Antropólogo e historiador
Dos años antes de la intervención de los Estados Unidos en los sucesos del 9 de enero de 1964. Esa misma fecha del 9 de enero en la región de Dulenega, hoy Gunayala, pero en 1962, continuaron las intervenciones de la policía panameña en las comunidades guna en su vida cotidiana, en el intercambio de mercancías entre los barcos colombianos y las poblaciones. Hoy a sus 62 años es importante de la sociedad panameña y la juventud guna conozca estos hechos históricos para recordar a otros mártires en la historia del pueblo Gunadule.
Los sucesos que ocurrieron en enero de 1962 son estallido de la situación que se estaba gestando desde hace unos años por el control del contrabando en la región, ya que las embarcaciones colombianas vendían productos sin que entrasen en el fisco central del Estado. Para 1961, los puertos principales panameños en la región de Porvenir y Puerto Obaldía, en ambos extremos de la comarca, fueron cerrados por orden del gobernador de la región para las embarcaciones colombianas. Un hecho sin precedentes en la región por la relación entre guna y colombianos en el intercambio comercial, ya que desde el siglo XIX tenían un convenio de entrada para los barcos colombianos a la región para abastecer a las comunidades guna.
Para la época, el puerto fronterizo de Puerto Obaldía, en la frontera con Colombia, estaba cerrado, por lo que no entraban las embarcaciones colombianas, lo que hacía eco en el abastecimiento de los productos de primera necesidad en las comunidades guna. De esta forma, muchas embarcaciones colombianas entraban a la región de forma ilegal y vendían a las comunidades guna en horas de la noche productos como arroz, azúcar, entre otros; y las comunidades guna negociaban a su vez con coco. El coco es la principal fuente de ingreso en la economía guna.
Por esta situación existente en la región, ocurren los hechos del martes 9 de enero de 1962 en la comunidad. A eso de las 3:30 de la tarde, cuando una canoa o embarcación colombiana se encontraba anclada al lado de una lancha panameña llamada "Bona Colón", se presentó una lancha de la Guardia Nacional con intenciones de llevarse la canoa, en el preciso momento, en que los comuneros de Digir vendían sus cocos y compraban mercancías a la canoa colombiana, que se llamaba "Mara".
Los guardias llegaron escondidos dentro de la lancha, por lo cual los pobladores no notaron su presencia. Al llegar al muelle, salieron a cubierta, bajaron a la fuerza y comenzaron a disparar, empujando y golpeando con sus fusiles a los comuneros que estaban a su paso. Algunos de éstos cayeron al mar.
Viendo esta situación los comuneros de Digir, ante este atropello y al ver caer a sus compañeros heridos, decidieron enfrentarse a la guardia. Varios de ellos buscaron piedras y palos, resultando herido un comunero llamado Ernesto Vallarino, quien fue alcanzado por las balas.
En esos momentos las mujeres de la comunidad encabezaron el enfrentamiento con la guardia, y así, poco a poco, tanto hombres como mujeres, al ver los heridos, buscaron sus escopetas; y fue una lucha increíble entre guardias y la comunidad presente en el muelle.
La lancha "Bona Colón" tuvo que alejarse con algunos pobladores que estaban a bordo y que compraban mercancías. Sin embargo, la guardia disparó y resultaron heridos los indígenas: Roberto Ramírez, Alcides Chiari, Aníbal Serrano, Ernesto Vallarino, José Martínez, Antonio Meza y el cocinero de "Bona Colón". El barco se dirigió a Yandup/Nargana para buscar refugio. Al mismo tiempo estaba llegando otra embarcación de propiedad guna, "Caribe Kuna", pero al ver la situación agitada cambio de rumbo para evitar el enfrentamiento.
La lucha prosiguió varias horas entre ambos bandos, hasta que, la lancha de la guardia optó por retirarse. Los guardias a bordo de la lancha continuaron disparando, a pesar de que los comuneros de Digir les pedían que no dispararan más y uno de los comuneros llamado Alberto González envuelto con la bandera panameña se dejó ver, y la guardia no disparó más.
Como el enfrentamiento continuaba, los estudiantes, que estaban en clases, comenzaron a abandonar las aulas, asustados por el tiroteo. Los maestros llamaron la atención a los guardias; manifestando que no era la forma de resolver la situación, porque todos son panameños y que en cada isla hay un jefe o sagla, al que deben de consultar como la autoridad del pueblo.
La disputa cesó después de cuatro horas, cuando los guardias decidieron bajarse de la canoa colombiana y se dirigieron a la casa del Congreso. En la lucha hubo un total de siete indígenas heridos y cuatro guardias.
En la contienda las mujeres se enfrentaron tirando cocos a los policías, junto a los hombres; y ellas tenían en sus cuerpos el emblema de la bandera nacional. Tanto hombres como mujeres pelearon de forma verbal y a empujones. Agarraron a los guardias en el Onmaggednega (Casa del Congreso).
A los guardias que se quedaron, se les pidió que entregaran las armas para guardarlas y mostrarlas a los altos jefes de la administración cuando llegaran a la comunidad. Dos o tres guardias se negaron a entregar las armas y hubo que quitárselas a la fuerza. Los heridos de la guardia nacional fueron enviados a Yandub/Nargana y los otros guardias quedaron como rehenes de la comunidad. No se sabe cuántos guardias vinieron en la lancha de la guardia, pero se calculan unos veinte (20).
Este hecho ocurrió en momentos en los que muchos hombres no estaban en la comunidad, ya que se encontraban trabajando en la región de Ugguba, en la producción del coco. Los hombres que estaban eran pocos, principalmente de las tiendas Panamá y Urracá. En Ugguba estaban los hombres de las tiendas Colón y Army. Estas tiendas eran cooperativas organizadas dentro de la comunidad para cultivar y comerciar el coco. Según nos cuenta el sagla Aurelio Meza, éste no es el primer atropello que se presenta en la comunidad de Digir (Tigre). En el año 1961, se presentó un guardia que pedía B/. 500.00 al capitán de una canoa que se llamaba "Marycla". En ese momento, los pobladores también estaban comprando mercancías y vendiendo cocos a la canoa. El guardia sacó un revólver, pero como era uno solo fue fácil dominarlo. Más tarde se supo que no era un guardia, sino un civil con intenciones de robar.
Después de los sucesos del 9 de enero, hubo un Congreso General Guna en la comunidad, para conocer la verdadera causa del hecho. También, llegaron autoridades panameñas a la comunidad para dirimir responsabilidades. En el Congreso General Guna, que se celebró a finales del mes de enero, se decidió que la guardia nacional no puede apresar a ninguna canoa colombiana que se encuentra atracada en los muelles de cualquier isla de la Comarca. Y se firmó una declaración de los sucesos de enero de 1962, que fue firmada en la punta de la isla, suscrita a la 9:45 de la noche, firmada por varias personas. A raíz de este suceso, fueron condenadas a la Cárcel Modelo en Panamá ocho personas por haber participado en el incidente: Francisco Kantule Rodríguez, Atilio Rodríguez, Julio Solano, Alcibíades Salazar, Pablo González, Galileo Díaz, Alcides Alvarado y Miguel Salazar. Estos señores fueron llevados de la comunidad hacia la comunidad de Yandup/Nargana el 11 de enero de 1962, por el Señor Ministro de Gobierno y Justicia, Marco Aurelio Robles, y al día siguiente fueron a la ciudad de Panamá. Purgaron sus penas durante cinco (5) meses con 17 días. Salieron de la cárcel el 28 de junio y llegaron a la comunidad de Digir (Tigre) el 30 de junio de ese año.
Después de los sucesos del 9 de enero, ocurre otro hecho en la comunidad con las mismas características. El jueves 20 de diciembre de 1962, siendo la 1:35 de la tarde. Está historia lo divulgaremos el mes de diciembre de este año.
Documento original escrito por el sagla Aurelio Meza, y mejorado con nuevas investigaciones y documentos históricos por Adilza Meza y Bernal D. Castillo.
Archivo
Documental: Archivo Rubén Pérez Kantule
RUMBO A LOS CIEN AÑOS
BILA BURBA