24 de junio de 2014

El papel de la biodiversidad en la agricultura campesina en América Latina

MIGUEL A. ALTIERI, CLARA I. NICHOLLS, RENÉ MONTALBA

Aun cuando los monocultivos de exportación conocidos como flex crops crecen sin parar causando devastación ecológica, la agricultura campesina de pequeña escala sigue produciendo más de la mitad de los alimentos que se consumen en América Latina en agroecosistemas diversificados que aprovechan y mantienen la biodiversidad y el rol ecológico esencial que esta cumple.

En América Latina la agricultura, que ocupa el 35,8% de su superficie total, se expande a expensas de los bosques naturales. Los bosques naturales se deforestan a una tasa de 4,3 millones de hectáreas anuales para dar paso a la  agricultura de monocultivo para la exportación y al incremento de pasturas, plantaciones de eucaliptus y cultivos como la soya –mayoritariamente transgénica–, la caña de azúcar y la palma africana. Estos cultivos, ahora llamados flexibles (flex crops), crecen a una tasa anual de 3,25%. Esta expansión agroindustrial no solo homogeneiza los paisajes y deja una inmensa huella ecológica, sino que también desplaza a las poblaciones rurales –mayormente integradas por campesinos productores de alimentos– que migran a las ciudades a una tasa anual del 2%, lo que agrava los problemas sociales en las urbes y debilita la capacidad de autosuficiencia alimentaria de la región.

Después del huracán Mitch en Honduras: derrumbes en campos con monocultivos (izquierda) y resiliencia de los sistemas diversificados bajo agroforestería y cultivos de cobertura (derecha) M. Altieri

A pesar de esta devastación ecológica impulsada por el modelo económico capitalista-extractivista, aún persiste en América Latina una población campesina estimada de 65 millones de personas, constituida principalmente por productores familiares a pequeña escala, que tienen fincas menores a dos hectáreas y que ocupan menos del 30% de la superficie agrícola, pero que producen más del 50% de los alimentos básicos que se consumen en la región. Por ejemplo, en Ecuador el sector campesino ocupa más del 50% de la superficie dedicada a cultivos alimentarios como maíz, frijol, cebada y ají. En México los campesinos ocupan no menos del 70% de la superficie cultivada con maíz y 60% de la superficie donde crece el frijol (ETC Group, 2009).

No menos del 50% de estos campesinos aún mantienen agroecosistemas diversificados producto de siglos de coevolución biocultural, adaptados localmente y manejados con tecnologías ingeniosas que han permitido a miles de comunidades contar con seguridad alimentaria, conservar la agrobiodiversidad clave y mantener formas nativas de identidad cultural y organización social (Koohafkan y Altieri, 2010).

La prevalencia de millones de hectáreas en forma de campos elevados, terrazas, policultivos, sistemas agroforestales y silvopastoriles representan estrategias indígenas exitosas de adaptación a ambientes marginales y cambiantes, constituyendo un símbolo de la creatividad de miles de agricultores. Además estos microcosmos de agricultura tradicional son modelos de resiliencia y sostenibilidad ya que minimizan riesgos, estabilizan los rendimientos, promueven diversidad nutricional, maximizan retornos con el uso de recursos locales, limitan el uso de insumos externos y mantienen una oferta alimentaria local todo el año. Estos beneficios están ligados a los altos niveles de biodiversidad que caracterizan a estos sistemas tradicionales, ya que la regulación interna de su funcionamiento es un producto de la biodiversidad y las interacciones o sinergismos entre sus componentes.

¿Qué es la biodiversidad?

Todas las especies de plantas, animales y microorganismos existentes dentro de un ecosistema y que interactúan optimizando procesos ecológicos claves, constituyen la biodiversidad. En los agroecosistemas es posible distinguir cuatro tipos de biodiversidad: productiva (cultivos y animales), destructiva (plagas, malezas, enfermedades), neutral (herbívoros no plaga que sirven de alimento a predadores) y benéfica o funcional como los polinizadores, los enemigos naturales, las lombrices, los microorganismos del suelo, etc., que cumplen roles ecológicos importantes en procesos tales como la polinización, el control natural de plagas, el reciclaje de nutrientes, etc. En general, el grado de biodiversidad en los agroecosistemas depende del mantenimiento de sistemas de conocimiento sobre manejo y formas culturales de usos (alimenticios y no alimenticios) de los cultivos y especies silvestres, así como de varios factores y características de los sistemas de cultivos, como son:

  • El número de subsistemas productivos (huerta, chacra, pasturas y praderas, zonas sin cultivo) y espacios naturales.
  • El número de especies y variedades vegetales y razas animales desplegadas en el tiempo y el espacio por el campesino.
  • Maneras en que los agricultores asocian los cultivos y cómo integran a los animales.
  • La permanencia temporal de cultivos anuales y perennes dentro del agroecosistema.
  • El tipo e intensidad del manejo, (por ejemplo químico versus orgánico).
  • La diversidad y tipo de arvenses en el agroecosistema y de vegetación natural en sus alrededores (por ejemplo si al cultivo lo rodean bosques o monocultivos transgénicos).


Lo importante y necesario es identificar el tipo de biodiversidad que se desea mantener y estimular para prestar servicios ecológicos claves para la producción y definir así las mejores prácticas agroecológicas que fomentan los componentes deseados de biodiversidad (figura 1).

El rol ecológico de la biodiversidad

La investigación agroecológica ha demostrado que la agrobiodiversidad es clave para que el agroecosistema funcione y provea servicios de apoyo –por ejemplo fertilidad de suelos– y de regulación –por ejemplo control biológico de plagas–. Todos estos procesos de renovación y regulación, reciclaje y almacenamiento de nutrientes, control del microclima, regulación del flujo y almacenamiento de agua, desintoxicación de químicos nocivos, etc., están mediados biológicamente, por lo que su persistencia depende del mantenimiento de la biodiversidad.

Por ejemplo, la disponibilidad de nitrógeno y fósforo para las plantas depende de poblaciones de bacterias fijadoras de N y de micorrizas presentes en el suelo, lo que a su vez depende de la adición de materia orgánica. La regulación de la abundancia de organismos indeseables depende de biota benéfica que aumenta en policultivos que proveen hábitat. Cuando estos organismos y sus servicios se pierden debido a la simplificación biológica –establecimiento de  monocultivos– los costos económicos y ambientales son altos ya que incluyen la necesidad de abastecer a los cultivos con agroquímicos caros y tóxicos.

Izquierda: sistema agroforestal de cacao; centro: sistema quesungual en Honduras; derecha: policultivo maíz y frijol como ejemplo de diversificación específica fuentes diversas en internet; M. Altieri

Los agroecólogos están de acuerdo en que mientras más diverso es el agroecosistema, más tienden los agroecosistemas a prevenir las explosiones de especies invasoras, aumentar la estabilidad y la resiliencia frente a disturbios y cambios ambientales o climáticos y a mejorar su capacidad de subsidiar su propio funcionamiento: reciclaje de nutrientes, regulación biológica de plagas, productividad, etc. Si se elimina un grupo funcional de especies por algún disturbio, cuanto más biodiverso es un agroecosistema, más difícil es que cambie a un estado “menos deseado” que, potencialmente, afectaría su capacidad de funcionar y prestar servicios. Los agroecosistemas biodiversificados se caracterizan por exhibir cuatro propiedades emergentes (Altieri y Nicholls, 2013):

  • Compensación: la biodiversidad incrementa la función del agroecosistema pues diferentes especies juegan roles diferentes y ocupan nichos diversos. Si una especie falla, existe otra que la reemplaza en su función.
  • Complementariedad: resulta de combinaciones espaciales y temporales de plantas que facilitan el uso complementario de los recursos o brindan otras ventajas, como en el caso de las leguminosas que facilitan el crecimiento de cereales al suplirlos de una dosis extra de nitrógeno, o de flores que proveen polen y néctar a enemigos naturales que controlan una plaga específica.
  • Redundancia: en un agroecosistema muy diverso hay más especies que funciones, por lo que existe redundancia y son precisamente aquellos componentes, redundantes en un tiempo determinado, los que se tornan importantes cuando ocurre un cambio ambiental. Ante cambios ambientales la redundancia construida por varias especies permite al ecosistema continuar funcionado.
  • Resiliencia: los agroecosistemas diversos retienen su estructura organizacional y su productividad tras una perturbación.


Un agroecosistema es “resiliente” si es capaz de resistir o recuperarse de una perturbación. (por ejemplo sequía o huracán) y así continuar produciendo alimentos.

¿Cómo manejan los campesinos la biodiversidad?

Los campesinos aumentan y manejan la diversidad de sus agroecosistemas a tres niveles (Altieri y otros, 1987):

Nivel paisajístico: muchos campesinos practican una “agricultura de mosaicos” caracterizada por campos pequeños insertos en una matriz paisajística dominada por vegetación natural. Para grupos étnicos como los p'urhepecha que viven en la región del lago Pátzcuaro en Michoacán, México, la cosecha silvestre es parte de un complejo modelo de subsistencia basado en múltiples usos de los recursos naturales. Esta gente utiliza más de 224 especies de plantas silvestres para sus necesidades dietéticas, medicinales, y energéticas.

Nivel predial: los sistemas de cultivo múltiple constituyen sistemas agrícolas diversificados en el tiempo y el espacio tomando la forma de cultivos en franjas, cultivos intercalados, cultivos con cubierta vegetal, sistemas agroforestales y silvopastorales (véase recuadro). Entre las ventajas potenciales que surgen del diseño inteligente de estos policultivos se encuentran: la disminución de la población de plagas de insectos por enemigos naturales albergados en ambientes complejos, la supresión de malezas por el sombreado de doseles más densos o por alelopatías, el uso más eficiente de los nutrientes del suelo y la mejora de la productividad por unidad de superficie.

Nivel genético: muchos agroecosistemas tradicionales se ubican en centros de origen de cultivos, por lo tanto contienen numerosas variedades criollas de maíz, frijoles, papas, granos nativos, raíces, frutas y otras plantas alimenticias altamente adaptadas incluyendo sus parientes silvestres. Los campesinos mantienen gran diversidad genética de cultivos en forma de variedades tradicionales y en muchos sistemas siembran dos o más variedades de cada cultivo. El uso de múltiples variedades de cada cultivo proporciona diversidad intra e interespecífica, mejorando así la seguridad de las cosechas. La diversidad genética hace que los cultivos sean resilientes y menos vulnerables a condiciones de estrés biótico (plagas, enfermedades) como abiótico (sequías y heladas). La diversidad genética actúa como un seguro para enfrentar el cambio ambiental o las necesidades sociales y económicas futuras, ya que la riqueza varietal disminuye la variabilidad de la producción.


Principales prácticas de biodiversificación y sus efectos a nivel de predio utilizadas por los campesinos


Rotaciones de cultivos: diversidad temporal en forma de secuencias de cereales y leguminosas. El suelo está cubierto y los nutrientes se conservan de una estación a otra, y los ciclos vitales de las plagas de insectos, enfermedades y malezas se interrumpen.

Policultivos: sistemas de cultivo en el que dos o más especies de cultivos se plantan dentro de cierta proximidad espacial, resultando en complementariedades biológicas que mejoran la eficiencia en el uso de nutrientes y la regulación de plagas mejorando la estabilidad del rendimiento de los cultivos.

Sistemas agroforestales: los árboles que crecen junto con cultivos anuales, además de modificar el microclima, mantienen y mejoran la fertilidad del suelo; algunos árboles contribuyen a la fijación de N y la absorción de nutrientes de los horizontes profundos del suelo, mientras que su hojarasca ayuda a reponer los nutrientes del suelo, manteniendo la materia orgánica y sosteniendo cadenas tróficas complejas en el suelo.


Cultivos de cobertura y mulch: el uso de cultivos puros o mixtos de gramíneas-leguminosas bajo los árboles frutales puede reducir la erosión y proporcionar nutrientes al suelo y mejorar el control biológico de plagas. En agricultura de conservación, aplanar mezclas de cultivos de cobertura sobre la superficie del suelo es una estrategia para reducir la erosión del suelo y reducir las fluctuaciones en la humedad y la temperatura del suelo, mejorar la calidad del suelo y posibilitar la supresión de malezas por alelopatía, lo que resulta en mayores rendimientos.

Mezclas de cultivos y ganadería: una alta producción de biomasa y un óptimo reciclaje de nutrientes se puede lograr mediante la integración de cultivos y animales. La producción animal que integra arbustos forrajeros plantados en alta densidad, intercalados con pastos altamente productivos y con árboles maderables, combinados todos en un sistema que puede ser directamente pastoreado por el ganado, aumenta la productividad total sin necesidad de insumos externos.


Conclusiones

La diversificación paisajística, especifica y genética, potencia los efectos positivos de la biodiversidad en la productividad, derivados de los crecientes efectos de la complementariedad entre las especies de plantas y animales, resultando así en un mejor aprovechamiento de la luz solar, el agua, los recursos del suelo y la regulación natural de las poblaciones de plagas. La mayoría de los esquemas campesinos de diversificación son multifuncionales y su adopción generalmente implica cambios favorables en diversos componentes de los sistemas de producción. En otras palabras, funcionan como una “plataforma ecológica giratoria” mediante la activación de procesos clave tales como el reciclaje, el control biológico, el antagonismo, la alelopatía, etc., esenciales para la sostenibilidad y la productividad de los agroecosistemas.

Las cuatro propiedades que emergen de las estrategias de diversificación campesina resaltan la importancia de la diversidad que se traduce en heterogeneidad ecológica, lo que a su vez incrementa las opciones. Así, la biodiversidad proporciona un “seguro” o sirve como un “amortiguador” frente a fluctuaciones ambientales debido a que la diversidad de cultivos, árboles y animales responden de manera diferente a las fluctuaciones, condicionando una comunidad más predecible o fomentando las propiedades del ecosistema. Aún más, los sistemas campesinos agroecológicos no son intensivos en el uso de capital, trabajo o insumos químicos, sino más bien, al propiciar altos niveles de biodiversidad, intensifican la eficiencia de procesos biológicos clave para mantener la salud de suelos y cultivos, la resiliencia y la productividad. Por ello, en agroecología se conoce a estos sistemas como “agricultura de procesos”.

Miguel A. Altieri, Clara I. Nicholls
Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (SOCLA)

René Montalba
Instituto del Medio Ambiente,
Universidad de la Frontera, Chile


Referencias

  • Altieri, M. A., Anderson, K. y Merrick, L. C., 1987. Peasant Agriculture and the Conservation of Crop and Wild Plant Resources. Conservation Biology, 1: 49-58.
  • Altieri, M. A. and Nicholls, C. I., 2013. The adaptation and mitigation potential of traditional agriculture in a changing climate. Climatic Change DOI 10.1007/s10584-013-0909-y.
  • ETC Group, 2009. Who will feed us? Questions for the food and climate crisis. ETC Group Comunique 102.
  • Koohafkan, P. and Altieri, M. A., 2010. Globally Important Agricultural Heritage Systems: a legacy for the future. Rome: UN-FAO.
  • Montalba, R., Garcia, M., Altieri, M., Fonseca, F. y Vieli, L., 2013. Utilización del Índice Holístico de Riesgo (IRH) como medida de resilencia socioecológica a condiciones de escasez de recursos hídricos, en comunidades campesinas e indígenas de la Araucanía Chilena. Revista Agroecología 8: 63-70.


Fuente: En: Biodiversidad y agricultura campesina. Leisa - Revista de agroecología, volumen 30, número 1, marzo 2014. pp. 5-8

21 de junio de 2014

La violencia de Desarrollo

Agotamiento de recursos, las crisis ambientales y Violaciones a los Derechos Humanos en Centroamérica

Martin Mowforth

Portada del libro
Descripción

Este libro analiza el fracaso del "desarrollo" en América Central, donde a pesar de miles de millones de dólares de financiación para el desarrollo y los indicadores positivos de crecimiento económico, la pobreza sigue arraigada y la violencia endémica.

Martin Mowforth muestra cómo se basa el desarrollo en la occidentalización y depende del uso de la fuerza y ​​la violencia sistemática, a través del cual los gobiernos más poderosos del mundo, instituciones financieras y compañías tratan de vencer la resistencia local. Los beneficiarios del desarrollo son las élites y los oligarcas y las burocracias y las fuerzas de seguridad que se establecen para protegerlos. La desigualdad en los países del Tercer Mundo es cada vez mayor.

Fundamentalmente, el análisis en La Violencia de Desarrollo viene de muchos estudios de casos de proyectos de desarrollo y más de sesenta entrevistas con una serie de personas en América Central, entre ellas monjas, políticos, representantes de ONG, sindicalistas, líderes indígenas y defensores de los derechos humanos.  Este libro es una síntesis convincente de la teoría de la investigación y desarrollo de primera mano.

Profesor Martin Mowforth de la Universidad de Plymouth, en el Reino Unido y es el co-autor de Turismo y Sostenibilidad: Desarrollo, Globalización y Nuevo Turismo en el Tercer Mundo (2009) y Turismo y Responsabilidad: Perspectivas de América Latina y el Caribe (2008) y el autor de las advertencias de tormenta: Huracanes Georges y Mitch y las lecciones para el desarrollo (2001). Es editor del boletín de la Red Ambiental para Centroamérica (ENCA).

Para los interesados:

(En Inglés) - Fuente principal (documento): http://theviolenceofdevelopment.com/

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Breve Introducción

En esencia, este es un libro sobre temas de desarrollo. Se pregunta: ¿qué es el desarrollo? Cómo el desarrollo se ha mostrado en las últimas décadas? ¿Es el objetivo de que el mundo debe apuntar? Deseo ser escépticos sobre el término "desarrollo" y para reconocer que se ha convertido en una especie de religión. Soy consciente de los peligros de simplemente siguiendo con la suposición de que es sin duda una buena cosa.

Palabras clave
desarrollo | globalización | occidentalización | instituciones financieras internacionales | dependencia | Producto Interior Bruto | Índice de Desarrollo Humano | Índice de Pobreza Humana | Desigualdad | neoliberalismo | violencia institucional | violencia física | ambientalismo | Consenso de Washington

El ecologismo, la teoría de la sandía y la violencia de desarrollo

Si el desarrollo es el tema principal de este libro, un segundo y superposición tema es el del medio ambiente. Todos los índices humanos discutidos brevemente en la sección anterior también son índices que se relacionan con el entorno en el que el ser humano viva. No podemos divorciar los dos: el desarrollo humano y el medio ambiente humano. Cuando hablamos de la calidad del medio ambiente, algunas personas se refieren exclusivamente al medio ambiente natural; pero el entorno natural es también el entorno social, el medio ambiente humano. Desde mi punto de vista se trata de la misma; entre-torcido y completamente integrado.

Muchos indicadores y ejemplos que reflejan la integración de estas dos cuestiones se ilustran en los capítulos sustantivos del libro. Los indicadores incluyen medidas relativas a los residuos de plaguicidas, la calidad del agua, las tasas de deforestación, biodiversidad, emisiones de CO2 y similares, y éstas se dan en los capítulos correspondientes y no en este capítulo introductorio. Indicadores como estos pueden normalmente ser entendidas como medidas de la calidad del medio ambiente natural, pero parece obvio para mí que ellos también son parte integrante de su entorno social y humano.

A pesar de ello la integración de los problemas y la necesidad de considerar los problemas del desarrollo y del medio ambiente en una luz integral, todavía hay una tendencia generalizada para el tratamiento de los problemas ambientales por separado y aparte de la sociedad. En el mundo capitalista occidental, los propios ecologistas son a menudo ridiculizados por su supuesto divorcio de la política real y los caracterizan como amantes de los árboles y como sucesores de la generación hippy.

La vista desde los círculos de derecha en América Central, sin embargo, a veces es un tanto diferente, donde los que protestan por motivos ambientales son vistos como “sandías” - es decir, que son de color verde por fuera y rojo por dentro, en alusión al color de su política. Se trata de un vestigio de los días en que el enemigo percibido por las fuerzas establecidas de la sociedad (es decir gobierno oligárquico y las fuerzas militares que protegían a la oligarquía) era el comunismo. Los que protestaron durante las insurrecciones y las guerras de la segunda mitad del siglo pasado fueron considerados simplemente como "comunistas", una etiqueta que no necesitaba más explicaciones para justificar la represión, la violencia y el asesinato. El uso de la etiqueta de melón de agua está destinado a proporcionar la misma justificación simple para la represión contra los que protestan hoy en contra de la tala ilegal, los incidentes de contaminación del agua, la minería a cielo abierto, los desplazamientos de campesinos y similares. Como veremos en los capítulos siguientes, no es exagerado decir que las fuerzas oscuras de los escuadrones de la muerte y todo lo que representan y protegen son tan activas ahora en contra de las sandías como eran cuando el enemigo era más fácilmente identificable como comunistas. Si esto suena un poco extremo, me remito al lector a varios de los cuadros de texto en el capítulo 9, especialmente los que lleva por título «No se podía hacer las paces».

Dichas etiquetas serían divertidas si no se utilizaron en serio por parte de los perpetradores de la violencia contra una amplia gama de sus conciudadanos, los ambientalistas, activistas sociales, sindicalistas, periodistas, participantes de la comunidad, y muchos otros que buscan social y ambiental justicia. Como demuestran los estudios de casos, los que tratan de defender a sus comunidades y su medio ambiente de los daños son por lo general en el extremo receptor de la violencia, mientras que aquellos que persiguen lo que a menudo son llamados "proyectos de desarrollo" (especialmente en sus sitios web) son los que practican violencia en la consecución de los beneficios asociados con el proyecto.

Estructura del libro y el sitio web asociado

Los principales temas de desarrollo, medio ambiente y el capitalismo globalizado se ejecutan a través de cada capítulo. En la elección de los temas o actividades de estudio he intentado seleccionar aquellos que se relacionan con las necesidades humanas básicas - por lo tanto, los capítulos sobre la crisis alimentaria, la crisis del agua y la crisis energética - las que cubren las principales actividades económicas de la región - por lo tanto , capítulos sobre la minería, la silvicultura, la industrialización y el libre comercio - y aquellos que se ocupan de cuestiones de gran preocupación social - por lo tanto, los capítulos sobre los grupos indígenas y la violencia y los abusos contra los derechos humanos. El último capítulo sustantivo (cubierto sólo en el sitio web), el capítulo 10, se ocupa de los problemas mundiales que afectan directamente a la región de América Central.

Después de describir los aspectos principales de desarrollo en cada capítulo, se tiene en cuenta la importancia del desarrollo de modos alternativos de producción.


16 de junio de 2014

CULTURA DEL SIA O BUNA GELIGWA, ¿una alternativa para la economía del pueblo Guna?

Geodisio Castillo

Nainu con plantación vieja de sia, del grupo Nadigana, Yandub. Foto: Gubiler, 2005
Se cree que el árbol de cacao es originario de la Amazonía hace unos 4000 años (Motamayor et al. 2002) y que más tarde se extendió a América Central, en especial México. Sin embargo, la evidencia histórica y fidedigna indica que el cultivo de cacao es originario de México y América Central (Hardy 1961). Los españoles no lo vieron cultivados en Sur América, aún cuando lo encontraron creciendo en forma natural en muchos lugares de los bosques a lo largo de los afluentes de los ríos Amazonas y Orinoco (Patiño1960, citado en Hardy 1961).

La primera clasificación de las plantas familiarizadas con el cacao la realizó en Guatemala, en 1869, el botánico suizo Gustavo Bernouille[1] (Bernoulli 1871, citado por Hardy 1961). Estas investigaciones fueron continuadas en 1886 por el alemán Karl M. Schumann publicando un estudio de las especies de Brasil (Schumann 1886, citado por Hardy 1961). En 1964 el biólogo español José Cuatrecasas Arumi, clasificó un total de 22 especies de Theobromas, de los cuales indica que la mayoría probablemente son de origen suramericanos, pero le atribuye a Theobroma cacao, L., un origen centroamericano (Cuatrecasas 1964).

Siagua o sia en lengua Guna[2] o cacao (Theobroma cacao, L.) en lengua castellana, es muy difundida en América Central antes de la invasión española. Los aztecas elaboraban una bebida aromática con las semillas el xocolatle; “alimento de los dioses”, considerado por Linneaus al darle a la especie el nombre Theobroma; siendo el cacao sinónimo de fuerza, valor, resistencia (Enríquez 1985; Hardy 1961). El sia es una de las plantas endémicas encontradas por los invasores españoles en Panamá (Castillero Calvo 2010).

El sia fue domesticado por los años 250 y el 900 por la civilización Maya en lo que ahora es México y Centroamérica. La bebida de sia se popularizó en Europa a principios del siglo XVII y, fue ampliamente difundida en el siglo XIX a nivel mundial (Castillero Calvo 2010; McCook 2002).

Hay suficiente literatura sobre la sia silvestre y cultivadas; la cual pueden ahondar sus conocimientos sobre la botánica, ecología y fisiología del árbol. Sin embargo, presentamos lo siguiente:

Morfología: Se ha observado que los árboles o plantas de la sia silvestre alcanzan hasta 10 metros de altura, en promedio suelen medir 6 m. con una desviación estándar de 4. Éstos árboles tienen de 3 a 25 cm. de diámetro a la altura del pecho (DAP). El tronco recto se desarrolla en formas muy variadas, según las condiciones ambientales. La corteza externa es rugosa de color café oscuro y el grosor de la corteza interna es de 2 mm. Es en los troncos y ramas que aparecen insertadas las flores, durante la época de floración.

Las copas de los árboles silvestres observados son siempre verdes, las ramas tienen un crecimiento disparejo con tendencia rastrera por buscar espacios de mayor luminosidad. Tiene un promedio de 1.5 metros a 4 metros; presenta ramas un poco gruesas de color café oscuro y con muchos espacios desarrollados, tiene una fuerte interacción con el bosque que lo rodea. Presentan hojas enteras, simples, alternas y coriáceas, miden entre 20 a 50 cm. de largo y 12 cm. de ancho. Las hojas adultas son de color verde oscuro, y las hojas de rebrotes o ramitas jóvenes son de color verde claro brillante.

Las flores del sia silvestre presentan flores pequeñas solitarias o en racimos, se encuentran a lo largo del tronco y de las ramas, sostenidas por un pedicelo de 1 a 3 cm. Son de color blanco o amarillentas, con 5 sépalos libres, 5 pétalos cortos, tubo estaminal corto, con 5 lóbulos petaloides alternando con 5 lóbulos fértiles; cado uno con 4 a 5 anteras; ovario supero y el estilo con 5 lóbulos.

Sus frutos de tamaño, color y forma de la baya o mazorca son variables, la pared del fruto es delgada y algo áspera con canales longitudinales de 12 a 25 cm. de largo, el color varía entre amarillo a naranja, en el interior se hallan las semillas en promedio de 25 a 30 unidades. Son ovaladas y están recubiertas por un mucilago de sabor dulce; los frutos maduran en los meses de noviembre a diciembre. Los frutos del cacao son muy importantes para la fauna silvestre ya que son consumidos por aves y mamíferos cuando los frutos están maduros.

Las semillas presentan una superficie algo áspera de color café claro o chocolate, de 2 a 3 cm. de largo, de sabor amargo con aroma a chocolate, cada mazorca presenta entre 25 a 30 semillas cubiertas con un mucilago de color blanco de sabor dulce.

Hábitat/ecología: Siagua es una planta de espacios abiertos, éste crece bajo la sombra[3] asociado a árboles más grandes, compartiendo el segundo y tercer estrato de bosque[4]. Se ha visto que para su desarrollo pleno, los árboles silvestres requieren de sombra, dado que la Luz directa es perjudicial para su desarrollo biológico, los perjuicios de ésta se traducen en daños mecánicos a su estructura, presencia de enfermedades fungosas y ataque de insectos[5].

El ciclo de vida y la forma de vida de los árboles o plantas silvestres de sia, son parte del sistema florístico circundante del bosque, comienzan su etapa de vida cuando adquieren todos los nutrientes y empiezan a crecer durante varios años. A partir del séptimo año, florece y fructifica la sia[6]. Los arboles de cacao pueden alcanzar un ciclo de vida de 70 años o más, dependiendo de las condiciones ecológicas y climáticas.

Variedad tipo forastero o criolla de sia en Gunayala. Foto: Gubiler, 2013
Las condiciones climáticas son importantes como la temperatura que determina el cultivo de sia, se desarrolla en climas con temperatura promedio de 24 a 26º C. y no más de 30º C. en este caso se ha visto que la lluvia y la radiación solar juegan un papel importante en su ciclo de vida, porque regulan taza de floración, abundante entre los meses de agosto y septiembre. Asimismo, se ha confirmado que la humedad relativa también es muy importante en su desarrollo ya que un exceso de ella podría contribuir a la propagación de algunas enfermedades del fruto.

El agua y suelo son necesario la vida del sia, porque es una planta sensible a la escasez de agua, pero también al embalse, por lo que se ha visto que precisa suelos provistos de un buen drenaje, francos arcillosos, muy ricos en materia orgánica, profundos y pH hacia a neutros. La distribución de la precipitación durante el año es importante, considerando que el mínimo debe ser 1,300 y 2,800 mm. por año con una estación seca corta, menor de 2 meses y medio.

Se observado que los rodales silvestres de sia, que se desarrollan en tierras que muestran matas de color café plomizo, indican que los suelos tienen problemas de drenaje. En esta zona el agua permanece mayor tiempo y es probable que en niveles inferiores (1 m) exista un horizonte con problemas de permeabilidad.

Los rodales silvestres de sia normalmente se desarrollan en medio de otros árboles y/o plantas, esto constituye una ventaja como rompevientos naturales, evitan cualquier tipo de riesgo provocado por vientos intensos; que fuera un factor de perjuicio para la planta de sia que podría ocasionar un desecamiento, muerte y/o caída de las hojas.

Distribución del cultivo
Cuenta nuestra historia oral que el pueblo Guna procede de las faldas montañosas de la Sierra Nevada, hasta asentarse en los ríos Amuggadiwar, Abiadiwar, Gosgundiwar, Ibirdidiwar (Río Atrato, actual Colombia) (Smith 1982; Brown2005, citados en Castillo 2010; Castillo 2000), posteriormente migraron a las faldas de Dagargunyala (Cerro Tacarcuna), luego ocuparon (antes del siglo VIII) todos los ríos que llevan nombres Gunas en el actual Darién (Duiren –Tuira, Suggunaggwe – Chucunaque, entre otros), hasta mediados del siglo XIX llegan a las costas de la actual Comarca Gunayala, trayendo consigo las semillas de sia con otras semillas nativas de uso doméstico para la alimentación del pueblo. Además siendo la sia una planta de uso medicinal en la cultura Guna.

Eso confirmaría los trabajos de algunos investigadores como Schultes (1984), Motamayor et al. (2002), entre otros, que proponen que la distribución de cacao desde Sudamérica hasta Mesoamérica se debe a que la planta fue transportada por el hombre, ya que de otra manera hubiera sido imposible que el cacao atravesara los fríos Andes por el oeste, o la aridez del Golfo de Urabá por el noreste.

Sin embargo, otros investigadores (Cuatrecasas 1964; Ogata 2003), proponen que el cacao, al igual que muchas otras especies, es una planta con una amplia distribución natural en el continente y que por lo tanto los humanos no son los responsables de la distribución del cacao en Mesoamérica, sino las características propias de la especie.

La especie Theobroma o siagua tiene una amplia distribución desde el Sur de México hasta el norte de Colombia y Venezuela; además que existe la teoría de “cacao criollo moderno” que corresponde a los genotipos de cacao trinitario que se encuentran ampliamente distribuidos en Centro América (Motamayor et al. 2002).

En Panamá, la variedad “Matina” fue la que ocupó la mayor área de cultivo y fueron las primeras plantaciones de cacao establecidas por los españoles en 1610; esta es una variedad de tipo forastero (Cerda y Orozco 2009)[7], uniforme, mazorcas amelonadas, de tamaño mediano, de cáscara verde blanquecinas cuando tiernas, semillas moradas de tamaño mediano a pequeño. En 1804 había más de 800 árboles de cacao en Panamá (Castillero Calvo 2010).

Sia se encuentra distribuida en todo el territorio de la Comarcas Gunas y del país. Y en todos los territorios de los pueblos indígenas de Panamá, en estos bosques podemos encontrar árboles en estado silvestre.

Según Cerda y Orozco (2009), actualmente la superficie total sembrada con cacao es de 5,100 hectáreas que están en manos de unos 3,500 productores (as) indígenas o mestizos que se encuentran en zonas pobres del país, la producción nacional es de 1,275,000 libras (578 t) de cacao seco por año, con un rendimiento promedio de 250 libras de cacao seco por hectárea. Alrededor de un 90% de los cacaotales y de la producción se encuentran en la provincia de Bocas del Toro, el 10% restante distribuido en otras zonas de Panamá (Cuadro 1).

Cuadro 1: Superficie y producción de cacao en diferentes zonas de Panamá
Provincias o zonas
Superficie con cacao (Has.)
Producción 
(lb. cacao seco año)
Bocas del Toro
4,600

1,150,000

Comarca Ngäbe-Bugle
350

87,500

Chiriquí, Coclé, Colón, Darién, Veraguas y el resto del país
150

37,500

Total
5,100

1,275,000

Fuente: Cerda y Orozco 2009

Valor cultural del siagua por el uso y conservación
Se ha observado, que nuestros agricultores jóvenes, no conocen a los parientes silvestres del sia; lo que incluye aseverar que sia silvestre en Gunayala es relativamente desconocido, y no hemos encontrado rodales silvestres. Pero su conocimiento es ancestral, es por ello que son percibidos como recursos de importancia natural y cultural.

Lo que explica la importancia de conservar el árbol de sia, adquiere relevancia, en la medida en que se ha verificado que en la actualidad las comunidades de Gunayala tienen parcelas abandonadas, tienen conocimiento y prácticas tradicionales de consumo (madun con sia, oba con sia)[8] y sia cultivado; lo que permite aseverar que la valoración del sia silvestre o no silvestre, con base a la costumbre Guna, tiene elementos sólidos por efectos de la réplica así como por asimilación de los atributos de la misma, como especie cultural formando parte de la vida del pueblo Guna.

De acuerdo a la información recopilada por el Instituto de Investigaciones Koskun Kalu del Congreso General de la Cultura Kuna (IIKK/CGCK 2005), indican su origen, su utilidad en la sociedad y en la medicina, el canto sagrado del Sia Igar[9]. En la cultura Guna Sia Igar es uno de los cantos terapéuticos de gran relevancia y su uso varía de acuerdo a la situación o la enfermedad que se presente. No solo sia sirve como bebida, otros usos se dan en la manteca para el cutis especialmente para la cara, para preparar chicha fuerte fermentada, recuperar el alma y el espíritu del enfermo, fortalecer el sistema reproductor humano, fortalecer nuestra salud, entre otros[10].

La invasión europea casi acaba con los pueblos indígenas y sus conocimientos (en algunos países fue total el exterminio). Estos conocimientos apenas están siendo revalorados. En sus estudios realizados en Gunayala, el Dr. Hollenberg et al (2007) notó que los Gunas sufrían 10% menos de infarto, enfermedades al corazón, cáncer y diabetes que en Panamá mismo. Asegura que la clave de la salud de los Gunas está en la cantidad de chocolate que consumen.

Por lo tanto, es necesario desarrollar acciones valorizando los rodales seniles de sia y si encontramos rodales silvestres y sus parientes y de los parientes silvestres en Gunayala, a través de un buen programa o proyecto planificado, como la iniciativa tomada por el Congreso General Guna (CGG) hace más de dos años con CocoaWell[11]. Pero lo más importante es que los propios agricultores tomen la iniciativa y, junto con las autoridades locales crean y generen responsabilidad compartida para su preservación, conservación y desarrollo sostenible. Porque es bien conocido, que existen familias que actualmente realizan aprovechamiento de los rodales, y han cultivado, que es un indicador de la valoración que le asignan a la especie.

¿Por qué sia puede constituirse en una alternativa cultural, alimentaria y económica de base?
Siempre el agricultor Guna ha mantenido el concepto del reconocimiento de los valores del bosque. Los sistemas de nainu o agroforestales, donde se incorpora el sia como cultivo principal, tienen la virtud de constituirse en una actividad económica que mejora las condiciones de vida a la vez que recupera conocimientos tradicionales, formas de vida y prácticas culturales, compatibles con la conservación de los recursos naturales.

Se podría decir que una desventaja es que en estos sistemas (con plantas silvestres) los ingresos se estabilizan alrededor del octavo año y generan ingresos en un horizonte de al menos 20 años[12]. La ventaja es que las familias campesinas e indígenas, al incorporar estos sistemas agroforestales en sus múltiples actividades económicas, aportan a su diversificación y sus inversiones de largo plazo.

Sin embargo, la razón principal que nos ha convocado a denominarla una alternativa económica de base es que consideramos apropiado a un marco discursivo y cultural que hoy legítima las demandas territoriales de estos sectores, que es un sistema productivo de base familiar. Es decir que ocupa principalmente mano de obra de la familia, y muy difícilmente las grandes empresas agropecuarias (que dominaron el mercado a principios del siglo XX) hoy encuentran las condiciones sociales y técnicas (mano de obra gratuita o incorporación de maquinaria) para competir en estos rubros.

Como alternativa cultural y alimentaria, el CGG había aceptado realizar mejora en el cultivo del sia, ya que actualmente los cultivos se encuentran abandonados, en estado senil y por lo tanto, susceptibles a enfermedades como la moniliasis y escoba de bruja.

Con CocoaWell se llegó al acuerdo de que una solución a la situación planteada es la reproducción vegetativa o asexual por medio de la “CLONACION POR ESTACA O ENRAIZAMIENTO DE RAMILLAS”, que se dan de dos formas: enraizamiento de ramillas e injertación[13]. No hay experiencia de parte de los agricultores Gunas sobre el sistema de clonación por estaca o enraizamiento de ramilla; el cual nos indica la necesidad de un programa de entrenamiento o capacitación a los agricultores.

Este sistema de propagación vegetativa presenta múltiples ventajas para el agricultor como el corto tiempo que transcurre desde que se siembra en vivero hasta que se lleva a campo (de tres a cuatro meses), el no suministro de riego durante los primeros dos meses y la poca mano de obra calificada que se requiere; en resumen, “el bajo costo por planta”.

Si el CGG hace realidad el compromiso adquirido no solo con CocoaWell, sino también con los agricultores que están en espera, estableciendo jardines clonales, cuyo objetivo básico sería lograr que las plantas mejoradas tengan un rendimiento superior a l de las no mejoradas. Estos se lograrían a través del proceso de selección de árboles de sia con características genotípicas y fenotípicas deseadas con el fin de que estén proporcionando constantemente material vegetal básico en la producción de clones de sia. Si se encuentran parientes silvestres sin enfermedades, serían los mejores materiales para la clonación.

Un estudio necesario en la Comarca y en otros territorios de los pueblos indígenas del país
Lo anterior nos indica la necesidad de realizar estudios o diagnóstico sobre el estado actual del sia en la Comarca. Los saberes ancestrales aún existen y antes que se extingan hay una gran necesidad de realizar un diagnóstico sobre el sia no solo en la Comarca Gunayala, sino también en otros territorios de los pueblos indígenas del país.

Para ello debemos enfocarnos a nivel de las Comarcas y otros territorios de los pueblos indígenas, luego por cada nainu de los agricultores, como sujeto de interés específicos y a través del cual se desarrollan las valoraciones, análisis, reflexiones y propuestas de políticas públicas al menos a nivel de las Comarcas[14]. Junto a nuestros agricultores podemos aproximar el análisis para incrementar y mejorar  los sistemas productivos de nainu. Con ello valorar las variedades nativas.

El presente trabajo de campo de observación y diálogo, no contabilizó los cultivos de sia silvestre y cultivadas existentes a nivel de la Comarca. Muchos de estos cultivos están en abandono, lo que da a entender que nuestros agricultores sí se han dedicado al cultivo de sia apenas llegaron migrando a las actuales Comarcas y territorios Gunas (Wargandi, Madungandi, Gunayala, Púcuro y Paya). El cultivo del sia abarca a las tierras comarcarles de los hermanos Embera-Wounaan.

Bibliografía

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[2] Existe también sur sia, del género Herrania, que no es Theobroma (Schultes 1958, citado por Hardy 1961). Sur sia debe consideración para su mejoramiento y producción en la Comarca. http://gubiler.blogspot.com/2013/05/sur-sia-cacao-de-mono-un-cultivo-que.html.
[3] Theobroma cacao es una especie típicamente umbrófilo que indica claramente los requerimientos de sombra para su pleno desarrollo y producción. En los rodales silvestres encontrados, las plantas demuestran que están perfectamente adaptados a la semisombra.
[4] Crece asociado al estrato circundante del bosque, entrando al equilibrio con la fauna asociada al rodal, donde se hallan los dispersores de semilla (monos, ardillas, ñeques, entre otros) y los polinizadores (Insectos), responsables de la fructificación y la sobrevivencia de la especie en este tipo de hábitat.
[5] Se ha observado que en estados iniciales la planta cultivada de siagua requiere mayor tasa de luminosidad.
[6] Comunicación personal de algunos agricultores mayores de edad (2012).
[7] La riqueza genética es amplia, reconociendo tres grupos genéticos de cacao, los cuáles, corresponden con una distribución geográfica diferente: (a) Criollo (distribución Mesoamérica y norte de Venezuela y Colombia; (b) Forastero o Amazónico (cuenca del Alto y Bajo Amazonas) y; Trinitario (producto del cruce entre Criollo Mesoamericano y Forastero)
[8] Bebida o chicha de plátano maduro con cacao y maíz con cacao
[9] Igar, literalmente significa camino y otras interpretaciones como agenda, conocimiento, tema, conducta, entre otros, para el caso nuestro se define como conocimiento o tratado que se transmite mediante cantos terapéuticos el cual permite que el paciente pueda irse recuperándose de su convalecencia. En este caso Sia Igar significaría el tratado que invoca al espíritu del sia, “para recuperar el alma, espíritu de la persona que tuvo un susto tremendo, cuando está enfermo con fiebre y vómito, escalofrío, inconsciente, desmayado”.
[10] Desde su existencia los pueblos indígenas, creían firmemente en las propiedades medicinales del sia, cosa que actualmente está siendo “descubierto” por científicos occidentales (Hollenberg et al 1997; Bayard, Chamorro, Motta, Hollenberg 2007).
[11] Se firmó un acuerdo entre el CGG y CocoaWell el 29 de octubre de 2011, en la comunidad de Yansibdiwar, “el objetivo mutuo es … apoyar la mejora del cultivo de cacao y la sostenibilidad para su economía, el medio ambiente, y la cultura, bajo los principios del comercio justo”… Después de varias reuniones y visitas técnicas con asistencia del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) se llegó a la posibilidad de establecer un programa de jardines clonales de cacao, seleccionando a las comunidades de Usdub, Uggubseni y Mandiyala, para comenzar la iniciativa.
[12] La sia cultivada florece y fructifica a partir del cuarto año y solamente la mitad de todos los árboles logran dar buenas cosechas.
[13] Injertación: Este proceso (yemas o púas), es práctico y de fácil implementación que consiste en unir los tejidos jóvenes de dos plantas, que continúan su desarrollo como una sola. Uno de ellos es la yema que al crecer se transforma en la parte superior o la copa (clon) y el otro es el patrón, el cual constituye la parte inferior de la planta o la raíz.
[14] Para que la política pública sea nacional deberá incluir al campesino productor en el estudio, a nivel del país. El cual debería ser mejor, un estudio completo