29 de abril de 2020

ACLARACIONES: ABYA YALA

Dario Dewi Marttinez O.

Nuestro bosque natural, lleno de ablis – abya. Foto: Gubiler / Archivo
 _ El día 25 de abril, Prof. Turpana publicó un artículo. "Un día de 1975 hablando con el sabio Odis Navas me dijo:

Que el nombre ancestral de nuestro continente ABYA YALA, Abya, me dijo: “es un arbusto, que tal vez haya en la serranía todavía, porque ahora ya no se ve. Nosotros llamamos a nuestro continente con el nombre de Abya Yala: Tierra que produce ubérrimas cosechas del árbol Abya”.

Entonces dije, por fin encontré lo que yo buscaba, que Abya es una planta. En lo que yo pasaba en lo siguiente. En la renovación de Nabgwana después de desastre natural siempre surge una planta;

1.   Tiempo de Dad Kalib, ocurre ciclones, huracanes, después apareció viento suave, brisas, aire. Germinó Guala, la tierra se llamó Gualagunyala.

2.   Tiempo de Dad Karban, ocurre oscuridad total (nega sidsid), reina el miedo, la inseguridad. Poco a poco comenzó aclarar el tiempo, apareció la luz gradualmente. Floreció Dagar, la tierra se llamó Dagargunyala.

3.   tiempo de Dad Olotubyaliler, se bajó del cielo Soosaigla, fuego incandescente. Poco a poco la tierra fue recuperándose del desastre. Entre las cenizas surge y florece Dingua, la tierra se llamó Dinguayala.

4.   Tiempo de Dad Aiban, ocurre Muu sagla, maremotos, inundaciones, diluvio. Después de la calamidad surge entre los charcos, bula, burgan (hierbas) Abya. La tierra se llamó Burgan Abya Yala. (Sacadas y resumidas de cassete de Olotebiliquiña).

Antes, aparecieron varios comentarios, entre un comentario interesante lo encontré del Lic. Castillo, versado en su materia de Ciencias. "Lo de Abya como árbol tiene relación con ablis (savia, sangre), todos los árboles tienen savia y su abundancia en nuestra tierra - yala".

Comencé a buscar entre mis archivos, efectivamente, en los comienzos de febrero hice la visita a un tío lejano que vive en Koskuna, unos pocos historiadores kunas que todavía viven, Sr. Serrano Edman. Fui a investigar sobre la Revolución Dule. Aproveché sobre el significado de Abya Yala. Me contestó de la siguiente manera: No sé refiere totalmente a la sangre humana en todo su sentido, sino a la savia de las plantas, su vitalidad que está relacionada con el ablis del hombre. Abya Yala es un Continente rojo, en sus entrañas corren las savias, la sangre que sirve para todos los seres vivientes.

Para nuestros amigos lectores que siguen nuestros relatos.

1)   No entra en nuestra mente, cuestionar el significado de Abya Yala, sino profundizar y fortalecer el significado.

2)   Ni mucho menos cambiar, al contrario, nos sentimos muy orgullosos que la palabra ABYA YALA de la lengua Kuna es reconocida internacionalmente como continente de América.

3)   Que nos toca difundir y exigir que en las escuelas de Panamá sea usado el vocablo ABYA YALA oficialmente cuando se refiera a América en los textos escolares de geografía e historia y otros.

En conclusión, los vocablos Abya, ablis no contradicen se complementan. Savia sangre de las plantas y sangre savia de los humanos. Sangre que fortalece, sangre que fluye, sangre de Abya Yala que está en euforia. Sangre nueva que lucha para estaablecer una nueva humanidad, donde esperamos vivir en dignidad, en igualdad de oportunidades en el trabajo, educación, salud y en todos los campos.

Mis agradecientos al LIC. Castillo, al historiador kuna Serrano Edman y al prof. Turpana con las aportaciones.

Elaborado por vuestro servidor.

 

28 de abril de 2020

Alimentar a los pueblos y no a los negocios: una mirada colectiva

Por Nicolás Esperante Alonso para la Agencia de Noticias Biodiversidadla
Idioma Español
País Argentina

27 abril 2020

#QuéAgroecologíaNecesitamos | Entrevista a Andrea Tortorolo y Gabriel Arisnabarreta, de La Bonita: un oasis agroecológico que, a través de la búsqueda constante, resiste activo ante el avance del agronegocio y demuestra que hay otras formas de producir. Acción colectiva, recuperación de saberes ancestrales y participación en redes de información como pilares de un proyecto agroecológico integral.

El sonido ambiente al otro lado del teléfono hace que me olvide por un rato del Coronavirus y el aislamiento para situarme mentalmente en las afueras de Saladillo, provincia de Buenos Aires. Desde ahí, Andrea y Gabriel (con vacas, pájaros y el viento a través de los árboles sonando de fondo) se pasan la palabra para empezar hablando de La Bonita, la chacra de 14 hectáreas a la que llegaron hace 25 años, y donde hoy siguen viviendo y produciendo: “tenemos un tambo de vacas donde se ordeña, y con esa leche hacemos quesos. Esa es nuestra principal actividad, aunque hay otras, menores en cuanto a la superficie que ocupan. Tenemos una huerta con algunas plantas aromáticas y con verduras que consumimos y vendemos. También tenemos frutales con los que hacemos dulces. Pero hoy la principal actividad de venta es la de los quesos”.

Se presentan como ingenierxs agrónomxs, productorxs y docentes de una escuela agropecuaria, y no escatiman palabras ni ejemplos para definir qué significa para ellos la agroecología: “llegamos acá buscando una forma de vida distinta; un lugar donde vivir y donde producir, porque no concebimos la idea de vivir fuera de donde estamos produciendo, y eso tiene que ver mucho con la concepción de agroecología. Agroecología no es solo una forma de producción sin químicos, es un montón de cosas más. Es una forma de vida. Es estar vinculado con el lugar donde uno está, en el lugar de producción y además en el lugar de venta. Para todo lo que producimos acá, el principal lugar de venta es la misma comunidad. No nos ponemos como objetivo la venta de productos orgánicos hacia otros lados, sino que queremos que se aprovechen estos alimentos en nuestra zona. Creemos en pertenecer a un grupo, creemos en el trabajo en red y en las relaciones. No nos interesa estar produciendo en el campo y desvincularnos de lo que pasa después con nuestros alimentos, ni tendría sentido producir sin agrotóxicos para que ese alimento sea destinado a la clase social que más poder adquisitivo tiene, ni trasladarlo lejos de donde estamos. En la agroecología está presente lo productivo, pero también lo ambiental, lo social, lo cultural, lo económico, el acceso a la tierra y tener una mirada colectiva”.

Esa concepción se evidencia en la forma de producción de la chacra, y se ve reflejada en la relación que tienen con los animales. La base de la alimentación del ganado es pastoril, con pastos naturales y sembrados. Se pone atención en la diversidad, rotando los potreros, intentando que las vacas vayan comiendo una parcela por día, y ordeñando todos los días. En La Bonita no hay guachera: los terneros no se destetan enseguida, sino que van siendo separados gradualmente, como se hacía antes. Recuperar saberes ancestrales es, para Andrea y Gabriel, parte de un proceso de aprendizaje que se completa con el intercambio colectivo y con la experiencia propia. “No hay una receta, pero sí hay experiencias que une puede tomar para adaptarlas a su lugar. Por ejemplo, las vacas que tenemos en nuestro tambo no son razas lecheras como la Holando o la Jersey. Son vacas que había en la zona (que son vacas para carne), cruzadas con toros de razas lecheras. Fuimos viendo que estos animales se adaptaban al pasto, se preñaban rápido y podían darnos leche y criar al ternero al mismo tiempo”. Así, las vacas siguen alimentándolos a la par de que son ordeñadas. “Y ahí aparecen los planteos de la gente que te dice que así producís menos y no te conviene. Y en la producción agroecológica el rendimiento ocupa un lugar, pero no el único. Y eso es lo que a veces es difícil de entender para los demás. Es tan importante el rendimiento (porque tenemos que vivir de esto) como el bienestar animal, como tener un alimento sano, como no dañar el medio ambiente mientras lo hacemos”. Analizar el rol de los sistemas productivos lxs lleva a reflexionar sobre la relación que éstos puedan tener con la aparición de enfermedades. Algo que parece inevitable en el contexto de la pandemia global que, mientras hablamos, sigue cobrándose miles de vidas cada día en todo el mundo: “el hacinamiento de animales de la ganadería industrial puede estar provocando que los virus encuentren el lugar ideal para multiplicarse y, de ahí, saltar al ser humano. Y parece increíble, pero se escuchan cosas extrañas como esto de ‘la economía vs. la salud’, como que se acepta que la economía va para un lado y la salud por el otro, cuando el hombre y la salud deberían formar parte de esa economía. No pueden estar disociados, y esto tiene que ver con que tenemos que cambiar nuestras formas de vida, cambiar la sociedad en su conjunto”.

En el año 2004, a partir de un programa de radio en el que participaban, surge Ecos de Saladillo, un grupo gestado a partir de necesidades colectivas y con objetivos comunes: el intercambio, la organización de actividades y la alianza comunitaria ante las cosas que pasaban en la zona, que llegaban a través de los comentarios de vecinxs, y que no aparecían en los medios de Saladillo. La primera movilización de Ecos fue contra la ubicación de un basural a cielo abierto al que pretendían llevar la basura en tren desde otras ciudades. Con el tiempo fueron apareciendo otros temas, de los cuales hubo dos que cobraron suma importancia. Por un lado, empezaron a aparecer las denuncias por las fumigaciones en los campos de soja, donde antes pastaban animales. “Las fumigaciones llegaban al borde mismo del pueblo, literalmente: termina un barrio y al otro lado de la calle hay un campo donde se fumigaba. Fumigaban hasta el asilo de ancianos, que tenía unas cinco hectáreas de tierra que eran alquiladas por El Tejar, un enorme pool de siembra que salía en la radio diciendo que ayudaba al asilo alquilando esas cinco hectáreas, cuando lo real era que los abuelos abrían la ventana y les pasaba el mosquito por encima fumigándolos”. En paralelo, la gente comenzó a acercarse al grupo -antes que al municipio- a denunciar que los olores, los ratones y las moscas hacían imposible la vida cerca de los corrales de engorde que comenzaban a crecer en la zona. “Los feedlots son todo lo contrario a lo que hacemos acá. Son campos de concentración de animales, donde incluso se los alimenta con desperdicios, alimentos vencidos y prácticamente con cualquier cosa. Esa fue una lucha larguísima y muy dura, con discusiones fuertísimas con los funcionarios. Llegamos a tener doce feedlots en Saladillo de más de diez mil animales cada uno. Eran de empresas grandes que traían sus desechos para alimentar a los animales. Un poder económico muy grande contra el que hubo que luchar”.

Así surgieron las ordenanzas de 2008, que prohibieron y restringieron las fumigaciones en determinados espacios y evitaron que Saladillo se transformara en la capital del feedlot, como había predicado en su tapa el Clarín Rural. “No fue solo un logro de Ecos, sino de una enorme red de organizaciones como GRAIN, Acción por la biodiversidad, el Movimiento Nacional Campesino Indígena, Vía campesina y un montón de otras organizaciones. La agroecología es impensable sin las redes, llenas de gente importantísima a la que, como a nosotres, no las mueve el dinero, sino el sentimiento”.

Ambxs resaltan que quienes se dedican a la agroecología siempre están en un lugar de lucha y resistencia, pero que es necesario y saludable reconocer los logros. Entre ellos, el nivel de difusión que se logró para algunos de estos temas: “la concientización es enorme. Antes ni siquiera se hablaba de todo esto, y hoy las grandes compañías y Aapresid se ven obligados a hablar. Tuvieron que tomar este carbón encendido, no pudieron evitarlo, y esos son grandes logros”. Arrojan una mirada a futuro positiva, consciente de las dificultades, pero también de los cambios alentadores que se muestran hoy, y siempre sosteniendo que el camino no puede sino ser colectivo: “el futuro cercano depende de lo que sigamos haciendo las personas, los grupos, las redes que se van fortaleciendo. Los encuentros son cada vez más numerosos y eso es imparable. La agroecología va a ir creciendo, sin dudas. Tenemos que definir qué agroecología queremos, para qué y para quiénes. Para alimentar a los pueblos y no a los negocios. Y para eso tiene que haber acceso a la tierra y desarrollo local. Lo bueno, y es algo que también se ve en los encuentros, es que esto no termina acá. No hay un par de referentes y ‘se terminó’. Todo el tiempo se está construyendo desde abajo: desde las facultades y desde los pueblos. Hay cada vez más chicos y chicas que se interiorizan y participan. Desde el punto de vista ecológico y ambiental no somos la misma sociedad que hace veinte años. Por eso, y sin desmerecer lo que tenemos enfrente, creemos que el futuro viene bien”.

Este artículo es parte del proyecto "Profundizando debates sobre experiencias agroecológicas para la soberanía alimentaria" realizado con el apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo. 

 
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#QuéAgroecologíaNecesitamos | "En la Agroecología está presente lo productivo, pero también lo ambiental, lo social, lo cultural, lo económico, el acceso a la tierra y tener una mirada colectiva".
  
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Artículo por Nicolás Esperante Alonso - nicolasesperante@gmail.com
 
Ilustración de María Chevalier - www.dibujoschevalier.wixsite.com/mariachevalier

Biodiversidadla - www.biodiversidadla.org

 
QUEDENSE EN CASA

13 de abril de 2020

Nuevas investigaciones sugieren que las granjas industriales, y no los mercados de productos frescos, podrían ser el origen del Covid-19

Por GRAIN

2 de abril 2020


Seamos claros: no hay evidencia sólida de que el origen del virus SARS-CoV-2 (causa de la actual pandemia de Covid-19), haya sido un mercado de mariscos al aire libre en Wuhan, que también comercia con animales domésticos y silvestres. Lo único que sabemos es que varios casos tempranos de Covid-19 eran personas que trabajaban en este mercado o compraron allí en los días anteriores a su diagnóstico.

Varios expertos y medios de comunicación han aprovechado esta información para afirmar que los mercados chinos de productos frescos y el comercio de animales vivos domésticos y silvestres son los culpables de la aparición de la afección.1  Algunos incluso piden que se prohíban los mercados de productos frescos [llamados mercados húmedos en Asia y África], que son vitales para los medios de vida y la seguridad alimentaria de millones de personas que se dedican a la agricultura en pequeño, comercian o consumen tales mercados.2

Hoy crecen las evidencias que apuntan a que el Covid-19 tiene un origen diferente. Sabemos que ninguno de los animales analizados en el mercado de mariscos de Wuhan dio positivo3 y más o menos un tercio del conjunto inicial de casos notificados en personas de Wuhan desde principios de diciembre de 2019 no tenía ninguna conexión con el mercado de mariscos, incluido el primer caso notificado.4  Y ahora también sabemos, gracias a la filtración de un informe oficial chino al South China Morning Post que el primer caso real conocido de Covid-19 en Hubei fue detectado a mediados de noviembre, semanas antes de que se informara del grupo de casos conectados con el mercado de mariscos de Wuhan 5

La semana pasada, investigadores del Scripps Research Institute publicaron en la revista Nature un análisis de la secuenciación genómica del virus del SARS-CoV-2 que aumenta las dudas de que este virus se haya originado en el mercado de mariscos de Wuhan.6 Este estudio concluye que el SARS-CoV-2 evolucionó por selección natural y no por ingeniería genética en un laboratorio, y afirma que esta selección natural ocurrió a través de dos posibles escenarios.El primer escenario es que haya evolucionado a su forma altamente patógena dentro de los humanos. En este caso, una forma menos patógena del virus habría saltado de un animal a un huésped humano y luego habría evolucionado a su forma actual durante un “periodo prolongado” de “transmisión no detectada de humano a humano”. En este escenario, no hay razón para creer que el mercado de mariscos de Wuhan haya tenido algo que ver con la evolución de la enfermedad, aunque es muy posible que una persona infectada en el mercado pudiera haberla transmitido a otras personas.

El segundo escenario encaja con los anteriores brotes de coronavirus en que los humanos contrajeron coronavirus mortales tras la exposición directa a la civeta, ese mamífero pequeño del sureste asiático [en el caso del síndrome respiratorio severo y agudo o SARS, por sus siglas en inglés], y a los camellos en el caso del síndrome respiratorio de Medio Oriente [ MERS por sus siglas en inglés].
En este escenario, el SARS-CoV-2 habría evolucionado hasta su forma actual en un animal huésped antes de ser transferido a los humanos. Como algunos otros estudios, los argumentos de Scripps señalan que lo más probable es que la transmisión inicial haya ocurrido desde murciélagos a un huésped animal intermedio, donde el virus luego evolucionó a su forma actual.

Las investigaciones de  Scripps 7 añaden que la genética particular del SARS-CoV-2 indica que “el animal huésped probablemente tendría que estar en un entorno con alta densidad de población (lo que permitiría que la selección natural procediera de manera eficiente) y contar con un gen cofidicador” semejante a algún gen fundamental humano, estableciendo “un eslabón entre el virus y los humanos”.*

Entonces, ¿qué animales encajan en este criterio?

Otro estudio publicado recientemente identifica los animales huéspedes intermedios más probables para el SARS-CoV-2, basándose en su presencia en Wuhan y en el hecho de que tienen un gen codificador similar al humano, lo que permite fungir como eslabón con el virus. Los animales que el estudio identificó son las civetas, los cerdos, los pangolines, los gatos, las vacas, los búfalos, las cabras, las ovejas y las palomas.8

Muchos de los animales de esta lista se crían en granjas industriales en China, incluso animales silvestres como las civetas y los pangolines se crían intensivamente por su uso en la medicina china. Las sospechas de que las granjas de animales silvestres pueden haber estado detrás del brote de Covid-19 ya han llevado al gobierno chino a cerrar 20 mil granjas de animales silvestres en todo el país.9

Pero apenas se ha prestado atención a algunos otros animales de esta lista, que cumplen con más claridad el criterio de “alta densidad de población” que favorece las mutaciones genéticas. Los cerdos serían candidatos obvios de esta lista, por varias razones.

Por un lado, los cerdos y los humanos tienen sistemas inmunológicos muy semejantes, lo que facilita el cruce del virus entre las dos especies, como ocurrió con el brote del virus Nipah en Malasia en 1998.10

Tan sólo tres años antes de que comenzara el brote de Covid-19, decenas de miles de cerdos de cuatro granjas industriales del condado de Qingyuan en Guangdong, a menos de 100 km del lugar donde se originó el brote de SARS en 2003, murieron a causa de un brote de una nueva cepa letal de coronavirus (SADS) que resultó ser 98 por ciento idéntica a  un coronavirus encontrado en murciélagos de herradura en una cueva cercana.11 Por fortuna no se produjo la transmisión a los humanos, pero las pruebas de laboratorio posteriores demostraron que tal transmisión podría haber sido posible. 12

La provincia de Hubei, donde se encuentra Wuhan, es una de las cinco mayores productoras de cerdos de China. En los últimos diez años, las pequeñas explotaciones porcinas de la provincia fueron sustituidas por grandes explotaciones industriales y por contrato con quienes producen a nivel medio, donde cientos o miles de cerdos con genética uniforme están confinados en naves con alta densidad de población.Estas granjas industriales son el caldo de cultivo ideal para que evolucionen nuevos patógenos.13

Las granjas porcinas industriales de Hubei todavía se tambalean por el brote masivo de  peste porcina africana que afectó a la provincia y otras partes de China hace poco más de un año, y que diezmó a la mitad el hato nacional. En estas condiciones, es totalmente posible que el brote de un nuevo coronavirus entre los cerdos de la provincia pase desapercibido.14

GRAIN, otras organizaciones y varios científicos han estado alertando sobre esta situación desde hace más de una década:  la industrialización y la consolidación corporativa de la producción de carne generan mayores riesgos para la aparición de pandemias mundiales como la de Covid-19.15 Los gobiernos y las grandes empresas cárnicas menosprecian por completo esta realidad. Como señaló el biólogo evolutivo Rob Wallace, “Cualquiera que intente comprender por qué los virus se están volviendo más peligrosos debe  investigar el modelo industrial en la agricultura y, más en concreto, en la producción ganadera”. En la actualidad, pocos gobiernos y pocos científicos están preparados para hacerlo”. Con la creciente mortandad del Covid-19, es más urgente que nunca un cambio radical en dirección contraria al actual sistema intensivo de producción cárnica.16

* El gen codificador o receptor es el de la enzima ECA2 —o ACE2 por sus siglas en inglés

Notas

1. Therese Shaheen, “The Chinese Wild-Animal Industry and Wet Markets Must Go”, National Review, 19 de marzo :  https://www.nationalreview.com/2020/03/the-chinese-wild-animal-industry-and-wet-markets-must-go/
2. GRAIN, “Fresh markets are not to blame for the new corona virus outbreak”, 27 de febrero,  https://grain.org/e/6413
3. Carolyn Kormann, “From Bats to Human Lungs, the Evolution of a Coronavirus”, The New Yorker, 27 de marzo:  https://www.newyorker.com/science/elements/from-bats-to-human-lungs-the-evolution-of-a-coronavirus
4. Jon Cohen,“Wuhan seafood market may not be source of novel virus spreading globally”, Science Magazine, 26 de enero :  https://www.sciencemag.org/news/2020/01/wuhan-seafood-market-may-not-be-source-novel-virus-spreading-globally
5. Jeanna Bryner, “1st known case of coronavirus traced back to November in China”, Live Science, 14 de marzo:  https://www.livescience.com/first-case-coronavirus-found.html
6. Kristian G. Andersen, Andrew Rambaut, W. Ian Lipkin, Edward C. Holmes & Robert F. Garry, “The proximal origin of SARS-CoV-2”, Nature Medicine, 17 de marzo:  https://www.nature.com/articles/s41591-020-0820-9
7. El laboratorio del Instituto Scripps puede seguirse aquí :  https://andersen-lab.com/
8. Ye Qiu,Yuan-Bo Zhao, Qiong Wang, Jin-YanLi, Zhi-Jian Zhou, Ce-Heng Liao, Xing-YiG, “Predicting the angiotensin converting enzyme 2 (ACE2) utilizing capability as the receptor of SARS-CoV-2”, Science Direct, 19 de marzo :  https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1286457920300496
9. “Coronavirus closures reveal vast scale of China’s secretive wildlife farm industry”, The Guardian, 25 de febrero:  https://www.theguardian.com/environment/2020/feb/25/coronavirus-closures-reveal-vast-scale-of-chinas-secretive-wildlife-farm-industry
10. Stephen P. Luby, Emily S. Gurley, and M. Jahangir Hossain, “Transmission of human infection with Nipah virus”, National Center for Biotechnology Information, 2 de noviembre de 2009 :  https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK114486/
11. "How China’s ‘Bat Woman’ Hunted Down Viruses from SARS to the New Coronavirus”, Scientific American, 11 de marzo:  https://www.scientificamerican.com/article/how-chinas-bat-woman-hunted-down-viruses-from-sars-to-the-new-coronavirus1/
12. Yong-Le Yang, Pan Qin, Bin Wang, Yan Liu, Guo-Han Xu, Lei Peng, Jiyong Zhou, Shu Jeffrey Zhu, Yao-Wei Huang, “Broad Cross-Species Infection of Cultured Cells by Bat HKU2-Related Swine Acute Diarrhea Syndrome Coronavirus and Identification of Its Replication in Murine Dendritic Cells In Vivo Highlight Its Potential for Diverse Interspecies Transmission” Journal of Virology - American Society for Microbiology, 26 de noviembre de 2019
13. GRAIN, “Building a factory farmed future, one pandemic at a time”, 3 de marzo  https://www.grain.org/en/article/6418-building-a-factory-farmed-future-one-pandemic-at-a-time
14. GRAIN, “Building a factory farmed future, one pandemic at a time”, 3 de marzo  https://www.grain.org/en/article/6418-building-a-factory-farmed-future-one-pandemic-at-a-time
15. GRAIN, “Viral times - The politics of emerging global animal diseases”, 20 de enero de 2008,  https://grain.org/e/614
16. Rob Wallace, “Capitalist agriculture and Covid-19: A deadly combination”, Climate and Capitalism, 11 de marzo:  https://climateandcapitalism.com/2020/03/11/capitalist-agriculture-and-covid-19-a-deadly-combination/

Fuente: GRAIN

7 de abril de 2020

La pérdida de biodiversidad aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas

Un documento de Ecologistas en Acción recopila los abundantes ejemplos de cómo los impactos sobre espacios y especies propician que surgen y se transmitan las pandemias

La diversidad biológica es una de las principales riquezas de la Tierra (Pnuma)
Redacción
06/04/2020 13:00 | Actualizado a 06/04/2020 21:02

El virus del Nilo Occidental se extendió con facilidad en Estados Unidos a causa de una agricultura intensiva donde se expande el mirlo americano (Turdus migratorius), huésped preferente del virus.

La caza furtiva y venta de chimpancés como alimento dio origen al SIDA.

La deforestación del Amazonas provoca un aumento de mosquitos, debido a la mayor exposición a la luz solar y a la humedad en las zonas recién deforestadas, lo que favorece la expansión de la malaria…

Numerosos científicos coinciden en que la pérdida de biodiversidad implica en la mayoría de los casos un aumento en el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas.

Así lo indican los datos de un informe de Ecologistas en Acción en una campaña que relaciona alteración de espacios naturales y propagación de pandemias.

El 60 % de las enfermedades infecciosas humanas registradas son zoonóticas, y el 75 % de las enfermedades infecciosas nuevas o emergentes también tienen origen animal

Los ejemplos que ofrece el informe son numerosos.

Numerosos ejemplos
 

Los vertidos de fosfatos y sulfatos utilizados como nutrientes en suelo agrícola en zonas deforestadas en las montañas de Belize son arrastrados hasta las llanuras; se transforma la flora local y se favorece la aparición del mosquito Anopheles vestipennis, el vector más eficiente de la malaria, frente a la Anopheles albimanu.

La pesca incontrolada ha mermado las poblaciones de peces en Malawi, depredadores naturales de los caracoles acuáticos que albergan los parásitos responsables de la esquistosomiasis, lo que favorece su dispersión.

En la India se ha relacionado el aumento de casos de rabia con la desaparición de buitres por el consumo de carne contaminada con Diclofenac, un potente antiinflamatorio utilizado en el ganado local, lo que resultó en menos competencia por la comida con los perros callejeros portadores de la rabia.

Son numerosos los ejemplos que ilustran cómo detrás de muchas zoonosis está la mano o la “irresponsabilidad” del ser humano, lo que sumado a un mercado globalizado y el transporte constante de personas y alimentos entre distintos rincones del planeta Tierra sienta las bases para más pandemias futuras.

El origen: una mala gestión de los recursos naturales
 

Ecologistas en Acción considera que, ahora más que nunca, la sociedad debe seguir las directrices marcadas por la investigación científica, que apunta “a una mala gestión de los recursos naturales y al ataque abusivo al que los poderes económicos someten a la naturaleza como causantes de tantos problemas que amenazan la supervivencia de multitud de especies, incluyendo la humana”.

El origen del coronavirus SARS-CoV-2 es aún desconocido para la ciencia, aunque no hay duda de que la enfermedad se inició tras el contagio de un ser humano a partir de una especie animal.

A las enfermedades causadas por virus, bacterias, parásitos u hongos provenientes de animales que infectan a humanos se las denomina “enfermedades zoonóticas”.

El 60 % de las enfermedades infecciosas humanas registradas son zoonóticas, y el 75 % de las enfermedades infecciosas nuevas o emergentes también tienen origen animal.

Para que una enfermedad infecciosa se transmita se requiere la interacción de varias o múltiples especies
 

Para que una enfermedad infecciosa se transmita se requiere la interacción de múltiples especies. Como mínimo intervienen el patógeno y su huésped, pero a menudo son varias las especies de huéspedes que pueden albergar ese patógeno y en numerosas ocasiones se requiere una especie intermedia, como mosquitos, garrapatas o pulgas, a la que se denomina vector, que es la que trasmite la enfermedad infecciosa hasta su huésped final.

Las enfermedades transmitidas por vectores representan el aproximadamente el 17 % de las enfermedades infecciosas y afectan a más de 1.000 millones de personas cada año.

Numerosos científicos y científicas coinciden en que la pérdida de biodiversidad implica en la mayoría de los casos un aumento en el riesgo de transmisión de estas enfermedades.

 
Numerosos científicos coinciden en que la pérdida de biodiversidad implica en la mayoría de los casos un aumento en el riesgo de transmisión de estas enfermedades
 

“La desaparición de especies dentro de un ecosistema altera el funcionamiento de dicho ecosistema, e influye en la transmisión de patógenos... Una mayor diversidad de especies implica un efecto de dilución, ya sea por el aumento de número de especies en la cadena de contagio o por el efecto cortafuegos natural que provoca una alta diversidad genética, entre otros factores” se señala.

La especie huésped original del COVID-19 no ha sido identificada aún, y aunque los análisis apuntan al murciélago Rhinolophus -o al pangolín en calidad de animal intermedio- como orígenes probables de la cadena, aunque los resultados no son concluyentes.

“Sin embargo, señalar a la especie animal como causante o responsable de la pandemia es un error, como lo es culpar al propio virus”, añade el informe.

Los virus ocupan desde hace millones de años un eslabón esencial en los procesos ecológicos, regulan las poblaciones de especies y colaboran en el mantenimiento del equilibrio natural de los ecosistemas.

 
Los virus ocupan desde hace millones de años un eslabón esencial en los procesos ecológicos
 

Las especies que hospedan estos virus han evolucionado conjuntamente con dichos virus, en un equilibrio que permite la supervivencia de las especies.

“Sin embargo, cuando el correcto funcionamiento de un ecosistema queda impedido por causas ajenas a la naturaleza, el equilibrio se rompe y aumentan las posibilidades de que virus potencialmente patógenos crucen la barrera de especie y puedan infectar a otras especies de animales incluyendo el ser humano”

Es la acción humana la que está detrás de la mayoría de esas perturbaciones.

En 1999, en Malasia, un brote de la enfermedad de Nipah con una letalidad del 40 %, causó estragos en la población local. El origen del virus estaba en el Pteropus vampyrus o gran zorro volador, una especie de murciélago frugívoro.

El virus probablemente contagió en primer lugar a cerdos criados como ganado, y de ahí se propagó al ser humano. Estos murciélagos, prácticamente inmunes a este virus, han sido desplazados de sus entornos naturales debido a la deforestación y los numerosos incendios, lo que les ha conducido cada vez más cerca de asentamientos urbanos y estableciendo contacto con poblaciones humanas.

“Cuando las personas entran en contacto con especies con las que no ha evolucionado para convivir, y la ocupación del suelo por parte de la civilización se adentra cada vez más en entornos salvajes, mayor es el riesgo de aparición de una pandemia”, sostiene el documento.

El aumento de las temperaturas medias debido al cambio climático está vinculado con el auge de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, que afecta a las garrapatas que la transmiten.

Organizaciones como EcoHealth Alliance o PREDICT llevan trabajando años en mejorar el conocimiento sobre estos patógenos
 

La investigación de la relación entre biodiversidad y la aparición de enfermedades infecciosas recibe el nombre de “ecología de la enfermedad”.

Organizaciones como EcoHealth Alliance o PREDICT llevan trabajando años en mejorar el conocimiento sobre estos patógenos.

Solo se conoce un 1 % de los virus que habitan en animales silvestres, y se estima que podría haber 1,7 millones de virus desconocidos que podrían dar el salto a la especie humana. Sin embargo, la falta de recursos económicos y la poca atención que recibe la comunidad científica impiden que se hagan mayores avances en esta dirección.
 
Ecologistas en Acción reclama mayor inversión en materia de investigación y sanidad para atajar el problema con la contundencia que merece. “La naturaleza no es un enemigo desconocido, sino un aliado necesario. Los servicios ecosistémicos son aquellas funciones con las que la naturaleza contribuye al bienestar del ser humano”.

“Un ecosistema sano se encarga por sí mismo de regular la aparición de plagas, patógenos, depredadores, parásitos y otros organismos que amenazan la supervivencia de la especie humana. La biodiversidad es el mayor proveedor de sustancias y compuestos químicos para curar numerosas dolencias y enfermedades.

 
El 75% de la superficie terrestre ha sido transformada significativamente por la humanidad
 

Según la OMS, más de la mitad de la humanidad en los países del Sur depende para su asistencia sanitaria primaria directamente de las plantas localizadas en sus lugares de origen.

“La sociedad tiene ante sí el reto de solucionar la emergencia ecológica a la que se enfrenta, compuesta principalmente por la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, y debe hacerlo urgentemente. Las razones del incremento de enfermedades infecciosas están ligadas a este problema, y las causas son compartidas”, añade el informe.

La Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES) alerta sobre el riesgo de extinción de un millón de especies, y establece como las principales causas el cambio de uso del suelo o mar, la extracción de recursos, el cambio climático, la contaminación y la aparición de especies invasoras. Todas estas causas han sido relacionadas con la aparición de enfermedades infecciosas en los ejemplos citados con anterioridad.

 
Ecologistas en Acción pide el mantenimiento de los servicios ecosistémicos
 

El 75 % de la superficie terrestre ha sido transformada significativamente por la humanidad para su beneficio, lo que ha provocan migraciones de especies salvajes, incursiones de actividades humanas en proximidad con especies hasta ahora ajenas a nosotros y desequilibrios en los ecosistemas, un caldo de cultivo para el surgimiento de enfermedades zoonóticas.

La organización ecologista defiende como vía para evitar futuras crisis de esta índole la restauración de los territorios degradados por la acción humana, la protección de las tierras salvajes y la biodiversidad, el abandono de las prácticas de explotación abusiva del medio natural y un cambio de paradigma hacia una economía que respete la naturaleza.

El mantenimiento de los servicios ecosistémicos que suponen beneficios esenciales para la salud humana es la mejor garantía de supervivencia.
 
Fuente: https://www.lavanguardia.com/natural/20200406/48338485609/ecologistas-pandemia-biodiversidad.html