1 de noviembre de 2023

TÍTULO: "LA MINERÍA EN PANAMÁ: UN GRITO DE LA NATURALEZA Y EL PUEBLO GUNA"

Por: Yadilys Nuñez Davis de Duque.


Introducción:

 

Desde pequeños al pueblo Guna se le inculca, que Baba en un acto de amor y generosidad, formó Nabgwana, la madre tierra. Y que la hizo descansar sobre fundamentos de oro y plata y que le dio armazón de oro y plata. Baba la constituyó protectora y defensora de todo aquello que tiene vida sobre ella. La madre tierra es un ser vivo y sagrado, que proporciona todo lo que necesitamos para vivir y que tenemos una responsabilidad de cuidar de ella.

Actualmente en la hermosa tierra de Panamá, la lucha por el futuro se libra entre la codicia y la degradación ambiental, mientras el pueblo Guna y la naturaleza misma claman por justicia. En esta composición, quiero plasmar los impactos devastadores de la minería en Panamá y la perspectiva del pueblo indígena Guna. Esto es un grito de protesta, un llamado a la razón y a la preservación de lo que queda de nuestro mundo natural.

Desarrollo:

 

La minería en Panamá se ha convertido en una sentencia de muerte para nuestros exuberantes bosques y ríos. La tala de árboles y la destrucción de hábitats naturales están llevando a la extinción de especies valiosas y a la pérdida irreparable de la biodiversidad.

Los ríos, que son fuentes de vida para muchas comunidades, se ven amenazados por la contaminación tóxica causada por la minería. Los químicos y residuos mineros envenenan las aguas, afectando la salud de las personas y la subsistencia de los pueblos indígenas y la de los hermanos wagas.

Y qué decir de la contaminación atmosférica. La extracción y procesamiento de minerales también generan emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático. Esto afecta a todos los habitantes de Panamá, Abia Yala y de todo el planeta.

La minería no solo destruiría nuestro entorno natural, sino también nuestra cultura. El pueblo Guna ha vivido en armonía con la naturaleza durante siglos, pero las minas amenazan nuestras tradiciones, el sustento de todo un pueblo, la conexión con nuestros antepasados y la sabiduría transmitida de generación en generación, la cual es la conservación de Nabgwana (Madre tierra).

Hay otra realidad del cual no se menciona, si la minera logra ingresar a nuestras tierras sucedería un desplazamiento forzado de comunidades enteras, dejando a las personas sin hogar y sin medios de subsistencia. Esta injusticia, es una de las tragedias más profundas de la minería y se ha visto en todos los lugares donde se realiza esta actividad nefasta.

El estado y las empresas mineras quieren ingresan a nuestras tierras sin el consentimiento de nuestras comunidades indígenas, ignorando nuestros derechos y autonomía. La falta de consulta previa e informada destruye nuestra autonomía y perpetúa la injusticia y no sólo a nuestro pueblo sino a toda la nación.

Conclusión:

 

Tengo una impotencia en mi corazón de ver como una nación entera ha levanto su voz, a una sola y está siendo ignorada. Como Gunadule y como panameña me siento burlada por las posibles soluciones que ha dado el ejecutivo, lo cual no son favorables para nuestra tierra.

La minería en Panamá es una afrenta a la naturaleza y al pueblo Guna. Se exige que nos quedemos en silencio mientras la tierra que amamos se desmorona y nuestra cultura se desvanece. Pero hoy decimos "¡Basta!" La minería no puede prevalecer sobre la vida y la sostenibilidad de la tierra que compartimos. La justicia ambiental y los derechos indígenas y la de toda una Nación deben prevalecer. En lugar de destruir, debemos buscar alternativas sostenibles y proteger nuestra herencia natural y cultural. La voz del pueblo Guna y la de la naturaleza misma claman por respeto y protección a Nabgwana.


Estudiante de IV Semestre

Educación Bilingüe Intercultural. Guna. UDELAS Sede Panamá.


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