12 de junio de 2023

La resiliencia por encima de todo en el Perú

 


Las mujeres indígenas recurren a la acuicultura como instrumento de resiliencia tras años de conflicto y de pandemia


La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Gobierno del Canadá prestaron apoyo a 43 comunidades indígenas de la Amazonía peruana con el fin de revitalizar las iniciativas de pesca y agrícolas, y recuperar las fuentes de alimentos y nutrición. © FAO.

01/06/2023

En septiembre de 1991, Rosalinda Shamayre Elías escuchó explosiones y gritos en su comunidad.

“¡Terroristas, terroristas!”, gritó.

Su pueblo, los ashaninkas, un grupo de indígenas que ha vivido por miles de años en las selvas lluviosas del Perú y el Brasil, sufrió una emboscada por parte del antiguo grupo terrorista denominado Sendero Luminoso.

Esa noche una granada fue lanzada a la casa de Rosalinda, que logró huir con sus tres hijos y se refugió en el bosque de Mazamari por cuatro meses.

Rosa —como la llaman cariñosamente— y Héctor Luna Jacopo, su esposo, no solo perdieron su hogar, sino también a decenas de familiares y amigos durante los prolongados años de conflicto.

<Pese a la pérdida y el dolor inmensos, Rosa y Héctor lograron perseverar y sanar. En la lengua ashaninka, el término que se utiliza para describir esta situación es notsimancaque, que significa resiliencia o, más precisamente, la capacidad de sanar el alma y seguir adelante por el bien de la comunidad.

Los indígenas ashaninka del Perú se ampararon en el notsimancaque —un término que significa resiliencia— durante los años de conflicto y, más recientemente, de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID 19). © FAO.

Dos decenios más tarde, se encontraron nuevamente ante el miedo, la pérdida y la incertidumbre.

El 15 de marzo de 2020, las autoridades del Perú anunciaron un confinamiento por la propagación de la COVID‑19, una enfermedad nueva y desconocida en ese momento.

Su comunidad —El Milagro— tenía motivos para estar atemorizada, puesto que a pesar de que existía un centro de salud, no disponía de médicos, suministros médicos ni medicinas.

En un primer momento, el pueblo ashaninka adoptó medidas para protegerse del virus denegando el acceso a su territorio a personas ajenas a la comunidad y aislándose. Sin embargo, con el paso del tiempo la comunidad tuvo que lidiar con el hambre y una disminución de los suministros.

Para hacer frente a la cada vez mayor escasez de alimentos, seleccionaron a un grupo que se aventuraría a salir al mundo exterior y comerciar para obtener suministros. Por desgracia, no tuvo que pasar mucho tiempo para que la COVID‑19 se empezara a introducir en la comunidad y que muchos cayeran enfermos.

“Muchos de nuestros hermanos y hermanas se enfermaron y algunos no lograron sobrevivir”, relataron Rosa y Héctor.

Recuperar una oportunidad perdida

La pandemia también les arrebató la oportunidad que recientemente se les había presentado de mejorar la nutrición y los medios de vida en la comunidad. En 2018, las autoridades locales habían ayudado a 18 familias en El Milagro a instalar explotaciones acuícolas y criar alevines.

El grupo de indígenas tenía la esperanza de poder mejorar y prevenir la malnutrición infantil, que en las comunidades del Amazonas en ocasiones llega hasta el 20,3 %, según las cifras gubernamentales.

La llegada de la pandemia puso fin a esta iniciativa de manera abrupta.

Tan pronto como la situación de salud mejoró a finales de 2021, la FAO, con el apoyo del Gobierno del Canadá, realizó evaluaciones rápidas del mercado local y de los alimentos para fortalecer las organizaciones rurales y agrícolas del ámbito comunitario.

La iniciativa tenía por objeto mejorar la nutrición y los medios de vida, centrándose a la vez en el empoderamiento de las mujeres indígenas y respaldando los programas públicos de protección con perspectiva de género.

La FAO visitó El Milagro, donde la comunidad manifestó de manera clara la necesidad de restablecer y ampliar el proyecto de explotaciones acuícolas que la pandemia les había arrebatado.

Rosa asumió el liderazgo de esta iniciativa. Su labor consistía en coordinar los flujos de trabajo y promover la participación de más mujeres en la cría de alevines.

“Aprendimos a preparar los piensos para peces, mejorar la circulación del agua y a organizarnos mejor”, explica, y además añade que los peces han ayudado también a mejorar la nutrición de su pueblo.

“Sueño con una comunidad donde la malnutrición sea cosa del pasado y las mujeres puedan tejer y reír sin temor”, apuntó.

Gracias al apoyo de la FAO y del Gobierno del Canadá, El Milagro y otras 42 comunidades de las provincias de Atalaya en la región de Ucayali y Satipo pudieron restablecer sus explotaciones acuícolas y otros proyectos agrícolas, incluida la producción de cultivos como el café y el cacao.

Las familias indígenas de El Milagro alimentan a sus hijos con peces pacú, una variedad autóctona del Río Amazonas que se considera ideal para la cría debido a su tolerancia a los bajos niveles de oxígeno presentes en los estanques de peces. © FAO.

Las mujeres lideran la resiliencia

Rosa reconoce que el empoderamiento de las mujeres es fundamental para garantizar un mejor futuro para sus hijos y la comunidad.

Junto con las otras mujeres de su comunidad, Rosa asistió a las actividades de capacitación semanales que impartió la FAO no solo en materia de mejores técnicas de acuicultura sino también sobre liderazgo, derechos de las mujeres y derechos humanos.

Además de impulsar la productividad, estas sesiones de capacitación también se centraron en el empoderamiento de las mujeres de la comunidad, muchas de las cuales viven en situación de extrema pobreza y en algunos casos sobreviven con menos de 1,90 USD al día, según la Organización Internacional del Trabajo.

Rosa reconoce que ser madre y líder es una tarea complicada y que la principal limitación para algunas mujeres es que no reciben el apoyo de sus maridos, algo que por fortuna no ocurre en su caso.

Con el apoyo de su marido, Rosa se ha desempeñado como una líder capaz y dinámica, asumiendo diferentes funciones desde jefa de la cocina comunitaria hasta tesorera de la junta comunal. Además, le gustaría en algún momento llegar a ser líder de El Milagro, motivo por el que su marido y ella trabajan conjuntamente para lograrlo.

Durante todo 2022, en el marco del Programa de la FAO de respuesta y recuperación de la COVID‑19, la FAO y el Canadá apoyaron a más de 23 000 pequeños agricultores, en especial jóvenes y Pueblos Indígenas en el Estado Plurinacional de Bolivia, Honduras, Nicaragua y el Perú.

La resilencia de Rosa, quien está a punto de cumplir 60 años, se mantiene inquebrantable. Haber soportado los horrores del conflicto, la enfermedad y la pobreza le ha permitido aprender a aprovechar cada oportunidad que la vida le presenta, incluida la iniciativa de la FAO, así como a sanar, comenzar de nuevo y a notsimancaque.

Fuente: https://www.fao.org/fao-stories/article/es/c/1640852/

 

9 de junio de 2023

SEMBRANDO CONOCIMIENTOS PARA EL MAÑANA

Geodisio Castillo
Simión Brown[1]

“Solo anhelo para la tierra de mis mayores una atmósfera de paz y tranquilidad, un aire puro para que puedan ser felices los hijos de esa tierra donde nací”

      Olodebiliguiña

Gosgun Galu en pleno diálogo. Foto: Gubiler

En el mundo actual, donde nos enfrentamos a crisis superpuestas a consecuencia de un desarrollo social y productivo excluyente, generador de desigualdades y agresor de la naturaleza, deterioro del patrimonio cultural indígena, los conocimientos ancestrales de los pueblos indígenas deben ser vistos como parte esencial de las respuestas a los grandes desafíos del presente, como lo es la crisis climática[2]. Eso es evidente de parte de muchos autores y/o investigadores, que, con el paso de los años, los pueblos indígenas hayan adquirido reconocimiento mundial, especialmente por sus valores espirituales-ético-ambientales, tan necesarios de rescatar en nuestro mundo del siglo XXI (García 2014). Y en especial los saberes de las mujeres, pues ellas son celosas guardianas y trasmisoras de los mismos[3].

Desde esta perspectiva, Gosgungalu (Junta Ejecutiva) de Onmaggeddummad Namaggaled (Congreso General de la Cultura Guna) junto a su Instituto del Patrimonio Cultural del Pueblo Guna (IPCPG) se reunieron para dialogar sobre lo que harán mañana, a corto, mediano y largo plazo. En este encuentro, también estuvieron presentes las mujeres Bundorgan (hermanas).

Una agenda de dos días, donde se destacaron el pensamiento ancestral y su relación con el ambiente y cómo plasmarlo en nuestra realidad. “Ya es tiempo de actuar, sin miedo, ante nuevos desafíos, con sabiduría ancestral”, destacaron la dirigencia presente en el diálogo, realizado el 3 y 4 de junio del presente año, en Bingandi. En un contexto en que en la Comarca Gunayala se presenta tendencias e indicadores que expresan cambios en las dinámicas socioculturales, socioeconómicas y ambientales a escala comarcal, influenciadas por la globalización mundial (AEK/PEMASKY 1995; CGG 2015).

También destacaron la necesidad de profundizar un cambio cultural que valore en sus justos términos las enormes riquezas y potencialidades del pueblo gunadule, quienes, durante milenios, han conformado un bagaje de conocimientos sostenidos en prácticas concretas que son de enorme utilidad para la sociedad gunadule. "Tenemos un territorio con muchos recursos con biodiversidad, pero debemos ser conscientes de esta existencia. Creer en nosotros mismos, y, sobre todo, en los procesos que queremos, sabiendo que ningún cambio sucede de la noche a la mañana, nos criticarán y eso significa llamar la atención a los cambios”.

Estos cambios son señalados en el Plan Estratégico de Gunayala 2015-2025 (PEGY) – “Ante la realidad actual, Gunayala se debe enfrentar a los nuevos retos teniendo presente la línea conductora, fijada por los abuelos y abuelas que consolidaron la cultura y la historia del pueblo guna, y que supieron vivir la realidad del presente sin dejar el pasado, y sobre el pasado se proyectaron hacia el futuro (CGG 2015).

Los ologunaliler o sabios presentes en el diálogo, son una fuente de conocimientos, al indicar que la crisis climática y la crisis de pérdida masiva de especies conforman una gran crisis holística que sólo puede resolverse explorando y desplegando soluciones que atiendan a ambos problemas a la vez. Con una iniciativa de reforestación y preservación, tenemos más oportunidades para el fortalecimiento de capacidades y se adelantan creando plataformas o módulos de aprendizaje innovadora. Es una solución basada en la naturaleza que aprovechan el poder de la naturaleza para reducir las emisiones y adaptarse a los impactos climáticos[4].

Una iniciativa de reforestación con árboles maderables, frutales y medicinales, es una relación intrínseca biocultural donde los conocimientos y prácticas de duleina (medicina botánica gunadule) se van dinamizando y cambiando en esa relación de los bienes de la naturaleza que usamos desde los conocimientos ancestrales[5].

Con esta iniciativa de reforestación por compensación, estaremos estableciendo un gran jardín botánico con numerosos productos bioactivos que representan nuestro patrimonio cultural y natural, una riqueza natural cuyo valor económico es incalculable.

Con esta esperanza y con una gran maestría el Argar Nersibu Eulalio, manifiesta: “Todos los seres vivos tenemos carbono en nuestro cuerpo, yo tengo y genero carbono en mi cuerpo, sin el carbono y el oxígeno no podríamos vivir, entonces en cierta forma somos almacenadores de carbono. Cuando el carbono que se emite se mezcla con el oxígeno se forma el dióxido de carbono y es captado por los árboles, plantas y animales que lo absorben y lo incorporan como la savia que les da vida. Lo que aquí importa es que el carbono capturado, que se toma de la atmósfera no vuelva a liberarse”. Ya que es uno de los gases de efecto invernadero que impulsa la crisis climática, cada segundo.

Diálogo Bundorgan con Gosgun Galu. Foto: Archivo Bundorgan

Otros dirigentes, como el Sagladummad Domitilio Morris, observó acertadamente que “el fortalecimiento de la identidad cultural es la promoción del desarrollo socioeconómico sostenible de nuestro pueblo gunadule son objetivos que se refuerzan mutuamente. Nuestra cultura es un activo y no un impedimento para generar ingresos y el desarrollo, un prejuicio que subsiste hasta hoy, de parte de las personas que entienden, pero no quieren entender; la cultura es base de toda sociedad en desarrollo. Somos herederos de la cultura gunadule en que vivimos hoy y como es dinámica, debemos afianzar la cultura que seremos mañana”. El pueblo gunadule viene construyéndose desde su cultura, porque sabemos de dónde venimos, cómo existimos y hacia dónde queremos ir, tanto en lo personal como en lo colectivo.

Subraya el Sagladummad, que coincide con los otros dirigentes Argar presentes en el diálogo y aún más con los lineamientos estratégicos del PEGY (CGG 2015) que, “es importante, también, tener presente que están surgiendo nuevos problemas en nuestras comunidades, en parte, como consecuencia de aparición de actividades económicas no comunes en Gunayala. Antes, la economía no era determinante por las convicciones culturales y espirituales, y era muy fácil el “Babnegse dagdabbo, niba be benuggo”[6]. Entonces, el dar y el ofrecer un favor al vecino eran un honor y formaban el cuadro de prestigio personal. Pero, ahora, nuestras autoridades se lamentan de que todo gira en torno al dinero, y se debilitan, cada vez más, los aspectos culturales”.

La iniciativa de la reforestación es sin fines de aprovechamiento; es el de aumentar la cobertura boscosa, dirigiendo todas las acciones que sumen esfuerzos de reforestación en el país, priorizando el mantenimiento de los plantones, su monitoreo y registro (MiAmbiente y GIZ, 2020). Por cada árbol talado deberán sembrarse diez (10) plantones (ENSA 2020). Y en el Estatuto del Congreso General Guna (Artículo 200) dice: “A fin de conservar la flora para las futuras generaciones, todo kuna que tale un árbol de madera preciosa para su uso tendrá la obligación de sembrar otro de la misma clase”. La iniciativa, no es mercado de carbono, la cual ha sido mal interpretada. Al contrario, la iniciativa de reforestación es de conservación, mitigación, resiliencia y protección de los árboles, mantener que el humo malo no se libere, se mantenga bajo el suelo, el mar, en los árboles, las plantas y en animales e igual en nosotros mismos los seres humanos. Y solo aprovecharlos sabiamente, solicitándole permiso a nuestros hermanos árboles.

El propósito de esta iniciativa es “Desarrollar un proyecto de reforestación por compensación (sin fines de aprovechamiento), como medida de corrección y mitigación para resarcir el daño ambiental ocasionado por la tala de árboles en el alineamiento propuesto para el desarrollo de los proyectos “Extensión de Línea Trifásica El Llano – Cartí, Etapa I” y “Extensión de Línea Trifásica El Llano – Cartí, Etapas II y III”.

A manera de conclusión:

Según la estrategia de Gunayala (CGG 2015), establece que, ante los cambios que son necesarios para enfrentar la situación actual y futura, es urgente el diseño de una nueva estrategia de desarrollo socioeconómico, cultural, ambiental y político de Gunayala, a falta de eso, corremos un alto riesgo de una profunda crisis en la que ya nos estamos sumergiendo y que ya empieza a trastocar las estructuras organizativas socio-culturales de nuestro pueblo. Los criterios y prioridades deberán tomar en cuenta todo lo relacionado con la protección del patrimonio cultural, la preservación de la calidad del ambiente y el hombre guna como sujeto final, planteando objetivos y prioridades que es necesario - en el contexto de los nuevos retos y oportunidades.

Dentro de la Comarca de Biosfera de Gunayala, todas las dimensiones de la vida del pueblo guna, social, política, cultural, religiosa, ecológica, económica, son vividas de manera integral. Querer fragmentarlas es empobrecer y debilitar la fuerza del plan del pueblo guna. El dolor de la madre tierra – Ologwadule, tiene que ser nuestro dolor; sólo de este modo podemos hablar de amor hacia ella; hacer brotar de sus entrañas las semillas, las cepas… surgirá el verdor, y el cuerpo de la madre se llenará de hermosos y robustos árboles con su variado colorido (Wagua 2011).

Referencias


AEK/PEMASKY, 1995.   BIOSFERA DE LA COMARCA KUNA YALA. Plan General de Manejo y Desarrollo (Resumen Ejecutivo: documento de trabajo). Equipo Técnico Consultor de PEMASKY. AEK, PEMASKY, OIMT, CGG. Nusagandi, Kuna Yala, Panamá. 77 p.

 

Congreso General Guna (CGG), 2015.     GUNAYALA 2025. Plan Estratégico de Gunayala 2015-2025. “Hacia una gestión territorial”. Congreso General Guna, Comarca Gunayala, Panamá. 112 p. Anexo: Programa PAC. InfoIIDKY/Rev. 7.

 

Congreso General Guna (CGG), s/f.   ESTATUTO DE LA COMARCA GUNAYALA. Comarca Gunayala. Panamá. 84 p.


Elektra Noreste, S.A. (ENSA), 2020. Plan de Compensación Ambiental: Proyecto “Reforestación por Compensación de los Proyectos El Llano – Cartí, Etapas I, II y III”. Panamá. 29 p.

 

García, H. V., 2014.   El pensamiento ambiental ancestral latinoamericano como respuesta a la actual crisis planetaria. En: Revista Comunicación. Volumen 23, año 35, núm. 1, enero-junio. Universidad Nacional, Costa Rica. pp. 4-16

 

Ministerio de Ambiente y GIZ, 2020. Programa Nacional de Restauración Forestal, 2021-2025. Panamá. 114 p.

 

Wagua, A., (Recopila, sintetiza y traduce), 2011.  En defensa de la vida y su armonía. Elementos de la espiritualidad guna. Textos del babigala. 2ª edición – ampliada. Proyecto EBI Guna / Fondo Mixto Hispano Panameño. Panamá. 358 p.