30 de marzo de 2015

El proyecto de Educación Bilingüe Intercultural: la lucha contra la pérdida de la conciencia ambiental que es integral en la cultura tradicional Guna

Natalie Williford[1]

Resumen Ejecutivo[2]

En la comarca de Guna Yala un nuevo sistema de educación fue establecido por un equipo de maestros, maestras, políticos, profesores, escritores y muchas otros profesionales Gunas cuya meta general es reforzar la identidad tradicional Guna con la enseña del idioma y también la enseñanza de las costumbres tradicionales. Después de casi 10 años de implementación en la comunidad de Digir Dupu ya se puede ver unos impactos del sistema en la generación joven y también en el discurso de la comunidad.

Taller sobre conservación de suelo y agua. Fotos: Gubiler

A través de esta investigación se analiza el impacto del sistema de la Educación Bilingüe Intercultural (EBI) con el refuerzo de las perspectivas ambientales que la cultura tradicional Guna tiene. Con observaciones de los materiales de clases, el discurso de los maestros y del currículo nuevo de EBI, se nota una conciencia integral hacia la naturaleza en la cultura tradicional y entonces es integral en el currículo intercultural[3].

Con la pérdida de la cultura por causa de la globalización en Guna Yala, la manera de vivir tradicionalmente está cambiando y tiene implicaciones en la pérdida de la relación sostenible y consciente con la naturaleza, es decir, una vida integral tradicional. Con entrevistas con dirigentes del congreso, maestros y maestras de la escuela y padres y madres de los estudiantes, esa investigación analiza las perspectivas de la comunidad y la unidad o desunión en las propias voces de los actores en la lucha contra la globalización y la pérdida de la cultura. En fin, esa investigación señala, que en la comunidad Digir Dupu el sistema EBI tiene mucho potencial para combatir la pérdida de la cultura Guna, específicamente las ideas que de la naturaleza tienen, que es la fuerza que existe dentro del idioma Guna. Todos se unen y creen en la misma meta y el mismo futuro de la nueva generación.

El nuevo sistema de educación bilingüe tiene un poder que debe hacer más que salvar la lengua, porque también puede salvar la manera de vivir Guna, pero esta será posible sólo con el apoyo de todos.

Algunas conclusiones: La importancia de la unidad de la comunidad[4]

1.      Con los cambios que vienen de la globalización en Gunayala, el Congreso de Digir Dubu ojalá tenga apoyo del programa EBI, el cual ayudará a no perder la cultura tradicional con apoyo de las familias y la comunidad general; porque ya se nota resultados en los niños de la generación de EBI.
2.      La educación formal e informal influye fuertemente en el pensamiento, perspectivas y maneras de vivir de la juventud en relación a su cultura tradicional en términos de deseos, comportamientos y relaciones con el ambiente.
3.      Sin el apoyo de las familias y los dirigentes de la comunidad el proyecto EBI no va a cambiar nada.
4.      El proyecto EBI, tendrá su éxito cuando los artesanos tradicionales participen enseñando en las escuelas y también en las familias.
5.      Solos, las maestras y los maestros no pueden enseñar todo de la cultura tradicional, porque la mayoría no conocen la cultura. Entonces la participación de la comunidad es importante, trabajando juntos estaremos luchando contra la pérdida de la cultura.
6.      Los saglagan deben ayudar en la enseñanza a los niños y la juventud, hablándoles sobre temas y conceptos específicos como la importancia de los cantos tradicionales, historia y religión Guna, de esta forma los maestros y maestras van a tener más apoyo y éxitos en la formación de los niños.
7.      Incorporar la educación al campo, es decir, paseos al monte con los niños y con algunos dirigentes que trabajan en el monte.
8.      Desarrollar aptitudes y/o sensibilización en los niños y jóvenes para amar a su tierra, su agricultura, sembrando en el campo y no en las islas; porque así los niños van a aprender y valorar la cosecha y traer la comida a la casa.
9.      Con estos ejemplos, discursos y acción de los estudiantes, se está valorando la cultura, el cual es viva y con costumbres y maneras de vivir que son muy importantes para la vida en comunidad.
10.   Las implicaciones de EBI va mucho más que solo involucrarse a no perder la cultura. También viene o debe involucrarse en soluciones educativas o problemas del ambiente que son efectos de la globalización, como en la alimentación y artesanías.
11.   La EBI muestra el poder del idioma Guna para captar e inspirar ideas de la naturaleza sagrada y de la importancia de vivir juntos con la naturaleza, la madre tierra y con humildad.
12.   La comunidad de Digir Dupu, como todo Gunayala, está a punto de caer por la globalización y por otro lado por renovar o revalorar la cultura tradicional.
13.   La EBI tendrá impactos en la juventud, cuando las cosas se hagan bien, con grandes posibilidades en el futuro, donde el pensamiento de esta nueva generación tome importancia sobre la naturaleza sagrada para la cultura Guna y también para otros pueblos indígenas que tengan proceso similar en Gunayala.





[1] Informe Final – Estudiante del School for International Training (SIT): Panamá. Diciembre 2012. 33 p.
[2] Redactado por el editor para mejor entendimiento en el idioma castellano o español
[3] Cosa que aún falta por complementar en este proceso de la EBI
[4] Redactado por el editor

23 de marzo de 2015

Agroecología de nainu: en el concierto de la diversidad biocultural

Geodisio Castillo
 
Viviendo entre la diversidad biológica (Yandub-Nargana). Foto: CENDAH/Archivo
Desde que tuve uso de razón y cuando iba al campo con mi bisabuelo y luego con el abuelo, observaba la forma de cultivar la tierra, imitando la naturaleza y respetando el suelo y agua. Observaba y hacia lo que hacía mi bisabuelo y abuelo, mezclar la tierra con sabdur – jagua (Genipa americana) y en otras con igli-saa, o bien bañar con sabdur las semillas que se iban a sembrar. No me daban tiempo de preguntar, ellos son los que hacían los discursos en el nainu.

Pasado el tiempo mí bisabuelo se me va para convertirse en polvo, la madre naturaleza lo acogió. Con mi abuelo, ya a los 12 años, llegué a preguntar sobre lo que me decían y lo que practicaban, eso para afirmar su discurso legado por su padre, mi bisabuelo. “Al respetar el suelo y agua estamos imitando a la naturaleza para no sacarle el jugo a la madre que es esta tierra, le sacamos algo para que las semillas crezcan, pero se lo devolvemos, estamos con eso reciclando la humedad y la fertilidad al nainu”. “Además protegemos las semillas de las enfermedades y plagas al bañarlos con sabdur o mezclar la tierra con igli-saa y sabdur, pero eso no es la única técnica que existe de parte de los dules, hay muchas y como botánico médico lo sé”.

Mi abuelo tuvo una educación occidental, fue policía y fue médico botánico. Sus conocimientos en botánica fueron amplios y profundos, tuvo alumnos y ayudó a curar a mucha gente. Decía: “hoy vivimos saludables, pero creo que en el futuro nuestra salud se va a mermar, nos vamos a enfermar de otras enfermedades que aquí los dules no lo tenemos, porque en las ciudades se come mucha comida que tienen veneno. Los que ya están viviendo en las ciudades están enfermos, me piden medicina y trato de ayudarlos”. Este es el precio, la enfermedad, es señal de desacuerdo de nuestro cuerpo, cuando le imponemos comidas no sanas.

Los sistemas agrícolas actuales están demostrando cuan venenoso es, por usar indiscriminadamente diversos agroquímicos, para elevar la producción o el capital de las empresas. De igual forma está destruyendo los ecosistemas y por ende del ser humano, al utilizar maquinarias para obtener mayor producción o el capital de las empresas. El hombre del campo, está siendo desplazado por las máquinas hasta llegar a ser pobres, desarraigado y violentos. A los hombres del campo que dependen de la naturaleza, que viven de ella, le están quitando el contacto y su relación con su tierra, ya no producen como antes con espiritualidad y energía.

Nabgwana, es una naturaleza biodiverso y nutricional que llega a un camino común, es decir, conservar y hacer uso sostenible de la biodiversidad para la alimentación y mejorar la nutrición. Nutrición y biodiversidad convergen por un camino común hacia la seguridad alimentaria y nutricional y el desarrollo sostenible (FAO, s/f).

Se ha demostrado que los monocultivos atraen a las plagas, enfermedades y erosionan o degradan los suelos. Grandes extensiones de terreno con solo una sola especie de cultivos, ya sean de árboles o plantas alimentarias, aunque es eficiente y rentable para los comerciantes, desde el punto de vista ecológico es desastroso, plagas y enfermedades no encuentran resistencia, porque el principio de un ecosistema diverso se quebranta.

Si hay menos diversidad vegetal, también disminuye la animal. Los insectos y animales que antes se alimentaban de otras especies vegetales ahora desaparecen y por ende también sus depredadores. Así, el control biológico o natural desaparece, se propagan las plagas que afectan al monocultivo, se rocían pesticidas para su control, se contamina el aire, la tierra, el agua, etc. y finalmente el ser humano. Y cuando nos morimos, las lluvias llevarán los venenos a las napas y volverán a los consumidores finales.

¿Por qué la agroecología de nainu?

Nosotros los seremos humanos, aun siendo una estirpe social, siempre somos parte de la naturaleza, porque venimos y vivimos de ella y seguiremos siendo una especie biológica más dentro del concierto de la diversidad natural conformada por millones de organismos (Toledo, Barrera-Bassols, 2008).

La conversión de bosques naturales a bosques agroforestales ha sido una antigua práctica en las regiones tropicales del mundo. Dicho proceso implica cambios en la composición original de los bosques a fin de crear “jardines forestales” a través del manejo de las especies arbóreas y la introducción de hierbas y arbustos útiles como los cultivos comerciales (café, cacao, canela, especias, caucho, pimienta, vainilla) (Castillo, 2001; Toledo, Barrera-Bassols, 2008).

El sistema constituye una manera de reconstruir los bosques naturales mediante la asociación del cultivo con plantas silvestres y cultivadas, con la finalidad de mantener las características estructurales y los procesos ecológicos de los bosques naturales, a beneficio de las comunidades locales y manteniendo la diversidad biológica (Castillo, 2001).

Los sistemas agrícolas de nainu, no utilizan venenos (agroquímicos), es agrodiverso, es decir, asociado a una gran diversidad de especies forestales y vegetales, sustituye de una u otra forma al bosque o sirven de cinturones para que lo agricultores gunas no avancen a los bosques naturales de la cuenca alta (Castillo, 2001). Este sistema y los otros sistemas agroecológicos indígenas, como el conuco, chinampas, waru waru, milpa, entre otros, no son consumidores de energía y es sostenible, recicla la humedad y fertilidad.

Además de lo anterior, estos sistemas agroecológicos indígenas nos alimenta sanamente, eso es preservar la salud y con ello evitamos enfermedades. Son alimentos medicinales. Al igual que las plantas silvestres, cumplen con los dos principios, alimentarnos y sanarnos. Cultivos como gualu, pi, gabidubaled (cultivos que se pierden), moe, oba, mama, aswe, siagwa, entre otros cultivos, son alimentos sanos cultivados orgánicamente.

El dilema de hoy… especie biocultural

Este año celebramos el Año Internacional de los Suelos, uno de los principales objetivos es crear conciencia sobre la importancia de los suelos para asegurar la alimentación y la nutrición. Pero ¿qué podemos hacer para llevar a cabo la protección de nuestros suelos y garantizar un futuro sostenible y humano con seguridad alimentaria?

El 28 por ciento de las tierras agrícolas del planeta producen cultivos y muchos de ellos al final van a las basuras como  algo despreciable, es decir, no se aprovechan. Según la FAO (2013), en el proceso se desperdician 250 km³ de agua, mientras que la huella de carbono de los alimentos producidos y no consumidos se estima en 3,3 gigatoneladas de CO2. Con un 33 por ciento de los suelos del mundo degradado, es hora de detener el desperdicio de alimentos y comenzar a devolver algo al suelo.

Esto no solo conduce a importantes pérdidas económicas, sino que los recursos naturales utilizados para cultivar, procesar, embalar, comercializar y transportar nuestros alimentos también se desperdician, con el consiguiente aumento en vano de emisiones de gases de efecto invernadero (FAO, 2013).

Esta situación nos crea hoy un dilema capital a la escala de especie entre una porción de la humanidad que recuerda y otra que olvida, entre un sector que innova para enriquecer la diversidad natural biológica y cultural del mundo y otra que, si bien también crea nuevas formas, esas terminan destruyendo esa diversidad biocultural que representa la memoria de la especie (Toledo, Barrera-Bassols, 2008).

Para enfrentar el futuro amenazado no solamente por los propios conflictos al interior de la sociedad humana sino de sus relaciones con la naturaleza (el cambio climático, la biodiversidad amenazada, el agotamiento de las reservas de agua, el agotamiento de las reservas pesqueras, la deforestación tropical y otros fenómenos, dan fe de ello), la especie humana está obligada a implementar mecanismos de recuperación o revaloración de autoconocimiento que le permitan erigir formas democráticas y justas de autocontrol como población biológica (Castillo, 2001, Toledo, Barrera-Bassols, 2008).

Con ello se vuelve necesaria la construcción del conocimiento agroecológico de nainu o indígena con base en los conocimientos locales o tradicionales de los pueblos indígenas y campesinos. Es el saber, habilidades y filosofías que han sido desarrolladas por pueblos de larga historia de interacción con su ambiente.

Los pueblos indígenas han enseñado al mundo que debemos ser responsables y tener conciencia con los cultivos, su diversidad agrícola, el suelo, agua y espiritualidad. Es decir, tomar conciencia sobre la problemática agrícola, sus causas y la necesidad de la incorporación de los principios agroecológicos, con una óptica sistémica y holística, podrá asegurar una producción de alimentos ecológicamente adecuada, económicamente viable y socialmente justa para nosotros y para las futuras generaciones (Sarandón y Flores eds., 2014).

Reconocer y recuperar la memoria biocultural de la humanidad es una tarea esencial, necesaria, urgente y obligada. Ello permitirá la visualización, construcción y puesta en práctica de una alternativa democrática y moderna, que no destruya la tradición y el saber de los pueblos indígenas, sino que conviva, coopere y co-evolucione con ellas.

Cuando respetemos al suelo, al agua, al ambiente, respetamos el amor de la madre tierra. El alimento cultivado con amor, llega al cuerpo elevando nuestro espíritu, nuestra identidad, amamos más a la tierra y a nosotros mismos - somos una especie biocultural.

Referencias:

Castillo, G., 2001.   La Agricultura de “nainu” entre los Kunas de Panamá: Una Alternativa para el Manejo de Bosques Naturales. Etnoecológica Vol. 6 No. 8, 84-99 pp.

FAO, s/f. Biodiversity and Nutrition a Common Path. Nutrition and Consumer Protection Division. 18 p.

FAO, 2013. Food wastage footprint. Impacts on natural resources. Summary Report. Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO). 61 p.

Sarandón, S.J., Flores, C.C. (eds.), 2014. Agroecología: bases teóricas para el diseño y manejo de Agroecosistemas sustentables. FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS Y FORESTALES, Universidad Nacional de La Plata. 466 p.

Toledo, V.M., Barrera-Bassols, N., 2008.  La memoria biocultural: La importancia ecológica de las sabidurías tradicionales. Icaria editorial, s.a. 232 p.


16 de marzo de 2015

Incentivos y Motivaciones para los Buceadores a Cumplir con las Reglas del Plan de Manejo: Resumen del Proyecto en Nargana, Corazón de Jesús, y Digir

Bailey Moritz, SIT, Noviembre 2014

Casita cubana en tierra y con dulub (langosta) bajo el mar.
Fotos: Gubiler y Arcadio
Introducción

En 2012, Guna Yala entró en un plan de manejo Inter-Caribeño para langosta, con los otros países de Honduras y Belize. Este plan pone énfasis en las regulaciones que hay y también en las que se debe implementar. Pero aun el plan de manejo con el mejor pensamiento no es útil si ellos que son involucrados directamente, en este caso los buceadores de langosta, no son conscientes de o estén de acuerdos con las políticas. A fin de entender cuáles son las motivaciones e incentivos para los buceadores e intermediarios locales a cumplir con estas políticas de manejo para una pesquería sostenible, se realizaron entrevistas en las islas de Nargana, Corazón de Jesús y Digir. Las nuevas casitas cubanas cerca de estas islas como parte de un proyecto piloto también son de interés. Una muestra de los vendedores en el Mercado de Mariscos fueron entrevistados.
            
La langosta espinosa caribeño, Panuliris argus, ha sido explotada extensamente por todo el Caribe por siglos, con un rango desde Carolina Norte hasta el norte de Brazil. La familia más pequeña, Panuliris guttatus, también constituye una parte de la captura pero su demanda es menos (Lovatelli and Sarkis, 2011). Disminuciones en la población han sido observadas por pescadores locales durante las últimas décadas, indicando que hay demasiada explotación de langosta. Hay una falta de  información en el número y características de langosta capturada en El Caribe. Las langostas se reproducen todo el año y empiezan a tener huevos a los 70 milímetros de longitud de caparazón (Castillo and Lessios, 2001). Sin embargo, una hembra con longitud de caparazón de 13 centímetros pueda producir tres veces más huevos que una de solamente 9 centímetros (Ventocilla, 1995). Cuando salen del cascarón, la larva viaja en corrientes del océano hasta 14 meses antes de que se pose, y es posible que no vaya a crecer en el lugar de origen (Winterbottom et al, 2012). Por esa razón, es crucial desarrollar reglamentación regional para El Caribe, como la salud de la población en un lugar impacta y en la otra no.

La pérdida de corales vivos es un problema en muchas áreas. Langostas juveniles crecen en pastos marinos, este ecosistema también es importante. Cuidando el ambiente bajo el agua, como pastos marinos y arrecifes de corales, aumentará la población de langosta. Además, cosechando corales destruye la estructura de tres dimensiones que provee protección y escondites para langosta (Castillo and Lessios, 2001). Por lo tanto, hay amenazas a las langostas no sólo de explotación para el consumo de humanos, sino de una perdida de hábitat apropiada para su desarrollo.

Casitas cubanas promueven el reclutamiento de langosta más cerca de la tierra donde está más seguro para los buceadores para cosecharlas. Una investigación por Arce et al. (1997) descubrió que cosechando toda la langosta de las casitas dejó un espacio comúnmente para llenarse por los juveniles de longitud de caparazón menos de 25 milímetros. Es posible que las casitas no recluten langosta de tamaño legal. Adicionalmente, según Arce et al. (1997), casi 40% de organismos dentro de las casitas fueron predadores potenciales de langosta. El proyecto piloto de casitas cubanas en Isla Digir debe analizar esta situación potencial.

Pregunta para Investigación
¿Cuáles son los incentivos que motivan a los buceadores de langosta a cumplir con las reglas del plan de manejo para la langosta espinosa en Narganá e islas cercas?

Métodos y Materiales
Durante las dos semanas en Guna Yala, se realizaron 12 entrevistas con buceadores de langosta, 4 con intermediarios, 2 con saglas y 1 con un representante de CENDAH. Los participantes dieron sus consentimientos y permiso para grabar la entrevista. Ninguna entrevista está conectado con información personal.
            
Al regreso a la Ciudad de Panamá, yo hice entrevistas en el Mercado de Mariscos con 4 vendedores de langosta.

Resultados (B1 significa buceador 1, V1 significa vendedor, etc.)

Las entrevistas a buceadores de langostas variaron de 2 a 60 años con un promedio de 26 años. Por promedio, un buceador recolecta 10 langostas del agua cada día. La cantidad máxima diariamente eran de 25 libras recolectada por B1. Los buceadores con frecuencia cambian las ubicaciones que visitan para buscar langosta, pero la mayoría de los sitios son lejos de la costa.
      
De los 12 buceadores, 83% consumen langosta para sí mismos, con un promedio de 6/semana/casa, con la cantidad más alta de 20 langostas cada semana en la familia de un buceador, como puede ver en Fig. 1. B3, come la langosta que mueren durante el proceso porque no puede venderla muerta. 5 buceadores dijeron que traen a la casa langosta demasiado pequeña para vender.

Fig. 1 Numero de langosta consumida casa semana 
en la casa de cada buceador entrevistado (N=12).
Cada buceador dijo que ha visto una disminución en la disponibilidad y cantidad de langosta en los últimos años. B10 podía encontrar 80 libras cada día, mientras ahora, sólo encuentra más o menos 10 libras cada día. Cuando pregunté si la langosta es importante económicamente para su comunidad, 100% de buceadores me dijeron sí.   
            
Cada buceador expuso que la veda es importante y beneficial para la pesquería de langosta porque ven aumentos grandes en el número de langosta después de este tiempo. Cuando pregunté  si estarían en favor de aumentar la veda a 4 meses como en el resto de Panamá, 50% me dijeron sí y 50% no. Los que dijeron sí, mencionó la necesidad de sostener a la población y para tener langosta del tamaño más grande. D7 específicamente crea que la veda debe estar lo mismo del país de Panamá para disminuir el contrabando traído fuera de la comarca durante este tiempo. Otros langosteros que estuvieron a favor de dejar la veda de 3 meses, mencionó que tienen que ganar dinero para sus familias.
            
Cuando pregunté cuales reglamentos hay, 67% de los buceadores mencionaron la prohibición de hembras con huevos. 100% fueron conscientes del tamaño mínimo pero 56% no sabían la longitud de la cola exactamente. En vez de eso, me dieron una estimación visual con sus manos. Algunas de los entrevistados mencionaron el problema de buceadores y compradores quitando los huevos de las hembras para que puedan venderlas y comprarlas. Muchos no tiran la langosta al agua, lo dejan para traerla a la casa para consumo personal.
            
Solamente 33% dicen que hay la presión social para cumplir con las políticas de manejo. Se puede abordar eso con más educación para miembros de la comunidad sobre la importancia de conservación de langosta.

No hay personas monitoreando langosta dentro de la comarca en el nivel local. El monitoreo de langosta ocurre en la ciudad por Autoridad de Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP) en los aeropuertos y sus oficinas en el mercado de mariscos. Chequean todas las langostas vendidas en el mercado cada mañana.
            
En el Mercado de Mariscos en Casco Viejo, V1 vende 30-40 libras de langosta cada día y viaja a Cartí en coche para comprarla directamente a 9 buceadores diferentes. V4 es un empleado en un restaurante (ubicado encima del mercado de marisco) vende langosta, normalmente a turistas por US$25.00 cada langosta. Usualmente vende por promedio 10 langostas por día, y más o menos 25 langostas en los fines de semana. Todos los 8 compradores de langosta creen que la veda es importante. Durante la veda, cambian a vender pescado.

Discusión

Un incentivo es algo que motiva a una persona para comportarse en una manera específica. Incentivos pueden venir en ambas formas de negativo y positivo para promover los comportamientos deseables. En este caso, comportamiento deseable para las autoridades de la comarca es la conformidad con los reglamentos. Por ejemplo, aplicando una multa monetaria si alguien coge langosta pequeña representa un incentivo negativo para prevenir el comportamiento indeseable de recolectar langosta ilegal. Un ejemplo de un incentivo positivo para no recolectar langosta ilegal es cuando tienen más números de langostas que crecen más grandes y entonces, puede venderlas a precios más altos. En este sentido, los incentivos que se encuentra en Nargana e islas cercanas están en discusión.  

La Economía como Incentivo
Dinero, como es para todos, es un factor importante. Las multas con que son amenazados pueden funcionar como incentivo para tener sólo langosta legal para los intermediarios, quien tiene monitoreo cuando sus langostas llegan a la ciudad. Pero no existen supervisores en el nivel local dentro de las islas para verificar las langostas que llegan en cayucos si son legales. Después de trabajar 7 horas cada día en condiciones que son difíciles y a menudo peligrosas, es probable que los buceadores vayan a recolectar lo que pueden. Si la langosta es demasiada pequeña para vender, van a traerla a la casa por lo menos para comer. Esto es comprensible. Según el principio económico de máxima utilidad, una persona quiere lograr el mayor valor posible para el costo más pequeño para maximizar el valor neto (Maler, 2013). En este caso, los buceadores quieren recolectar más langosta con menos esfuerzo posible.

Conservación como Incentivo
Especialmente es este área de la comarca donde la organización de CENDAH ha hecho trabajo y tiene una presencia, parece que buceadores están consciente del papel importante que tiene el medio ambiente un sus vidas y las vidas de la langosta de la que dependen. Los aumentos recientes en langosta después de la veda muestran evidencia tangible a los buceadores que la ruta de conservación puede mejorar las reservas de langosta y no deben ignorarla.

Monitoreo como Incentivo
Algunos buceadores no saben la longitud actual para la cola. Buceadores expresaron como parte de sus metas diariamente a no recolectar langostas pequeñas, para luego encontrarlas grandes, pero muchos no saben exactamente donde está la línea. Es posible que se pueda prevenir este error si hay reglas para medir langosta en el mismo lugar cuando son recolectadas (en los cayucos). Sin embargo, no es razonable para pedirles que lleven las reglas bajo el agua para medir el tamaño legal de la langosta, cuando han gastado la energía para traer la langosta arriba, al cayuco. Esto no se toma en cuenta si la mayoría de langosta recolectada es legal y se venden en la ciudad. Sin embargo, buceadores me dijeron que consumen un promedio de 6 langostas en sus hogares cada semana. Si aún algunos de las langostas son ilegales, se acumulan y pueden tener un efecto significativo en la población. Monitoreo en el agua y en las islas, aunque caro, ayudaría a resolver este problema.

Conclusión

Varios incentivos existen para los buceadores e intermediarios para cumplir y no cumplir con políticas de manejo en las islas de Narganá, Corazón de Jesús y Digir. Conscientes  en la conservación y problemas ambientales sirven como incentivos positivos para cumplir las normas ambientales. Ganando dinero adicional como incentivo positivo, ocurre que a menudo sirven para no cumplir con las políticas establecidas al recolectar langostas ilegal o con huevos. Mientras que el monitoreo estricto y multas forzosas en la ciudad son incentivos negativos fuertes para compradores y vendedores de langosta para cumplir, la falta de monitoreo local en Guna Yala sirve el papel opuesto. Eso es, en una manera, un incentivo positivo para recolectar langosta ilegal porque no hay riesgo de ser descubierto.

Investigaciones en el futuro deben cuantificar y caracterizar la langosta recolectada del agua en una manera más precisa y exhaustiva, incluyendo las langostas que no son vendidas pero que también no regresan al agua. También, alguien puede hacer un estudio para determinar el progreso y eficacia de las metas y soluciones creadas en el documento de OPESCA con los tres lugares en 2012. Conversación continua con los buceadores y los que son involucrados directamente con la pesquería es importante para asegurar que las políticas del manejo son viables y entendidas. Porque el periodo de la veda aplica también al pulpo y cambombia, pero no hay regulaciones de tamaño, investigaciones futuros pueden enfocar en esta población. Especialmente porque tiene importancia en estas islas en particular. Es posible que sean un riesgo y esté disminuyendo en número.
             
Referencias:

Arce, A. M, Aguilar-Davila, W., Sosa-Cordero, E., and Caddy, J. (1997). Artificial shelters (casitas) as habitats for juvenile spiny lobsters Panulirus argus in the Mexican Caribbean. Marine Ecology Progress Series, 158, 217-224.

Castillo, A., and Lessios, H.A. (2001). Lobster fishery by the Kuna Indians in the San Blas region of Panama (Kuna Yala). Crustaceana, 74, 459-475.

Lovatelli, A., and Sarkis, S. (2011). A regional shellfish hatchery for the wider Caribbean: assessing its feasibility and sustainability. Fisheries and Aquaculture Proceedings, 19, 264 p.

Maler, K. (2013). Environmental Economics: A Theoretical Inquiry. Pg. 35.

OPESCA. (2012). Planes locales de manejo para la langosta Espinosa (Panulirus argus) del Caribe. 106 p.

Ventocilla, J., Herrera, H., and Núñez, V. (1995). Submarine “deforestation”. Plants & Animals in the Life of the Kuna, 54-67.

Winterbottom, M., Haughton, M., Mutrie, E., and Grive, K. (2011). Management of the spiny lobster fishery in CARICOM countries: Status and recommendations for conservation. Gulf and Caribbean Fisheries Institute, 64, 456-462.



9 de marzo de 2015

El Manejo de Recursos Marinos en el Área de Yandub-Narganá, Kuna Yala: Estrategias, Objetivos y Dificultades

Hannah Marie Colton
Duke University
SIT Graduate Institute - Study Abroad, hannahmcolton@gmail.com
 
Pez globo muerto en el mar atrás de una casa, con objetos de desecho. Foto: autor
Resumen Ejecutivo

La gente Kuna depende de los recursos marinos para su subsistencia, ingreso, y protección de los elementos. Los arrecifes de coral, manglares, y praderas de pastos marinos proporcionan alimento y refugio para los animales que sostienen las personas y la economía de las comunidades Kuna. Sin embargo, las prácticas como la extracción de coral tradicional para construcción y la sobrepesca amenazan el futuro de estos recursos. Recientes estudios científicos han recomendado el establecimiento de varias grandes Áreas Marinas Protegidas en Kuna Yala, con el fin de conservar los hábitats y permitir la repoblación gradual de los animales marinos (Guzmán et al, 2003). El Congreso General Kuna, el gobierno autónomo de la Comarca de Kuna Yala, tiene el derecho exclusivo y la responsabilidad de promulgar y hacer cumplir los reglamentos relativos a los recursos marinos.

Este estudio analiza el estado actual de la gestión de los recursos marinos en el área de Yandub, Kuna Yala, enfocando en las percepciones de los partes interesadas. Actualmente, varios esfuerzos de manejo existen en Yandub, incluida unas reglas de la pesca y un Área Marina Protegida local. Información sobre las estrategias, prioridades y desafíos del manejo se recogió a través de entrevistas informales con los pescadores, buceadores y líderes de la comunidad, así como una encuesta de miembros de la comunidad.

Los resultados de las respuestas de la encuesta indican que la comunidad está tomando conciencia de la necesidad de conservar sus recursos, particularmente los arrecifes de coral y las tortugas marinas. Esto puede reflejar las actividades de los proyectos anteriores que se centraron en la educación de niños y adultos sobre la importancia de la conservación de estas especies en peligro de extinción. Los buceadores y pescadores de la comunidad confirmaron la tendencia de la disminución de sus presas, que describen el estado de la langosta y otras poblaciones de mariscos como “malo” o “muy malo”.

Muchos miembros de la comunidad también reconocen las dificultades persistentes del manejo de recursos marinos en Yandub. La contaminación y la falta de eliminación de residuos fueron identificadas como problemas que han sido descuidados por el gobierno local. Otros desafíos importantes son la falta de planificación, la falta de vigilancia y aplicación, y la transitoriedad de los proyectos de manejo pasados. Muchas personas también expresaron la necesidad de tomar posesión del manejo de los recursos a través de la elaboración del conocimiento tradicional Kuna, que enfatice la conexión entre el hombre y la naturaleza.


Executive Summary

The Kuna people are dependent on marine resources for sustenance, income, and protection. Coral reefs, mangrove stands, and sea grass beds provide food and shelter for marine animals which fuel the bodies and economy of Kuna communities. However, practices such as traditional coral mining and overfishing threaten the future of these resources. Recent scientific surveys have recommended the establishment of several larger Marine Protected Areas in Kuna Yala, in order to conserve habitats and allow the gradual repopulation of marine animals (Guzmán et al, 2003). The Kuna General Congress, the autonomous government of the Comarca of Kuna Yala, has the sole right and responsibility to enact and enforce regulations dealing with the management of resources.

This study analyzes the current state of marine resource management in the area of Yandub, Kuna Yala, focusing on the perceptions of stakeholders. Several small management efforts are currently in place in Yandub, including certain fishery prohibitions and a local Marine Protected Area. Information about the strategies, priorities and challenges of management was collected through informal interviews with fishermen, divers, and community leaders, as well as a survey of community members.

Results from the survey responses indicate that the wider community is becoming aware of the need to conserve their resources, particularly coral reefs and sea turtles. This may reflect the activities of past projects which focused on educating children and adults about the importance of conserving these endangered species. Divers and fishermen of the community confirmed the declining trend of their prey, describing the state of lobster and other sea food animal populations as “bad” or “very bad”.

Many community members also recognize the persistent challenges to resource management in Yandub. Contamination and lack of waste disposal were identified as problems which have long been neglected by the local government. Other major challenges are a lack of planning, lack of implementation and monitoring, and the transitory nature of past management projects. Many individuals also expressed the need to take ownership of resource management by drawing from Kuna traditional knowledge, which emphasizes the connection between humans and nature.

Introducción

Cuando la gente Kuna empezó, a mediados de la década 1800, a migrar desde las montañas del Darién a las islas costeras, su estilo de vida llegó a ser dependiente en los recursos del mar (Howe, 1998). Con el establecimiento de la Comarca de Kuna Yala en 1938, ganó el control de sus propios recursos además de la autonomía política y cultural. Hoy en día, la Comarca consiste en 365 islas coralinas, 36 inhabitadas, divididos en cuatro corregimientos (Castillo y Lessios, 2001). Yandub-Narganá, el capital de su corregimiento, está ubicada en el Mar Caribe, al norte del lago Bayano, y a una distancia estimada de casi 500 metros de la costa. Un puente conecta la isla de Narganá a la isla de Corazón de Jesús, un pueblo independiente.

La gente de Yandub depende de los recursos del mar por una gran parte de su alimentación, ingreso, y protección. El crecimiento de la población, la aumentación del nivel de mar, y la sobrepesca ya han empezado interrumpir su estilo de vida en las islas. Tan temprano que 1973, investigadores apuntaron que la relación entre la cultura Kuna y su ambiente estaba en una trayectoria a la destrucción (Porter and Porter, 1973). Este destino ya no ha pasado, pero sin estrategias efectivas de manejo, la situación seguirá empeoramiento. Este estudio se enfoca en el estado actual del manejo de recursos marinos en Yandub, incluido las estrategias, las prioridades de diferentes partes interesadas, y los desafíos percibidos.


Nota:

Para nuestro colectivo es de mucho interés iniciar a publicar resultados de las pasantías, trabajos de campo o estudios breves realizados por estudiantes extranjeros y nacionales que han estado bajo la tutoría de profesionales de CENDAH, en estos últimos años.

Estos documentos necesitan el conocimiento de ustedes, aporte y construcciones críticas, para entender cómo va evolucionando nuestra naturaleza ambiental y humana e interculturalizándose, para bien o para mal de nuestra sociedad. Sin embargo, estamos presente conviviendo con nosotros mismos, con nuestra naturaleza y empujados en muchos casos por la globalización. Nuestra Comarca exige un desarrollo desde adentro.

Esperamos sus comentarios.

Para su lectura completa, en PDF: https://app.box.com/s/t118px6ba2s3ps9uh3vc


1 de marzo de 2015

EL SUELO, BASE PARA INNOVAR EL SISTEMA DE PRODUCCIÓN AGRÍCOLA DE NAINU “PARA UNA VIDA SANA”

Geodisio Castillo
CENDAH

Lo suelos sanos son la base para la producción de alimentos saludables. Según la FAO se estima que el 95% de nuestros alimentos se producen directa e indirectamente en nuestros suelos. Le tocó el turno al suelo - Año Internacional de los Suelos (AIS), 2015. El AIS 2015 tiene como objetivo aumentar la concienciación y la comprensión de la importancia del suelo para la seguridad alimentaria y las funciones ecosistémicas esenciales[1].

Con esta premisa hay que celebrar los 90 años de la Revolución Dule, conservando y protegiendo los suelos y agua de la Comarca Gunayala, que es parte cultural y esencia de uso doméstico para nuedgudisaed – una vida sana.

Sin embargo, la problemática alimentaria y la migración a las ciudades son evidentes en todos los países del mundo (FAO, 2009; IIDH, 2007). Las Naciones Unidas señala, que en el 2050, dos de cada tres personas en el planeta vivirán en zonas urbanas (United Nations, 2014). También los precios de los alimentos aumentan y las protestas violentas igual (Mowforth, 2014)[2].

¿Los suelos de Gunayala se agotan?

La problemática alimentaria y la migración a las ciudades de los dules es también una realidad. No es porque los suelos se agotan y no producen suficiente alimento, y por eso la gente se moviliza. Castillo (2010) señala, que los suelos se agotan por las malas prácticas y causas ocultas que se encuentran fuera del sector. Son factores que generan procesos económicos, sociales y demográficos estrechamente conectados y que establecen entre sí complejas relaciones causales. Debido a la complejidad, es imposible mencionar la mayoría de las causas ocultas más importantes, una de ellas en la Comarca es el turismo, los fenómenos económicos internacionales que incentivan la obtención de ganancias a corto plazo en lugar de buscar la sustentabilidad de la producción a largo plazo, las políticas aplicadas por los gobiernos que no apoyan las acciones que desarrollan las comunidades locales, la falta de política de desarrollo propio del pueblo dule. En fin, todo demuestra que son las comunidades locales y no los gobiernos, los que realmente protegen y conservan los bosques y por ende los suelos y agua.
 
Aplicando tecnología a pequeña escala -
Labranza mínima o ecológica en Mandiyala, para conservar el  suelo y agua. Foto: Gubiler

La mayoría de los dules dicen que se movilizan para mejorar los estudios y tener ingresos fijos para poder ayudar a sus familias, enviándoles sus ganancias a la Comarca; es un recurso que hace circular el dinero en la Comarca (Scott, Castillo et al, 2003). Han migrado principalmente a la capital y a la ciudad de Colón. Sin embargo, la mayoría de los dules de la ciudad viven con bajos ingresos, en barrios pobres y en asentamientos informales[3].

El pueblo dule crece pero hacia las ciudades, haciendo presente su cultura, su idioma, en una forma de reconquista de nuestro territorio. Por el contrario las comunidades están quedando vacías de jóvenes. Sentimos estos cambios o vínculos urbano-rurales, de allí, la relación alimentaria – dependencia de comida.

La relación urbano-rurales, es una realidad que la mayoría de los políticos no lo conocen o no les interesa conocer, muy pocos sí conocen esta relación y las barreras que impiden que las personas tengan acceso a las comidas. Entonces, con mucha razón podemos decir, que eso se debe que los conceptos de política para asegurar y mejorar la alimentación son inadecuados.

No solo son importantes las ciudades, donde la comida es más abundante que en las zonas rurales, las autoridades deben reconocen, que las comidas no son accesible de manera uniforme. Más cuando la producción alimentaria en Gunayala no se está incrementando e innovando los sistemas de producción de nainu.

Las malas prácticas agrícolas, por una parte, por la pérdida de los conocimientos tradicionales, parecen los causantes de que la producción de alimentos no se incremente hace 4 décadas en la Comarca (esto sin considerar las causas ocultas). Pero como no se ha investigado no se puede asegurar que las malas prácticas es una causa de que los suelos no incrementen su producción. Al investigar pueda que sepamos, como señala Sánchez (1981), que en los trópicos no se encuentran las propiedades de alta fertilidad del aluvión[4]. Muchas áreas costeras y deltaicas tienen grandes extensiones de suelos ácidos sulfatados. Cuando se les drena, estos suelos son sumamente ácidos, con un pH inferior a 3 y es difícil de ponerlos en producción. Quizás es ésta la situación al que nos enfrentamos con los nainus ubicados en suelos aluviales y costeros y deltaicos.

Si queremos asegurar nuestra comida de hoy y del mañana, aseguremos nuestros suelos y agua, como parte esencial de nuestras vidas, porque con ello estamos protegiendo a Nabgwana – Madre Tierra. Conservando los suelos y agua, estamos asegurando la producción de alimentos para que sea accesible. La política actual pasa por alto la accesibilidad y la asequibilidad de los alimentos al campo.

Muchos investigadores vinculan la inseguridad alimentaria con la pobreza (Tacoli, Bukhari, Fisher, 2013) en ese cuadro estamos ubicados los pueblos indígenas, cosa que no compartimos. Porque la cultura occidental colapsa y por eso tiene adheridos estigmas como el de la pobreza, la desnutrición y la dependencia productiva de los pueblos indígenas, el desarrollo nacional con modelos externos están lejos de atender nuestras necesidades, intereses y aspiraciones (Castillo, 2014b)[5].

Para definir bien este fenómeno de pobreza y dar pistas para su erradicación es indispensable tomarle la palabra a quienes lo sufren. Es decir, para hacer un diagnóstico apegado a la realidad, se requiere un cambio de informante, definir la pobreza, desde los empobrecidos[6]. Los pueblos indígenas son ignorados al no ser consultados qué entiende por pobreza, qué los hace pobres desde su propia realidad o cosmovisión y, mucho menos, se les toma en cuenta en sus propias soluciones (Madrid, Hernández, 2011).

Cuidando el suelo y el agua

Cultivo de siagwa (Theobroma cacao) en nainu comunal
de Gardi Yandub. Foto: Gubiler
Resulta que cuidando el suelo y el agua hay posibilidad de obtener incremento y sostenibilidad de la producción alimentaria. El suelo suministra a la vegetación los nutrimentos necesarios para su función y condiciona, en la mayoría de los casos, sitios especiales (Salas, 1987), como masargan, ogobgan, siagan, entre otros. De allí la importancia de los sistemas de nainu, bajo asociación apropiada de cultivos y árboles mejora las propiedades físicas, mantienen la materia orgánica del suelo y promueven el reciclaje de nutrimentos (Castillo, 1985, 2014a; Kass, Vargas, 1998).

La agricultura indígena o los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas constituyen el único testimonio de resiliencia para la humanidad[7]. Son los únicos modelos que han subsistido o resistido el paso de los siglos, enfrentando a la inseguridad alimentaria por los cambios acelerados del mundo capitalista: agrocombustibles, migración a ciudades, nuevas tecnologías, fuerte artificialización del medio rural, similar a los campos de ensayo, empleo de fuerte dosis de agroquímicos sintéticos, tratados de libre comercio (TLCs), entre otros, están decapitando a los campos (FAO, 2009; Nicholls, Altieri, 2012; Hidalgo, Houtart, Lizárraga, eds., 2014).

Ahora son los agroecosistemas que hay que adaptar a un pequeño número de variedades, con el riesgo de simplificarlas y fragilizarlas exageradamente, con consecuencia a una erosión acelerada de los suelos, una proliferación de especies invasivas resistentes a los pesticidas, una menor biodiversidad cultivada y espontánea (Poschlod et al., 2005; citado por Hidalgo, Houtart, Lizárraga, eds., 2014) y eso, para que los agricultores sigan dependiendo siempre de las empresas de semillas y de la agroquímica.

Por suerte en Gunayala no tenemos industrias contaminantes que afectarían el suelo y el agua. El cuidado del suelo no es sólo cuidar su capacidad productiva, hay que prevenir la erosión ante problemas de contaminación de agua para mantenerlos saludables. Las malas prácticas agrícolas, como la tala y quema intensiva acaban con los suelos, agotando su capacidad de producir alimentos, almacenando y filtrando agua, reciclando nutrientes, amortiguando desastres ambientales y soportando la biodiversidad. Un recurso formado a través de milenios y el hombre lo acaba en minutos.

La capacidad que tiene un agricultor dule, depende de los conocimientos transmitidos desde siglos, llegando a su bisabuelo al abuelo, del abuelo al padre. Castillo (1985) señala, que los agricultores conocen por qué no pueden producir cultivos en forma permanente en áreas de nabba ginnid o nabsaa (suelo rojo arcilloso y pesado), comúnmente cuando hacen nainu en medio del bosque – negserred o nabsaa. Los cultivos no pasan de 1 a 3 años, para luego dejarlos en barbecho por 10 a 20 años o más de ser posible. En nabba gorogwad (suelo de color chocolate claro), de textura más liviana el barbecho es de 4 a 10 años, para volverlos a aprovechar haciendo cultivo de nainu.

Según Salas (1987), los suelos agrícolas se diferencian de los suelos forestales, generalmente son más fértiles los suelos agrícolas que los suelos forestales. La presencia de bacterias son la microflora predominante y las lombrices son probablemente la mesofauna más importante en suelos agrícolas. Con estos conocimientos los agricultores dules, dejan los cultivos perennes en el nainu en ladera y aprovechan por 3 a 4 años máximos los cultivos anuales, luego los deja en barbecho o en regeneración. La mayoría de los suelos en Gunayala se encuentran en laderas, pocos son terrenos planos o aluviales.

Los sistemas de producción agrícola de nainu es gestionada por los agricultores dules y producen los alimentos para la familia y para la comunidad, de esta forma viene garantizando la comida diaria. Pero su merma es una realidad y su dependencia de la ciudad y las canoas colombianas. Entonces innovar el sistema de nainu debe ser garantizada por las propias comunidades con el apoyo del Congreso General Guna. Deben recibir apoyos para innovar de manera que se fomente la conservación de los suelos y agua para la producción y mejorar la calidad de vida. La innovación será un proceso a través del cual los agricultores mejoren el suelo y con ello la producción y las prácticas de gestión de sus nainus.

Hay que investigar para innovar nuestro sistema de producción de nainu o agroecológicos. Consolidando modelos de investigación agrícola local, la conservación de los suelos y el agua y fomentando las capacidades de resiliencia para resolver problemas, deben ser los focos principales de acción para enfrentar los retos del cambio climático (Ríos, Vargas, Funes-Monzote, 2011).

La mayoría de los estudios demuestran que la capacidad de los sistemas agroforestales o de nainu de siagwa (cacao), gabi (café) y otros cultivos tienen una ventaja ya que poseen características de complejidad vegetal dada por su heterogeneidad multiestrato y los copiosos niveles de mantillo (materia orgánica) que protegen al suelo, restableciendo la fertilidad del suelo en corto plazo y tienen su propio ciclo cerrado de nutrimentos, de esta forma aumentan su capacidad de resiliencia[8] de estos sistemas al cambio climático (Salas, 1987; Nicholls, Altieri, 2012).

Los agricultores indígenas mantienen la diversidad agrícola y forestal como un seguro para enfrentar el cambio ambiental o las necesidades sociales y económicas futuras (Nicholls, Altieri, 2012). De hecho, la riqueza varietal mejora la productividad y reduce la variabilidad de la producción (Uphoff 2002, citado por Nicholls, Altieri, 2012).

Pero estos objetivos solo pueden alcanzarse fomentando la capacidad de gestión de los agricultores y resiliencia frente a los efectos del cambio climático. Necesitan innovar en un sistema que reconozca su diversidad y la complejidad de los desafíos ante los que se encuentran - mitigando y adaptándonos al cambio climático.

El suelo juega un papel fundamental en la gestión del agua y en mejorar la resiliencia ante inundaciones y sequías. Gestionando la conservación de los suelos y agua, bajo sistema agrícola de nainu, para mantener la diversificación de cultivos, mixtos, policultivos o agroforestales y dejando descansar para que los nutrientes se regeneren. Así tendremos suelos sanos “para una vida sana”.

Cambiando nuestro modo de actuar

Los efectos del cambio climático en la producción agrícola y la creciente conversión de productos agrícolas, como por ejemplo en materias de agrocombustibles se están notando aceleradamente, sumado a ello el aumento dramático en los precios de los alimentos en estas últimas cinco décadas, como ya se ha señalado.

Los que no somos agricultores, sino consumidores, también debemos apoyar a los agricultores, cambiando nuestro modo de pensar, de sentir y de actuar, es decir, consumiendo productos sanos que producen nuestros agricultores. Porque son más sanos los productos agrícolas del campo que los productos que vienen de las ciudades, que están bañados de químicos y que luego pasan a nuestro organismo.

Para intentar cambiar nuestra actitud, debemos tener una cosmovisión clara de lo que somos y de lo que deseamos para el mañana. Necesitamos dedicar más tiempo para mejorar y mantener los suelos saludables, a ponderar la relación de la tierra con nosotros, porque sólo cuando mejoremos e innovemos nuestro sistema agrícola de nainu, podremos iniciar a incrementar nuestra alimentación para una vida saludable.

El suelo es parte de nuestra base cultural, social y productiva de la agricultura familiar de nainu, la fuente fundamental de un legado importante del saber agrícola y forestal tradicional, de agrobiodiversidad y de estrategias de soberanía alimentaria, es parte integral de todo ecosistema. Fomentando y fortaleciendo estas bases estaremos cambiando de actitud y rompiendo con la dependencia alimentaria de las ciudades y de Colombia.

Mucha contribución hay de investigadores que están demostrando que los sistemas indígenas (conuco, waru waru, milpa, entre otros), llámese agroecológicos, como los sistemas agroforestales, o de nainu como el dule, a través del tiempo, exhiben niveles más estables de producción total por unidad de área contribuyendo a la seguridad alimentaria de las familias; aseguran la protección y conservación del suelo, al tiempo que mejoran la biodiversidad (Nicholls, Altieri, 2012). Además, estos conocimientos o técnicas de manejo tradicionales pueden aportar al país un verdadero desarrollo sostenible (Castillo Díaz, 1994).

Lo más importante para innovar los sistemas de producción agrícola de nainu “para una vida sana”, es conservar el suelo y el agua, recurso vital para obtener una mayor producción agrícola y forestal (Castillo, 2014a)[9]. Poner énfasis en la investigación de intercambio de conocimientos entre agricultores y adopten métodos de extensión popular participativa, innovar con tecnologías a pequeña escala, demostrar que si hay talento, creatividad, innovación o capacidad científica comunal en Gunayala.

Esta estrategia es la piedra angular, donde el recurso humano, debe tomarse en cuenta en el diseño del plan de desarrollo integral de Gunayala. Estrategia dirigida a incrementar las opciones para la población dule y especialmente para los agricultores. El éxito depende, en gran medida, del mejoramiento de la capacidad humana para tomar decisiones, incrementar su nivel de pericia en manejar los recursos, adquirir información y evaluar los resultados (Nicholls, Altieri, 2012).

Entonces, dejemos que sea menos importante la compra de alimentos desde las ciudades. Qué sea más importante comprar alimentos a nuestros agricultores y pescadores. Así cada vez dejaremos de comprar alimentos desde las ciudades y a las canoas colombianas. Y consumiremos lo nuestro, aportando de esta forma al ingreso familiar del pueblo dule.

Comencemos a apoyar la investigación/extensión con el objetivo de evaluar la incidencia de algunos sistemas de nainu, de interés local o de los agricultores como alternativa para el uso eficiente del suelo. Porque estos sistemas tradicionales de cultivo presentan una excelente interacción entre los requisitos de humedad y el suministro de humedad disponible en el suelo (Sánchez, 1981).

Referencias:

Castillo, G., 1985.   Es sistema de "nainu" en Kuna Yala: Perspectivas para el desarrollo. Abya Yala, año I, No. I, Centro de Investigaciones Kuna, Panamá. pp. 2- 12

Castillo, G., 2010.   Bosques para la Vida: Causas ocultas de Deforestación y Degradación de los Bosques en las Comarcas Kunas. Revista Cultural Lotería No.493, Noviembre-Diciembre 2010. Panamá. pp. 105-124

Castillo, G., 2014a. El suelo y el agua: elementos vitales para la vida y la producción. Centro de Desarrollo Ambiental y Humano (CENDAH), Panamá. 4 p. (https://app.box.com/s/bjnbx427bsa4lug30cuz6a9gvt358mrx)

Castillo, G., 2014b.Desarrollo comarcal desde adentro: el sistema de nainu alternativa productiva, social y ecológica. CENDAH, Panamá. 26 p. (PDF: https://app.box.com/s/p5zztym1a9jjqsxk63z3)

Castillo Díaz, G., 1994. Capacitación y extensión agroforestal y ambiental en Kuna Yala. In: Bosques, Árboles y Comunidades Rurales, 23: 40-42.

FAO, 2009. El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo. Crisis económicas: repercusiones y enseñanzas extraídas. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Roma. 60 p. + notas

Hidalgo F., Houtart, F., Lizárraga A., P. (eds.), 2014.   Agriculturas campesinas en Latinoamérica: propuestas y desafíos. 1.ª ed. Quito: Editorial IAEN. 314 p.

IIDH, 2007.  Migraciones indígenas en las Américas. Instituto Interamericano de Derechos Humanos, San José, Costa Rica. 186 p.

Kass, D., Vargas, A., 1998. Conocimientos básicos de suelos y agua para el manejo de sistemas agroforestales. pp. 85-108. En: Apuntes de clase del curso corto: sistemas agroforestales / eds.: Francisco Jiménez, Arturo Vargas. Turrialba, C.R.: CATIE. Proyecto Agroforestal CATIE/GTZ. 360 p. (Serie Técnica. Manual Técnico / CATIE; no. 32)

Madrid, J., Hernández, A., 2011.  Política social y pobreza indígena: análisis cualitativo. Panamá: Universidad Especializada de las Américas (UDELAS): SENACYT. 111 p.

Mowforth, M., 2014. The Violence of Development. Resource Depletion, Environmental Crises and Human Rights Abuses in Central America. Pluto Press. 272 p.

Nicholls, C.I., Altieri, M.A., 2012.  Modelos ecológicos y resilientes de producción agrícola para el siglo XXI. Agroecología 6: 28-37.

Ríos Labrada, H., Vargas Blandino, D., Funes-Monzote, F.R. (comp.), 2011.Innovación agroecológica, adaptación y mitigación del cambio climático. Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA), Cuba. 242 p. + Memoria Fotográfica

Salas, G. De las, 1987. Suelos y ecosistemas forestales; con énfasis en América Tropical. San José, Costa Rica; IICA. 450 p. (Colección Libros y Materiales Educativos / IICA; No. 80)

Sánchez, P.A., 1981.  Suelos del Trópico: Características y manejo. /Traducido del inglés por Edilberto Camacho/. San José, Costa Rica: IICA. 660 p. (Serie de libros y materiales educativos; 48)

Scott, M., Castillo, G. et al (eds.) 2003.  Biodiversidad y Turismo. El Caso para el Uso Sostenible de los Recursos Marinos de Kuna Yala, Panamá. Federal Ministry for the Environment, Nature Protection and Nuclear Safety, Alemania. 54 p.

Tacoli, C., Bukhari, B., Fisher, S., 2013.  Urban poverty, food security and climate change. Human Settlements Working Paper 37, IIED. 29 p.

United Nations, Department of Economic and Social Affairs, Population Division, 2014.      World Urbanization Prospects: The 2014 Revision, Highlights (ST/ESA/SER.A/352). United Nations. 27 p.



[1] La 68ª sesión de la Asamblea General de la ONU declara 2015 Año Internacional de los Suelos (A/RES/68/232) - http://www.fao.org/soils-2015/about/es/
[4] Aluvión - considerado suelos fértiles de arena, grava, arcilla o limo, aprovechados por los dules para sembrar principalmente oba – maíz (Zea mays). Son sedimentos o tierras arrastrados por una corriente de agua o inundaciones, que quedan depositados en un terreno, transitoria o permanentemente.
[7] Hidalgo, Houtart, Lizárraga, (eds., 2014) señalan, que los agricultores pudieron cultivar variedades de plantas seleccionadas por ellos mismos a partir de sus propias cosechas. Eran libres de tener sus propios criterios de selección y escoger lo que consideraban como ventajoso: resistencia o resiliencia frente a eventuales accidentes climáticos, tolerancia a los agentes patógenos e insectos predadores, cualidades organolépticas, comportamiento general de las plantas, etc.
[8] Nicholls y Altieri (2012) señalan, que la resiliencia es como la tendencia de un sistema a mantener su estructura organizacional y productividad después de una perturbación. Esta perturbación puede consistir en un estrés frecuente, acumulativo o impredecible. Así la resiliencia contiene dos propiedades: resistencia al shock y capacidad y velocidad de recuperación después del shock. Un agroecosistema resiliente sería capaz de producir alimentos aun después de sufrir los efectos de una sequía o una tormenta.