Geodisio astillo
Entrenando a los agricultores de Mandiyala. Foto: Onar |
La conservación
de suelos y agua comprende un conjunto de actividades inmersas en el
enfoque global del manejo del suelo, el agua y el aprovechamiento agrícola.
Trasciende más allá de los trabajos de control de la erosión ya que contribuyen
también al objetivo general de mejorar y mantener los nutrientes y con ello la
capacidad productiva del suelo, para a su vez lograr incrementar en forma
significativa los rendimientos, hacer sostenible la agricultura y en última
instancia evitar o reducir la degradación de los mismos. El uso y manejo del
recurso suelo tiene el fin de mantener y/o manejar su capacidad productiva en
función de sus aptitudes, limitantes y potencialidades de manera de evitar su
pérdida y/o degradación y conservar el agua.
Un grupo de
agricultores de la comunidad de Mandiyala,
ubicado por el límite oeste colindando con el Parque Nacional Chagres, está
ejecutando un subproyecto de “mejoramiento
de nutrientes de suelo” bajo sistema de producción agroforestal de nainu. Luego de planificar su nainu, aprendieron en la práctica a
construir y hacer uso del nivel o aparato “A”. Esta actividad es auspiciado por
el Corredor Biológico Mesoamericano del Atlántico Panameño de la Autoridad
Nacional del Ambiente (CBMAP II – ANAM).
El aparato
“A” es el instrumento campesino más importante para saber cómo medir las
pendientes, así como por dónde van las curvas de nivel. Se llama “A” porque
tiene la forma de una A mayúscula.
Trabajando en equipo y concluyendo la labranza mínima. Foto: Gubiler |
El
aparato “A” nos va a servir para trazar, en el terreno, curvas a nivel. Una
curva a nivel, es una línea curva, cuyos puntos están a la misma altura, o sea,
que una persona, siguiendo una curva a nivel, nunca baja ni sube. Por eso, el
agua, en una zanja de infiltración, construida según una curva a nivel, no va
correr por ningún lado y va a tener que infiltrarse.
La
labranza mínima es la menor cantidad de labranza requerida para crear las
condiciones de suelo adecuadas para la germinación de la semilla y el desarrollo
de la planta. Reduce la labor de remoción del suelo y se prepara el suelo en
las fajas/franja constituidas por los surcos donde va a sembrar (labranza
mínima individual). La función principal es de disminuir la susceptibilidad del
suelo a la erosión pero también ayuda para mantener el nivel de materia
orgánica y para proteger la macro fauna en el suelo. La labranza mínima se
combina con la siembra en contorno. De esta manera se labra el suelo y se
realizan las demás labores culturales siguiendo las curvas a nivel.
El mismo aparato
“A”, al marcar las curvas de nivel de la parcela, también sirve para ejecutar
la labranza mínima o conservacionista. Se requiere
mover o roturar la tierra y nivelarla entre cada curva de nivel. Una forma más
sencilla es aflojar la tierra en surcos con pico, camas de 20 x 30 cm . y 25 a 30 cm . de profundidad, estableciendo labranza solamente donde se va a colocar la
semilla.
La facilitación de estos trabajos lo
realiza el Centro de Desarrollo Ambiental y Humano (CENDAH).
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