Por ONU
(Organización de las Nacionas Unidas)
Idioma Español
País Internacional
- Banco Mudial/Lundrim Aliu. La región de América Latina y el Caribe arroja a la atmósfera 371 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono por el consumo de madera y carbón.
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24 septiembre 2019
El informe United in
Science o “Unidos en la Ciencia” reúne los detalles sobre el estado
actual del clima y presenta tendencias en las emisiones y concentraciones
atmosféricas de los principales gases de efecto invernadero.
En la
investigación los científicos destacan la urgencia de una transformación socioeconómica
fundamental en sectores clave como el uso de la tierra y la energía para evitar
un aumento peligroso de la temperatura global con impactos potencialmente
irreversibles. También examinan herramientas para apoyar tanto la mitigación
como la adaptación.
¿Cúal
es la situación según los científicos?
El
clima global
La temperatura
global promedio para 2015-2019 está en
camino de ser la más cálida de cualquier otro período equivalente registrado. Actualmente se estima
en 1,1° C, un grado más por encima de los tiempos preindustriales (1850–1900).
Las olas de
calor en los últimos años han sido las más letales, afectaron a todos los
continentes y establecieron registros récord de temperatura a nivel nacional.
Las olas de
calor generalizadas y duraderas, los incendios récord y otros eventos
devastadores como los ciclones tropicales, las inundaciones y la sequía han
tenido un gran impacto en el desarrollo socioeconómico y el medio ambiente.
Incendios
sin precedentes
El verano de
2019 vio incendios
sin precedentes en el Ártico que
tan solo en junio emitieron 50 megatoneladas de carbono a la atmósfera. Esto es
más que todos los fuegos juntos en esa región de 2010 a 2018. También hubo
múltiples incendios en la selva tropical de la Amazonía en particular en
agosto.
Ciclones
devastadores
Las mayores
pérdidas económicas mundiales han estado ligadas a ciclones tropicales. La temporada
de 2018 fue especialmente activa, con el mayor número de tormentas tropicales
de todos los años en el siglo XXI.
Todas las cuencas del
hemisferio norte experimentaron una actividad mayor de lo normal. El Pacífico
Nororiental registró su mayor Valor Energético de Ciclones de toda su historia.
La temporada de huracanes en
el Atlántico de 2017 fue una de las más devastadoras de la historia con más de
125.000 millones en pérdidas asociadas solo con el huracán Harvey. Ciclones
tropicales consecutivos sin
precedentes del océano Índico golpearon a Mozambique en marzo y abril de 2019.
Disminución
continua del hielo marino y la masa de hielo
La extensión del
hielo marino del verano ártico ha
disminuido a una tasa
de aproximadamente 12% por década durante 1979-2018. Además, los cuatro valores
más bajos para la extensión del hielo marino en invierno ocurrieron entre 2015
y 2019.
El panorama es
parecido al otro polo. La cantidad de hielo perdido anualmente de la capa
antártica aumentó al menos seis veces entre 1979 y 2017 y la pérdida de masa de
glaciares para 2015-2019 es la más alta en cualquier período de cinco años
registrado
El
aumento del nivel del mar se está acelerando, el agua del mar se está volviendo
más ácida
La tasa
observada de aumento medio global del nivel del mar se aceleró de 3,04
milímetros por año durante el período 1997–2006 a aproximadamente 4mm durante
el período 2007–2016.
Esto se debe a
la mayor tasa de calentamiento y derretimiento de las capas de hielo de
Groenlandia y la Antártida Occidental. Además, ha habido un aumento general del
26% en la acidez del océano desde el comienzo de la era industrial.
Sequía
que causa hambre
Según la Organización
de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, las situaciones
climáticas extremas se encuentran entre los principales impulsores de los
recientes aumentos del hambre a nivel mundial después de una disminución por
varios años.
La frecuencia de
las condiciones de sequía de 2015 a 2017 muestran el impacto del fenómeno de El
Niño en 2015 a 2016 en los cultivos. Amplias áreas de África, América
Central, Brasil y el
Caribe, así como Australia experimentaron un gran aumento en la frecuencia de
las condiciones de sequía entre 2015 y 2017 en comparación con los últimos 14
años.
Más
muertes por el clima
De acuerdo con
la Organización Mundial de la salud entre 2000 y 2016 el número de personas
expuestas a las olas de calor han aumentado en alrededor de 125 millones. La
longitud promedio de los eventos de olas de calor individuales fueron 0,37 días
más largos, en comparación con el período entre 1986 y 2008, contribuyendo a un
mayor riesgo de enfermedad o muerte relacionada con el calor.
Concentraciones
de gases de efecto invernadero récord en la atmósfera
- Foto por Banco Mundial/John
Hogg. Las industrias y la ganadería generan gases de efecto invernadero que
causan el calentamiento global.
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Los niveles de
los principales gases de efecto invernadero de larga duración, dióxido de
carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O) han
alcanzado niveles récord.
La última vez
que la atmósfera de la Tierra contenía 400 partes por millón de CO2 fue hace
unos entre 3 y 5 millones de años, cuando la temperatura media global de la
superficie era de 2 a 3 grados más cálida que hoy, las capas de hielo en
Groenlandia y la Antártida Occidental se derritieron y partes del hielo de la
Antártida Oriental se cayeron, todo lo cual causó un aumento del nivel global
del mar de 10 a 20 metros en comparación con el actual.
En 2018, la
concentración global de CO2 fue de 407,8 partes por millón (ppm), 2,2 ppm más
que en 2017. Los datos preliminares de un conjunto de sitios de monitoreo de
gases de efecto invernadero para 2019 indican que las concentraciones de
dióxido de carbono están en camino de alcanzar o incluso superar 410 partes por
millón para finales de 2019.
En 2017, las
concentraciones atmosféricas promediadas a nivel mundial han llegado a casi el
triple de lo niveles preindustriales.
Además, la tasa
de crecimiento promedio de dióxido de carbono durante tres décadas consecutivas
(1985–1995, 1995–2005 y 2005–2015) aumentó de 1,42 ppm por año, a 1,86 ppm y
luego a 2,06 ppm.
Las
emisiones de carbono
Las emisiones de
dióxido de carbono crecieron un 2% y alcanzaron
un récord de 37.000 millones de toneladas en 2018. Hasta el momento no hay señales de que habrá un
récord en este año.
Las tendencias
económicas y energéticas actuales sugieren que las emisiones serán al menos tan
altas en 2019 como en 2018. Se espera que el PIB mundial crezca al 3,2% en
2019, y si la economía global se descarboniza al mismo ritmo que en los últimos
10 años, eso aún conduciría a un aumento en las emisiones globales.
A pesar del
extraordinario crecimiento de los combustibles renovables en la última década,
el sistema energético mundial todavía está dominado por las fuentes de
combustibles fósiles. El aumento anual en el uso de energía global es mayor que
el aumento en la energía renovable, lo que significa que el uso de
combustibles fósiles continúa creciendo. “Este crecimiento necesita
detenerse de inmediato”, aseguran los científicos.
Las emisiones
netas cero necesarias para estabilizar el clima requieren tanto de una
aceleración en el uso de fuentes de energía que no sean de carbono como de una
rápida disminución de los combustibles fósiles en la industria energética.
“Este doble requisito representa un desafío”, dice el informe.
Los sumideros
naturales de dióxido de carbono, como la vegetación y los océanos, que eliminan
aproximadamente la mitad de todas las emisiones de las actividades humanas,
serán menos eficientes al hacerlo. Esto subraya la necesidad de reducir la
deforestación y expandir los sumideros naturales de CO2, particularmente
aquellos en bosques y suelos que pueden mejorarse mediante un mejor manejo y
restauración del hábitat.
La
brecha de emisiones, según ONU Medio Ambiente
Los Informes de
brecha de emisiones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente,
con la décima edición que se publicará en noviembre, evalúan los últimos
estudios científicos sobre las emisiones de gases de efecto invernadero
actuales y futuras estimadas y los comparan con los niveles de emisión
permitidos para que el mundo progrese para alcanzar los objetivos del Acuerdo
de París.
Esta diferencia
entre "dónde es probable que estemos y dónde debemos estar" se conoce
como brecha de emisiones.
Las emisiones
globales no alcanzarán su punto máximo para 2020 y 2030 si se mantienen las
políticas climáticas actuales y los niveles de ambición de las Contribuciones
Determinadas a Nivel Nacional (NDC). Sin embargo, los resultados preliminares
del Informe de brecha de emisiones 2019 indican que estas continuaron
aumentando en 2018.
El nivel de
ambición de las Contribuciones Determinadas de los países debe triplicarse
aproximadamente para alinearse con el límite de 2 grados establecido por el
Acuerdo de París y debe aumentarse alrededor de cinco veces para alinearse con
el límite de 1,5 grados.
Si las
ambiciones no se incrementan inmediatamente y se respaldan con acciones, ya no
se puede evitar exceder ese objetivo. Si la brecha de emisiones no se cierra
para 2030, es muy posible que el objetivo de un aumento de temperatura muy
inferior a 2 grados también esté fuera de alcance.
Una parte
sustancial del potencial técnico se puede lograr mediante la ampliación y la
replicación de políticas existentes y bien probadas, como el cambio a la
energía renovable y la reforestación, que simultáneamente contribuyen a los
objetivos clave de desarrollo sostenible.
Las
advertencias del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático
Tres informes
especiales publicados en 2018 y 2019 evalúan aspectos complementarios y
específicos del cambio climático, antes del sexto informe de evaluación.
El Informe especial sobre el calentamiento global de
1,5 grados, establece que
limitar el calentamiento a esa aumento no es físicamente imposible, pero
requeriría transiciones sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad.
Hay claros beneficios de mantener el calentamiento a 1,5 grados en comparación
con 2 o más.
Cada grado
importa: limitar el aumento puede ir de la mano con alcanzar otros objetivos
mundiales como lograr el desarrollo sostenible y erradicar la pobreza.
El Informe Especial sobre el Cambio Climático y la
Tierra enfatizó
que los suelos están bajo una presión humana creciente y que el cambio
climático se suma a estas presiones. Al mismo tiempo, mantener el calentamiento
global muy por debajo de los 2 grados solo se puede lograr reduciendo las
emisiones de gases de efecto invernadero de todos los sectores, incluidos la
tierra y los alimentos.
La investigación
muestra que una mejor gestión de la tierra puede contribuir a hacer frente al
cambio climático, pero la tierra no es la única solución: reducir las emisiones
de gases de efecto invernadero de todos los sectores, incluida la energía, es
esencial para mantener el calentamiento global lo más cerca posible de 1,5
grados.
El 25 de
septiembre de 2019, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático
publicará el Informe especial sobre el océano y la criosfera en un clima
cambiante.
Hacia
el futuro
La evidencia
consolidada refuerza la influencia humana como la causa dominante de los
cambios en el sistema de la Tierra, en una nueva época geológica, el
Antropoceno.
Los crecientes
impactos climáticos aumentan los riesgos de cruzar puntos críticos de inflexión.
Se refieren a umbrales que, si se cruzan, conducen a cambios de largo alcance,
en algunos casos abruptos y o irreversibles, afirma la investigación.
Hay un
reconocimiento creciente de que los impactos climáticos están golpeando con más
fuerza y antes de lo que las evaluaciones climáticas indicaron incluso hace
una década.
A medida que se
intensifica el cambio climático, las ciudades son particularmente vulnerables a
los impactos como el estrés por calor y pueden desempeñar un papel clave en la
reducción de emisiones a nivel local y global.
Las estrategias
para la mitigación y para mejorar la gestión adaptativa del riesgo son
necesarias en el futuro.
“Solo una acción
inmediata e integral que abarque: una profunda descarbonización complementada
con medidas políticas ambiciosas, protección y mejora de los sumideros de
carbono y la biodiversidad, y los esfuerzos para eliminar el CO2 de la
atmósfera, nos permitirán cumplir con el Acuerdo de París”, aseguran los
científicos.
Fuente: Noticias
ONU
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