Diálogo con la mujeres de Aggwabundor - Aggwanusadub |
Por tratarse de nuestro trabajo diario con los productores tanto agricultores y pescadores de langosta, dedicamos en este fin de año al tema del DIÁLOGO, como una herramienta que nos conduce al ÉXITO.
Normalmente los agrónomos o facilitadores (como hoy nos hacemos conocer), utilizamos la palabra extensión, como la herramienta para acercarnos a los productores. En el pasado eso es “extender” nuestros conocimientos y técnicas, menoscabando los conocimientos locales o tradicionales. Esto conlleva a sentidos como: transmisión por parte de un sujeto activo, contenidos a entregar, mesianismo, superioridad (de quien entrega el contenido), inferioridad (de quien recibe), mecanicismo, e invasión cultural (Freire 1998).
Hoy día eso ha cambiado, al menos para uno. Nos dedicamos a investigar y facilitar que los conocimientos locales o tradicionales se conozcan y se apliquen. Y los dos proyectos que CENDAH ejecuta nos están dando ejemplos o experiencias sobre el tema al que dedicamos este fin de año.
La extensión tradicional ya no puede existir como aún se mantiene en las aulas de clases agrícolas. Porque como bien lo dice Freire (1998), la dimensión humana, el conocimiento no es el acto, “a través del cual un sujeto transformado en objeto, recibe, dócil y pasivamente, los contenidos que otro le da o le impone. El conocimiento, por el contrario, exige una presencia curiosa del sujeto frente al mundo. Requiere su acción transformadora sobre la realidad. Demanda una búsqueda constante. Implica invención y reinvención”.
Por lo anterior, la experiencia nos enseña que la capacitación técnica no puede puntualizarse en una perspectiva netamente humanista y científica (Freire 1998), porque si hacemos caso omiso a los conocimientos tradicionales o locales, a su tecnología, a su realidad cultural y su entorno natural nunca lograremos cumplir con los objetivos de los proyectos u objetivos deseados (Grenier 1999). Ejemplos en Guna Yala hay muchos.
Por lo tanto, el facilitador-educador no puede cambiar las actitudes de los agricultores o pescadores, en relación a cualquier aspecto sin conocer su visión del mundo, y sin confrontarlos; es decir, hay que vivir sus problemas y entenderlos.
Esquema 1: La innovación - rápido y reconocible |
Los dos proyectos, una la de capacitación y extensión agroecológica[1] y la otra de conservación, manejo y producción sostenible de langosta espinosa, utilizando refugios artificiales[2], nos enseñan que el diálogo es la base del éxito de todo proyecto o programa. La comunicación por medio del diálogo rescata el pensamiento místico de los agricultores y pescadores para transformarlo en realidad sin desligar su mundo histórico-social y cultural.
Se deduce, por lo tanto, que el ser humano debe ser el centro de la discusión. Lo ideal sería que ese afán de dominio sobre la naturaleza, no se diera a través de la extensión (transmisión, entrega, donación, mesianismo, invasión cultural, manipulación, entre otros); sino que se estableciera en el reconocimiento de los otros hombres a través de la comunicación o diálogo, básicamente porque con el diálogo se pretende humanizar al hombre. En donde el conocimiento no se transmite de uno a otro, sino que se construye de manera colectiva.
Por otro lado, aún no hemos roto con el paternalismo de hacer las cosas para la gente (Bunch 1985), como lo son los agricultores, los pescadores, los comuneros. Recuerdo bien (mala suerte que no tenía cámara) cuando recorría la Comarca, vi en algunas comunidades hierros oxidados de kubotas (tractorcitos), para arar la tierra principalmente, pareciera que no pudieron seguir reparándolas cuando comenzó su uso y se dañaron una pieza o varias (programas de gobierno). Recuerdo bien cómo se organizaron los grupos de agricultores bajo los auspicios de la iglesia católica y por el llamado del Congreso General Guna (CGG), me refiero a los años 81 en adelante (Castillo 1987, Kuna 1987). Ahora nada queda de estas 30 organizaciones de productores agrícolas; hoy solo quedan unos tres.
Ahora se han organizado nuevas organizaciones, comunales en su mayoría, por el llamado que ha hecho nuevamente el CGG, para incrementar la producción alimentaria en la Comarca. En el Corregimiento de Narganá, el área protegida, los productores tienen gran apoyo de parte del programa de ANAM - Corredor Biológico Mesoamericano del Atlántico Panameño (CBMAP II), 28 subproyectos, de las cuales casi el 95% son subproyectos agroforestales. Buena partida existe allí. Pero lo estamos utilizando como debe ser, no me refiero al dinero, sino a las acciones prácticas de campo.
Proceso de aprendizaje |
Allí está la acción facilitadora del extensionista, como la de un educador, debe ser la de comunicación o diálogo, para llegar al productor, al hombre real insertado en una realidad histórico-cultural y social. Pero cómo motivamos a estos productores que muchas veces son tradicionalistas y no es fácil trabajar con ellos, cómo lo motivamos para que ellos mismos impulsen su propio desarrollo.
Aparentemente las necesidades que viven los comuneros, agricultores, pescadores, los entusiasma rápidamente cuando les llegan proyectos. Quieren participar en todo y no solo en uno. Son varias actividades que no pueden acaparar y por lo tanto, los entusiasmos van desapareciendo. Debe entonces el facilitador orientar a que se entusiasmen en un proyecto e iniciar en pequeño (Bunch 1985). Entonces, es el entusiasmo que será la fuerza aventurera, aún dentro de lo desconocido, hará que los productores experimenten, estudien, innoven, tomen decisiones, apliquen sus conocimientos tradicionales, cooperen y luchen por un objetivo común. Cuando eso ocurra, el entusiasmo será la fuerza impulsora del desarrollo (Bunch 1985).
Pero hace falta algo para que el entusiasmo aumente, es que la innovación lleve al éxito rápido y reconocible (ver, Esquema 1). Según Bunch (1985): “El éxito rápido y reconocible, es como la solución a una necesidad sentida cuyos resultados son tanto fáciles de observar como deseables según los valores culturales propios de la gente”. Si ello no ocurre, porque no hay información, entonces es cuando los productores quedan en el conformismo.
Lo que se ha demostrado en Guna Yala es que los propios agricultores son causantes de sus problemas y que ellos mismos lo pueden y deben evitarlos, y uno de ellos es la dependencia o el paternalismo como mencionamos, aún arraigada en la actualidad. Resolver tal situación depende de igual de los facilitadores o extensionistas/investigadores, describiéndoles varias alternativas tecnológicas a pequeña escala, gerenciales y organizativas, que ellos podrían adoptar, sin necesidad de contar con recursos adicionales a los que ellos ya poseen.
Labranza mínima, grupo de mujeres de Yandub-Narganá, 1999. F: Gubiler |
No hay problemas que no puedan ser solucionados, y los agricultores gunas lo saben, realizando sus propios diagnósticos con sus propias metodologías, basado en sus principios culturales. Participando en los cursos de capacitación que les despierte interés y motivarlos a probar una innovación. Luego deben probarlo para así poder estimular a enseñar a otros mostrándoles cómo lo hizo (ver, Cuadro 1).
Adoptando un desarrollo más endógeno que exógeno, un desarrollo que avance “en pequeño”, con tecnología a pequeña escala, desde adentro hacia afuera, desde abajo hacia arriba, desde lo más sencillo y de bajo costo hacia lo más complejo y de alto costo (Bunch 1982; Lacki 2010). Las innovaciones tecnológicas son un complemento y no un condicionante para empezar el desarrollo agrícola, o que su falta no sea una excusa para no iniciarla. Y es que en Guna Yala hay experiencias que no han sido continuadas.
Finalmente debemos saber que el diálogo es un principio nuestro, es un principio del pueblo guna, es un principio de Balu Wala.
!FELÍZ AÑO NUEVO!
[2] Proyecto administrado por el Centro de Desarrollo Ambiental y Humano (CENDAH)
Bibliografía:
Bunch, R. 1985. Dos mazorcas de maíz. Una guía para el mejoramiento agrícola orientada hacia la gente. Vecinos Mundiales, Oklahoma City, OK. 268 p.
Castillo Díaz, G., 1987. Problemas de la producción agrícola y forestal en Kuna Yala. En: Revista Sapi Garda, No. 4, Año 2, octubre 1987. 14-15 pp.
Freire, P. 1998. ¿Extensión o Comunicación?: La Concientización en el Medio Rural. Siglo XXI Editores S.A. (Trad. Lilian Ronzoni. Vigésima primera edición). 108 p.
Grenier, L. 1999. Conocimiento indígena: guía para el investigador. (Trad. Oscar Chavarría Aguilar – 1 ed.), Cartago: Editorial Tecnológica de Costa Rica; Ottawa: Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo. 135 p.
Kuna Yala, 1987. Declaración de los dirigentes de Kuna Yala. II Encuentro de dirigentes kunas. Dad Nacue Dupir, Kuna Yala. En: Revista Sapi Garda, No. 4, Año 2, octubre 1987. 16-17 pp.