Geodisio Castillo
Resumen de la evaluación participativa del proyecto[1]
Un
proyecto se ha finalizado en las comunidades de Aggwanusadub y Yandub-Nargana,
y con extensión hacia comunidades vecinas. Una Evaluación Participativa es
una oportunidad, tanto para los miembros de la comunidad como para el personal
externo, de reflexionar sobre el pasado para tomar decisiones sobre el futuro.
Los
miembros de la comunidad, en particular los agricultores, efectúan la
evaluación de modo intuitivo e informal, en muchas ocasiones dialogando en el Congreso Local - Onmagednega. De esta forma como
metodología evaluativa se utilizó el autodiagnóstico comunitario y la FODA.
Se
utilizó la FODA como uno de los métodos de diagnóstico autoevaluativa, pero no
se hizo a lo tradicional utilizando papelógrafos, sino dialogando. Ello abrió el compás más al diálogo o al intercambio de
conocimientos, cuyo resultado se presenta en el cuadro siguiente:
FORTALEZA
|
OPORTUNIDADES
|
§ NEGSSED /
Política propia – unidad y solidaridad, defensa territorial, dirigir su
propio destino
§ Duigua
Negseed – Juntos dirigir su propio
destino, principio o criterio básico de la autogestión compartida y diálogos constantes
§ Existe
seguridad territorial – la Comarca
§ Conocimiento
agroecológico, biodiversidad y procesos ecológicos
§ Amar y
proteger a NANA – Madre Tierra
§ Derechos
de uso, acceso y sucesión de las tierras
§ Existen
profesionales gunas en el tema
§ Propias
organizaciones
§
Congreso General Guna
|
§ Desarrollar proyectos agroecológicos
§ Intercambio de experiencias
§ Desarrollar proyectos de investigación participativa
§ Rescatar el liderazgo
§ Autogestión, ofrece seguridad a los actores locales para el desarrollo
sostenible
§ Potenciación de las comunidades en la capacidad operacional y técnica para
iniciar e implementar las iniciativas de manejo de los recursos
§ Reconocimiento y la incorporación del saber y prácticas agroecológicas gunas
§ Apoyo nacional e internacional
§ Becas a los jóvenes
|
DEBILIDADES
|
AMENAZAS
|
§ No se
transmiten los conocimientos agroecológicos tradicionales
§ Ser
conformistas
§ Mucho
regionalismo entre comunidades
§ Proyectos
inconsultos sin tomar en cuenta los principios y criterios propios del guna
§ Conflicto
de intereses y falta toma de conciencia
§ Poca o
falta de información sobre temas agroecológicos
§
No se toma en cuenta la
participación local en la toma de decisiones
|
§ Invasión
de colonos a la Comarca
§ Extracción
de árboles para maderas
§ Extracción
de oro y de otros recursos
§ Caza
furtiva
§ La
pesca
§ La
degradación de los recursos naturales
§ Desnutrición
infantil
§ Bajo
incremento de la producción alimentaria
|
Pero las
ventajas de la estrategia participativa no se limitan a las de hacer más
eficientes y ricos los procesos de innovación agrícola y forestal. Esta
estrategia contribuyó, de manera importante, a hacer conscientes a los agricultores
de sus capacidades y conocimientos y a darles confianza en su capacidad de
contribuir a la solución de sus problemas tecnológicos y productivos. Más aún,
les ha aportado nuevos conocimientos y habilidades, que han sido fundamentales
para que puedan fortalecer el liderazgo de sus procesos de desarrollo social. “únicamente
lograremos y superaremos nuestros problemas, por nosotros mismos, poniéndonos al
frente del proyecto”, enfatizó el dirigente productor Benjamín Obaldía. Otras
voces decían: “trabajando la tierra podemos producir más…”
En otro
encuentro Benjamín indicó: “Cuando dialogamos los agricultores, estamos
evaluando para ser mejores, no solo para nosotros, sino para nuestra gente que
viene, aunque muchos de ellos no les gusten la agricultura, disfrutarán y
vivirán bien”. Estos procesos, rompen con las concepciones paternalistas y
clientelistas que priman en los programas oficiales de desarrollo rural.
Constituyen una forma efectiva y económica de propiciar y/o innovar el
desarrollo tecnológico a pequeña escala, económico, social y ambiental de las
comunidades, sin pretender suplantar su necesaria preparación para liderar sus
propios procesos de desarrollo.
La
participación en el diálogo fue efectiva. Demostraron que el concepto
agroecológico no es algo nuevo para los pueblos de Abiayala, porque siempre ha
sido parte de su “plan de vida”, desde que los pueblos existen (Castillo 2006).
Los
sistemas agroecológicos y/o agroforestales gunas
siempre han sido actividades ordenadas y planificadas dentro de las cuencas
hidrográficas. “Siempre hemos planificado nuestros nainugan[2], aunque sea mental”, dijo uno de los
dirigentes. Las cuencas como unidad de manejo natural siempre han integrado a los
gunas y su entorno. El pueblo guna siempre ha aprovechado las cuencas
hidrográficas para establecer sus sistemas agrícolas de nainu, que es una sofisticada y compleja
adaptación al medio ambiente tropical, es una agricultura orgánica y sostenible
que tiene relación entre el bosque, el barbecho o conservación de suelos y
cuencas (Castillo 2002; Warner 1994).
Mujeres
participando en la planificación de nainu.
Foto: Gubiler, 2011
|
Eleuterio
Sanguillén indicó: “nosotros sabemos que existen problemas en la producción de
cultivos, y muchas veces nos hacemos el ignorante ante esta realidad, además lo
que sucede también, es que no se está transmitiendo a los jóvenes los
conocimientos tradicionales agrícolas o que la juventud ya no le interesa la
agricultura”. Definitivamente hay problemas ambientales que enfrentar. Algunas
comunidades tienen sus normas ambientales escritas (no todas las comunidades lo
tienen) y a nivel de la Comarca, la Ley Fundamental establece normas
ambientales, pero hay que mejorarlas o actualizarlas y que las comunidades lo
apliquen.
Según
Castillo (2006), en los diálogos se ha conocido un poco más sobre la visión guna de la diversidad agrícola y cómo la
diversidad biológica general difiere en ciertos aspectos de la concepción que
de ella tienen los científicos y naturalistas. El concepto de protección de la
naturaleza de los pueblos originarios y campesinos se caracteriza por un
estrecho apego al bosque y las fuentes de agua, reflejo de preocupación para
dar de comer a su pueblo y a su familia y, generar ingresos ante nuevos retos
que tocan la puerta del presente siglo.
Mucho
se dijo en las evaluaciones, como de la comida diaria, la necesidad de
diversificar la alimentación, como la falta del arroz rojo o dorado (Oryza rufipogon, Griff.), considerado
como plaga aquí en Panamá. Es un alimento muy rico y confortable. Aunque el
cultivo no es originario de Abiayala, los gunas
se sienten agradecidos por la plaga dorada que los alimenta cada año que
contiene vitamina A o beta caroteno. “La ceguera que sufrimos será por falta de
alimentación variada. Son estos tipos de cultivos, como el arroz rojo las que
debemos que desarrollar, un cultivo adaptado al ambiente natural y sembrado
orgánicamente”.
A pesar
de todo el conocimiento que tenga el guna,
estos mismos se pierden cada día, porque ya no se transmiten, la juventud no
asiste a onmagednega (congreso
local), los padres no lo llevan al campo a practicar la agricultura. Y no
olvidemos de las culturas exógenas que tienen una influencia enorme en las
comunidades, como son las religiones de toda clase presentes en Gunayala. Tanto
es así algunos señores dicen a sus hijos: “yo no te quiero ver cargando a
hombros los productos del monte, quiero verte con buena camisa, pantalón,
zapato y corbata”.
Se
confirma que hasta hoy en día los grupos de agricultores organizados que han
sobrevivido son los que se organizaron por sus propios esfuerzos y no inducidos
por proyectos, las iglesias, gobiernos, otros por políticos. En la década de
los ochenta (’80), hubo 45 organizaciones de productores agrícolas a nivel de
la Comarca y agrupados en una sola organización comarcal – Central Única de Productores
Agrícolas de Kuna Yala (CUPAKY), la mayoría inducidos y hoy día ya no existen[3]. Por su parte el Congreso General Guna,
desde los años ’80, ha querido apoyar a la agricultura haciendo llamados al
aumento de la producción[4].
Los agricultores gunas son conscientes
de que si se fomenta su producción, pueden sostenerse por sí mismos y hacer
contribuciones importantes al resto de la sociedad. Y sería lo contrario, si
prevalecen las actuales políticas de marginación hacia los productores rurales,
incluyendo a los pueblos originarios del país.
La
Evaluación Participativa que hemos desarrollado a través del diálogo nos ha
dado la información necesaria para fomentar los cambios y los ajustes de las
actividades, para etapas futuras o bien para definir nuevas acciones para el
mañana.
En estos
18 meses de proyecto no se puede notar si el suelo ha incrementado su fertilidad y si el suelo se ha conservado, minimizando la
erosión con técnicas agroforestales y agrícolas tradicionales mejoradas. Habría
que esperar varios años siguientes para ver el fruto real del proyecto.
La
capacitación e inducción como procesos educativos, tiende a facilitar el
aprendizaje presente en toda la vida humana. Por lo tanto, la capacitación
aporta al mejoramiento y producción de conocimientos para el logro de los
objetivos y metas planteadas en el proyecto. Además, los procesos de innovación
participativa con pequeños agricultores, en este proyecto, tienen un
considerable potencial para contribuir al mejoramiento de las condiciones de
vida de los agricultores gunas.
La
adopción de nuevas tecnologías a pequeña escala en los sistemas de producción
agroforestales y cultivos mixtos y la incursión en nuevas actividades prácticas
de administración de nainugan y en el
manejo de prácticas contables se facilitan cuando las comunidades participan
activamente en el diseño y ejecución del proyecto.
Principales obstáculos
Cuando las
propuestas en pro de un desarrollo agroecológico más endógeno y menos
dependiente de factores externos son planteamientos diarios de los agricultores
en cada taller o diálogos, para el mundo occidental tiene poca credibilidad y
quizás por eso la Comarca ha tenido casi cero apoyos de parte de los gobiernos.
Obstáculo uno, formación de profesionales
de ciencias agrícolas. Existe un Instituto Profesional y Técnico (IPT) con
orientación agropecuaria en Gunayala, desde los años ´70, primero como Escuela
Granja Agrícola y luego como IPT, ha formado a muchos bachilleres
agropecuarios. Una enseñanza fuertemente inspirada en contenidos que no son adecuados a nuestras realidades y mucho menos, a las de los pequeños agricultores gunas.
Un segundo obstáculo, el conformismo. Debido a la complejidad de las actividades agrícolas y
forestales, a las adversidades de la vida rural, al bajo nivel de capacitación
de los agricultores, la falta de innovación, la falta de información y fracaso
existe una natural y legítima tendencia a ser conformistas (ver, Esquema 1). Es decir, en aceptar pasivamente las
distorsiones existentes sobre el desarrollo agrícola. Este acostumbramiento ha llevado a una suerte de conformismo y
permisividad, que conducen a pensar que es normal o por lo menos tolerable
participar en el proyecto; que se generen tecnologías irrelevantes o
inadecuadas; que las tecnologías adecuadas no sean difundidas y mucho menos
adoptadas poniéndolos en práctica, por quienes deberían beneficiarse de ellas;
“siempre careceremos de apoyo técnico aunque haya mucha capacitación, porque
finalmente los técnicos se van y quedaremos en lo mismo…”, enfatiza el señor
Alexis González de la comunidad Aggwanusadub.
Mientras siga persistiendo tal permisividad y tolerancia con las distorsiones
agrícolas, es evidente que el modelo propuesto no podrá llevarse a la práctica,
o mejor dicho: ningún modelo, por más apoyo y recursos que tenga, podrá
promover el proclamado incremento de la producción agrícola y con equidad.
Un tercer obstáculo, falta de mantenimiento
de las parcelas establecidas. Por lo distante, desde la comunidad hasta
llegar al área donde se ha establecido las parcelas agroforestales del
proyecto, la parcelas agroforestales no han tenido un mantenimiento adecuados. Uno
por la distancia, por ejemplo, cuando el río se desborda no es posible llegar a
las parcelas. Dos porque se ha hecho costumbre que “hay que dejar las
parcelas con malezas para esconderlos de otros animales que se alimentan de los
cultivos”. Puesto que los principios de los agricultores no es el comercio, si
no para alimentar a la familia; sin embargo, ya sienten la necesidad de vender
los productos, al menos para seguir viviendo bien.
Un cuarto obstáculo, agendas propias de las comunidades.
Las comunidades tienen sus propias agendas y eso es
prioritario para ellos. Es una agenda comunal que deben cumplir. Si no lo hacen
están perdiendo apoyo comunal como persona, ya sea para obtener permiso de
salida hacia otras comunidades o la ciudad, para asuntos personales, asistir a
eventos de capacitación o participar en proyectos. Como por ejemplo, los
trabajos comunales, los trabajos en grupos, obstaculizaron con hacer cumplir puntualmente
la agenda del proyecto. Proyectos considerados como algo externos y no interno
o comunal, es una agenda externa. Por lo tanto, lo primero es cumplir con sus
agendas y luego de los proyectos.
Notas:
[1]. Informe Narrativo. Proyecto Capacitación y extensión agroecológica en las comunidades de Aggwanusadup y Yandup-Nargana, Comarca Gunayala. Informe Final de Asociación Indígena Ambiental (AIA) para Programa de Pequeñas Donaciones (PPD), Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Gunayala, Panamá. 14 p.
[2]. Plural de nainu – significa “tierra propia”, parcela agroforestal o de
cultivos mixtos
[3]. G. Castillo, comunicación
personal, octubre, 2012
[4]. Dadnaggwe Dubbir. Declaración de dirigentes de Kuna Yala. II
Encuentro de Dirigentes Kunas. 9, 10, 11 de julio de1987. En: Sapi Garda, No. 4, Año 2, Octubre 1987.
Referencias:
AIA,
PPD, PNUD 2011. PLAN CAPACITACION Y EXTENSIÓN
AGROECOLÓGICA COMUNITARIA. Proyecto Capacitación y extensión
agroecológica en las comunidades de Agguanusadup y Yandup-Narganá, Comarca
Gunayala, Asociación Indígena Ambiental (AIA), Programa de Pequeñas Donaciones
(PPD), Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Comarca
Gunayala, Panamá. 22 p. (documento de trabajo)
Reyes Acosta, C. 2010. Plantas de Uso Tradicional en la Comarca Indígena de Gunayala.
Centro de Desarrollo Ambiental y Humano (CENDAH), Pontificia Universidad
Javeriana. Comarca Gunayala. 58 p. (inédito)
Castillo, G. y Beer, J. 1983. Utilización del bosque y de
sistemas agroforestales en la región Gardi, Kuna Yala, Panamá. UNU/CATIE,
Turrrialba, Costa Rica.
Castillo, G., 2001. La Agricultura de “nainu” entre los Kunas de Panamá: Una
Alternativa para el Manejo de Bosques Naturales. Etnoecológica Vol. 6 No. 8.
Castillo, G., 2002. Planificación para una agricultura de nainu: aproximación a una metodología en proceso. Planificación,
monitoreo y evaluación. PEMASKY/AEK, Kuna Yala. 32 p. Módulo de enseñanza
agroforestal No. 3
Castillo, G. 2006. INFORME
FINAL DE ACTIVIDADES “CAPACITACIÓN EN TÉCNICAS DE AGROECOLOGÍA SEGÚN LOS
CONOCIMIENTOS TRADICIONALES INDÍGENAS” PERÍODO: DEL 8 MAYO AL 15 DE JUNIO DE
2006. PROGRAMA MANEJO INTEGRADO DE ECOSISTEMAS EN COMUNIDADES INDÍGENAS. Fondo
BID/FMAM No. GRT/FM-9011-RS, Fondo BM/FMAM No. TF054186, ACICAFOC, CICA, CCAD.
Panamá, República de Panamá. 60 p. + Anexos (inédito)
Warner. K. 1994. La agricultura migratoria. Conocimientos técnicos locales y
manejo de los recursos naturales en el trópico húmedo. Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Desarrollo
Forestal Comunitario, Nota 8. Roma. 80 pp.
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