árabes Unidos
|
Marruecos
|
2009
|
Nunca materializado
|
700000
|
|
Emiratos Árabes Unidos investor
|
Emiratos Árabes Unidos
|
Pakistan
|
2009
|
Nunca materializado
|
16187
|
|
Yes Bank
|
India
|
Tanzania
|
2009
|
Nunca materializado
|
50000
|
|
AfriAgro
|
Portugal
|
Angola
|
2010
|
Nunca materializado
|
5000
|
|
African Commercial Devt
|
Sudáfrica
|
Sudán del Sur
|
2010
|
Nunca materializado
|
24300
|
|
African Green Oil Ltd
|
Reino Unido
|
Tanzania
|
2010
|
Fracasado
|
200000
|
|
Amira Group
|
India
|
Camboya
|
2010
|
Nunca materializado
|
25000
|
|
Arab-Filipino company
|
Filipinas
|
Sudán
|
2010
|
Nunca materializado
|
25000
|
|
Arafco
|
Arabia Saudí
|
Kenya
|
2010
|
Fracasado
|
40469
|
|
ARS Agrofoods
|
India
|
Etiopía
|
2010
|
Nunca materializado
|
3000
|
|
BETEXCO
|
Nigeria
|
Benin
|
2010
|
Nunca materializado
|
1500
|
|
CEN-SAD
|
Libia
|
Mali
|
2010
|
Nunca materializado
|
10000
|
|
Hyundai
|
Corea del Sur
|
Brasil
|
2010
|
Nunca materializado
|
10000
|
|
Jalandhar Potato Growers
|
India
|
Etiopía
|
2010
|
Fracasado
|
100000
|
|
Korea Rural Community Corp
|
Corea del Sur
|
Tanzania
|
2010
|
Fracasado
|
100000
|
|
Kuwait
|
Kuwait
|
Laos
|
2010
|
Nunca materializado
|
200000
|
|
Landmark
|
India
|
Madagascar
|
2010
|
Fracasado
|
150000
|
|
LCCE
|
India
|
Madagascar
|
2010
|
Fracasado
|
9100
|
|
Libian investors
|
Libia
|
Benin
|
2010
|
Nunca materializado
|
2000
|
|
MEC Holding
|
Emiratos Árabes Unidos
|
Indonesia
|
2010
|
Nunca materializado
|
100000
|
|
Mekeo Hinterland Holdings
|
Malasia
|
Papúa Nueva Guinea
|
2010
|
Fracasado
|
116400
|
|
Pharos
|
Emiratos Árabes Unidos
|
Tanzania
|
2010
|
Nunca materializado
|
50000
|
|
Prince Budr Bin Sultan
|
Arabia Saudí
|
Sudán del Sur
|
2010
|
Nunca materializado
|
105000
|
|
Qatar government
|
Qatar
|
Ghana
|
2010
|
Nunca materializado
|
50000
|
|
Emiratos Árabes Unidos investor
|
Emiratos Árabes Unidos
|
Sudán
|
2010
|
Nunca materializado
|
38400
|
|
Whitestone Charles Anderson
|
Reino Unido
|
Sierra Leona
|
2010
|
Nunca materializado
|
112000
|
|
Caparo Group
|
Reino Unido
|
Namibia
|
2011
|
Fracasado
|
5000
|
|
Confed Potato Seed Farmer
|
India
|
Etiopía
|
2011
|
Fracasado
|
50000
|
|
Dangote Industries
|
Nigeria
|
Senegal
|
2011
|
Nunca materializado
|
40000
|
|
Dem-Inter International
|
Reino Unido
|
Namibia
|
2011
|
Fracasado
|
10000
|
|
Farm Lands of Guinea, Inc
|
Reino Unido
|
Mali
|
2011
|
Fracasado
|
10000
|
|
Farm Lands of Guinea, Inc
|
Reino Unido
|
Sierra Leona
|
2011
|
Fracasado
|
11900
|
|
Grupo Amaggi
|
Brasil
|
Argentina
|
2011
|
Nunca materializado
|
7000
|
|
India
|
India
|
Senegal
|
2011
|
Nunca materializado
|
150000
|
|
KomerCN
|
Corea del Sur
|
Camboya
|
2011
|
Fracasado
|
13000
|
|
Lotte Group
|
Corea del Sur
|
Filipinas
|
2011
|
Nunca materializado
|
10000
|
|
Madabeef
|
Reino Unido
|
Madagascar
|
2011
|
Fracasado
|
200000
|
|
MaLibia
|
Libia
|
Mali
|
2011
|
Fracasado
|
100000
|
|
Menafea Holding
|
Arabia Saudí
|
Zambia
|
2011
|
Nunca materializado
|
5000
|
|
Nile Trading & Development
|
Estados Unidos
|
Sudán del Sur
|
2011
|
Fracasado
|
345000
|
|
Nirmal Seeds
|
India
|
Tanzania
|
2011
|
Nunca materializado
|
30000
|
|
North Korea
|
North Korea
|
Rusia
|
2011
|
Nunca materializado
|
200000
|
|
Corea del Sur
|
Corea del Sur
|
Filipinas
|
2011
|
Nunca materializado
|
100000
|
|
T4M
|
Reino Unido
|
Nigeria
|
2011
|
Fracasado
|
300000
|
|
Zuellig Group
|
Malasia
|
Filipinas
|
2011
|
Nunca materializado
|
30000
|
|
ABF
|
Reino Unido
|
Mali
|
2012
|
Fracasado
|
14000
|
|
AgriSol
|
Estados Unidos
|
Tanzania
|
2012
|
Fracasado
|
325000
|
|
CAMS Group
|
Estados Unidos
|
Tanzania
|
2012
|
Fracasado
|
20000
|
|
Felda
|
Malasia
|
Sierra Leona
|
2012
|
Nunca materializado
|
2500
|
|
Foras Investment
|
Arabia Saudí
|
Nigeria
|
2012
|
Nunca materializado
|
1000
|
|
Foras Investment
|
Arabia Saudí
|
Senegal
|
2012
|
Nunca materializado
|
5000
|
|
Foras Investment
|
Arabia Saudí
|
Mali
|
2012
|
Nunca materializado
|
100000
|
|
Foras Investment
|
Arabia Saudí
|
Sudán
|
2012
|
Nunca materializado
|
126000
|
|
Foras Investment
|
Arabia Saudí
|
Mauritania
|
2012
|
Fracasado
|
2000
|
|
Green Future Innovation
|
Japón
|
Filipinas
|
2012
|
Fracasado
|
11000
|
|
Hunan Dafengyuan Agriculture
Plc
|
China
|
Etiopía
|
2012
|
Fracasado
|
25000
|
|
Indochina Gateway Capital Ltd
|
Australia
|
Camboya
|
2012
|
Nunca materializado
|
14981
|
|
Metro Pacific Invest Corp
|
Hong Kong
|
Filipinas
|
2012
|
Nunca materializado
|
30000
|
|
Redland Farming
|
Suecia
|
Rusia
|
2012
|
Nunca materializado
|
180000
|
|
T4M
|
Reino Unido
|
Ghana
|
2012
|
Fracasado
|
100000
|
|
TM Plantations
|
Estados Unidos
|
Tanzania
|
2012
|
Nunca materializado
|
50000
|
|
African Lion Agriculture
Limited
|
Reino Unido
|
Sierra Leona
|
2013
|
Fracasado
|
932
|
|
Beidahuang
|
China
|
Argentina
|
2013
|
Fracasado
|
320000
|
|
Government of Iran
|
Iran
|
Armenia
|
2013
|
Nunca materializado
|
52000
|
|
Jarch Management
|
Estados Unidos
|
Sudán del Sur
|
2013
|
Fracasado
|
400000
|
|
Louis Dreyfus
|
Francia
|
Costa de Marfil
|
2013
|
Nunca materializado
|
100000
|
|
Nexis Holding Plc
|
China
|
Australia
|
2013
|
Fracasado
|
4060
|
|
Prio Goods MZ, SA
|
Portugal
|
Mozambique
|
2013
|
Fracasado
|
24234
|
|
PT Indofood
|
China
|
Filipinas
|
2013
|
Nunca materializado
|
30000
|
|
Unnamed Chinese company
|
China
|
Nigeria
|
2013
|
Nunca materializado
|
200000
|
|
Urasir Agrofor O.Palm Dt
|
Malasia
|
Papúa Nueva Guinea
|
2013
|
Fracasado
|
112400
|
|
Africa Farmland, Inc
|
Dinamarca
|
Ghana
|
2014
|
Fracasado
|
12000
|
|
AgerAustral
|
Francia
|
Argentina
|
2014
|
Fracasado
|
120000
|
|
Indian investors
|
India
|
Costa de Marfil
|
2014
|
Nunca materializado
|
20000
|
|
National Holdings
|
Emiratos Árabes Unidos
|
Mozambique
|
2014
|
Nunca materializado
|
240000
|
|
Prairie Volta Rice Ltd
|
Estados Unidos
|
Ghana
|
2014
|
Fracasado
|
3000
|
|
Addax
|
Suiza
|
Sierra Leona
|
2015
|
Fracasado
|
57000
|
|
Al-Khorayef Group
|
Arabia Saudí
|
Argentina
|
2015
|
Fracasado
|
200000
|
|
BHO Bioproducts
|
India
|
Etiopía
|
2015
|
Fracasado
|
27000
|
|
Dominion Farms
|
Estados Unidos
|
Nigeria
|
2015
|
Fracasado
|
30000
|
|
Herakles
|
Estados Unidos
|
Camerún
|
2015
|
Fracasado
|
80000
|
|
Maple Energy
|
Peru
|
Perú
|
2015
|
Fracasado
|
135000
|
|
Mitr Phol
|
Tailandia
|
Camboya
|
2015
|
Fracasado
|
20000
|
|
Saber Farms Plc
|
India
|
Etiopía
|
2015
|
Fracasado
|
10000
|
|
Siva Group
|
Singapur
|
Indonesia
|
2015
|
Fracasado
|
3000
|
|
Siva Group
|
Singapur
|
Papúa Nueva Guinea
|
2015
|
Fracasado
|
110000
|
|
Siva Group
|
Singapur
|
Camerún
|
2015
|
Fracasado
|
200000
|
|
Siva Group
|
Singapur
|
Sierra Leona
|
2015
|
Fracasado
|
203000
|
|
Mapleville
|
China
|
Canadá
|
2016
|
Fracasado
|
1335
|
|
Nacala Corridor Fund
|
Luxemburgo
|
Mozambique
|
2016
|
Fracasado
|
300000
|
|
Pengxin Group
|
China
|
Australia
|
2016
|
Fracasado
|
1000000
|
|
Seftech India Private Limited
|
India
|
Ghana
|
2016
|
Fracasado
|
3000
|
|
Sekab
|
Suecia
|
Tanzania
|
2016
|
Fracasado
|
20000
|
|
Dominion Farms
|
Estados Unidos
|
Kenya
|
2017
|
Fracasado
|
6880
|
|
Flora EcoPower
|
Alemania
|
Etiopía
|
2017
|
Fracasado
|
70000
|
|
Karuturi Global Ltd
|
India
|
Etiopía
|
2017
|
Fracasado
|
300000
|
|
Sefrioui Group
|
Marruecos
|
Senegal
|
2017
|
Fracasado
|
10000
|
|
Tampieri Financial Group
|
Italia
|
Senegal
|
2017
|
Fracasado
|
20000
|
|
Africom Commodities Pty Ltd,
AfDB
|
Sudáfrica
|
República Democrática del Congo
|
2017
|
Fracasado
|
80000
|
|
Wah Seong/ATAMA
|
Malasia
|
República del Congo
|
2017
|
Fracasado
|
180000
|
|
Banco Mundial (PDIDAS)
|
Estados Unidos
|
Senegal
|
2017
|
Fracasado
|
20000
|
|
Estina
|
India
|
Sudáfrica
|
2018
|
Fracasado
|
1781
|
|
[1] Comunicación
personal con GRAIN, abril de 2018
[2] Matthew
Taylor, “2017 on course to be deadliest on record for land defenders”, The
Guardian, 11 octubre de 2017, https://www.theguardian.com/environment/2017/oct/11/2017-deadliest-onrecord-for-land-defenders-mining-logging
[3] Por
“fracaso” generalmente nos referimos a los proyectos que fueron abandonados,
retirados, cancelados, suspendidos, reducidos o no realizados.
[4] Los
grupos a los que consultamos no los nombraremos, ¡pero les estamos muy agradecidos
a todos! Muchos de sus puntos de vista son expuestos aquí.
[5] Basados
en los los datos que GRAIN recopiló públicamente a través de farmlandgrab.org,
que validamos en contactos directos con periodistas y grupos locales
[6] Comunicación
personal con GRAIN, 3 de abril de 2018.
[7] “PDIDAS
: Entre tâtonnements, déceptions et contestations”, NDAR Infos, 27 septiembre
de 2017, https://www.ndarinfo.com/PDIDAS-Entre-tatonnements-deceptions-et-contestations_a19998.html
[8] Kinyuru
Munuhe, “Mystery as Sh2b Malindi sugar ‘plant’ probe stalls”, Mediamax,
Nairobi, abril 29, 2016, http://www.mediamaxnetwork.co.ke/people-daily/217075/mystery-as-sh2b-malindi-sugar-plant-probe-stalls/
[9] Ver
GRAIN, “Alimentando al 1 por ciento”, 7 de octubre de 2014, https://www.grain.org/article/entries/5112-alimentandoal-1-por-ciento
y Surajeet Das Gupta et al, “C Sivasankaran: Once the country’s most astute
deal maker, now a bankrupt entrepreneur”, Business Standard, 6 de septiembre de
2014, http://www.business-standard.com/article/companies/c-sivasankaran-oncethe-country-s-most-astute-deal-maker-now-a-bankrupt-entrepreneur-114090501264_1.html
[10] A
comienzos de 2018, parece que la tierra cambió nuevamente de dueños de los italianos,
quienes la entregaron a sus socios senegaleses y que ahora pasó a manos de los...
¿rusos?
[11] Esto
está muy bien documentado en el caso de los miembros de Roundtable for
Sustainable Palm Oil. Revisar, por ejemplo, Friends of the Earth Europe, “External
concerns on the RSPO and ISP certification schemes”, 2018, http://www.foeeurope.org/sites/default/files/eu-us_trade_deal/2018/report_profundo_rspo_ispo_external_concerns_feb2018.pdf
[12] “Special
Agriculture and Business Leases” programa de Papúa Nueva Guinea, como política
de Estado, sería considerado un fracaso. Ver Act Now PNG para mayor
información: http://actnowpng.org/campaign/sabl
[13] Los
datos de Open Development Cambodia informan de 275 CETs entregadas hasta 2012,
mientras que Cambodian League for the Promotion and Defense of Human Rights tiene
datos de 274 CETs que cubren 2 millones 100 mil hectáreas
[14] Comunicación
personal con GRAIN, marzo de 2018.
[15] Para
más información sobre esto, revisar Anywaa Survival Organisation, “It’s time to
end land grabs and establish food sovereig¬nty in Gambela”, mayo de 2018, http://www.anywaasurvival.org/wp-content/uploads/2018/05/ASO_Report_May_2018.pdf
[16] En
especial, revisar Swedwatch, “No business, no rights”, 6 de noviembre de 2017, http://www.swedwatch.org/en/regions/africa-south-of-the-sahara/swedfund-fmo-lacked-responsibility-leaving-project-without-exit-strategy/
y Brot für Alle & Brot für die Welt, “The weakest should not bear the risk
– The case of Addax Bioethanol in Sierra Leone”, septiembre de 2016,
[17] Brot
für alle & Brot für die Welt, “The weakest should not bear the risk”, 2016,
https://brotfueralle.ch/content/uploads/2016/06/The-Weakest-Should-not-Bear-the-Risk.pdf