Geodisio Castillo e Isaac Bastidas
Disfrutar de la
naturaleza, es de los pueblos indígenas, porque sus vidas, sus actividades, sus
culturas en general están basadas en la naturaleza. El pueblo gunadule desde su
existencia ha disfrutado de su naturaleza. Solo en 1800, se denomina por
primera vez “turismo” del inglés “tourism” como palabra para indicar los viajes
con el fin de diversión y ocio.
Grupo 1
- Guías escuchando la presentación del Inaduled Horacio Arosemena, en el Centro
de Atención y Aprendizaje Ina Ibegungalu, Bingandi. Foto: Archivo Guías
Las actividades de
turismo se vienen desarrollándose en la Comarca hace varias décadas,
principalmente de playa y sol. Viene realizándose sin ninguna planificación
estratégica hasta la actualidad. El turismo de playa y sol, ha tenido un gran
impacto, en la creación de una nueva modalidad - las cabañas turísticas.
Una nueva modalidad, porque antes, solo dos hoteles del sector Gardi recibían a
turistas. El turismo comunitario o cultural, también existe desde hace varias
décadas; turistas que llegan en barcos transatlánticos al sector Gardi, llegan
directo a las comunidades, para contemplar y comprar objetos artesanales. El
archipiélago de Gunayala, principalmente del sector Gardi, siempre ha sido un
sitio de promoción de turismo (FPCI, 2000).
El turismo bien
gestionado en un área protegida es un gran aliado de la conservación y un motor
de educación ambiental. Antes de promover el turismo en el área protegida de
Nargana, el Instituto del Patrimonio Cultural del Pueblo Guna (IPCPG), el
Instituto de Investigación y Desarrollo de Kuna Yala (IIDKY), la Secretaría de
Defensa Territorial y la Secretaría de Turismo, como Grupo de Trabajo sobre
Área Protegida del Corregimiento de Nargana (GTAPCN),
es rescatar y/o fortalecer el área protegida de Nargana o la Comarca de la
Biosfera. Legalmente el área protegida de Nargana, está establecida, primero
por la ley comarcal, que avala su existencia y su Plan General
de Manejo y Desarrollo de Gunayala (PEMASKY/AEK, 1995),
y por decreto de INRENARE (actual Ministerio de Ambiente), quien solo reconoce
la parte terrestre.
Para rescatar y
revalorar el área silvestre protegida del Corregimiento de Nargana, el grupo de
trabajo ha establecido una hoja de ruta de docencia sobre el área protegida de
Nargana. Su historia, vivencias, dedicación, investigación, patrullaje,
elaboración de la estrategia, entre otros, son los temas desarrollados y por
desarrollar. Divulgar, educar a través de diálogos o conferencias virtuales y
presenciales con dirigentes en Nusagandi, son actividades iniciales del GTAPCN.
Las áreas protegidas son
espacios educativos e impulsan el autodesarrollo sostenible de la Comarca y
aseguran la calidad de vida de su población, como viene demostrándose desde su
existencia, generan beneficios ambientales que incluyen: recursos para la
alimentación, medicinas, control de enfermedades, conserva material genético,
la producción de agua, la generación de oxígeno, la captura de carbono, la
regulación del clima, la prevención de inundaciones, el resguardo del
patrimonio cultural de la nación gunadule y ser elementos de indiscutible valor
estético, recreativo, paisajístico, y mágico-espiritual.
Turismo naturalista o ecoturismo
Promover el turismo
naturalista en el área protegida, necesita tomar en cuenta algunas consideraciones.
La primera es, que el objetivo del turismo en un área protegida es muy
diferente que el objetivo del turismo en otro sitio.
El objetivo del turismo en el caso del área silvestre protegida de Nargana, es
fomentar la CONSERVACIÓN, para generar desarrollo en las comunidades aledañas y
que fomente la EDUCACIÓN en conservación.
Grupo 2
- Guías de turismo en el mirador Udirbi. Foto: Archivo Guías
La segunda, el turismo en
un área protegida se realiza en espacios frágiles y de gran valor ambiental, pero
extremadamente subvaluados. No hemos sabido reconocer y generarle un valor
económico. Según Novoa Goicochea (2011), es importante valorar desde un punto
de vista económico los recursos naturales que se derivan de su protección, por
los bienes y servicios ambientales que ofrece un área protegida. Es un bien ambiental
con valor económico, por el que las personas tienen preferencias y muestran
disposición a pagar. Además, la valoración económica ambiental de los recursos
naturales contribuye al proceso de toma de decisiones económicas; y, mejora la
gestión de los recursos naturales (Hernández Santoyo, et al, 2010).
La tercera, para
promover el turismo naturalista en el área protegida tenemos antes que tener
estrategias de control y manejo de visitantes, y, sobre todo, una comunicación
estrecha y una visión común entre los guías y operadores de turismo y las que
tienen la responsabilidad de conservar el área protegida.
El turismo de
naturaleza, se desarrolló en el área de Nusagandi, en su tiempo denominado
Centro Biológico por la Conservación (CEBIOCON). A pesar que el Proyecto de
Estudio y Manejo de Áreas Silvestres de Kuna Yala (PEMASKY 1983-1987), aún sin
plan estratégico, en sus planes operativos anuales (POAs), contemplaron
actividades de turismo naturalista, para captar fondos y resultaron exitosos.
Con la estrategia elaborada (1987), desarrollaron aún más el turismo
naturalista, bajo la variante de turismo científico, que ofrecieron muchos
datos científicos de los sitios estudiados del área silvestre protegida de
Nargana, tanto terrestre y marino (CCT, 1995; Guzmán, et al, 2001).
Estas actividades se ejecutaron bajo la guía del plan estratégico, programa de
uso público, y en especial el subprograma de turismo naturalista (PEMASKY/AEK,
1995). Fue un ejemplo de manejo del turismo, administrando su propio patrimonio
(Castillo, 2001).
El turismo naturalista o
ecológico fue una práctica muy bien planificada, organizada y ejecutada por
PEMASKY
en el área de Nusagandi. Ofreció oportunidades y facilidades para conocer los
recursos tropicales terrestres y marinos de Gunayala, y así mismo conocer a su
propia comunidad, sin impactar adversamente sobre los recursos naturales o la
misma cultura (PEMASKY, 1995). No es turismo activo o de aventura, como lo
suelen confundir.
La naturaleza fue el
entorno en la que los visitantes se relacionaron, porque la sostenibilidad
ambiental es la vocación de dicho turismo naturalista. Específicamente se
desarrollaron actividades de turismo ornitológico para la observación de las
aves, el turismo científico para la investigación científica, el turismo
cultural en las comunidades o el turismo rural. De ahí, podemos indicar, que el
turismo naturalista su vocación es la sostenibilidad ambiental, ya sea a través
de la gestión de sus recursos o de su contribución al estudio y la
investigación de la naturaleza. Por tanto, suelen tener un contacto más
estrecho con la naturaleza: áreas de montaña, senderos, islas, corales, peces, entre
otros.
Lo que PEMASKY no pudo desarrollar
es el agroturismo, que mezcla aspectos del turismo gastronómico, que consiste
en la visita a los nainugan y espacios similares con el propósito de conocer el
proceso de producción de determinados cultivos y su disfrute. Lógicamente
presentarle al visitante, una tierra o suelo sin agroquímicos y productos
alimentarios orgánicos, manejados bajo su propio sistema de producción de nainu.
También, lo que aún falta desarrollar, es la visita a jardines botánicos ya
sean con plantas medicinales o árboles, como lo que se desarrolla en el Centro
de Atención y Aprendizaje Ina Ibegungalu, en Bingandi.
La Organización Mundial
de Turismo (OMT), define el ecoturismo o turismo naturalista a toda forma de
turismo que gira en torno a la naturaleza.
No porque su nombre lo dice ecoturismo o naturalista, todas las actividades se
desarrollan bajo este concepto, la relación cultural del hombre con la
naturaleza. Actualmente el turismo naturalista, provocó práctica de otros tipos
de turismo que toman ciertas bases ideológicas y contextuales para su
realización. Es decir, dieron pautas a la diversificación del turismo en el
mercado de bienes y servicios. Tales como el senderismo, agroturismo, entre
otros. Este turismo agrupa de acuerdo con el interés del turista en cuatro
grandes modalidades: “Ecoturismo”, “Turismo de Aventura”, “Turismo Rural” y
“Turismo Cultural”.
Definamos estas tres
variantes de turismo naturalista:
Turismo de Aventura: Su finalidad es realizar actividades
recreativas, asociadas a desafíos impuestos por la naturaleza, como el
senderismo, donde se participa de la armonía con el ambiente, respetando el
patrimonio natural, cultural, histórico, entre otros.
Turismo Rural: Su finalidad es realizar actividades
de convivencia e interacción con una comunidad rural, en todas aquellas
expresiones sociales, culturales y productivas cotidianas de la población.
Ecoturismo: Su finalidad es la convivencia e
interacción con el ambiente natural, a áreas relativamente poco alteradas, para
disfrutar y apreciar la naturaleza a la vez que se promueve la conservación,
tiene un bajo impacto ambiental y proporciona un beneficio socioeconómico a la
población local.
Turismo Cultural o Comunitario: Se concibe
como el conjunto de actividades ligadas al conocimiento y disfrute de los
bienes y servicios del patrimonio cultural de un lugar, o de sus modos de vida,
tradiciones y costumbres (Villar Mata, Peña Pérez, 1997).
El turismo cultural es motivado por conocer, comprender y disfrutar el conjunto
de rasgos y elementos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y
afectivos que caracterizan a una sociedad o grupo social de un destino
específico.
El desarrollo del
turismo cultural y del del turismo rural en el ámbito rural se apoyan
mutuamente, desde la oferta turística se han de integrar los recursos de ambos,
favoreciendo la diversificación y ampliación mutua de sus ofertas (Villar Mata,
Peña Pérez, 1997).
¿Qué es ser un guía de turismo?
Un guía de turismo es el
“rostro”, la “imagen” de la comarca, por lo tanto, del país. Un guía de
turismo, es el representante cultural. Es la persona que disemina la cultura, la
historia, la realidad, el patrimonio turístico tangibles e intangibles de la
nación Gunadule. Ofrece servicios de asistencia; el cual puede prestar sus
servicios bajo la modalidad de guía general o guía especializado en un tema o
localidad especifica de carácter cultural. Un guía es reconocido formalmente
para la labor que debe desempeñar.
Por su parte, el Comité
Europeo de Normalización (CEN) definió al guía de turismo como “la persona que
guía a los visitantes en el idioma de su elección e interpreta el patrimonio
cultural y natural de la zona, que regularmente cuenta con una titulación
específica sobre dicha zona, por lo general reconocido por la autoridad
competente”.
Por lo anterior, el guía
de turismo es una persona entusiasta anfitrión que siempre está dispuesto para
brindar hospitalidad a clientes especiales (turistas nacionales y/o
internacionales); es una persona autodidacta y disciplinada; aprender otros
idiomas, otras formas de vida y de interpretar el mundo y su naturaleza o ambiente;
y estos conocimientos aplicarlos en su labor de guía de turismo. Y así
satisfacer a los visitantes, sus expectativas de información y de disfrute
lúdico, y se cumplan los objetivos de la entidad organizadora del servicio.
Guías gunadule buscando alternativas
La Asociación Guna de
Guías y Operadores de Turismo, han mostrado mucho interés en desarrollar el
turismo naturalista dentro del área silvestre protegida de Nargana. Realizar
visitas por los diferentes senderos educativos e interpretativos que aún
sobreviven, paisajes como las cascadas, entre otros, por el área de Nusagandi y
Bingandi.
Grupo 2 –
Guías de turismo con la naturaleza de Bingandi. Foto: Archivo Guías
Con esta iniciativa se
apoya al fortalecimiento del área silvestre protegida de Nargana. Por lo que
será necesario como primer paso revisar y actualizar el plan estratégico
(PEMASKY/AEK, 1995), y desarrollar una estrategia o plan de acción a corto
plazo sobre el turismo naturalista. Por lo tanto, no será necesario elaborar
algo nuevo, solo revisar y actualizar la estrategia existente.
El área silvestre
protegida de Nargana ofrece a los guías de la Asociación Guna un turismo
alternativo. Es decir, “búsqueda de nuevas rarezas o singularidades para
experimentar nuevas vivencias y experiencias visitando lugares desconocidos,
efectuando actividades al aire libre y en espacios naturales; considerado como
un modelo más participativo que considera la evolución cultural del hombre
individual y social” (Molina, Rodríguez y Cuamea, 1986).
Talleres de capacitación u orientación
La Asociación Guna de
Guías y Operadores de Turismo, han solicitado al GTAPCN, apoyo para su
orientación y capacitación sobre temas ambientales, turismo naturalista, biodiversidad,
áreas protegidas, Comarca de la Biosfera, defensa territorial, historia del
área, entre otros temas. La meta inicial de los guías es elaborar a corto plazo
una estrategia para poder desarrollar el turismo naturalista o ecoturismo en
los sitios del área protegida de Nargana.
En el mes de octubre, se
han realizado dos (2) talleres de capacitación para los dules guías y
operadores de turismo en Nusagandi. En estos dos talleres, en total han
participado 17 guías, y según la organización, falta un grupo por participar.
La modalidad de los talleres fueron teóricas y prácticas, visitando sitios de
interés, como Ina Igar (sendero plantas y árboles medicinales), Cascada
Nusagandi, Mirador Udirbi y al Centro de Atención y Aprendizaje Ina Ibegungalu,
en Bingandi.
En el Centro de Atención
y Aprendizaje Ina Ibegungalu, el señor Horacio Arosemena, presidente de la
asociación Inadulegan de la Comarca, del Congreso General de la Cultura Guna
(CGCG), atendió a los guías hablándoles sobre el valor medicinal y espiritual de
duleina. Visitaron lugares donde se desarrolla los cultivos agroforestales y
medicinales, contemplaron y disfrutaron de la naturaleza del lugar.
Un tema de mucho interés
fue sobre la defensa territorial. Defender el territorio, sus límites es un
trabajo de conciencia, “formado desde los albores de la juventud”, como lo
plantearon al ver al señor Avelino Pérez cuando joven y cuando es actualmente. La
defensa territorial es una secretaría y sus guardabosques deben continuar
trabajando o luchando, cuan pandemia exista. No hay que dar cuartel a los
invasores colonos, cazadores y mineros por nuestros recursos naturales y
biodiversidad, - expresaron los presentes a los talleres.
Entendieron que los
guardabosques, pueden, es que son unos excelentes guías de turismo naturalista,
porque conocen los sitios de atracción que aún no son explotados. Conservar los
recursos naturales, su biodiversidad y sitios paisajísticos es la lucha que se
viene dando desde la existencia del área protegida de Nargana.
Situación actual del área protegida
de Nargana
Para hacer realidad el
interés de los guías de turismo, es hacer entender a la actual administración, que
las actuaciones en el área protegida de Nargana debe ser descentralizada. Es
decir, tener su propia dirección o gerencia, un director con conocimientos
sobre el área o sobre áreas protegidas. Creemos que esta solicitud debe ser
bien apreciada por la administración actual del Congreso General Guna y del
Congreso General de la Cultura Guna.
El área silvestre
protegida de Nargana constituyen una de las principales herramientas de gestión
ambiental para la conservación de los ecosistemas y, por tanto, representa una
importante fuente proveedora de servicios ambientales, que son aprovechados
como insumo por los sectores de turismo tradicional, transporte, extracción de
cascajos, entre otros, sin existir un pago para la gestión del área protegida.
Lo que existió en su
tiempo (PEMASKY/AEK, 1995), cuando el área protegida de Nargana tenía su propia
dirección, estructura u organigrama y funcionamiento, hoy no existe. Además, el
plan estratégico, después de 1995, no ha vuelto a ser revisado y actualizado,
que es una de las primeras tareas para reorganizar el área protegida. Entonces,
lo que ocurre actualmente, es casi nula la operatividad ambiental dentro del
área.
El manejo efectivo del
área protegida de Nargana depende, en gran medida, del grado de conocimiento y
complejidad de los ecosistemas, el administrador se enfrenta con frecuencia a
decisiones de manejo que son desconocidas. Agregan dificultad al manejo del
área protegida la complejidad de un sistema legal (Gunayala y nacional), los
valores culturales intrínsecos, los intereses y desarrollo de actividades productivas
cercanas o dependientes de los recursos como de la zona natural o negserred.
La gerencia de un área
protegida se mide a través de la ejecución de acciones indispensables que
conllevan el logro de los objetivos planteados en la estrategia. La efectividad
del manejo es considerada como el conjunto de acciones que, basándose en las
aptitudes, capacidades y competencias particulares, permiten cumplir
satisfactoriamente la función para la cual fue creada el área protegida
(Izurieta, 1997).
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