· Oxfam Intermón denuncia las grandes diferencias en las emisiones de carbono entre la población según su renta; calcula que los más ricos tendrían que reducir su consumo un 97% y propone subir impuestos al lujo en forma de yates o aviones privados, o incluso prohibirlo
Daniel Sánchez Caballero
5 de noviembre de 2021
Las cifras cuentan la
historia con claridad. De muchas maneras según la métrica elegida, pero la
conclusión es siempre la misma: las personas más ricas del planeta –en emisión
per cápita– cada vez liberan más CO2 en comparación con las más pobres, muy por
encima de lo que les correspondería para no sobrepasar el aumento de
temperatura acordado en París para el año 2100. La emisión de gases de efecto
invernadero también entiende de desigualdad.
El 1% de los ciudadanos más ricos era responsable del 15% del total de
emisiones de gases de efecto invernadero en el año 2015, porcentaje que subirá
hasta el 16% en 2030, según un informe de Oxfam Intermón realizado a partir de
investigaciones del Institute for European Environmental Policy (IEEP) y el
Stockholm Environment Institute (SEI). Si se sube el tamaño del grupo
poblacional de los más ricos, la cantidad de C02 que emiten sigue estando
sobredimensionada: el 10% más acaudalado de la población mundial emite casi la
mitad de todos los gases de efecto invernadero (un 48% del total de gases, que
será el 49% en 2030). Enfrente, al 50% más pobre del planeta le correspondían
en 2015 el 7% de las emisiones, que serán un 9% dentro de nueve años.
"La extrema diferencia entre
la huella de carbono esperada [en 2030] de una minoría de la población mundial
y el nivel global medio necesario para cumplir el acuerdo de París no es
sostenible", concluye el informe. "Mantener estos altos niveles de
emisiones entre los ciudadanos más ricos implicará mayores recortes en las
emisiones para el resto de la población o aboca al calentamiento global a
superar el grado y medio sobre los niveles preindustriales. No hay otra alternativa", añade.
Las emisiones de carbono
tendrían que reducirse un 52%
El informe está basado en
los planes de emisiones que han presentado los propios países, y que divide el
total de gases de efecto invernadero que emite cada nación entre su población,
según su situación económica, "para demostrar que las emisiones son muy desiguales
por grupos de riqueza", según explica Jacobo Ocharan, responsable global
de Justicia Climática de Oxfam. El texto explica que el gasto de los más ricos
se calcula en base a información pública sobre las casas, vehículos, aeronaves
y yates que poseen y señala los "superyates" como los principales
responsables de las emisiones (7.000 toneladas al año emiten uno solo), con los
aviones privados, el turismo espacial (recientemente) e incluso sus inversiones
de capital como añadidos. Entre los no tan ricos, el transporte es la principal
fuente de emisiones.
El informe mete dentro del
1% a quien cobra más de 172.000 dólares al año; en el 10% más adinerado a los
que están entre esa cantidad y 55.000 dólares anuales; la clase media (un 40%
de la población mundial) cobra desde 54.999 hasta 9.800 dólares al año y el 50%
de los más pobres no alcanzan esa cifra.
"Para nosotros es
fundamental que los países reconozcan que sus planes nacionales no son
suficientes", explica Ocharan. "La ONU les dice que nos vamos a 2,7º
de calentamiento global en 2100 si
no se tocan estos planes [lo acordado en París son 1,5º]. Nosotros añadimos que
no solo no son suficientes sino injustos, porque se hacen con modelos que
benefician al 10% más rico". Oxfam insta a los países a comprometerse con
un programa a corto plazo que vaya en línea con el objetivo del grado y medio,
y que lo hagan en base a la igualdad.
"Sin duda, es hora de
que los gobiernos impongan impuestos más altos o directamente prohíban el
consumo de lujos altamente intensivos en carbono, desde los todoterrenos a los
yates, jets privados y el turismo espacial, que representan un gasto moralmente
injustificado del escaso presupuesto de carbono restante en el mundo",
proponen las organizaciones responsables del texto.
67,7 toneladas al año
Otra aproximación hacia la
misma conclusión que expone Ocharan: si no se tocan los proyectos de emisiones
que han realizado los países, el grupo del 1% más acaudalado emitirá en 2030
hasta 67,7 toneladas de C02 per cápita, 30 veces más de las 2,3 toneladas que
les corresponderían –como a todo el mundo– para que la subida global de la
temperatura en 2100 no supere el grado y medio, tal y como se acordó en París.
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