"Este informe se enfoca en la
tierra como un recurso central en disputa. Su extrema concentración es un
problema desatendido en las políticas públicas a pesar de no estar restringido
al mundo rural, pues repercute sobre el desarrollo económico y social de los
países en su conjunto. La desigualdad en torno a la tierra limita el empleo,
amplía los cinturones de pobreza urbana con la expulsión desde las zonas
rurales y socava la cohesión social, la calidad de la democracia, la salud del
medioambiente y la estabilidad de los sistemas alimentarios locales, nacionales
y globales."
Escrito por Arantxa Guereña,
bajo la dirección de Sthephanie Burgos, gerente para políticas de justicia
económica, Oxfam América. 3/08/2017
La extrema desigualdad en el acceso y
control de la tierra es uno de los grandes problemas sin resolver en América
Latina, al mismo tiempo causa y consecuencia de estructuras sociales
enormemente polarizadas y niveles intolerables de pobreza y desigualdad. Sin
políticas que aborden este reto no será posible reducir la desigualdad
económica y social en la región.
La disputa por la tierra ha provocado
conflictos internos y desplazamientos en muchos países. Y el control del
territorio sigue siendo una fuente de poder económico y político que a menudo
se ejerce mediante la represión y la violencia. Pese a la creciente migración
hacia las ciudades, en gran medida debida a la falta de oportunidades en las
áreas rurales, la competencia por la tierra se ha intensificado con la rápida
expansión de actividades basadas en la extracción y explotación de los recursos
naturales. Se trata de una lucha muy desigual entre actores poderosos que
concentran los beneficios de esa explotación y millones de personas cuyos derechos
se ven afectados –especialmente hogares indígenas, afrodescendientes y
campesinos, y las mujeres en particular. Estos últimos son frecuentemente
víctimas del desplazamiento, la pérdida de sus medios de vida y el deterioro
ambiental de su entorno.
La mayoría de los gobiernos de la
región, independientemente de su color político, han mantenido la apuesta por
el extractivismo –un modelo productivo basado en la extracción y explotación de
los recursos naturales para obtener grandes volúmenes de materias primas– como
el principal motor de sus economías. Los altos precios de las materias primas
permitieron a algunos de ellos alcanzar tasas de crecimiento sin precedentes.
Pero la reciente caída en el precio de los hidrocarburos ha demostrado cómo la
dependencia del modelo extractivista implica someterse a los vaivenes del
mercado global, además de ser insostenible en el largo plazo y fomentar los
conflictos territoriales y la desigualdad.
Este informe se enfoca en la tierra
como un recurso central en disputa. Su extrema concentración es un problema
desatendido en las políticas públicas a pesar de no estar restringido al mundo
rural, pues repercute sobre el desarrollo económico y social de los países en
su conjunto. La desigualdad en torno a la tierra limita el empleo, amplía los
cinturones de pobreza urbana con la expulsión desde las zonas rurales y socava
la cohesión social, la calidad de la democracia, la salud del medioambiente y
la estabilidad de los sistemas alimentarios locales, nacionales y globales.
Lamentablemente, la opacidad en las
transacciones y los obstáculos para el acceso a la información impiden conocer
quiénes son los verdaderos dueños de la tierra en la región. Las limitaciones
estadísticas tampoco permiten dimensionar la magnitud real de la concentración
hoy en día. Pero no hay duda de que las dinámicas globales están acelerando el
acaparamiento y la reconcentración al combinarse una demanda insaciable de
materias primas y energía con un mayor acceso a capitales de inversión y a
lucrativos mercados internacionales.
El informe ofrece una mirada
regional, consciente de las importantes diferencias entre países y entre
subregiones. Se basa en investigaciones nacionales y estudios de caso
encargados por Oxfam en Bolivia, Brasil, Colombia, Paraguay y Perú, un estudio
sobre género y acceso a la tierra en Centroamérica y otros trabajos de análisis
realizados por Oxfam y sus aliados en distintos países. Con el propósito de
contribuir a un debate relevante para la región, se examinan los problemas y dinámicas
comunes, sabiendo que existen casos particulares que se pueden alejar de estas
tendencias.
La primera sección analiza la
desigualdad en torno a la tierra desde varios ángulos, así como sus
implicaciones en distintas esferas de la vida, especialmente lo que representa
para los grupos más vulnerables y sobre todo para las mujeres. También analiza
cómo la lucha por la tierra ha sido el germen de conflictos armados y al mismo
tiempo un elemento imprescindible para alcanzar la paz.
La segunda expone la dimensión actual
del problema de la extrema concentración de la tierra, basándose en los datos
más recientes disponibles que permiten trazar la brecha en el acceso y control
de la tierra agrícola en los diferentes países y en el conjunto de la región.
La tercera sección profundiza en la
expansión acelerada de los usos extractivistas –incluyendo la extracción de
minerales e hidrocarburos, el aprovechamiento forestal, la agricultura
industrial a gran escala y la ganadería extensiva– sobre los territorios
campesinos, afrodescendientes e indígenas y las áreas naturales; y cuestiona la
injusta distribución de los impactos y beneficios que se obtienen de explotar
la tierra y los recursos que alberga.
Las siguientes secciones se aproximan
a un análisis de poder centrado en los actores con intereses y derechos sobre
la tierra. La cuarta se enfoca en las élites que concentran el poder económico
y político, tanto en el ámbito nacional como en el global. Mientras que la
quinta se centra en los grupos cuyos derechos están más desprotegidos y que
carecen de suficiente representación política: las mujeres rurales,
subordinadas a un poder patriarcal; los pueblos indígenas y afrodescendientes,
cuyos territorios son invadidos y degradados por el avance del modelo
extractivista; y los movimientos campesinos, perseguidos y criminalizados por
defender su derecho a la tierra y sus medios de vida.
La sexta sección profundiza en las
políticas nacionales que, bien por acción o por omisión, crean el caldo de
cultivo para la desigualdad en el acceso y control de la tierra. También expone
algunos mecanismos de captura del Estado por los cuales las élites perpetúan su
dominio a costa de los derechos de las mayorías.
Y para concluir, se formulan algunas
recomendaciones de carácter general que pretenden ser elementos para la
discusión sobre cómo avanzar hacia sociedades más justas donde el interés
público limite el poder de las élites, donde la tierra y otros recursos
productivos se encuentren mejor distribuidos y donde los derechos de todas las
personas no solo estén reconocidos en el papel sino también protegidos de forma
eficaz.
Descargue la publicación (PDF) a
continuación:
Fuente: Biodiversidad en América Latina y
el Caribe - http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Desterrados_Tierra_poder_y_desigualdad_en_America_Latina
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