Por Arysteides
Turpana Igwaigliginya
¿Conoce
la doctora Lourdes Moreno el significado de la noción “interculturalidad”? La
doctora Lourdes Moreno es la Jefa Nacional de Epidemiología, del Ministerio de
Salud, de la República de Panamá, y una de icónicas figuras que está dando la
cara ante la epidemia del COVID-19, que está atacando no solo a nuestro país
sino a todo el globo terráqueo.
Una de
las fallecidas el 5 de mayo, víctima del Covid-19, fue una señora del País
Dule, una comarca habitada en su mayoría por abyayalenses de la nación dule. La
mayoría del equipo de médicos que trabajan en la mencionada región, está
formada por profesionales nacidos en el lugar y formados como galenos en
universidades de la Cuba socialista. Médicos nativos egresados de la
Universidad de Panamá, creo, que no llegan ni a diez.
Accidentalmente
se dio el caso de que una de las víctimas del COVID-19, la que falleció en el
País Dule el 5 de mayo, se debió a la
decisión de sus familiares que no quisieron enviarla a la ciudad de Panamá, en
vista de que se habían dado cuenta que la ciencia había hecho lo que le
correspondía, pero que más allá de sus límites no podía hacer más nada y el
resto sería un asunto de Dios: un milagro.
Este hecho significó para la doctora Lourdes Moreno un “un problema de
interculturalidad”.
Desde
que se produjo el primer fallecimiento por causa del COVID-19 en Panamá, en la
ciudad ha habido varios incidentes y esos incidentes causados por los ladinos
no tienen nada de interculturalidad. Uno de los primeros escándalos se dio casi
al comienzo del desate del COVID-19, y se produjo cuando se anunció que un
grupo estudiantes panameños ladinos llegaba de China. Los responsables de salud
optaron por hacerles pasar la cuarentena en un colegio ubicado en un barrio
habitado por ladinos, pero los ladinos habitantes de ese barrio no quisieron
que esos estudiantes ladinos que venía China estuvieran cerca de ellos. ¿Es eso
interculturalidad? Creemos que esos ladinos del barrio estaban tocados por la
ignorancia, el miedo y la prudencia.
¿Hasta qué punto ante una situación así se puede catalogar de
“interculturalidad” a ese tipo de comportamiento? Entiendo que la doctora
Lourdes Moreno, la Jefa Nacional de Epidemiología, del Ministerio de Salud, de
la República de Panamá, interprete a su manera la noción de “interculturalidad”.
Estamos en Panamá, un país hispanoamericano, y como un país hispanoamericano,
un país del tercer mundo. Benjamín Ávila, un gunasdule y un amigo mío, publicó
en su Facebook lo que le pasó a su hermana, una enfermera gunasdule, que trabaja
aquí, en la ciudad. Una mañana, al salir del hospital, llegó a la panadería de
su barrió, vestida de enfermera: no la atendieron. De buenas a primeras, yo,
como la doctora Lourdes Moreno, puedo decir que eso es “interculturalidad” y la
puedo interpretar a luz del racismo, una de las herencias culturales que les
dejaron los gamberros de España a los ladinos de Hispanoamérica .…Yo, que soy
un gunasdule, entiendo que el panadero no la atendió no por un asunto de “interculturalidad”, ni siquiera por racismo;
sencillamente, no la atendió, en primer lugar,
porque ella es enfermera y trabaja en un hospital, (aunque no le faltó
tampoco una dosis de racismo: encontrarse con una cliente que es enfermera e
“india” ).Los ejemplos del rechazo hacia los profesionales de la salud en estos
momentos del azote del CAVID-19 son múltiples en los estados nacionales de
Hispanoamérica: los diarios de nuestra
América nos traen noticas tristes sobre los facultativos: a unos, sus vecinos
no los dejan entrar a sus apartamentos; a otros, les han quemado el coche, a
otros les han pedido que busquen otro lugar…pero también hay otros hermanos,
que los reciben con aplausos, con cariñitos y flores.
En el
reporte diario que realiza El Ministerio de Salud para hacernos saber día a día
por radio y televisión cuántas personas se contagiaron, cuántas se recuperaron
y cuántas murieron, la doctora Lourdes Moreno dijo el sábado 9 de mayo que
muchos ladinos preferían tener a sus parientes enfermos en sus casas antes que
enviarlos a los hoteles-hospitales y que porfiaban que ellos tenían suficientes
espacios para que sus parientes pasaran la cuarenta en sus hogares. Si este
fuese el caso de una familia dule, la doctora Lourdes Moreno hubiera invocado
como un hecho negativo “la Interculturalidad”, pero, como los casos que ella
mencionó se dio entre la cultura ladina, no le puso ningún adjetivo: solo se
contentó con mencionar el hecho.
Manejar
el concepto de “interculturalidad” con “mucho ruido y pocas nueces”, y sobre
todo que venga de un alto funcionario (supuestamente de alta y sofisticada
cultura), es peligroso porque la ignorancia es atrevida. Alguien dijo que,
entre la maldad y la ignorancia, la ignorancia es más peligrosa.
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