12 de noviembre de 2016

Indicadores ambientales y económicos de los sistemas agroforestales en la Mata Atlántica brasileña


Sistema agroforestal en el Vale do Ribeira. Foto: Armin Deitenbach
MAIRA LE MOAL, ARMIN DEITENBACH,
ALVORI CRISTO DOS SANTOS, DJALMA WEFFORT

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En la región de la Mata Atlántica brasileña, la discusión acerca de los Sistemas Agroforestales (SAF) empezó en los años 1990, cuando se hicieron las primeras sistematizaciones y se realizaron cursos sobre el tema. Desde 2000 se buscaron indicadores de sostenibilidad a través de mapas ambientales, sociales y económicos.


En 2009 el “Proyecto Recuperación de la Mata Atlántica con Sistemas Agroforestales”, ejecutado por las ONG Associação em Defesa do rio Paraná, Afluentes e Mata Ciliar (APOENA) y el Programa da Terra, Assessoria, Pesquisa e Educação Popular no Meio Rural (PROTER) reforzó el trabajo sobre los indicadores con los agricultores familiares en el Vale do Ribeira y los asentamientos de la reforma agraria en el Pontal do Paranapanema (SP. Brasil). Estudios realizados en Brasil diagnosticaron que los SAF constituidos por más de 100 especies de árboles, de las cuales 50% son comerciales, tienen una producción media anual de 10 toneladas de alimentos por hectárea, con tendencia al crecimiento y con costos de producción por debajo del 7% que, a medida que el sistema se equilibre, pueden reducirse. Es lo contrario a las curvas técnicas y económicas de la agricultura convencional. Además, los SAF permiten un intenso flujo de fauna y flora, similar al de las reservas ecológicas, lo que garantiza la conservación de la biodiversidad, el suelo y el agua (Santos, 2010).

Indicadores de sostenibilidad de los sistemas agroforestales y acceso a políticas públicas
Crédito para sistemas agroforestales
El Programa Nacional de Fortalecimiento de la Agricultura Familiar (PRONAF-Forestal) es un tipo de financiamiento dirigido a las inversiones en actividades con sistemas de producción diversificados, como la restauración forestal, el extractivismo o el SAF. Sin embargo, el Banco de Brasil no reconoce la diversidad de los sistemas agroforestales, por lo que limita el acceso de los agricultores al crédito.

En el ámbito del proyecto los indicadores económicos investigados por los agricultores en el Vale do Ribeira mostraron niveles de ingresos más altos que en los monocultivos de plátano o en el trabajo fuera de la propiedad. Asegurados los resultados, cuatro agricultores presentaron sus proyectos para financiar la expansión y diversificación de sus SAF y luego con el PROTER y los asesores del banco, incorporaron los resultados en su sistema y demostraron la capacidad de pago de cada propuesta, con base en el análisis de ingresos, costos y demanda de recursos para el mantenimiento de la familia. Además, la resiliencia ambiental del SAF determina condiciones de bajo riesgo para el crédito. Estos fueron los primeros créditos forestales aprobados por el Banco de Brasil para un SAF en la Mata Atlántica.

Estos diálogos institucionales propician el intercambio de experiencias entre los agricultores, las instituciones de apoyo y las instituciones financieras, y han contado con el asesoramiento de las universidades y del Ministerio de Desarrollo Agrario. Así, procesos de ensayos desarrollados por agricultores desde hace más de una década han sido reconocidos y aceptados en nuevos espacios institucionales.

El reconocimiento de los sistemas agroforestales por las agencias ambientales
El Código Forestal de Brasil y la Ley de Uso y Protección de la Mata Atlántica permiten la recuperación a los SAF diversificados que se encuentran en zonas con limitaciones ambientales. Para permitir la recuperación económica en estas zonas importantes para la preservación y conservación, algunas normas legales establecen densidades mínimas, calculadas en el número de árboles por hectárea, y, como requisito de diversidad, el número de especies de árboles nativos presentes en el área.

En algunos asentamientos en el Pontal do Paranapanema, los agricultores expresaron el deseo de recuperar áreas de reserva ambiental degradadas de los asentamientos con SAF. Basados en las experiencias positivas de implementación de SAF en su propiedad, los agricultores entendieron que estos representan una oportunidad de tener más tierras para trabajar en áreas cerca de casa y, al mismo tiempo, detener los procesos de degradación del suelo y de la biodiversidad que amenazan los recursos hídricos, y también, en algunos casos, sus propias casas por el avance de la erosión.

Para este tipo de recuperación los indicadores botánicos y ambientales ayudan a apoyar la decisión de concesión de autorizaciones de SAF en estas áreas protegidas. Las investigaciones realizadas en el Vale do Ribeira, en SAF implantados hace más de 10 años en zonas que al inicio eran de agricultura convencional, identificaron la presencia de especies importantes para el ecosistema y que se encontraban en peligro de extinción. Los resultados de estas investigaciones comprobaron el potencial de los SAF para cumplir la función productiva y el cuidado del medio ambiente.

Construcción de indicadores económicos y ambientales de los sistemas agroforestales
La tarea era analizar la funcionalidad del uso y conservación de los SAF y construir una herramienta que permita a los agricultores continuar la evaluación. Para esto adoptamos una metodología de sistematización que incluyó registros periódicos de información realizados por los mismos agricultores durante un año. Este procedimiento fue sistematizado por todas las familias participantes.

Indicadores económicos en sistemas agroforestales
Los indicadores económicos ayudan a responder preguntas importantes sobre los SAF que son también preguntas de los agricultores:

·         ¿es productivo el SAF?
·         ¿genera ingresos?
·         ¿los productos se venden a buenos precios?
·         ¿cuáles son los costos del SAF?
·         ¿a largo plazo, la producción aumenta o disminuye?

Las respuestas a estas preguntas se construyen a partir de la memoria y la palabra de las familias participantes, con la ayuda de documentos como los cuadernos de campo de los agricultores, notas de compra y otros. Es importante que esta síntesis se realice con toda la familia agricultora para reducir los errores de forma sustantiva.

Así, con respecto al año analizado se detalla:

·         la ocupación de la propiedad, en la que aparecen todas las parcelas con diferentes cultivos y ocupaciones, incluyendo las que no tienen producción para el mercado;
·         la descripción de los productos vendidos (la cantidad en kg de una variedad de productos);
·         el valor obtenido de las ventas;
·         los productos consumidos por la familia;
·         el ahorro (no se compran los productos producidos por ellos mismos);
·         los costos vinculados a la producción, transformación y comercialización;
·         la mano de obra utilizada en los SAF, en otros subsistemas y los períodos de espera, cuando la mano de obra no se utiliza en otra actividad productiva.

Al final del proceso se calculan los indicadores económicos de los SAF presentados en la tabla 1. El resultado varía entre 7 480 y 25 601 kg de una diversidad de alimento producido por una unidad de trabajo (UT) e indica la cantidad de alimento que produce un trabajador dedicado seis días a la semana en un año productivo. Para obtener este indicador, la producción total del año se divide por la cantidad de mano de obra proporcionada por la familia. Para asegurar esta producción cada UT requiere un área de producción de entre 2,0 y 6,4 hectáreas.

 
Para el cálculo de la productividad económica del trabajo se tiene en cuenta la cantidad de alimentos producidos por UT (venta y consumo de la familia), el precio obtenido y el costo. Este indicador puede expresarse por año, por mes o por día, para su comparación con otras oportunidades de ingresos.

Con la información generada, el indicador se puede expresar como:

·         productividad económica por UT o por unidad de superficie (ha);
·         productividad física por hectárea (kg de alimento/ha) o por trabajador (kg de alimento/UT).

Estas formas de expresar los indicadores permiten complementar el análisis. De hecho, existen SAF con alta productividad económica del trabajo y baja productividad por unidad de superficie; se trata de los sistemas extensivos que, aunque sean ambientalmente sostenibles, implican que una familia ocupe grandes áreas de producción como es el caso de la extracción de recursos naturales renovables.

Los costos de producción en los SAF varían entre el 3 y el 7% del precio recibido. La característica más destacada es su naturaleza: no son costos de insumos para el manejo de la finca (reposición de la fertilidad del suelo, control de plagas o compra de semillas y plántulas), sino que son para el mantenimiento de las herramientas de trabajo comercialización y, a veces, de transformación de la materia prima.

Las características de funcionalidad técnica, económica y ambiental nos permiten afirmar que, si estos SAF son moni-toreados en escenarios futuros, estos resultados serán mantenidos o superados.

Indicadores de sustentabilidad ambiental
Los indicadores utilizados por los agricultores para evaluar la sostenibilidad ambiental de los SAF se generan a partir de su discusión y evaluación en las categorías “muy bueno, bueno, regular, malo”. A través de evaluaciones periódicas se aprecian las mejoras en los SAF. Cabe señalar que estos resultados son cualitativos y traducen la experiencia de cada uno de los agricultores sobre su propiedad y su historia y, por lo tanto, se debe considerar el uso histórico y la ocupación de la zona en el análisis de datos.

Para la concesión de un permiso por las agencias ambientales se requiere de parámetros más objetivos que son los indicadores de densidad y de diversidad en los SAF.

Indicadores de diversidad y densidad en los sistemas agroforestales
Para construir este indicador la primera tarea es caminar por el área del SAF y registrar las especies vegetales, especificando si son agrícolas o forestales, exóticas o nativas de la zona. Se trata de resaltar las especies conocidas por el agricultor y no tiene la intención de ser un estudio botánico completo. Luego se hacen muestras de la composición botánica del SAF en lugares representativos (5 a 10%) del área.

En esta área de la muestra hacemos el siguiente inventario:

·         especie;
·         ubicación de la planta dentro de la muestra;
·         altura de las plantas de la muestra;
·         diámetro a la altura del pecho (arbustos y árboles).

La condición de resiliencia ambiental se observa en la conservación del agua, la fertilidad del suelo y la biodiversidad. El conocimiento de la diversidad de especies y la densidad de árboles (entre 52 y 90 especies y un individuo vegetal a cada 0,8 a 3,4 m², ver tabla 1) entre una diversidad real mucho mayor de especies presentes en SAF (dado que las especies diagnosticadas son las conocidas por el agricultor y no el inventario botánico completo), respalda la sostenibilidad ambiental de los sistemas agroforestales.

Conclusiones
El estudio indica que los sistemas agroforestales logran incidir en el ámbito social y de política pública, tanto en una visión de banco, que busca mantener sus márgenes de ganancias en condiciones de bajos riesgos, como en una política conservacionista de las agencias ambientales, que tienden a excluir el ser humano de las reservas. Así, establecen la conectividad política y ambiental y superan la dicotomía crítica de nuestro tiempo que es el desarrollo económico contra la preservación ambiental.

No obstante, el reto de este trabajo se debe a que la información no está lista y se debe construir, en la mayoría de los casos, por la memoria de los agricultores y la contextualización cuando existen notas. Esta condición requiere método y no significa debilidad de la información y de los resultados, sino que debe ser interpretado como un potencial para una estrategia organizativa.


Maira Le Moal
Ingeniera agrónoma, facilitadora de procesos comunitarios y agroecológicos
maira.lemoal@gmail.com   

Armin Deitenbach
Ingeniero forestal, asesor técnico
armin.de@uol.com.br
 
Alvori Cristo dos Santos
Ingeniero agrónomo, consultor independiente
alvoricaelon@hotmail.com
 
Djalma Weffort
Periodista y ambientalista, presidente de APOENA (SP)
djalmaweffort@uol.com.br
 

Referencias

Cartilha Construção Participativa de Indicadores de Sustentabilidade em Sistemas Agroflorestais na Mata Atlântica - PROTER, REGISTRO, 2009.

Santos, A. C., Vivan, J. 2010. Redes de Conhecimento PDA/ MMA, Indicadores de Funcionalidade Econômica e Ecológica de SAFs in Redes Sociais. PDA-Ministério do Meio Ambiente. Brasilia.

Fuente: Revista de Agroecología Leisa, 2016, volúmen 32, número 3. pp. 32-34

3 de noviembre de 2016

ÁREA PROTEGIDA DE NARGANA Y MEDIO DE VIDA

Geodisio Castillo

Hace 29 años, el 3 de noviembre, en la comunidad de Assudub, el Congreso General Guna (CGG) declaró al Corregimiento de Nargana como Comarca de Biosfera y Sitio de Patrimonio Mundial, como una primera fase, para luego continuar con el proceso para declarar a toda la Comarca como Comarca de Biosfera[1]. Hoy recordamos este aniversario. Entonces, nada es nuevo, ha sido un proceso largo de trabajo hasta lograr la elaboración del Plan Estratégico de Desarrollo Integral de Gunayala 2015-2025, o simplemente Plan Estratégico de Gunayala – PEGY 2025 (CGG, 2015).


Monumento natural Ibedon, Área Protegida de Narganá, Comarca Gunayala. Foto: Gubiler

Desde que se estableció el área protegida dule, la estrategia establecida en el plan, reconoce que el área protegida no puede existir aislada de los hombres, de la tierras y mares que nos rodean. Tampoco ser administradas sin tomar en cuenta a las comunidades y las actividades sociales, culturales y económicas que se desenvuelven en el sitio (PEMASKY, 1995, UICN, 2005).

Por naturaleza, toda la comarca ya es un sitio sagrado ambiental, una biosfera en la que se mueve el pueblo dule, tan importante para la vida, que sin él es imposible cumplir con el ciclo biológico. Podemos decir que el ambiente está conformado por un conjunto de valores biológicos (marinos y terrestres), culturales y sociales, que son imprescindibles para nuestra vida[2].

Las áreas protegidas constituyen el núcleo fundamental de los esfuerzos para proteger las especies amenazadas del mundo y, cada vez más, se reconoce su papel esencial no sólo como proveedoras esenciales de servicios de ecosistema y recursos biológicos, sino como elementos fundamentales en las estrategias de mitigación al cambio climático[3]. Además, se han probado que son fundamentales para proteger ciertas comunidades humanas amenazadas y lugares de gran valor cultural y espiritual (Castillo, 2010). Dado que las áreas protegidas cubren el doce por ciento de la superficie emergida del planeta, el sistema de áreas protegidas representa un compromiso sin precedentes hacia el futuro, un faro de esperanza, en lo que a veces parece ser una carrera desalentadora hacia el declive ambiental y social (Castaño, 2008).

Estos refugios naturales, acogen una inmensa riqueza biológica y son fuente de riqueza material y no material, constituyendo reservas de capital natural, cultural y social, a la vez que forman parte de los medios de subsistencia y del bienestar de muchas personas, sobre todo debido a los servicios ecosistémicos que proporcionan y a las oportunidades para crear empleo, garantizando fuentes de trabajo, alimento y recreación (PEMASKY, 1995; Pinto y Yee, 2011). Son muchas las actividades que se pueden realizar en las áreas protegidas, si bien, el turismo y el agroturismo se configuran como sectores que generan importantes beneficios para el área natural y para los habitantes de la comarca y el país (PEMASKY, 1995; Pinto y Yee, 2011; ANAM, 2016).

Una de las fuentes de generación de ingresos que el área protegida de Nargana ofrece es a través del turismo de playa y sol. Al no tomar en cuenta el plan existente elaborado en su tiempo por PEMASKY, y otros planes que exponen el mismo tema, se comete el error de impulsar el turismo únicamente para el lucro. Es un aliado, pero no es el mayor propósito para el área protegida. De ahí, la necesidad de elaborar los planes de negocio para el área protegida y lograr acuerdos que posibiliten la autogestión sin vulnerar el patrimonio existente.

Otro aspecto importante, es involucrar a la juventud en la vida y el desarrollo de las áreas protegidas, en la productividad y gestión empresarial para el manejo y conservación, antes que sea tarde. Según la estrategia del PNUD (2014), los jóvenes son una fuerza positiva de cambio transformador. Esta generación de jóvenes es la más numerosa en la historia de la humanidad. Sus oportunidades para comunicarse, actuar e influir no tienen precedentes, los desafíos que enfrentan tampoco; desde el cambio climático hasta el desempleo y las múltiples formas de inequidad y exclusión, particularmente para los jóvenes que pertenecen a grupos vulnerables o marginados.

Hubo épocas en que la juventud dule, tomó riendas del acontecer de su comarca, como lo fue el Movimiento de la Juventus Kuna (MJK), como lo fue Duiren, y otros … Lo que se debe hacerse es unir esfuerzos, ideas, conceptos para el mañana. Comprometerse toda la juventud para hacer realidad los lineamientos planteados o revisar dichos lineamientos (cada año, mejorándolos), establecidos en la estrategia comarcal (CGG, 2015). Despertar la conciencia y fortalecer asociaciones, grupos de productores, jóvenes, mujeres con el gobierno comarcal y a nivel nacional.

Aún hay mucho que hacer, aunque el área protegida esté cumpliendo sus 29 años de existencia. Estamos gobernando nuestro propio futuro. Ya vivimos descentralizados, con una economía propia en proceso de desarrollo. Lo que falta es incluirlos dentro de la administración política del Estado. Retos que resolver, como ¿Qué hacer con los millones de carbono forestal que representan balboas o dólares, que se encuentran en los bosques, y que son protegidos por los pueblos indígenas? Establecer el refugio marino a nivel comarcal, al igual existe carbono que proteger, como bien una comarca de biosfera, un área marina protegida – 200 millas de profundidad desde las costas y si miramos más allá de los 200 metros de profundidad, especies pelágicas y más debajo de la profundidad, no está protegido, entre otros.

Para finalizar
Gunayala inmerso en una biosfera natural se encuentra en una posición privilegiada al poseer una extensa ecosistemas naturales de tierra y mar protegidas por las propias comunidades. Este sistema natural alberga también componentes importantes de nuestro patrimonio natural y nuestra cultura viva.

Sin duda, en ella, el turismo se está configurando como uno de los principales motores económicos y, con la puesta en marcha de las nuevas formas de turismo sostenibles, podrá generar efectos positivos en la sociedad, que se traducen en el desarrollo socioeconómico de las comunidades locales y en la conservación y el respeto hacia la naturaleza y la cultura local. Esto será así, si comenzamos a manejarlos o gestionarlos con normativas o estrategias adecuadas conforme a nuestra realidad. De no ser así, estaremos destruyendo nuestro mañana.

Es una oportunidad para los jóvenes y mujeres promover el aprecio y el valor de nuestra área protegida y para generar beneficios económicos a las comunidades, en colaboración con el sector privado. También puede incrementar los ingresos de manera que éstos puedan ser reinvertidos en la conservación y manejo del área protegida, así como en la prevención y mitigación de los impactos negativos que se puedan generar.

Si los beneficios que genera un área protegida sale de su entorno, y es como debe ser, hay oportunidad de diseñar una nueva área protegida por el sector este de la Comarca, pero la decisión es de los propios comuneros. Establecer un área protegida es una estrategia de defensa territorial (Castillo, 1999), de conservación in situ de la biodiversidad, implica la necesidad y oportunidad de incorporar diferentes elementos de análisis, por lo que se constituye esta tarea en un reto encaminado a utilizar adecuadamente la información que sustente los propósitos sociales que tienen que ver con la conservación del patrimonio natural y el desarrollo de la carretera Mordi-Muladub.

Referencias:

ANAM, 2016. Plan de Acción para el Desarrollo del Turismo Verde en Áreas Protegidas en la República de Panamá 2016-2026. Panamá. 21 p.

Castaño-Uribe, C., 2008. Diagnóstico y situación actual de las áreas protegidas en América Latina y el Caribe (2007). Informe Regional. Corporación Andina de Fomento (CAF), La Paz, Bolivia. 118 p.

Castillo, G., 1999. Gestión de áreas protegidas como estrategia de defensa territorial indígena: Caso Kuna Yala. En: Taller sobre experiencias prácticas en gestión de áreas protegidas por los pueblos indígenas en Iberoamérica. Cartagena de Indias, 29 Nov. – 5 Dic. de 1999. Unidad Especial de Parques Nacionales / Mo. De Medio Ambiente de Colombia, AECI, WWF-ADENA, Ecodesarrollo. Cartagena de Indias, Colombia. 147-155 pp.

Castillo, G., 2010. Protegiendo sus Valores Culturales, Biodiversidad y Tierra: Área Protegida de Kuna Yala. CENDAH. 24 p. Centro de Documentación Silene. http://www.silene.es/documentos/Protegiendo_valores_culturales.pdf

CGG, 2015. GUNAYALA 2025: Plan Estratégico de Gunayala - 2015-2025. Comarca Gunayala, Panamá, 2015. 112 p. + Anexo: Programa PAC

PEMASKY-AEK, 1995. Biosfera de la Comarca Kuna Yala. Plan General de Manejo y Desarrollo (Resumen Ejecutivo: documento de trabajo), Equipo Técnico Consultor de PEMASKY. AEK, PEMASKY, CGG, OIMT. Kuna Yala, Panamá. 77 p.

Pinto, I., Yee, J., 2011. Diagnóstico de las áreas marinas protegidas y de las áreas marinas para la pesca responsable en el Pacífico panameño. Fundación Marviva, Panamá. 215 p.

PNUD, 2014. Estrategia del PNUD para la Juventud 2014-2017. Juventud empoderada, futuro sostenible. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, USA. 52 p.

UICN, 2005. Beneficios más allá de las fronteras. Actas del V Congreso Mundial de Parques de la UICN. Durban, Sudáfrica, 8 al 17 de septiembre de 2003. UICN, Gland, Suiza, y Cambridge, Reino Unido. X + 326 pp.


[1] En la Resolución No. 3, de 1987, también se aprobó el Plan General de Manejo y Desarrollo de la Comarca Kuna Yala, 1ª. Fase, para el Corregimiento de Nargana, igual estuvo aplicándose para otros corregimientos de la comarca

1 de noviembre de 2016

La agroecología: Una rebelión de saberes, de luchas y esperanza de los pueblos indo-afro-campesinos

"A cumplirse diez años de la fundación del IALA, es la hora de continuar siempre con esa mística revolucionaria sembrando la agroecología como una rebelión de saberes, de identidad y de patrimonio de los pueblos indígenas, campesinos y afrodescendientes al servicio de la humanidad".

Un nainu agroecológico. Foto: Gubiler
Aconteció en Tapes (Brasil, enero de 2005) un hecho histórico para el continente nuestro americano y caribeño: por primera vez una alianza concreta entre un gobierno revolucionario y movimientos sociales para comenzar a hacer un camino al andar por la defensa de la vida y la humanidad. Fue así el nacimiento del Instituto de Agroecología Latinoamericana "Paulo Freire", la primera universidad campesina, indígena y afrodescendiente que posibilitaba cursar la Carrera de Ingeniería en Agroecología[1].

Este sueño visionario del comandante supremo Hugo Chávez y La Vía Campesina[2] Internacional, se sintetiza en lo más profundo del espíritu bolivariano: "el bien inestimable de la unión es el objetivo".

Es la hora de fundirnos en una verdadera hermandad continental para honrar de forma activa a los libertadores, hombres y mujeres que globalizan sus luchas y esperanza por la tierra, el agua, las semillas, por la soberanía alimentaria, por la defensa del territorio; es la continuación de las luchas por una definitiva independencia. El gran maestro de Bolívar, el educador popular Simón Rodríguez, avizoró y caracterizó como nadie nuestra tragedia histórica, al decir que somos "miserables en medio de la abundancia".

A cumplirse diez años de la fundación del IALA, es propicio hacer llegar nuestra mayor gratitud y felicitaciones a todos los hombres y mujeres inconclusos y conscientes de su inconclusión que apostaron a este amanecer fecundo de identidades nuestras americanas. Es la hora de continuar siempre con esa mística revolucionaria sembrando la agroecología como una rebelión de saberes, de identidad y de patrimonio de los pueblos indígenas, campesinos y afrodescendientes al servicio de la humanidad, sin duda tal como afirmó el comandante Fidel Castro en sus últimas reflexiones: "la especie humana tiene un destino incierto".

La cualidad y característica que identifican siempre al IALA es la de romper paradigmas occidentales, es un espacio para la descolonización de saberes, una verdadera educación para la transformación social para crear y recrear de manera continua, ninguna educación es neutra, una educación siempre será para oprimir o para liberar. La agroecología igualmente en pleno siglo XXI está de moda por la crisis civilizatoria y abre la misma posibilidad, puede convertir para la opresión o para liberación.

Existe un claro interés de cooptación tecnocrática para servir solamente a la lógica del mercado y seguir oprimiendo y excluyendo con el mismo sistema alimentario impuesto por las multinacionales. Ante esta amenaza, los movimientos sociales del continente tienen grandes retos como seguir consolidando la Red IALA como un espacio auténtico para la liberación.

Este espacio de formación agroecológica desde sus inicios se caracterizó como una comunidad de trabajadores del campo, venidos de una amplia diversidad cultural, de experiencias organizativas (desde sus movimientos), de historias con distinciones y similares en cuanto al proceso de colonización y explotación de nuestros países en América Latina y el Caribe. Elementos estos que nos hacen distintos pero iguales, singulares, y consecuentes con la construcción de la unidad de nuestros pueblos.

Así que, en octubre y noviembre de 2006, y enero de 2007 empezaron a agruparse como educandos/as militantes de las organizaciones sociales del campo, articulados en La Vía Campesina Internacional. Avanzó de esta manera decididamente el gran sueño de millones de trabajadores y trabajadoras excluidos en el campo. En el proceso de fundación de esta universidad agroecológica participaron las organizaciones sociales de México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Ecuador, Brasil, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Paraguay y el país anfitrión, Venezuela.

Gracias a este proyecto emblemático de la Revolución Bolivariana de la mano con los movimientos campesinos y campesinas de La Vía Campesina Internacional, a finales de este año serán graduados las y los estudiantes de la segunda cohorte en la carrera de Ingeniería en Agroecología en este Instituto.

Igualmente, el IALA sigue rompiendo fronteras en el continente con la multiplicación de la experiencia en otros países hermanos: la Red IALA se encuentra en Brasil (IALA Amazónico), Paraguay (IALA Guaraní), Chile (IALA Mujeres) así como en Colombia, Haití, Nicaragua, entre otros.

Es por ello también que este aniversario número diez del IALA Paulo Freire sirve para la reflexión acerca del momento histórico que afronta el continente, de ascenso y descenso, de disputa y consenso, de conquista y derrota, y perfilar el camino de acciones a seguir.

Al cumplirse los 10 Años del IALA Paulo Freire, ratificamos que solo las luchas de los pueblos organizados seguirán siendo los motores para garantizar las grandes transformaciones históricas en el mundo.

¡Globalicemos las luchas, globalicemos las esperanzas!

¡América unidas siguen en luchas!

"No hay palabra verdadera que no sea una unión inquebrantable entre la acción y reflexión, que no sea praxis. De ahí que decir la palabra verdadera sea transformar el mundo". (Paulo Freire)

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