26 de julio de 2013

Panamá cuenta con el primer MAPA nacional de carbono de alta FIDELIDAD


The high-resolution map of Panama’s aboveground carbon stocks has a carbon estimate for each hectare of land in the country
El mapa de alta resolución de las reservas de carbono sobre el suelo de Panamá cuenta con un estimado de carbono por cada hectárea de tierra en el país
Un equipo de científicos piloteó un avión cargado de dispositivos que dispara 400,000 pulsos de luz por segundo sobre cada ecosistema terrestre en Panamá utilizando la tecnología de medición aérea LiDAR (Light Detection and Ranging). Luego de innumerables terabytes de datos, los investigadores dieron a conocer esta semana el mapa de carbono de más alta fidelidad de cualquier otra nación hasta la fecha. Su trabajo inyecta nuevos niveles de confianza en la toma de inventario de carbono y los resultados tienen el potencial de revolucionar el comercio de carbono a nivel internacional.

“Si el mundo toma en serio el conteo de sus recursos de carbono a largo plazo, tenemos que hacer un trabajo como este,” comenta Eldredge Bermingham, Director del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) y co –autor del estudio. “Tenemos que establecer las normas.”

La investigación muestra la importancia de los bosques tropicales, incluso de un pequeño país, en el contexto de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. “Según nuestros cálculos, los bosques de Panamá cuentan con más de 326 millones de toneladas métricas de carbono,” comenta Bermingham.

Greg Asner, autor principal del Carnegie Institution for Science, afirma que el mapa de Panamá rompe con una barrera de baja resolución y de alta incertidumbre que obstaculiza la confianza en los mapas de carbono nacional tradicionales. “Este es el primer mapeo de carbono de alta resolución de todo un país en el que cada hectárea de tierra tiene un valor en carbono y un valor en incertidumbre,” nos comenta. Los cálculos de las reservas de carbono sobre los suelos basados con LiDAR, tenían un nivel de incertidumbre de sólo 10 por ciento en comparación con las estimaciones basadas en el campo.

El sistema de mapeo de alta tecnología se basa en el historial del Smithsonian de sistemáticamente recopilar los recientes conocimientos de los diversos bosques de Panamá. Inició hace décadas mediante la designación de 50 hectáreas para formular preguntas sencillas acerca de cientos de especies de árboles de Panamá. Hoy en día, los protocolos desarrollados por el Smithsonian se aplican en parcelas forestales de todo el mundo. Este enfoque estandarizado permite a los científicos hacer preguntas cada vez más complejas sobre cómo el cambio climático alterará los bosques y los servicios que proporcionan los ecosistemas, incluyendo la captura de carbono.

En los últimos años, los científicos del Smithsonian refinaron las técnicas en el terreno y las ecuaciones utilizadas para cuantificar las reservas de carbono. Los procedimientos estándar incluyen la medición de la circunferencia del árbol, la altura, luego colocar estas y otras variables, como la densidad de la madera específica de cada árbol, en fórmulas que calculan las estimaciones de biomasa. Aunque estas técnicas son muy precisas a nivel de parcela, la ampliación a escala regional y nacional ha sido difícil.

Carnegie Airborne Observatory technology produces 3D images of forests
La tecnología del Observatorio Aéreo Carnegie produce imágenes en 3D de los bosques
Aquí entra el Observatorio Aéreo Carnegie (CAO por sus siglas en inglés) y su experiencia con la tecnología de teledetección como LiDAR. Utilizando los datos de carbono del Smithsonian para calibrar sus exploraciones LiDAR de Panamá, CAO produjo el mapa multicolor de la nación centroamericana. Va desde el color azul profundo de las áreas deforestadas secas bajas en carbono, al rojo oscuro de los bosques de alto carbono.

“Panamá es un hermoso país modelo, ya que tiene una amplia gama de ecosistemas,” comentó Asner, quien agregó que el mapa LiDAR de Panamá coloca al país en la vanguardia del mapeo de carbono de los bosques. “La ciencia del carbono del Smithsonian en Panamá hace al país el lugar ideal para mejorar la calibración y validación del enfoque LiDAR.”

Asner, G.P., J. Mascaro, C. Anderson, D.E. Knapp, R.E. Martin, T. Kennedy-Bowdoin, M. van Breugel, S. Davies, J.S. Hall, H.C. Muller- Landau, C. Potvin, W. Sousa, J. Wright and E. Bermingham. 2013. High-fidelity national carbon mapping for resource management and REDD+. Carbon Balance and Management 8:7

Fuente: STRI NEWS, JULY 26, 2013. Smithsonian Tropical Research Institute

15 de julio de 2013

EXPERIENCIA ECONÓMICA Y GERENCIA AMBIENTAL: DIÁLOGO

                                                                                                                                                    Geodisio Castillo[1] 

Cerro Ibedón, Patrimonio Natural de Yandub-Narganá y comunidades vecinas. Foto: Gubiler, 2012


INTRODUCCIÓN

La economía ambiental no es la aplicación de las ciencias económicas en general a la problemática ambiental.

La economía ambiental se basa, entonces, en los mismos conceptos y presupuestos básicos que define a la economía como la ciencia que administra los recursos escasos, de tal manera que cuando se trata de bienes escasos, éstos son considerados bienes económicos, mientras que cuando son bienes abundantes, no son económicos.

La economía es, más bien, el estudio de cómo y por qué “las personas”, bien sean consumidores, firmas, organizaciones sin fines de lucro o agencias gubernamentales, toman decisiones sobre el uso de recursos valiosos, ya sean a través de programas y/o proyectos.

De lo anterior, surge la necesidad de renovar la forma como se está llevando la gestión ambiental. Hay que actuar bajo conceptos de una verdadera gerencia ambiental. Básicamente la gerencia ambiental tiene dos objetivos fundamentales:
  • Conservar la calidad del ambiente
  • Mejorar la calidad de vida de la población

Eso es cuidar el ambiente donde se ejecuten los proyectos, incluye actividades de planificación estratégica y táctica, así como desarrollo, logro, mantenimiento, revisión, implementación de políticas ambientales, la participación y compromisos de todos los sectores.

¿Por qué valorar económicamente el ambiente?

Porque el ambiente es valioso. Concepto clave sobre el que aparentemente hay acuerdos convencionales pero paradójicamente se necesita el esfuerzo de demostrarlo.

Una aproximación emocional muestra que la gente considera importante el ambiente, pero esto no es suficiente para analizar los problemas y tomar decisiones. Si demostramos que tan valioso es el ambiente y sus recursos naturales, valdrá la pena cuidarlo, conservarlo y manejarlo racionalmente.

 
Todas estas acciones suponen de algún modo incurrir en costos económicos, por lo tanto poner el valor del ambiente en términos económicos, es una forma de inducir a la sociedad y a los decisores políticos, a que manifiesten cuanto se está dispuesto a sacrificar para conservarlo.
 

¿Qué da valor al ambiente?

El ambiente tiene valor per se lo cual significa que no necesita que alguien se lo otorgue. La Naturaleza, la vida, la tierra, tienen valor por sí mismo, por el solo hecho de existir.

Por otro lado puede pensarse que las cosas tienen valor en tanto lo tengan para el hombre. Es el ser humano el que da valor a la naturaleza, a los recursos naturales, y al ambiente en general. Desde esta última posición se pueden empezar a elaborar las estrategias de otorgar valor al ambiente.

 
El ambiente tiene valor porque cumple con una serie de funciones que afectan el bienestar de las personas: los usuarios. Las personas se ven afectadas positivamente al gozar de un ambiente sano; si se alterara el ambiente se verían afectados negativamente. Cada vez son más frecuentes los casos en los que la actividad nociva o positiva para el ambiente, de un grupo social determinado (un país por ejemplo), lo padece negativamente otros.
 

CULTURA Y BIODIVERSIDAD ASEGURAN LA SOBERANÍA ALIMENTARIA

Los productores agrícolas trabajan día a día, sol a sol para producir mucha comida, y sin embargo la población de países en desarrollo se despierta y pasan el día y la noche sin un bocado de maíz, cacao y yuca. Mesoamérica tenía por entonces al menos veinte especies botánicas domesticadas, con usos diferentes. Cuatro de ellas sobresalían desde el punto de vista nutricional; amaranto, frijoles, chía y maíz, constituyendo los principales componentes de la dieta diaria. Hoy la carencia o la casi desaparición de estos alimentos nutricionales o de micro nutrientes ha resultado en ceguera, retraso mental e inclusive a la muerte por debilidad y falta de resistencia a enfermedades curables. El problema de la desnutrición y de la inseguridad alimentaria permanecerá latigando a la población de los países en desarrollo y con mucho mayor ímpetu a los pueblos indígenas.

Para describir que sí hay sistemas agroecológicos en nuestro patio, la agricultura de nainu[2], que practican los Gunas es una de las tantas existentes en los pueblos indígenas, como alternativas para alcanzar la soberanía alimentaria[3], sistemas que ofrecen apertura para incrementar la producción alimentaria, conocimiento indígena que ha superado la prueba del tiempo, alimentando a su población hasta los momentos actuales. Pero conforme la modernización avanza fueron y siguen ignorados u omitidos estos conocimientos, dando paso a los cultivos transgénicos y agrocombustibles; sin embargo, la inestabilidad en los cultivos transgénicos ya tiene serios fracasos, sobre los que apenas se ha informado (Biodiversidad 2008).

A nivel internacional se ha reconocido la importancia de la agroecología, identificando la necesidad de “establecer los modelos de desarrollo agroecológicos”[4]. Conocimientos que radican en la memoria histórica de los pueblos indígenas, no solo deben servir de estudios, pues se han hecho muchos, sino que sirvan como sistemas de producción que ofrezcan apertura para incrementar la producción alimentaria (Biodiversidad 2008; Castillo y Beer 1983; Castillo 2001a, b).

Y que los gobiernos faciliten la integración de la agroecología en todas sus políticas y acciones, como herramienta para la soberanía y seguridad alimentaria y la producción familiar sostenible de alimentos, asegurando el desarrollo de modelos agroecológicos propios. De esta forma no se pondrá en riesgo la seguridad alimentaria (Aizprúa 2010; Calderón 2010)

DESPERTANDO EXPERIENCIAS

Este trabajo tiene por objeto presentar resumidamente los estudios y/o proyectos realizados desde la perspectiva de los modos de representación, apropiación y explotación de los recursos propios de la sociedad Guna.

Citaré muy resumidamente seis esfuerzos o experiencias sobre actividades agroecológicas Guna, a partir del año ’80, las cuales han sido ejecutados por ONGs Gunas en la Comarca Gunayala. Pero en general hay muchas experiencias ejecutadas por gobiernos, políticos, iglesia, las propias comunidades y otros interesados. Se conocen poco los resultados o a lo mejor no se han ido divulgado debidamente. De igual manera se perfilan nuevos proyectos, nuevas competencias.

Las experiencias que presentamos son:
  • Udirbi: la agroecología hacia la formulación de un plan de manejo y desarrollo integral de la Comarca
  • Capacitación, educación y extensión agroforestal
  • Reforestación económica con plantas nativas
  • Recursos forestales
  • Gestionando el manejo forestal comunitario
  • Agricultura familiar a comunal y sociedades o grupos

UDIRBI: LA AGROECOLOGÍA HACIA LA FORMULACIÓN DE UN PLAN DE MANEJO Y DESARROLLO INTEGRAL DE LA COMARCA

Finales de los ’70, la juventud kuna (PEMASKY/AEK 1986) del Movimiento de la Juventud Kuna (MJK), tuvo el sueño de ser los protagonistas en esta historia como protectores o vigilantes de NANA (Madre Tierra)[5]. Pero para establecerse a las faldas de NANA, nada es fácil, no tenían como traer alimentos de la ciudad o de sus comunidades, tenían que alimentarse y tuvieron que cultivar la tierra. Sus esfuerzos valieron mucho, porque hoy el área es protegido y conservado. Hay beneficios que hoy gozan no solo los Gunas, sino también los no Gunas.

Mapa: Zonas de manejo y áreas de manejo sostenible de bosques: Área Silvestre de Narganá

La juventud no pudo mantener sus actividades voluntarias, y la Asociación de Empleados Kuna (AEK)[6], rescata las actividades y establece el Proyecto Udirbi[7]. De esta forma la AEK junto con la juventud, inicia el liderazgo de las actividades de conservación y granja agropecuaria con bases agroecológicas en las montañas. Dos años después, con diálogos se detuvo la invasión de los colonos campesinos, pero no pudieron tener resultados en la producción agropecuaria, porque el suelo no era apto para la producción.

Entonces surgen nuevas iniciativas y, en 1982 el Congreso General Guna (CGG), autoriza a la AEK, iniciar el diseño y gestión del Proyecto de Estudio para el Manejo de Areas Silvestres de Kuna Yala (PEMASKY), para la protección, vigilancia, manejo y conservación de los bosques de la Comarca como un área protegida. Como resultado se elabora el Plan General de Manejo y Desarrollo de la Comarca Kuna Yala, el cual recomendó que el área (Corregimiento de Narganá, como 1ª. Fase) sea declarada como Comarca (Reserva) de la Biosfera y Sitio de Patrimonio Mundial. El plan fue aprobado por el CGG en 1987, para posteriormente ser implementados con apoyo de INRENARE (PEMASKY/AEK 1986)[8]. El plan ha sido implementado muy lentamente. Hasta que el mismo CGG ha olvidado la existencia del documento. En su tiempo se desarrollaron actividades educativas ambientales, diálogos con las comunidades, talleres de capacitaciones en sistemas agroforestales basados en los conocimientos tradicionales, investigaciones científicas, turismo naturalista y científica, son algunos ejemplos de las actividades realizadas, que hoy en día ya no se están realizando.

Hoy con el intento de diseñar el plan integral de desarrollo comarcal, se debe tomar en cuenta el documento, que contiene mucha información científica y análisis de la situación social, cultural y ambiental de entonces. De igual forma existen otros documentos revisados y analizados cuando en el 2002, se inicia el diseño del plan de desarrollo integral de la Comarca[9]. Después de 23 años aún el documento sigue siendo utilizado por profesionales Gunas y no Gunas y como documento de consulta en las investigaciones para tesis y gestión de proyectos ambientales.

Después de 7 años de haber sido declarado el área protegida del Corregimiento de Narganá por el propio CGG, es cuando el gobierno en turno, lo reconoce y lo declara como - Área Silvestre ubicada dentro del Corregimiento de Narganá, de la Comarca Kuna Yala, el 2 de agosto de 1994 (INRENARE 1994)[10]. La declaración se basó por la información científica y los informes contenidos en el plan de manejo. Pero el área protegida, aunque fue presentado a la UNESCO no pasó a ser una Comarca de la Biosfera y Sitio de Patrimonio Mundial, la cual fue la intensión del CGG en su resolución. En el 2000, la AEK, traspasa la administración del área natural al propio CGG, con sede en las montañas de Nusagandi.

Las tres grandes zonas, es la forma tradicional de uso de la tierra que el pueblo Guna práctica, fue plasmarlo en papel: zona natural o negsered, zona cultural y zona marina (ver, Mapa). Toda esta información se contempla en el plan ambiental de la Comarca (PEMASKY/AEK 1986).

CAPACITACIÓN, EDUCACIÓN Y EXTENSIÓN AGROFORESTAL

Surge la idea entre los productores, realizar actividades agrícolas en “pequeño”, con innovaciones menores y utilizando la experiencia de los productores en pequeña escala, como así siempre los Gunas han trabajado. Para tal efecto se seleccionaron dos comunidades distantes del uno del otro: la comunidad de Ugubseni, donde hay varias organizaciones de productores agrícolas y la comunidad de Yandub-Narganá, donde hay una sola organización de productores (Nadigana). Esta experiencia inició sus actividades en 1991 (Castillo 1994), por espacio de un año fue apoyado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF-USA), la ejecución del proyecto fue facilitado a través de la organización no gubernamental Dobbo Yala.

Grupos de mujeres y hombres cultivan la tierra bajo labranza mínima, Yandup-NarganáFoto: Gubiler, 1992

Los objetivos planteados por el proyecto conjuntamente con los productores participantes fue la de contribuir a recobrar la fertilidad de los suelos, como una alternativa válida y atractiva para mejorar la calidad de vida de las comunidades, a través del contacto directo con los productores, haciéndole participar de manera efectiva en la planificación y en todo el proceso de desarrollo del proyecto. Incluye involucrarse estrechamente con líderes comunales, religiosos, políticos, entre otros (Castillo 1994).

A través de la capacitación y extensión, convertida realmente en educación ambiental, se introduce en la agricultura de nainu, la innovación de pequeñas tecnologías de conservación de suelos, tales como la utilización de abonos verdes y cultivos de cobertura como gabidubaled (Mucuna pruriens), en castellano llamado frijol terciopelo o abono, el frijol machete (Canavalia ensiformes), así como materia orgánica muerta “mulch”, labranza mínima en los sembradíos, cultivos en surcos en contorno usando el aparato “A”. Los cultivos básicos como el plátano/banana (Musa spp.), entre estos se intercalaron el maíz (Zea mays) y caña de azúcar (Sacharum officinarum), de esta forma controlar la erosión en los sistemas de nainu.

Otra actividad desarrollada fue el vivero agroforestal, el cual enfocó tres objetivos: biológico y didáctico, para la educación ambiental; social, para fortalecer la relación de educadores-niños-padres de familia y; económico, para vender los arbolitos para proyectos escolares de reforestación.

La educación ambiental nos invita a convertir nuestra conciencia espontánea en conciencia lúcida, científica y transformadora (Sánchez Vázquez 19967). En este sentido, lo que hemos aprendido en nuestra labor docente (formal e informal) sobre educación en conservación o ambiental, es constatar que los participantes, sean estudiantes universitarios, funcionarios, comuneros, jóvenes, mujeres o agricultores, poseen enormes voluntades y capacidades para hacerse cargo de una pedagogía ambiental proactiva, participativa y creadora.

En estos casos, los conocimientos tradicionales, se convierten en propuestas prácticas y concretas expresadas en proyectos ambientales locales necesarios, viables, aplicables y transformadores.

En definitiva, la educación ambiental no solo se debe insertar en el contexto de la educación formal, sino que sus contenidos deben reformularse y replantearse en la educación formal y no formal, produciendo nuevos conceptos, paradigmas, pedagogías e instrumentos que inserten al conocimiento ambiental los conocimientos tradicionales de nuestros pueblos indígenas y las tendencias globales que hoy se debaten en el planeta.

REFORESTACIÓN ECONÓMICA CON PLANTAS NATIVAS

Una tarde un grupo de productores de la comunidad de Ugubseni se me acercó para plantear la necesidad de darle seguimiento a la capacitación y extensión agroforestal la que se inició con apoyo de WWF-USA). La idea entre los productores para este nuevo proyecto fue el de ampliar la experiencia obtenida hacia otras comunidades o productores, innovar cosas nuevas, pero siempre en “pequeño”. Los productores idearon el proyecto, es decir formularon su proyecto, facilitado por PEMASKY/AEK.

Este proyecto (Castillo 2001a) fue apoyado por la Fundación NATURA. Se desarrolló en los Corregimientos de Narganá y Aligandi, entre octubre de 1998 hasta diciembre de 2000. Para ejecutar el proyecto se plantearon dos objetivos básicos: primero, lograr la transformación del sistema de producción forestal y agrícola prevaleciente, en 30 has., mediante la opción agroforestal y; segundo, recuperar 20 has. de las áreas deforestadas en la cuenca alta del Río Cangandi, (ver, Mapa).

Las actividades se iniciaron en dos comunidades – Yandub-Narganá y Ugubseni. Conforme el tiempo pasaba se sumó al proyecto las comunidades de Gardi Sugdub, Wargandub, Digir, Uguba, Aidirgandi y Dadnague Dubbir. Para facilitar las acciones del proyecto hubo mucho diálogo informal y formal (seminario/talleres, asistencia a los Congresos Locales y Generales) con los productores, dirigentes y líderes comunales, educadores y otros interesados. Esta consulta comunitaria participativa es un espacio para presentar información y conocimiento sobre las actividades de los productores en el marco del proyecto.

Cultivando banana/plátano, cuidando su biodiversidad. Foto: Gubiler, 1999

Para lograr la transformación del sistema de producción forestal y agrícola prevaleciente, en 30 has., y evitar el avance acelerado de la frontera agrícola, el deterioro de los recursos del bosque, suelo, agua y la baja productividad de los cultivos se implementaron mejoras (innovación) a los sistemas agroecológicos de reforestación tradicional Guna. Al final del proyecto las áreas cultivadas se reportaron en unas 24.75 hectáreas. En ellas se sembraron aproximadamente 18,750 plantas nativas. En los modelos de los sistemas agroforestales aplicados se utilizaron especies nativas de valor económico, arbóreas como la caoba nacional, el cedro espino, cedro amargo, guayacán, corotú, madero negro o mata ratón y frutales, especialmente cítricos, guaba,  banana, plátano, café, cacao entre otros.

De las hectáreas sembradas se beneficiaron 21 grupos organizados, formando una alianza - la AEK con la Organización de Pequeños Agricultores (AEKOPA)[11], el cual incluyó a seis productores individuales. Los beneficiarios directos alcanzaron un total de 150 productores, entre estas 14 mujeres, organizados en dos grupos. Los beneficiarios indirectos o familiares alcanzaron un total de 538 personas, entre estos 56 de parte de las dos organizaciones productoras de mujeres.

Lograr la conservación de la cuenca alta de Cangandi, rehabilitando las zonas degradadas del área, mediante la reforestación con plantas nativas, unas 20 hectáreas, con 12,500 plantas nativas, como inicio de un proyecto que necesitaría más tiempo. Sin embargo, al cumplir la finalización del proyecto se llegó a reforestar 12 hectáreas. También se tomó en cuenta la protección de la ribera del río. La actividad de reforestación se realizó con especies maderables como el cedro espino, cedro amargo, caoba nacional, guayacán, corotú y madero negro o mata ratón. Se observó que cedro espino (igsiwal) fue la que se adaptó al área. En esta actividad participaron muchos interesados entre estudiantes de escuela secundaria, universitarios, educadores, compañeros de otras ONG’s, productores, entre otros.

Para obtener semillas para la reforestación en la cuenca alta de Cangandi y en las parcelas agrícolas de los productores, se establecieron viveros forestales por los agricultores. Se seleccionaron semillas de plantas nativas (mencionados en el párrafo anteriores) del área del proyecto y en áreas de posible manejo futuro de un bosque natural. Además, para suplir las necesidades del proyecto en semillas, se compraron semillas y plantones fuera de la Comarca. Los viveros fueron ubicados en lugares estratégicos, uno en la cuenca alta de Cangandi y otras cercanas a las parcelas de los productores, en las áreas costeras y aluviales. Al inicio se sembraron solamente plantas arbóreas, pero luego se implementaron los frutales como de mayor interés de los productores.

Las parcelas de los productores fueron implementadas en dos modalidades: uno a nivel familiar o grupal y el otro a nivel individual. Los sistemas agroforestales Gunas, para incrementar la producción agrícola y forestal fueron innovadas, introduciendo técnicas apropiadas de conservación de los suelos: curvas a nivel utilizando el aparato "A", árboles en contorno, hoyos productivos, y labranza mínima o ecológica. Se trató de utilizar variedades más productivas sembradas con adecuados arreglos espaciales y densidades, para combatir las malezas.

Para que los productores asumieran el cambio tecnológico planteado, las actividades se realizaron mediante la capacitación y participación en las experiencias y uso de metodologías participativas para que el productor Guna "aprenda haciendo" y pueda decidir sobre las ventajas y desventajas del sistema mejorado versus el tradicional.

El componente de capacitación consistió en brindarle al participante (no solo a los agricultores pertenecientes al proyecto, también a otros agricultores interesados), diálogos, charlas, seminarios, talleres, programas audiovisuales, días de campo, tomando en cuenta los conocimientos previos de los participantes sobre las temáticas a exponer. Se decidió capacitar a 30 productores, entre las cuales a 15 mujeres. Al final la capacitación resultó beneficiando a 451 productores, entre las cuales 332 fueron hombres, 94 mujeres y 25 niños escolares. En su segundo año del proyecto los propios productores fueron los facilitadores en los seminario/talleres y asistencia a los nainugan. También se logró involucrar a educadores, padres de familia, promotores de salud, auxiliares, enfermeras, enfermeros, médicos, dirigentes comunales y otros interesados.

Fue necesaria la capacitación de los productores en la administración, la contabilidad, técnicas agroforestales, la recolección, selección y preservación de las semillas de plantas nativas; preparación y manejo de los viveros y, en programas de reforestación social.

El plan de capacitación definió cuatro grandes temas: Manejo de bosque natural y biodiversidad; Agroforestería o agricultura sostenible; Fortalecimiento de la capacidad comunitaria; y Educación ambiental.

También se establecieron un Fondo Rotativo de préstamo para el cultivo agroforestal. Valorando la plantación agroforestal de una hectárea en B/.3,000.00 El préstamo que se otorga a los agricultores es de B/.700.00 por hectárea, aportando de su parte B/.2,300.00 en mano de obra y otros servicios. Los agricultores tuvieron que tomar cursos de capacitación, antes que el Comité de Crédito apruebe la solicitud del préstamo.

A la firma del acuerdo entre el agricultor el Comité de Crédito se le desembolsa la primera partida (30%), La segunda partida (30%) se desembolsa una vez sembrados los cultivos. La tercera partida (20%) se desembolsa el primer año de ejecución del proyecto y la última partida (20%) se le entrega el segundo año siguiente. A los agricultores se les dio un plazo de dos años para pagar el préstamo mediante la producción (productos agrícolas). Se pagará el préstamo en 70% de la producción obtenida de parte del agricultor y el otro 30% será para consumo familiar o lo que el agricultor decida con su producto.

RECURSOS FORESTALES (INVENTARIO FORESTAL)

Con apoyo del Centro Científico Tropical de Costa Rica (CCT 1995), se realizó el inventario forestal en el Corregimiento de Narganá, en una superficie de 21,550 has de los cuales más de 13,500 corresponden a bosques primarios y unos 2,800 has a bosques secundarios. Se identificaron tres tipos de bosques: bosque primario, bosque secundario y bosque intervenido. Sin embargo, dependiendo del grado de intervención humana se encontraron matorrales o áreas de cultivo temporal, de protección y otro tipo de vegetación (ver, Cuadro 1).

Cuadro 1.     Cobertura vegetal del área, por distintas categorías reconocidas, Corregimiento Narganá, Gunayala


Tipo de cobertura

Superficie
(Has)

Proporción
(%)
 
Bosque primario

Bosque secundario

Bosque intervenido

Matorral, cultivo temporal

Áreas de protección                                     
 
13,676

 2,875

 1,281

 1,043

 2,675
 
63.5

13.3

 6.0

 4.8

12.4

Superficie Total

21,550

100.0

Se encontraron 276 especies, clasificadas en cuatro categorías, de acuerdo a su posibilidad de uso maderable: especies comerciales, especies utilizables, especies potenciales y especies no comerciales. Las especies más abundantes y frecuentes fueron el Brosimum utile, el Manilkara bidentata y el Osteophloem platyspermum.

GESTIONANDO EL MANEJO FORESAL COMUNITARIO

La crisis del campo no es un fenómeno nuevo. Uds. mismos bien lo han escuchado que nuestro pueblos indígenas tenemos costumbres bien rígidas, reacios a nuevas oportunidades o tecnología, pero la verdad, es que esta resistencia al cambio viene de siglos de ser humillados, soportar vientos violentos de cambios. Son programas tratándose de imponerse menospreciando los conocimientos indígenas.

Trabajando la madera y conservando su ambiente, a través de una planificación participativa. Foto: Gubiler, 1999

Sin embargo, también conocemos que (Castillo 2004a), “estamos frente a una crisis ecológica, el saqueo potencial de nuestros sistemas hídricos y la perdida de valiosos recursos marinos”. Uno, por nosotros mismos y otro, por gente ajena a nuestra cultura. Abordar la crisis mediante la puesta en marcha de la silvicultura comunitaria en la Comarca, no es nada fácil, aunque sepamos que estamos sacando madera sin planificación.

Estas mismas raíces (PEMASKY/AEK 1997) han hecho que “el pueblo Guna sea muy perspicaz ante cosas nuevas, como cuando se le habla de aprovechamiento de madera, también están al día informándose sobre los efectos negativos que ha producido los proyectos sobre explotación maderable, tanto en el ámbito nacional e internacional. Además el Guna imita todo lo que ve, y es el temor de las autoridades y dirigentes, que estas acciones sin manejo lleguen fuera del alcance o control de las comunidades. Todo ello nos indica, que si realmente se quiere apoyar al éxito del desarrollo sostenible del pueblo Guna, debemos ir paulatinamente, capacitando, investigando, realizando extensión y al mismo tiempo educando a la población”. Este es el riesgo principal al que se enfrentó el proyecto al que me estoy refiriendo, esto implica que el Congreso debe normar el uso de los recursos forestales dentro del territorio Guna. Normas establecidas en nuestra ley fundamental Anmar Igar (CGK 2001), que no están siendo aplicados por las comunidades o se aplican a su conveniencia.

Con el proyecto “manejo forestal comunitario” (Castillo 2001b; Castillo 2004a) se actualizaron mucha información relacionado al manejo de los bosques naturales y a la agroecología local. Para llegar a concretizar el proyecto, hubo muchos pasos que dar, como un estudio sobre “necesidades e intereses de la población Guna relacionadas con el aprovechamiento de los recursos forestales maderables y no maderables” (Ortega Serrano y otros 2002), de igual forma hubo mucho diálogo con las comunidades, muchos malos entendidos, porque era la primera vez que se tocaba el asunto de aprovechar sosteniblemente los árboles, aunque ya se sacaba y se sigue sacando madera sin planes de manejo en ciertas comunidades por ciertas personas en los 4 Corregimientos. Fue un proyecto (PEMASKY/AEK 1997) apoyado por la Organización Internacional de las Maderas Tropicales (OIMT), iniciado en 1998 finalizado en 2003. Tuvo apoyo del gobierno nacional en la entidad - Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) y del propio CGG.

Posteriormente, para el buen manejo forestal se hizo una división del territorio en tres sectores. El sector que se encuentra en tierras bajas, cerca de la costa (zona cultural), se dedicaría al desarrollo agroforestal y a la protección de la biodiversidad agrícola, por poseer tierras más productivas y de mejor acceso, con una extensión aproximada a las 18,000 has. Un segundo sector ubicado en la franja intermedia, con mayor presencia de bosques (zona cultural), se dedicaría al manejo forestal, con un área estimada en 22,000 has y un tercer sector ubicado en las partes altas de las montañas (zona neg serred) se dedicaría principalmente a la protección de las aguas y la biodiversidad con una extensión de 60,000 has. (Ver, Mapa).

            Por otra parte la falta de presencia humana en el bosque favorece que tantos colonos de afuera como aún personas de la Comarca piensen que los bosques sólo son útiles para la agricultura. De ahí, la necesidad urgente e indispensable de la demarcación física de la Comarca a fin de garantizar su protección.

Solamente contemplar, cantar y no hacer nada sobre este bosque, nuestros conocimientos no valen. Los productos del bosque de uso diario como la sabdur (Genipa americana), almendro del monte (Dipteryx panamensis), sabbawala (Ostefloe plastisfermium), bailawala (Myroxylon pereirae), entre otros, nos demuestran que si hay tareas que realizar al respecto (ver, Cuadro 2). La tarea es que estos conocimientos sobre los árboles maderables, no maderables, medicinales y frutales sean rescatados, sistematizados y aplicados en modelos agroecológicos propios, para su uso o aprovechamiento racional en beneficio de las comunidades y del país (Castillo 2001b).

Los objetivos específicos resumidos en dicho proyecto son: a) Implementar en cinco comunidades del Corregimiento de Narganá, planes de manejo forestal, b) Implementar un programa de capacitación en manejo forestal para las comunidades, grupos de productores y personal de AEK/PEMASKY. El proyecto se dividió en dos componentes: uno orientado al manejo forestal comunitario y el segundo encaminado a la capacitación y extensión forestal comunitaria.

Cuadro 2.     Ejemplos de algunos árboles no maderables y maderables


PFNM encontrados en las AMFP’s:
PFM encontradas en las AMFP´s:
Kuna
 
Científico
Común español
Científico

Sabba
Werug
Ila
Sargi
Sabdur

Osteophloem plastyspermum
Manicaria saccifera
Socratea exorrhiza
Heteropsis oblongifolia
Genipa americana

María
Cedro macho
Amarillo
Níspero
Almendro del monte
Hoyito
Cacique

Calophyllum nubicola
Carapa guianensis
Terminalia sp.
Manilkara bidentata
Dipteryx panamensis
Eschweilera
Brosimum utile
 

El proyecto contó con una sólida base conceptual; se tomó mucho en cuenta la percepción de la influencia externa que podía ocurrir. Sin embargo, algo que quizás aunque también se haya tomado en cuenta, se dejó pasar, como quien dice: “este asunto lo conocemos y lo resolvemos”, fue la influencia interna de la propia cultura kuna versus el técnico (Castillo 2004a). Además como sabemos, también aún siguen predominando los enfoques provenientes de las ciencias naturales y las soluciones de carácter técnico y económico. Menor importancia se ha dado al análisis de los procesos históricos e interculturales, políticos, sociales y culturales de los pueblos indígenas que han generado los conocimientos técnico-científicos sostenibles (Castillo 2004b) y que han sido legitimado e institucionalizado por los modelos de desarrollo capitalista induciéndolos a prácticas depredadoras e insostenibles de uso de los recursos forestales del planeta, degradándolas y degradando la calidad de vida del hombre (Verolme y Moussa 1999). Pero es el interés y el entusiasmo existentes en el pueblo guna, dos factores fundamentales para el desarrollo forestal y/o agroforestal, apenas comienza a dar pasos.


AGRICULTURA FAMILIAR A COMUNAL Y SOCIEDADES O GRUPOS

Desde su existencia el pueblo Guna trabaja la tierra familiarmente, y no tanto colectivamente, cuenta el señor Inaiduli[12]. “Desde que me trasladé de mi comunidad Usdub (Corregimiento de Ailigandi), a vivir a la comunidad de Miria Ubigandub (Corregimiento de Narganá), el sistema de producción era familiar, con el tiempo, la comunidad decidió por trabajar la tierra en forma colectiva. Este sistema consiste en que juntos (comunidad) realizan la limpieza del terreno en yoleb (verano) – socola, tala y quema, hasta más de 15 hectáreas, dependiendo de cuánta familia existe en la comunidad. Se cultiva la tierra ya sean banana/plátano, maíz, yuca u otros productos agrícolas anuales. Luego la parcela grande se reparte en pequeñas parcelas de aproximadamente 0.45 hectáreas, para las familias, con el fin que les den mantenimiento.

Esta forma de trabajar la tierra se decidió por las razones siguientes: uno, cuando el nainu familiar, después de ser aprovechado se deja en descanso (barbecho) y llega al estado de nainu serred (bosque secundario), en eta etapa de regeneración natural se pierden los linderos de nainugan (parcelas). Desconociendo los linderos y creyendo que es un bosque sin dueño, es cuando otros productores entran hacer su agricultura, de ahí surgen problemas de linderos, porque surgen los dueños.

Dos, jóvenes que vienen de otras comunidades y se casan, - como mi caso, anota Inaiduli, “no teníamos acceso a nainugan, por lo tanto, no podíamos trabajar la tierra”. Para resolver tal situación, la comunidad resolvió darle oportunidad a todos, entonces es cuando el sistema de producción familiar cambia al colectivo”.

Pero qué ocurre con este sistema, sigue comunicando el amigo Inaiduli, “esta forma de trabajo ha traído problemas, uno, porque no todos le dan mantenimiento a sus nainugan, los cultivos se pierden y hasta no llegan a cosechar, otros que los mantienen tienen éxitos y llegan a producir sus cultivos, se alimentan y hasta pueden llegar a vender. Entonces surgen los problemas sociales, principalmente el robo. Dos, porque ahora los productores, comunalmente hablando, tienen que esperar al nainu sagla (jefe de la tierra o parcela), que decida si trabajan la tierra este verano o no. Entonces si no trabajan, surge el ocio y con ello el robo”.

Con el pasar del tiempo surgieron otro tipo de organizaciones, grandes “sociedades” de hasta 90 miembros y más, dedicados principalmente a los cultivos comerciales de ogob (coco) y asue (aguacate). Con el pasar del tiempo, cuenta el sagla Benjamín Obaldía[13] de la comunidad de Yandub-Narganá, fue decayendo las “sociedades” que tenían grandes tiendas; piensa Benjamín, que fue por la influencia exógena de patrones culturales diferentes al pensamiento de los señores de esta época con una visión diferente que decían no seremos “ni ricos ni pobres”, cosa que ya no se piensa igual hoy día. Al tomar las riendas estos jóvenes de su época no pudieron mantener las “sociedades”. Muchos desaparecieron. Hoy algunas “sociedades” aún subsisten.

La agricultura Guna ha pasado por un proceso histórico, que en otra ocasión vale la pena hacerlos conocer. La iglesia católica también jugó un papel importante en la transformación de la agricultura en Gunayala. Pequeños grupos de agricultores organizados surgieron en los años ’80, organizados en diferentes modalidades (cooperativas, cooperativa comunal, asociaciones, amigos, grupos). Alrededor de más de 15 grupos existieron en esta época. Sus principales cultivos fueron el cultivo de guineo/plátano, arroz, maíz, yuca, café, cacao y naturalmente el ogob. En 2001 había 14 grupos organizados de producción agroforestal (Castillo 2001a). En la actualidad estos grupos ya no existen, han desaparecido, muchos de estos señores viven en las ciudades.

En el 2013, hay 30 grupos “comunitarios”, 24 se dedican a la agroforestería que se mantienen bajo subproyectos de inversiones ambientales del Corredor Biológico Mesoamericano del Atlántico Panameño de la Autoridad Nacional del Ambiente (CBMAP II-ANAM)[14]. De igual forma el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con los proyectos que aprueben para este año, aumentarán los grupos “comunitarios” (PPD–FMAM-PNUD 2009). En todo este proceso los agricultores fueron capacitándose u orientándose a buscar sus propias alternativas agroecológicas o de desarrollo. Sin embargo, la producción ha mermado drásticamente. A tal punto esperan bananas o plátanos procedentes de la capital y de Colombia.

La problemática de producción agrícola y forestal en Gunayala, no es de ahora (Castillo, 1987), tanto es así, hay varias resoluciones de parte del CGG, solicitando a las comunidades trabajar la tierra, para incrementar la agricultura o alimento[15]. Lo natural es que sea el propio pueblo Guna el que busque la mejor manera de salir adelante, para superar situaciones como la que están surgiendo sobre ogob (coco) y las canoas colombianas[16].

¿Entonces qué ha pasado? Según Bunch (1982) “la gente no aprecia lo que no le cuesta”, cuando se crea el paternalismo, el paternalismo de las donaciones, el paternalismo de hacer cosas para la gente. Y aún es visible en Gunayala como en las comunidades del interior del país, maquinarias oxidadas, olvidadas, porque de nada han servido. Porque un tractor no es posible arar la tierra en pendientes.

PENSANDO EN EL MAÑANA

El hambre y la desnutrición no son el resultado de la fatalidad, ni de un problema geográfico, ni de fenómenos climatológicos adversos. El hambre y la desnutrición son el resultado de haber excluido a millones de personas del acceso a bienes y recursos productivos tales como la tierra, el bosque, el mar, el agua, las semillas, la tecnología y el conocimiento. Principalmente a los pueblos indígenas. Son, ante todo, consecuencia de las causas subyacentes, políticas económicas, agrícolas y comerciales a escala mundial, regional y nacional impuestas en el actual proceso de reestructuración económica global (Castillo 2007; Verolme y Moussa 1999).

Entonces es importante reflexionar sobre la capacidad de gestión ambiental que han tenido los Pueblos Indígenas sobreviviendo más allá del 12 de octubre del año 1492, y que no obstante se demuestra al mundo que las adversidades, que vivieron nuestros ancestros hicieron de ellos acumular un gran conocimiento en economía y gerencia ambiental; es decir, experiencia en el manejo de la dieta alimentaria sana, nutritiva y consolidada, aunque en los últimos años, debido a que se le ha despojado de todo, no sólo de sus tierras, territorios, recursos naturales, sino de la visión y de los grandes conocimientos, porque han sido desplazado por ideas y conocimientos menos sostenibles, esta dieta alimentaria ha sido quebrantado por la intromisión de las ideas y políticas externas a ellas, como los alimentos transgénicos (Biodiversidad 2008).

"La cultura y biodiversidad al servicio de la soberanía alimentaria", debe rendir tributo a los pueblos indígenas y campesinos por defender la cultura y biodiversidad con miras a garantizar a todo el mundo acceso sostenible a suficientes alimentos de alta calidad como para llevar vidas activas y sanas (Posey 1999; Ventocilla y otros 1999).  Además porque muchas de las áreas donde habitan pueblos indígenas y comunidades locales son cruciales para los esfuerzos globales de conservación y contra el cambio climático (Posición… 2009).

Los Gunas y otros pueblos indígenas también tenemos que reconocer que estamos dejándonos perder nuestros recursos naturales y biodiversidad, la producción no se incrementa y tenemos bajo conocimiento de manejo sostenible de bosques y agroforestería tradicional ante nuevas realidades, aumenta nuestra población y seguimos utilizando tecnologías agrícolas-forestales inadecuadas, seguimos talando y quemando, aprovechamos la tierra, sus productores y ya no alimentamos a nuestra Madre-Tierra, reconocer que estos problemas son causadas por la pérdida de los conocimientos tradicionales, ya no lo transmitimos a la nueva generación (Biodiversidad 2008; Castillo 2004b; Stier 1997).

Los Gunas (Castillo 1994), como todos los pueblos indígenas nos debemos reacomodarnos a las condiciones actuales del sistema del nuevo siglo, adaptando nuevas estrategias no tanto de “resistencia” y de “lamentos”, sino de acción de desarrollo, y en defensa del ambiente y sus recursos naturales… Al ser los indígenas uno de los grupos sociales más afectados por la pobreza y, a la vez, defensores del ambiente, se hace más urgente incorporar sus ideas y necesidades para lograr un desarrollo sostenible. Ahora el desafío es de recuperar diversas técnicas indígenas, como los sistemas agroecológicos, como la agroforestería, concepto importante para contribuir a la ordenación y al desarrollo rural. Por lo tanto, los conservacionistas, científicos, planificadores, políticos tienen que converger con los pueblos indígenas y campesinos en una sola propuesta de desarrollo. Son los conocimientos agroecológicos, ecológicos, creatividad y visión global sobre los problemas, que poseen nuestros pueblos, los que facilitarán mucho la tarea de llevar a los países en que habitan hacia un desarrollo sin destrucción. ¡Aún no es tarde!...

REFERENCIA BIBLIOGRAFICA

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Bunch, R., 1982. Dos mazorcas de maíz. Una guía para el mejoramiento agrícola orientada hacia la gente. Vecinos Mundiales, Oklahoma City, OK. 268 p.

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Ventocilla, J. y otros, 1999.  El espíritu de la tierra. Plantas y animales en la vida del pueblo kuna. Ediciones Abya Yala. Quito-Ecuador. 187 p. (2ª Edición en español).

Notas:
[1]CENDAH, charla presentada a los estudiantes de la carrera de Economía Ambiental, Facultad de Economía,
       Universidad de Panamá. 21 de junio de 2013
[2].   Nainu: semánticamente significa “tierra propia”. Son sistemas agroforestales agroecológicos propios del pueblo
        kuna, ya sean cultivos en laderas o en tierras planas. En laderas cuando se cosecha dos a tres años se deja la parcela
        en barbecho, cumpliendo un ciclo de barbecho de más de 50 años, cosa que se está dejando de cumplir
[3].   La soberanía alimentaria es un concepto político proteccionista introducido en 1996 por Vía Campesina en Roma,
        con motivo de la Cumbre Mundial de la Alimentación de la Organización para la Alimentación y la Agricultura
        (FAO). Se entiende como la facultad de cada Estado para definir sus propias políticas agrarias y alimentarias de
        acuerdo a objetivos de desarrollo sostenible y seguridad alimentaria. Ello implica la protección del mercado
        doméstico contra los productos excedentarios que se venden más baratos en el mercado internacional, y contra la
        práctica del dumping (venta por debajo de los costos de producción), (Delgado y Escobar 2009)
[4].   Foro para la Soberanía Alimentaria que tuvo lugar en Roma, en junio de 2002, paralelo a la Cumbre Mundial de
        Alimentos
[5].   Período cuando se iniciaba la construcción del camino de penetración El Llano-Carti, y la juventud Guna decidió
        con su presencia detener la invasión de colonos hacia el territorio Guna. Porque bien se conoce que detrás de todo
        camino  abierto, hay invasión.
[6].   Asociación Ecológica Kuna
[7].   Udirbi es una palma (Colpothrinax cookii), que abunda en el área
[8].   Resolución No.3, del 7 de noviembre de 1987. Congreso General Kuna, Achudup, Kuna Yala
[9].   Congreso General Guna, Yandub-Narganá, noviembre de 2002 (Resolución)
[10].  La declaración del Área Silvestre de Narganá, de parte del Instituto Nacional de Recursos Naturales Renovables
         (INRENARE), no fue consultada y tampoco el plan de manejo fue aprobado oficialmente por el gobierno nacional.
         El plan manejo para que sea un documento legal o ser aprobado por la ANAM, necesita ser presentado bajo formato
         oficial. Por lo tanto, necesita ser revisado y actualizado y no tanto hacer uno nuevo
[11].  Mediados del año ´80 se conformó la Central Única de Productores Agrícolas de Kuna Yala (CUPAKY), cuyo
         objetivo fue incrementar la producción agrícola
[12].  Comunicación personal, 25 y 26 de junio de 2010, Miria Ubigandub. Médico-botánico, agricultor y hoy empresario
         de cabaña turística Senidub
[13].  Comunicación personal, junio de 2004. Fue sagla de su comunidad, pero siempre ha sido dirigente del grupo
         productor Nadigana, hasta la actualidad
[14]. Comunicación personal de Buddy Obaldía. Promotor Comunitario de CBMAP II-ANAM, junio de 2013
[15]. CGK, 2006. RESOLUCION No. 03/06/06. “Preocupados por la falta de incremento de la producción agrícola, la
        pérdida del conocimiento del sistema agroecológico de producción de nainu en la Comarca Kuna Yala”… Gardi S
        Sugdup, Comarca Kuna Yala, los días del 22 al 25 de junio de 2006. 2 p.
[16]. Informe realizado en la Asamblea del CGG, Sasardi-Muladub, 6 al 9 de junio de 2013

 
Documento en PDF: https://app.box.com/s/pte3xtepklrc15ono3zt