Caso
Panamá
Gubiler 2012
CASO DE LA CONSERVACIÓN MARINA EN LA COMARCA DE
LA BIOSFERA NARGANA[1]
La Comarca Gunayala ubicada al este en la República de Panamá,
está formada por más de 365 islas coralinas, con una longitud de 320 km y una
anchura de 10-20 km. Su superficie continental abarca unos 4,480 km2,
alcanzando una extensión total de 7,513 km2 de tierra y mar. El territorio de
Gunayala está constituido por 4 Corregimientos (administración política del
país), con 51 comunidades; la mayoría de estas comunidades, 38 de ellos son
islas coralinas, 11 están ubicadas en las costas y dos en tierra adentro a
orillas de las cuencas de Mandinga
y Gangandi.
El caso que presentamos se trata del área protegida ubicada dentro
del Corregimiento de Nargana en la Comarca de la Biosfera de Gunayala, establecida
por resolución del Congreso General Guna (CGG) en noviembre de 1987. Posteriormente reconocida por el
gobierno nacional por Decreto de la Junta Directiva del Instituto Nacional de
Recursos Naturales Renovables (INRENARE)[2]
el 2 de agosto de 1994., con una extensión aproximada de 250,435 hectáreas de
tierra y mar. Del cual 46,341 hectáreas corresponden a la zona marina-costera
cultural[3].
Según, la resolución de la declaración del área protegida la autoridad
administrativa y la responsabilidad del área protegida recae en el pueblo guna, a
través del Congreso General Guna (INRENARE
1994).
El área protegida se ubica en la parte occidental de la Comarca
(Mapa 7) y protege importantes sistemas coralinos y de bosque, con un 86.14% de
cobertura forestal y el resto en estado de regeneración natural o bajo el
sistema agrícola de nainu (agroforestal) (ANAM, 2009). La mayor diversidad de especies de coral y el
mayor desarrollo de arrecifes del país se encuentra dentro de la Comarca. De igual
forma se consideran entre los mejores conservados de la Provincia Biogeográfica
Costera del Atlántico Noroeste Tropical.
Mapa 7. Mapa Área Protegida de
Narganá
Dentro del área protegida, en su zona cultural marina-costera, se
ubican 28 comunidades. Es la mayor cantidad de comunidades que existen en este corregimiento
o área protegida de Narganá. Estas comunidades se dedican mayoritariamente a la
agricultura y a la pesca de subsistencia y para comercialización, y en menor
medida actividades derivadas del turismo.
Resultados y Análisis de la información obtenida:
Desde el punto de vista de la Administración
gubernamental: la Autoridad de Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP)[4]:
La Autoridad de Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP) es la entidad
rectora sobre los recursos acuáticos y su ambiente. La finalidad de ARAP con
respecto a las Áreas Protegidas en territorios indígenas, es velar por que se
cumpla la preservación y protección de la fauna, flora terrestre, y marina, con
el objeto de lograr un manejo adecuado en la explotación de los recursos
naturales, artificiales renovables y no renovables. Sin embargo, la ARAP tiene
una débil presencia institucional dentro de los territorios indígenas, como es
el caso en la Comarca Gunayala, donde esta institución no se ha involucrado a
nivel de toda la Comarca. Esto ha hecho que la ARAP esté débil en generar
información, valoración, conservación y uso de la biodiversidad, con la finalidad
de disminuir los niveles de pobreza y conservar el ecosistema marino costero. Además,
sus sistemas de inspección, vigilancia y control son débiles y no
participativos.
La ARAP, entidad establecida[5]
desde hace cinco años, considera que las diferencias en la toma de decisiones
entre Áreas Protegidas en territorios indígenas y en territorios no indígenas
deben ser tomadas en cuenta; al respecto se mencionó como elemento importante
el involucramiento de las comunidades en el proceso de elaboración del Plan de
Manejo: “durante la elaboración del
Plan de Manejo del área protegida debe estar inmersa la opinión
consensuada de la comunidad del lugar para garantizar el
compromiso y divulgación del mismo”.
En relación a cuáles han sido las fortalezas y debilidades de la
apertura del estado de Panamá al reconocimiento de pueblos y territorios
indígenas y su papel en la conservación y manejo de recursos, el entrevistado
confirma la importancia de la participación y del involucramiento de las
comunidades en las áreas protegidas. Se indica la necesidad de que la ARAP y
otras entidades involucradas, “fomenten un sistema de adiestramiento, en materia de
aprovechamiento, conservación y manejo de recursos en áreas protegidas,
a todas la comunidades y autoridades comarcales”.
Con respecto al manejo del Área Protegida de Narganá, se comentó
lo siguiente: “ARAP no cuenta con dicha
información, “la ANAM es la encargada del manejo e implementación
del Plan de Manejo del AP de Narganá”. Además, la ARAP desconoce la estructura
de manejo del AP de Narganá, “debido a que la misma no fue elaborada por la ARAP”. Con respecto a esta estructura de manejo señaló que desde
la ARAP “Consideramos que deben estar
inmersos durante la elaboración y ejecución del Plan de Manejo, pero
desconocemos el rol específico”.
Sin embargo, se señaló que la ARAP es consciente de que las
instituciones locales comarcales deben “velar por el cumplimiento de las
reglamentaciones ambientales que atañen al área, que se plasmen en el Plan de
Manejo del área protegida”.
Desde la posición de ARAP frente a la forma de gobernanza del
territorio guna, se reconoce como positiva y favorable la gobernanza
desde el Congreso General Guna, frente a la limitada presencia de la
institución en el área y la estrecha relación que se mantiene con las máximas
autoridades del Congreso General Guna, lo que según el entrevistado permite
realizar las giras de inspección, vigilancia y control en sus comunidades,
áreas de pesca, ríos y arrecifes. La ARAP conoce que los representantes de cada
sector en la estructura de manejo del AP, son elegidos mediante postulaciones y
llevado al Congreso General Guna (CGC), con la participación y el voto de todas
las autoridades comarcales (Sagla), que son los que escogerán los diferentes
representantes de cada sector postulado”.
En relación a la equidad de género y juventud en relación al
manejo del área protegida, la ARAP considera que toda la comunidad debe estar
inmersa en el cumplimiento del manejo ambiental del área, para así garantizar
la completa divulgación y para que las generaciones jóvenes internalicen la
importancia del buen manejo del recurso.
En relación a los beneficios que perciben las comunidades locales
del área protegida, desde la visión de la ARAP son ingresos del ecoturismo que
pueden llevar a cabo en el sitio, y el uso sostenible de los recursos
ambientales que el sitio brinda.
Sobre la visión ideal desde la ARAP para un Área Marina Protegida
(AMP) manejada por un pueblo indígena, se respondió lo siguiente: “El área perfecta para un
Área Marina Protegida seria desde Ustupu hasta Porvenir, que contemple una (AMP) manejada
por el pueblo Guna, en sus leyes todas son protegidas y que no permita la pesca
o cualquier otra actividad de personas que no sean de la comunidad”.
Sobre cómo las comunidades indígenas puedan integrarse de una
mejor forma en la gestión y conservación de los recursos, se respondió que
sería importante tomar como base el respeto y cumplimiento de las leyes
nacionales, y la capacitación a todas las comunidades sin excepción de edad, en
la conservación de los recursos y de los beneficios que brindan.
En relación al fortalecimiento de la participación de mujeres y de
la juventud en la toma de decisiones de un área protegida, la ARAP considera “que dicha participación se debe integrar desde el principio,
con consulta ciudadana en la elaboración del Plan de Manejo y en la
ejecución del mismo”.
Con respecto a las responsabilidades locales para la
participación, se mencionó que “la organización debe estar sujeta a las leyes
internas de la comunidad (sagla), quien da la última palabra en cualquier proyecto a
realizar en la comunidad. Se dio el ejemplo de un proyecto de masificación de
cultivo de tilapia, en la comunidad de Armila, que fue rechazado por el sagla,
estando aprobado.
En relación a la pregunta de cómo podemos respetar la cultura y
tradiciones de las comunidades (que han dependido tradicionalmente del mar) y
hacer conservación marina al mismo tiempo, se respondió que se hace necesaria
hacer recomendaciones para la integración de las comunidades indígenas a la
gestión de los recursos del mar en áreas marinas protegidas.
Sobre el conocimiento general que tenían los presentes en el
encuentro sobre el Área Protegida de Nargana, los dirigentes que han podido
asistir a las Asambleas Generales del Congreso General Guna (CGG), conocían el
origen del Área Protegida de Narganá. Un pescador leyó el artículo 46 de Anmar Igar[7]: “El Congreso
General podrá declarar lugares marinos o terrestres, áreas y ecosistemas
protegidos; o adoptar otras medidas para la conservación y reproducción de
especies”. Con ello afirmaba que el pueblo guna,
es autónomo en establecer lo que quiere y aceptar proyectos cuando es beneficioso
para el pueblo y rechazarlos cuando no son beneficiosos. Los jóvenes
desconocían la existencia del AP de Narganá, dijeron que el CGG no divulga
estos asuntos ambientales. Solo lo hacen algunas organizaciones, como CENDAH o Balu Wala a
través de proyectos. Consideraron necesario comunicar sobre estos asuntos ya
que en las mismas escuelas no se conoce la existencia del área protegida. Los
mayores en edad, conocían mejor la historia del AP de Narganá, establecida en
1987 por el propio CGG, administrada primero por la Asociación Ecológica Kuna (AEK),
(que tenían profesionales gunas aglutinados en el Programa de Ecología y Manejo de Áreas
Silvestres de Kuna Yala (PEMASKY)) y luego traspasada a la administración del CGG.
Algunos participantes, mencionaron que desde ese entonces no se ha tenido más
información o comunicación al respecto, “hemos dejado de conocer qué se hace o qué
hace el CGG con el área protegida, ha habido proyectos después del año 2000,
cuando la AEK pasa el área de Nusagandi a manos del CGG, qué proyectos o
programas existen en la actualidad”. Se
mencionó que ha habido poca o nula participación comunitaria en eventos que
deben haberse organizado de parte del CGG. En relación a la falta de
información sobre el territorio también se expresó con preocupación lo
siguiente:
“Desconocemos qué está ocurriendo en nuestros
límites, los colonos han invadido o están invadiendo nuevamente, según
escuchamos”.
“Ahora escucho que quieren vender carbono,
convertir nuestros árboles en carbono, no entiendo, qué es eso, pero a nuestros
hermanos árboles jamás, jamás lo venderemos a nadie, es el futuro de nuestros
hijos y nietos”, puntualizó un participante de la
comunidad de Digir.
Se dialogó también sobre el aspecto general del AP de Narganá, se
dijo que han visto de él un beneficio, pero que el CGG actualmente no lo está
tomando en serio, sienten la necesidad de reforzar sus conocimientos y
participar en acciones futuras que puedan surgir del área protegida. Tal es así
que el diálogo se centró más en sus acciones concretas sobre la conservación de
los recursos marinos y la pesca de langosta. Se mencionó el proyecto de las
pequeñas áreas marinas protegidas comunales (AMP) de las comunidades que se involucraron
en el proyecto la ONG Balu Wala[8]. Sin embargo, se mencionó que la comunidad no participó
en la toma de decisiones sobre el desarrollo del proyecto, en relación a la
pesca, ni al área protegida. Las decisiones eran tomadas por la Junta Directiva
de Ambiente de cada comunidad y grupos de Balu Wala. Las
decisiones no eran delegadas a miembros de la comunidad.
También se mencionó la veda a la langosta (Panulirus argus) y de las tortugas marinas en la Comarca[9],
que para algunos langosteros y comuneros esta veda fue una prohibición, porque
en su percepción se les negaba el derecho de pesca libre. Se mencionó el
proyecto relacionado sobre la basura, en la que se incentivaba a la comunidad
para no botar basura al mar. Sin embargo, se mencionó la falta de seguimiento
de algunos de estos proyectos, por lo que se pudieron continuar con las
iniciativas.
Al consultar a cada uno de los participantes su opinión sobre los
beneficios del AMP, la mayoría concordaron que en nada ha beneficiado el área
marina. Sin embargo, se mencionaron algunos beneficios como: el turismo comunal
en la comunidad de Digir, y la veda que mejoró la producción de langosta y por
tanto los beneficios económicos derivados de la venta de langostas. Sin embargo,
otros mencionaron que solo algunos miembros se beneficiaron. También se
mencionó como uno de los beneficios la importancia de no botar la basura al
mar. Pero la comunidad no le ha dado seguimiento a la actividad, es decir, no
ha seguido recogiendo basura o mantener el AMP limpio de basura.
Diálogo comunitario como
metodología para recolectar perspectivas de las comunidades
|
En relación a recomendaciones para que funcionen mejor las áreas
marinas protegidas, los participantes de los diálogos mencionaron las
siguientes:
- Con el apoyo de entidades de ambiente
- Comunicación con el pueblo y entrega de los
informes al día
- Colocar una persona responsable que dirija
bien los proyectos
- Colocando nuevamente boyas, tendiendo una
lancha para supervisar a las AMPs
- Con el apoyo del congreso local y CGG en la
vigilancia
- El pueblo tendría que participar más en
actividades de AMPs.
- Haciendo charlas y poco a poco incentivar a
la comunidad y en especial a los niños
- Promocionar y educar a la comunidad
- Que se le page a las personas que se encarguen de las AMPs en cada comunidad
Se mencionó además que las comunidades pueden integrarse en la
conservación de los recursos a través de su capacitación, participación en
reuniones con la comunidad ya sea pescadores, agricultores y otros, contando
con el apoyo del congreso local y CGG, e informando a los niños sobre los
proyectos que se tienen para su aprendizaje.
En relación al fortalecimiento de la participación de mujeres y de
la juventud, los entrevistados también recomendaron que la mejor forma es con
su involucramiento en los talleres y en las reuniones y realizando experiencias
de intercambio a otras AMPs establecidas a nivel nacional y local para el aprendizaje.
En cuanto a “vivir mejor” en la comunidad, los entrevistados
expusieron la importancia de los siguientes temas: el acceso al agua, acceso a
la salud con instalaciones de salud en su territorio, el mejoramiento y
embellecimiento de los parques comunales, apoyo de las comunidades para la
recolección de basura en los mares y playas y concienciación para turistas
nacionales y extranjeros sobre el ambiente.
Finalmente se consideró que, si se reactivan este tipo de
proyectos en la comunidad, las personas estarían más conscientes, y ayudaría al
turismo de las comunidades.
Tendencias y reflexiones
Las entidades gubernamentales ANAM y ARAP no tienen mucha
actividad participativa con los pescadores ni con las comunidades, por la débil
presencia institucional en la Comarca. Por su parte el CGG, particularmente su
Junta Ejecutiva y desconocen realmente el manejo del AP de Nargana, el cual indica
que se hace necesario su capacitación en los temas ambientales y áreas protegidas,
así como la necesidad de hacerlo de forma más participativa integrando a los
miembros de las comunidades. De este punto de vista el CGG debe tomar en serio
y necesario iniciar el planteamiento de un plan Comarcal de desarrollo
integral.
Es claro que bajo la condición actual del Área Protegida de
Narganá no se está cumpliendo a cabalidad sus objetivos por la que se ha
creado. De igual forma las Áreas Marinas Protegidas comunales, que formaron
parte del proyecto mencionado y que no son reconocida por el Congreso General
Guna (CGG), no cumplen sus objetivos en la actualidad, ya que fueron creados
por proyectos que no llegaron a finalizar sus metas.
Es necesario que el CGG defina y revise el plan de manejo del AP de
Narganá y defina de forma urgente los mecanismos que faciliten el diálogo para
mejorar el manejo sostenible de la pesca, y generar beneficios para los
pescadores. Además, se hace necesario como estrategia para prevenir un futuro
negativo ante un cambio de clima devastador que ya está presente.
Se observa que hay una nueva visión de parte de los pescadores, principalmente
los que se dedican a la pesca comercial de langosta y otros mariscos, de
conocer más las ventajas de la veda y el manejo sostenible de los productos.
Ello es, porque existe una necesidad sentida por la problemática alimentaria y
la desnutrición. A esta situación sumamos a los jóvenes que están migrando a las
ciudades, dejando abandonadas las parcelas agrícolas de las que dependen las
familias y a las propias familias. Como el trabajo agrícola es pesado, es de mucho
esfuerzo, jóvenes que se han quedado en las comunidades tienden a la pesca
comercial de langosta y pulpo principalmente para obtener una economía rápida,
con poco esfuerzo. Jóvenes que aún quedan en las comunidades han tomado
conciencia de la problemática alimentaria y han comenzado a organizarse en
"grupos agrícolas de producción". Otros grupos participan en la pesca
y venta de la langosta y han formado “grupos de langosteros”, otros buscan acercamiento
a ONGs gunas como CENDAH y otros que laboran en el área, para que les
oriente en el uso planificado de la tierra y pesca.
En las comunidades de Aggwanusadub y Yandub-Narganá se observan diferentes niveles de inequidad, que tienen que ver
tanto con las estructuras de organización como con los sectores productivos
especialmente la pesca de langosta. Además, se requiere de apoyo continuo para
fortalecer las organizaciones pesqueras, a través de capacitaciones y
asistencia técnica.
Es urgente buscar mecanismos adecuados para que las mujeres y
jóvenes participen más en actividades de gestión de recursos marinos y costeros
La nación guna está sin duda influenciada por un sistema capitalista, un
sistema negativo en el desarrollo agrícola y pesquero de la Comarca. Se
necesita innovar y rescatar los conocimientos tradicionales y el modo de vida
cultural, que está siendo hasta el momento “bombardeado” por el sistema
occidental actual.
A pesar de que las autoridades gunas participaron para apoyar en el
proceso de OSPESCA para la veda de langosta en el Caribe centroamericano, los
pescadores guna, actores clave, conocen poco o nada de este reglamento regional[10].
Conclusiones
Desde las instituciones estatales, al menos desde la ARAP se
reconoce la importancia de la gobernanza comunitaria indígena de áreas
protegidas para el buen manejo de recursos y se justifica su importancia en el
marco de la limitada presencia de las instituciones públicas en estos
territorios.
También se considera importante la integración de las comunidades
indígenas a la Gestión de los recursos del mar en un AMP, así como el respeto
de sus estructuras internas de toma de decisión y las leyes internas de la
comunidad.
A pesar de que el AP Narganá está bajo una gobernanza comunitaria,
en su caso bajo la administración de la máxima autoridad guna, el Congreso
General Guna, las personas de la comunidad (entrevistadas) sienten vacíos como
la falta de información, limitada participación comunitaria y falta de
integración de jóvenes.
Igual situación ocurre en otras iniciativas comunitarias de
manejo, mencionadas en este estudio de caso donde la toma de decisiones queda
solo en unos pocos.
Aún en las iniciativas comunitarias de manejo, como los casos
presentados de veda de langosta, las pequeñas áreas marinas protegidas
comunales y el proceso participativo para la realización del Plan de Manejo
Marino-Costero, urge una visión de “proceso” y de “fortalecimiento” que genere
en estas iniciativas una visión de largo plazo y de empoderamiento local que
permitan su continuidad a través de la participación local. Cuando estas
iniciativas comunitarias de manejo nacen en marco de proyectos de corto plazo,
estos procesos comunitarios parecen no tener más continuidad fuera del marco de
los proyectos en donde se gestionaron. Es necesario entonces el trabajo
paralelo en procesos del fortalecimiento de las comunidades y de las personas
para que se dé continuidad local del trabajo y de las iniciativas que promueven
un manejo comunitario y al mismo tiempo de forma equitativa para que haya un
pilar social que lo sostenga[11].
En este sentido es esencial también hacerlo en un marco de
derechos que promuevan el uso responsable de recursos y la seguridad
alimentaria, que sigue siendo un elemento esencial para las comunidades que
dependen de los recursos.
Desde las experiencias comunitarias de manejo y gobernanza local
también se hace necesaria el puntualizar en la distribución equitativa de
beneficios. En el caso del AP de Narganá que nace de las mismas estructuras e
iniciativas del pueblo guna, según los resultados mostrados, existen aún en
iniciativas comunitarias vacíos y cuestionamientos en cuanto a la generación de
beneficios de las áreas protegidas.
Los beneficios generados percibidos van de la mano de la
recuperación de recursos para algún sector de la comunidad- en este caso para
los comercializadores de langosta y para los involucrados en turismo comunal,
sin embargo, no se perciben estos beneficios fuera del marco
económico-productivo ni a un nivel de mayorías.
Se considera esencial e importante las estructuras locales, como
en este caso el congreso local y Congreso General Guna, de toma decisiones para
el manejo de las áreas marinas comunitarias, pero se hace necesaria la
integración de más actores como mujeres, jóvenes y pescadores, con el fi n de
tener una gobernanza participativa que genere beneficios para los pobladores.
El tema de los derechos de acceso, sigue siendo fundamental en
procesos de manejo de recursos y gobernanza de Áreas Protegidas. Por ejemplo,
el tema de la integración de más miembros de la comunidad en los procesos de
toma de decisiones es elemental inclusive en formas de gobernanza comunitaria
con estructuras jerárquicas.
La integración y el reconocimiento de pescadores, mujeres y
jóvenes en el manejo de las AMP sigue siendo un reto no solo para las AP de
gobernanza más tradicionales sino también para las comunitarias. En este
sentido se hace importante visibilizar y rescatar el papel fundamental que
juegan estos actores dentro de sus familias y comunidades para la seguridad
alimentaria y en los esfuerzos de organización para el manejo y uso responsable
de recursos.
La seguridad alimentaria como elemento fundamental en la
conservación y manejo de recursos.
Aún es un reto dentro de las estructuras de pesca artesanal a
nivel regional, el alcanzar incidencia participación y apoyo a niveles locales,
como es el caso del ejemplo mencionado de los problemas con las regulaciones
regionales como las vedas que en el caso de Guna Yala no llega esta información
a los pescadores, ni éstos son parte de los procesos de toma de decisiones de
estas estructuras.
La investigación se realizó entre Octubre, 2011 y Mayo del 2012. Durante los meses de Marzo- Junio del 2012, CoopeSoliDar R.L trabajó la integración de este documento final.
Todo el
documento, leer en: https://app.box.com/s/qyrkukqu3duou3urqx61
[1]
Elaborado por Geodisio Castillo (Panamá).
[2]
Actualmente la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM). Desde que se estableció
el área protegida, hubo convenios y actualmente sigue vigente el convenio de
cooperación y asistencia técnica y administrativa entre el CGGANAM, pero no hay
acciones concretas entre ambas entidades
[3]
Específicamente la Zona Cultural comprende el ambiente tanto terrestre como
marino de la cultura guna. La parte terrestre incluye todas las tierras utilizadas
para las actividades agrícolas, infraestructura física, comunidades y sitios
religiosos en el sector continental y en las islas. La parte marina incluye el
mar desde la plataforma continental, sus arrecifes, islas y manglares. En su parte
terrestre comprende 52,038 hectáreas y en la marina 46,341 hectáreas.
[4]
La Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) que es la entidad rectora sobre el
ambiente y recursos naturales del país, no respondió la entrevista. Por lo tanto,
no se pudo obtener la opinión y perspectivas de parte de la ANAM con respecto a
Áreas Protegidas en territorios indígenas.
[5]
Ley No. 44 de 23 de noviembre de 2006 que crea la Autoridad de los Recursos
Acuáticos de Panamá, unifica las distintas competencias sobre los recursos
marino-costeros, la acuicultura, la pesca y las actividades conexas de la
administración pública y dicta otras disposiciones. No 25680 Gaceta Oficial Digital,
lunes 27 de noviembre de 2006.
[6]
Para el caso de nuestra entrevista con dirigentes y comunidades gunas, se realizaron
dos diálogos colectivos con pescadores/agricultores (tienen ambas actividades
productivas) y compradores de langostas de las comunidades de Aggwanusadub y
Yandub-Narganá, participaron 23 personas, entre dirigentes comunales,
pescadores y compradores de langostas e independientes, 4 mujeres entre ellos.
Posteriormente se realizó un segundo diálogo en el marco de un encuentro de
langosteros en la comunidad de Digir, al que asistieron 20 personas, y entre
ellos 7 mujeres. En total participaron en los diálogos 43 personas.
[7]
Ley Fundamental del pueblo guna
[8]
Grupo creado entre 2004-2005, en las comunidades de Dubbir, Uggubseni, Digir,
Aggwanusadub, Yandub-Nargana y Wargandub. Sin embargo, muchos de los que
participaron en los dialogos de la comunidad no saben cómo empezó Balu Wala a
organizarse, ni quien la dirigía.
[9]
El artículo 45 de Anmar Igar, dispone que “habrá un tiempo de veda para todos
los animales vulnerables de extinción parcial o total, que señalarán las autoridades
regionales; no se utilizarán medios y técnicas que permitan la explotación a
gran escala de manera que pongan en peligro su existencia en los mares, costas
y tierras de Kuna Yala”.
[10]
Es allí, donde el Centro de Desarrollo Ambiental y Humano (CENDAH), está desarrollando
talleres participativos a través de su proyecto experimental Piloto del manejo
de la langosta a través del uso del arte de pesca: Refugios Artificiales
(sombras/casitas cubanas), ubicados en Nainus Marinos, específicamente en la
zona pesquera de Aggwanusadub y Yandub-Narganá. Hasta el momento se han
realizado conjuntamente con MASPLESCA y la ARAP varios talleres para los
pescadores, estudiantes, autoridades y líderes de las comunidades entre otros,
para que conozcan el Reglamento sobre la veda regional establecida por los
países centroamericanos.
[11]
Recientemente, los días 2 al 25 de junio del 2012, el Instituto de
Investigación y Desarrollo de Kuna Yala (IIDKY) de los Congresos Generales
(administrativa y cultural) realizaron el primer taller sobre planificación
estratégica (situacional) con miras al fortalecimiento institucional con una
visión a largo plazo en la búsqueda de procesos para el mañana. Todos los temas
que se han planteado en el estudio de caso fueron sometidos a discusión. La
dirigencia de los Congresos Generales y los funcionarios de los Congresos
Generales reconocieron tal situación de gobernanza como bien se plantea en el
párrafo.
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