23 de marzo de 2017

¡La definición de la FAO debe reconocer que las plantaciones no son bosques!

Esta anticuada definición ha permitido que, detrás de una imagen positiva, las industrias de la madera, la celulosa, el papel y el empaquetado oculten los devastadores impactos ecológicos y sociales de las plantaciones de monocultivos a gran escala.

 
El 21 de marzo, Día Internacional de los Bosques, 200 organizaciones le estarán recordando a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) la necesidad de cambiar su engañosa definición de bosque, que data de 1948. Esta anticuada definición ha permitido que, detrás de una imagen positiva, las industrias de la madera, la celulosa, el papel y el empaquetado oculten los devastadores impactos ecológicos y sociales de las plantaciones de monocultivos a gran escala.

La definición de bosque de la FAO ha permitido que, de manera deshonesta, la industria denomine a sus plantaciones de monocultivos de especies de árboles de rápido crecimiento – como el eucalipto, el pino, el caucho o la acacia – “bosques plantados”, ya que define un bosque sólo por una altura mínima, las áreas cubiertas y el porcentaje de la cubierta de dosel de los árboles. Esta definición errónea de bosque aplicada por la FAO también se ha utilizado como modelo para más de 200 definiciones nacionales e internacionales de bosque desde 1948.

Bajo el disfraz de esta definición de bosque de la FAO, y utilizando diversos nombres tales como “bosques plantados”, “forestación” o “plantaciones forestales” para limpiar la imagen de sus actividades, la industria ha sido capaz de expandirse rápidamente, especialmente en el Sur, donde las plantaciones de monocultivos de árboles se extienden ahora a lo largo de varias decenas de millones de hectáreas. Esta rápida expansión ha traído miseria a innumerables comunidades campesinas rurales y pueblos indígenas. Allí donde han llegado las plantaciones de monocultivos de árboles, las familias han perdido sus medios de subsistencia, sus manantiales y arroyos se han secado, sus cultivos han sido envenenados con agrotóxicos y sus modos de vida han sido destruidos. (1)

“Durante casi 70 años, la engañosa definición de bosques de la FAO le ha servido de mucho a la industria forestal. Las empresas plantadoras de árboles han podido ocultar la destrucción ecológica que causan cuando los bosques, praderas y turberas desbordantes de vida y biodiversidad se convierten en extensos ‘desiertos verdes’ de árboles clonados de una misma especie y de edad uniforme, plantados en filas rectas, presentados tras una imagen positiva de bosque proporcionada por la FAO”, dice Winfridus Overbeek, coordinador internacional del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM).

La propuesta de “restauración del paisaje forestal” para la protección del clima hace más urgente la necesidad de que haya definiciones correctas

“Con la adopción del Acuerdo de París por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la necesidad de una revisión de la definición de bosque de la FAO adquiere aún mayor urgencia”, opina Guadalupe Rodríguez, de Salva la Selva/Rettet den Regenwald. “Sería una tragedia que la engañosa definición de la FAO permitiera que se considerara que la expansión de estos dañinos monocultivos de árboles reúne los requisitos como para recibir fondos para el clima destinados a “reforestación” y “restauración del paisaje forestal”. Esto no sólo perjudicaría a un número aún mayor de comunidades locales cuyas tierras utilizadas para su subsistencia resultan invadidas por plantaciones de árboles, sino que también podría suponer la destrucción de bosques y pastizales ricos en carbono y su reemplazo por plantaciones de monocultivos. Aun así, los países podrían argumentar que, basándose en la definición de bosque de la FAO, no se ha perdido ninguna “superficie forestal” – a pesar de la masiva pérdida de carbono, biodiversidad, recursos hídricos y medios de subsistencia locales cuando los bosques son reemplazados por monocultivos.

La “Iniciativa de Restauración de los Bosques de África” ​​(AFR100) constituye un ejemplo de cómo el deliberado engaño de llamar bosque a las plantaciones permite a la industria forestal aprovecharse de los fondos para el clima. Lanzada en la conferencia de la ONU sobre el clima celebrada en 2015 en París, la iniciativa tiene el objetivo de cubrir 100 millones de hectáreas que los gobiernos africanos participantes consideran “tierra degradada”. El Banco Mundial dispondrá de 1.000 millones de dólares para este plan -basándose en la definición de la FAO para determinar los requisitos de selección para obtener la financiación. Una de las empresas forestales más controvertidas con actividades en África, Green Resources (2), estuvo entre los oradores principales de una conferencia celebrada en Ghana en 2016, donde la implementación de la iniciativa AFR 100 fue una de las prioridades de la agenda.

El tema “Bosques y Energía” de la FAO para el Día Internacional de los Bosques de 2017 revela la urgente necesidad de cambiar la definición de bosque

“La insustentable demanda de energía de los países industrializados, sumada a su ávida búsqueda de nuevas fuentes de energía ‘renovable’, ya está provocando la conversión a gran escala de bosques en plantaciones industriales de ‘biomasa’. Sin embargo, la palabra ‘plantación’ no aparece ni una sola vez en la página de ‘Mensajes clave’ de la FAO para el Día Internacional de los Bosques de 2017”, advierte Wally Menne, de la Coalición Timberwatch, en Sudáfrica. Como ejemplo, se estima que para alimentar el total de las necesidades energéticas del Reino Unido a través de la biomasa obtenida de eucaliptos, se necesitarían unos 55 millones de hectáreas de plantaciones en un país como Brasil – lo que abarcaría un superficie de tierra mayor que el doble del tamaño del Reino Unido.

En el día de hoy, 200 organizaciones y grupos de la sociedad civil de todo el mundo unen sus voces a los más de 130.000 grupos e individuos que apoyaron la petición presentada en el Congreso Forestal Mundial en 2015, reclamando a la FAO que haga frente al desafío y cambie urgentemente su definición de bosque para excluir las plantaciones de monocultivos de árboles, porque “las plantaciones no son bosques”.

Comunicado de Prensa - 21 de Marzo 2017

Contactos:

Movimiento Mundial por los Bosques
Winfridus Overbeek
Tel: +55 27 988 219007
Timberwatch:
Wally Menne
Rettet den Regenwald:
Guadalupe Rodríguez
Tel: + 49 40 410 38 04 3

 
Notas:

(1)    La carta enviada hoy a la FAO puede encontrarse aquí. También está disponible en inglés, francés y portugués.

(2)    En respuesta a la petición de 2015 firmada por más de 130.000 personas reclamando a la FAO que cambie su definición de bosque, la FAO argumenta que su función es simplemente armonizar las numerosas definiciones nacionales e internacionales de bosques adoptadas desde 1948. Sin embargo, la carta enviada hoy muestra cómo esta visión ignora el hecho de que la definición de bosque de la FAO es EL ejemplo seguido por muchas otras definiciones de “bosque” en uso, en especial en las negociaciones de la ONU sobre el clima, en iniciativas como AFR100, así como por numerosos numerosos gobiernos nacionales, etc.

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