Geodisio Castillo
Banco de peces y pasto marino. Foto: Arcadio C. |
Otra solución de proveer la dieta a nuestras poblaciones
originarias, es promover el incremento de la producción pesquera mediante la
acuicultura. “Que si lo ponemos en práctica, constituirá una prometedora
empresa disponible localmente y una fuente significativa de ingresos económicos
para la familia”, señala el dirigente y pescador Edilberto Martínez de la
comunidad de Digir, en Gunayala.
“Tenemos todos los recursos del mar disponible, pero hay que usarlos sin
destruirlos y no dejaremos que lo destruyan”, comenta un anciano que quiso
quedarse en el anonimato.
Los recursos naturales aún prístinos en la Comarca
Gunayala, hacen de esta un santuario: arrecifes coralinos, ecosistemas de
manglar, sistemas de playas, estuarios y lagunas, y lechos de hierbas
submarinas. Estos no se utilizan o son utilizados de tal manera que los
beneficios económicos no son optimizados a su máximo potencial. De ahí que la
conservación para su desarrollo sustentable es una meta justificable para el
Centro de Desarrollo Ambiental y Humano (CENDAH), ya que el patrimonio natural
que beneficia a la población Dule o
Guna proviene de las diversas clases de ecosistemas costeros de la Comarca.
Todos los recursos naturales son finitos tanto los
recursos renovables y no renovables. Los arrecifes de coral es un recurso
renovable. Pero su mal uso ha hecho que este recurso, de lenta tasa de
crecimiento, no se recupere jamás y no ser aprovechado la variedad de usos
directos e indirectos durante varias generaciones. Y por lo tanto, como todos
los recursos se acaban, deben tratarse como si fueran renovables.
Entonces el incremento de la producción pesquera en
Gunayala mediante la acuicultura costera o la maricultura como frecuentemente
se denomina, depende del estado natural de los recursos costeros. Los arrecifes
de coral son uno de los ecosistemas más productivos que sirve de hábitat y una
fuente de alimentos para muchas especies que se encuentran en las áreas
costeras dominadas por los arrecifes. Entre los usos más predominantes y
valiosos, está el gran rendimiento derivado de la pesca, el cual se estima que
llega hasta las cinco toneladas por Km2.
Los bosques de manglar, es ecosistema
económicamente y socialmente significativo para el pueblo Dule, debido al papel que juega en la existencia y perpetuación de
la pesca cerca de las costas, la protección de litorales y en su capacidad de
recursos renovables, como sitio para la producción de leña sostenidamente. El
papel más destacado de las comunidades de manglar es la producción de
hojarascas detritos, las partículas de detrito llegan a ser un recurso
nutritivo de alimentos para una gran variedad de animales marinos.
El ecosistema laguna/estuario, su importancia
radica en el suministro de fuente de nutrimentos y materiales orgánicos y un
hábitat para satisfacer las necesidades de las variedades de especies pesqueras
valiosas (migratorias oceánicas y costeras), que dependen del fondo poco
profundo de la cuenca para su protección y alimento para producirse y/o como
refugio para sus alevines (crías). Mientras que las hierbas submarinas pueden
usarse como fuente de abono verde y forraje; su papel más importante reside en
suministrar un hábitat importante y en recurso alimentario para los peces
cercanos a la costa, reptiles marinos y mamíferos. Y aunque las playas parezcan
ser estériles y sin vida, existe vida en ella, especies de plantas y animales.
Y en el nivel más alto de la cadena alimenticia, sirven como fuentes de energía
para muchas aves costeras y peces.
Pese a su carácter tan prometedor, la maricultura
como la agricultura, tan necesarias para proveernos de alimentos, han
transformado las comunidades naturales y su biodiversidad. Por lo tanto, no
todas las prácticas de maricultura son justificables económicamente.
En este sentido, la “planificación integrada” debe
partir desde las bases, que exprese un proceso histórico de experiencia
cultural de más de 500 años de sustentabilidad a tomar decisiones críticas sobre uso y
conservación de sus recursos naturales.
Aunque una planificación integrada y un manejo
global por si mismos tal vez no aseguren una producción sustentable, su
ausencia agotará los recursos costeros y la supervivencia de las comunidades
humanas. Entonces CENDAH plantea que el futuro “gobernando nuestro propio
destino”, depende de una administración y utilización de recursos como metas
deseables de los pueblos indígenas, y que cuando se emprenden en un plan
integrado, basado en un rendimiento sustentable, efectivamente fomentaremos el
desarrollo y la conservación de los recursos naturales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario