31 de agosto de 2018

INSTITUTO DEL PATRIMONIO CULTURAL DEL PUEBLO GUNA (IPCPG): DESAFÍOS PARA EL EJERCICIO DE LA GOBERNANZA COMARCAL

Geodisio Castillo[1]

El IPCPG de Onmaggeddummad Namaggaled renace bajo la finalidad en su más amplio sentido suministrar al pueblo dule un caudal de recursos que se heredan del pasado, se crean en el presente y se transmiten a las generaciones del mañana para una vida sana y digna. Es importante reconocer que abarca no sólo el patrimonio material, sino también el patrimonio natural e inmaterial; recursos que son una “riqueza frágil”, y como tal requieren políticas y modelos de desarrollo que preserven y respeten su diversidad y su singularidad, ya que una vez perdidos no son recuperables (Leal González 2008; UNESCO 2014). Finalidad que siempre vienen planteando, cantando, conversando, proclamando y disertando nuestros Ologunaliler (sabios ancestrales) en todos sus encuentros y en esta última realizada en la comunidad de Gardi Yandub, los días 20 al 23 de agosto del presente año.

Bien dicen nuestros ologunaliler que nuestro patrimonio cultural está estrechamente ligado a los desafíos más cruciales a los que se enfrenta y deberá enfrentar el pueblo dule, como toda la humanidad espera, que van desde el cambio climático y los desastres naturales que conllevan a la pérdida de biodiversidad, agua y alimentos, y, otros problemas sociales. Por ello se considera que el patrimonio cultural es “esencial para promover la paz y el desarrollo social, ambiental y económico sostenible” (UNESCO 2014).

El patrimonio es importante para la cultura y el desarrollo endógeno sostenible en cuanto constituye el “capital cultural” de nuestros pueblos. Fortalece y revaloriza nuestra identidad, y transmitirla a las generaciones, promueve el acceso a la interculturalidad. Enriquece el sentido de pertenencia, individual y colectivo, para mantener la cohesión social y nuevos retos por la conservación como estrategia de defensa territorial (Castillo 1999). Además, bien sabemos que el patrimonio cultural mantiene la economía para el sector del turismo en muchos países, al igual que en nuestra comarca.

Es por ello que Onmageddummad Namaggaled, apuesta a través de su IPCPG al ejercicio de la gobernanza comarcal, para que ejecute una gestión correcta del potencial de desarrollo del patrimonio cultural desde sus varios enfoques que hemos planteado. Por lo tanto, debe haber una combinación acertada de patrimonio cultural y desarrollo sostenible desde nuestra propia visión. Entonces requiere no sólo protección frente a las adversidades ambientales y daño intencionados por el hombre, sino también conocer los galus (sitios sagrados, endémicos o frágiles) para hacer frente a los daños intencionados, las condiciones ambientales adversas para así ejecutar proyectos o programas correctos y cuidados constantes y renovación permanente. Porque todo enfoque, según la UNESCO (2014), que mire sólo al pasado correrá el riesgo de convertir el patrimonio en una entidad rígida y congelada, o, que perderá su pertinencia para el presente y para el mañana. En realidad, se ha de entender el patrimonio de tal manera que las memorias colectivas del pasado y las prácticas tradicionales, con sus funciones sociales y culturales, sean continuamente revisadas y actualizadas en el presente, para que cada sociedad pueda relacionarlos con los problemas actuales y mantener su sentido, su significado y su funcionamiento en el futuro.

Estos desafíos contemplan compromisos de nuestros sagladummagan, para elevar o sean ellos garantes para cumplir con las metas planteadas por la Estrategia 2025, hacia los 100 años de la Revolución Dule. Cumplidas, aunque sean 70% de las metas, se traducirá en un mejor conocimiento de los desafíos, del potencial y de las deficiencias de esos mismos esfuerzos, para hacer mejor la Estrategia del mañana.

 
IPCPG: Antecedentes
  • Onmaggeddummad Namaggaled (Congreso General de la Cultura Guna), fue creado como institución debidamente estructurada en el año 1972. El mismo está dirigido y orientado por los 3 Sagladummagan
-   Objetivos: en la conservación, desarrollo, promoción de los conocimientos, valores, costumbres, tradiciones culturales y patrimoniales que fortalezcan la identidad dule o guna
  • Instituto de Investigaciones Koskun Kalu, 1992 - sirve de apoyo y de soporte técnico de los proyectos, programas y acciones del Congreso General de la Cultura
  • Koskun Kalu + IDIKY = IIDKY y finalmente en IPCPG
Por lo que vemos, el Instituto de Investigaciones Koskun Kalu (IIKK) se fusiona con el Instituto de Desarrollo Integral de Kuna Yala (IDIKY) para formar el actual Instituto de Investigación y Desarrollo de Kuna Yala (IIDKY). Sin embargo, este matrimonio no procede o funciona y por ello surge nuevamente Koskun Kalu, ahora bajo el nombre de Instituto del Patrimonio Cultural del Pueblo Guna (IPCPG)


INSTITUTO DEL PATRIMONIO CULTURAL DEL PUEBLO GUNA

Desafíos y finalidades
El Instituto del Patrimonio Cultural del Pueblo Guna (IPCPG) se plantea como desafíos esenciales alcanzar una cultura incluyente y sostenible como elemento estratégico para la conservación, defensa y el desarrollo del patrimonio natural y/o territorial

Por ellos el mañana, celebrando semana de la cultura, en toda la Comarca Gunayala
Para ello el IPCPG, tiene el reto de hacer suyo por decisión de Onmaggeddummad Namaggaled, ejecutar la Estrategia 2015-2025 (PEGY 2015). Es decir, las líneas estratégicas que nos corresponden, buscando las relaciones con otras líneas estratégicas establecidas en la Estrategia, para así llegar mancomunadamente, como una Nación Gunadule, a las metas establecidas hacia los 100 años de la Revolución Dule. De esta forma hacer el ejercicio de una gobernanza comarcal

Los criterios y prioridades deberán tomar en cuenta todo lo relacionado con la protección del patrimonio cultural, la preservación de la calidad del ambiente y el hombre dule como sujeto final, planteando objetivos y prioridades que es necesario - en el contexto de los nuevos retos y oportunidades.

De ahí, los desafíos para el ejercicio de la gobernanza comarcal, radica principalmente en la gobernanza cultural que aglutina – el territorio, la política, la economía y el ambiente

El IPCPG es el organismo legal, académico, técnico y científico del Congreso General de la Cultura Guna, reconocida por el Ministerio de Gobierno con personería jurídica, desde el 25 de mayo del 2018

 
OBJETIVOS GENERALES
  • Fomentar investigaciones científicas sobre los saberes y conocimientos de la cultura dule desde la memoria histórica
  • Fomentar investigaciones científicas sobre los saberes y conocimientos tecnológicos e innovando los mismos desde la cultura dule
  • Educar, capacitar, orientar y concienciar a la comunidad dule sobre la importancia de los conocimientos, valores, principios espirituales, naturales e historia del pueblo dule
  • Proveer informaciones sobre los diferentes conocimientos a la comunidad dule y en general
  • Fortalecer, proteger y defender la identidad desde la conciencia dule ante la población nacional e internacional

 

 
REFERENCIAS

Castillo, G., 1999. Gestión de áreas protegidas como estrategia de defensa territorial indígena: Caso Kuna Yala. En: Taller sobre experiencias prácticas en gestión de áreas protegidas por los pueblos indígenas en Iberoamérica. Cartagena de Indias, 29 Nov. – 5 Dic. de 1999. Unidad Especial de Parques Nacionales / Mo. De Medio Ambiente de Colombia, AECI, WWF-ADENA, Ecodesarrollo. Cartagena de Indias, Colombia. 147-155 pp.

Leal González, Nila, 2008. Patrimonio cultural indígena y su reconocimiento institucional. Opción, vol. 24, núm. 56, mayo-agosto.  Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela. pp. 28-43

PEGY, 2015.  GUNAYALA 2025: Plan Estratégico de Gunayala 2015-2025. Hacia una gestión territorial. Congreso General Guna, Comarca Gunayala. 112 p. + Anexo: PAC

UNESCO, 2014.  Indicadores UNESCO, de Cultura para el Desarrollo: Manual Metodológico. UNESCO, París, Francia. 140 p.




[1] Presentado en el Foro Semana de la Cultura. IPCPG de Onmaggeddummad Namaggaled, Biblioteca Simón Bolívar, Universidad de Panamá. Panamá, 8 de agosto de 2018

18 de agosto de 2018

#3 – En el principio, las semillas


Quizá el primer episodio de la agricultura tuvo como protagonista a una mujer, que reconoció y empezó a cultivar una variedad vegetal silvestre para alimentarse; aprendió su ciclo vital y desarrolló los rudimentos de técnicas que la humanidad perfeccionó durante más de 10.000 años. Carlos Vicente dice que ese primer acto es probablemente el hecho cultural más maravilloso e importante en la historia del vínculo de nuestra especie con el resto de la naturaleza.
Emociona imaginar a esa mujer, a su mirada puesta en una planta y a sus manos desatando el mundo que conocemos. Desde entonces las semillas viajaron con los pueblos hacia distintos territorios y climas. Las comunidades campesinas e indígenas de todo el mundo, las modificaron generación tras generación mediante selección, cuidado e intercambio, generando toda esa enorme diversidad de variedades que nos alimenta aún hoy. Las semillas y la humanidad nos criamos juntxs en este camino de miles de años. Pero en algún momento lo hemos perdido de vista: para lxs millones que vivimos en las ciudades, a quienes la dinámica urbana nos transformó totalmente el acto alimenticio y el vínculo con la naturaleza, las semillas nos son ajenas y su destino no cuenta entre nuestras preocupaciones.
Este extrañamiento es aprovechado por las corporaciones que desde la llamada Revolución Verde y, sobre todo, desde la generación de semillas transgénicas, pretenden apropiarse de los frutos de esta labor ancestral. Detrás de toda la parafernalia tecnológica y el marketing, lo que las corporaciones ocultan es que ninguna semilla agrícola aparece en una probeta de laboratorio, y que cualquier modificación se apoya sobre miles de años de trabajo de otros. Por eso, su intención de aplicarles derechos de propiedad intelectual constituye escencialmente un robo. Mientras el porcentaje de transgénicos aumenta en nuestros campos, las corporaciones que los impulsan se fusionan cada vez más. Así, en más del 60% del área sembrada de Argentina encontramos variedades transgénicas desarrolladas por poquísimas empresas. A nivel mundial entre Bayer-Monsanto, ChemChina-Syngenta, Basf y Corteva Agrociences (Dupont+Dow) concentran más del 75% de todo el mercado de semillas. Los intentos de modificar la Ley de Semillas Argentina (nro. 20.247) según los intereses corporativos no son nuevos: A partir del lanzamiento de la soja Intacta RR2 de Monsanto en 2012 las presiones corporativas arreciaron. Hubo intentos durante el kirchnerismo, y con Macri en el Gobierno asistimos una nueva y brutal ofensiva. Lo que buscan es cercenar el llamado “uso propio”: el derecho que cada agricultor tiene de reutilizar una parte de su cosecha para volver a sembrar en el siguiente ciclo. Pretenden transformar un derecho de todos en una “excepción” para algunxs (“pequeños agricultores” y “pueblos originarios” inscriptos en registros ad-hoc). Las empresas y sus vocerxs argumentan que con la legislación vigente se vulneran sus derechos de obtentor (una forma de derechos de propiedad intelectual reconocida en la ley actual) sobre las variedades que comercializan. Pretenden cobrar regalías cada vez que alguien use estas semillas y presionan por una nueva ley que les garantice esto: Nadie tendría derecho a replantar, ni tampoco a intercambiar, sin pagarles. Profundizando su control de la cadena agroindustrial y agroalimentaria, aumenta además su capacidad de incidir en los precios de los alimentos. Dicen que no hacerlo constituye “un obstáculo para realizar inversiones”, retomando aquel rancio argumento de que la biotecnología es indispensable para alimentar a la humanidad, y de paso mostrándose como fuente de divisas en tiempos de crisis. Como en tantos otros temas, ahora el Estado reproduce el discurso de las corporaciones que han colonizado los organigramas oficiales con sus cuadros y referentes. Lo que están cocinando no huele bien, y lo están haciendo de espaldas al pueblo, en mesas de trabajo” donde sólo se sientan “ellos”: ASA, ARPOV, AAPRESID, AACREA, SRA, Coninagro y CRA, junto con funcionarios y legisladores; y desde ahí anuncian “consensos”.
Si bien las empresas ponen el foco en los commodities de exportación como la soja o el maíz, en realidad la modificación de la ley abre la puerta hacia TODAS las variedades vegetales, que pueden así, ser blanco de biopiratería. Imagináte que alguien modifica uno de los 35 mil genes que tiene el tomate y después dice ser "el dueño del tomate”: parece de locos no? pero por ejemplo, Syngenta ya intentó hacerlo. Esta es una batalla global. Ofensivas como ésta se suceden en todos los países, y en aquellos donde pudieron imponer sus leyes de semillas pasan cosas tremendas: Persecución de agricultores; criminalización del intercambio; destrucción de cosechas; y finalmente derechos de propiedad que ponen en jaque el acceso a los alimentos para los pueblos. Desde hace 60 años vienen machacando con que la biotecnología es la clave para terminar con el hambre, pero es mentira. En este tiempo no sólo que sigue habiendo millones de hambrientxs, sino que la desigualdad y la violencia se han profundizado en nuestros territorios a medida que aumenta el poder del agronegocio. Y lo que es gravísimo: la humanidad ya perdió las ¾ partes de la agrobiodiversidad que nos alimentó por siglos; esto significa que tenemos menos tipos distintos de comida disponible, lo que nos hace más vulnerables frente a los desafíos que plantea el cambio climático.
Parece una locura que "Ley de Semillas" pueda tener un lugar en nuestras habituales reuniones con amigxs y familiares, pero sin embargo definir "qué comemos" nos ocupa y entusiasma. La distancia que la mayoría de nosotrxs tenemos con el tema es enorme, y sin embargo lo que suceda ahí va a tener impactos en lo que nos pase a cada bocado. Por el otro lado también es cierto que en las ciudades viene creciendo la preocupación sobre lo que comemos y su vínculo con la explosión de algunas enfermedades. Se fortalecen alternativas de comercialización de productos agroecológicos y crece el convencimiento de que necesitamos avanzar hacia la Soberanía Alimentaria. A veces falta ese pasito de reconocer que ésta sólo será posible con semillas libres en manos campesinas, como plantea desde hace años La Vía Campesina. Desde Huerquen integramos desde su fundación la Multisectorial contra la “Ley Monsanto” de Semillas, un espacio amplio desde donde intentamos resistir estos intentos junto a muchxs otrxs de distintos territorios. Hay otros espacios y entidades que desde distintas formas y caminos plantean cosas similares. Quizá en este momento, donde enfrentamos un embate tan fuerte, sea tiempo de alianzas nuevas, amplias, ¿insólitas?, donde las organizaciones del campo y de la ciudad aunemos esfuerzos para frenar lo que está en marcha. La defensa de las semillas en manos de los pueblos es una pelea estratégica. Ojalá en su curso podamos recuperar la perspectiva maravillosa de reconocernos parte de todo lo viviente, retomando ese camino de hermanxs que iniciamos con las semillas hace miles de años. (continuará)
Videos para acompañar esta nota:

Fuente: Huerquen

10 de agosto de 2018

LA CULTURA GUNA Y SUS DESAFIOS

Por: Reuter Orán B.

Tener territorio propio, íntegro, ha sido una de las aspiraciones mayores por las cuales el pueblo guna ha venido luchando desde los tiempos coloniales hasta nuestros días.


Al respecto, nuestro prestigioso Sagladummad Inageliginya, Carlos López, nos dice: - “An nabba sulile an dule wilegedye”. Porque la tierra, de acuerdo a la concepción de nuestros padres, no refiere solamente a este espacio material físico, sino también a la confluencia armónica de factores innatos que hacen posible la vida espiritual, social, económica, política y cultural de un pueblo.

Así nos confirma Wago, el primer hombre que Baba y Nana envió a la tierra para cuidarla y cultivarla, al decir:

-“Bunmar abalagi gudii an neg wisguali. Bela we nabbaneggi bilidedi an gwenadganbii: diwar an gwenadi, niisgwa an gwenadi, duddumar, aggwamar, sabbimar, gwablemaggar ibdurgan, uamar diwarganba oirmagbuggwad, demar sugguganba obiryamadnanaed bela an gwenadganbiye. An we nabbanegse agdenonigua wemala gwable weligwale an abin dagsamala”.

Babigala, anmar daniggidigala, nos evoca de un sin número de pueblos que florecieron y bebieron las aguas de los afluentes del majestuoso río Duilewala (Tuira), comunidades laboriosas que disfrutaban los caudalosos manantiales interminables, que después de configurar inmensas y fértiles llanuras fueron marcando los límites de estas fructíferas aldeas, la existencia de tupidas selvas como por encantos de las leyes divinas, ellas ofrecían gradualmente un sinfín de materiales y alimentos a estos esforzados habitantes para su supervivencia, grandes cañaverales, inmensos platanales y una gran variedad de tubérculos cuyos follajes reverdecían las sedimentadas riberas de estos opulentos brazos de agua, infinidades especies de cardúmenes que al ritmo de burbujeantes aguas verdosas movían complacientes sus amarronadas aletas.

En el mero centro estas fértiles llanuras y con una constante interacción entre ellos y su entorno, estos laboriosos habitantes pudieron comprender los misterios profundos de la naturaleza y supieron manejarlos sosteniblemente para el bien de sus futuras generaciones. Así fueron desarrollando, abriendo nuevos horizontes a los conocimientos e inventaron nuevas técnicas de cultivo.

En la época de la cosecha, sus frutos se distribuían por igual, sin ninguna compulsión, si no al libre albedrio de sus esforzados productores. De esta forma surgieron los principios morales, éticos y humanísticos que hoy los denominamos costumbres y tradiciones:

“Gwenaddigwar nanamalo, na wile dagmalo, ibmar dummad be abingusdibe gwenadganga mimio, gwenad gwensag uelemaid insao. Arbao, be gadigwad ibmar nigguo….

Cabe destacar que estos mismos principios sirvieron de base y fundamentos de la educación de nuestros ancestros. Fuertemente ligados a la naturaleza moldearon sus vidas y desarrollaron sus conocimientos científicos, económicos, políticos y culturales, en fin, todos los saberes y conocimientos que hoy llamamos CULTURA.

De todo lo que hemos expuesto, sin desmeritar las actividades que se desarrollemos durante la semana de la cultura guna manifestamos que dichas actividades deben servir de andamiajes para construir un futuro promisorio que todos ansiamos.

Las culturas nacen, crecen y fenecen. Son dinámicas tambien y se enriquecen mutuamente. La historia registra el dominio de una cultura a otra, conocido como el fenómeno de aculturación. En este sentido, cabe destacar lo siguiente: ¿qué está ocurriendo con nuestra cultura? ¿Cuál es la situación económica, política y cultural en que estamos viviendo? Subrayamos, en especial la salud y la educación en qué niveles se encuentran realmente.

No podemos seguir a ciegas seguir importando modelos de desarrollo. Sin negar los de afuera, creemos firmemente que contamos con suficientes talentos nativos que nos puedan diseñar un modelo de vida que nos conduzca llevar una vida digna, sana, justa y abierta a los nuevos cambios tecnológicos.

Cruzar de brazos significa la extinción de nuestra personalidad como pueblos diferentes, orgullosos y constructores de su propio destino.