Geodisio Castillo
Desde 1973, el Día Mundial del Ambiente nos invita a reflexionar y actuar en favor de nuestro planeta. Esta importante fecha, establecida por las Naciones Unidas, tiene sus raíces en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano de 1972 en Estocolmo, un encuentro clave donde se reconoció por primera vez la apremiante necesidad de enfrentar los desafíos ambientales que amenazan a nuestra Madre Tierra, o Nabgwana.
Para el 2025, el lema es claro y contundente: "Sin contaminación por plásticos". Este es un llamado a la acción colectiva para enfrentar uno de los desafíos más apremiantes de nuestro tiempo: la omnipresente contaminación plástica.
En este contexto, una de las mayores preocupaciones son los microplásticos y nanoplásticos, partículas diminutas que provienen de la descomposición de plásticos más grandes o que se fabrican directamente en tamaño microscópico. Estos contaminantes se encuentran literalmente en todas partes: en el aire que respiramos, el agua que bebemos, los alimentos que comemos y los productos que usamos a diario. Su presencia alarmante en los tejidos humanos, incluso en órganos vitales como el cerebro, plantea serias interrogantes sobre sus efectos a largo plazo en nuestra salud.
Para combatir esta problemática, cada pequeño cambio en nuestros hábitos diarios suma. Aquí te dejamos algunas sugerencias prácticas:
- Opta por agua del grifo en lugar de comprar agua embotellada.
- Disminuye el consumo de alimentos altamente procesados, que con frecuencia vienen envasados en plásticos.
- Evita usar plásticos para almacenar y calentar alimentos, ya que el calor puede liberar grandes cantidades de partículas.
- Di no a las bolsitas de té plásticas, que liberan microplásticos al ser sumergidas en agua caliente.
- Mejora tus prácticas de almacenamiento de alimentos utilizando recipientes de vidrio o acero inoxidable, una acción clave para reducir la exposición a microplásticos.
- Considera eliminar el consumo de alimentos enlatados, pues las latas pueden contribuir al aumento de microplásticos en el cuerpo.
Y muchas otras acciones.
En definitiva, estas recomendaciones
nos instan a adoptar un cambio de estilo de vida que nos permita reducir
sustancialmente nuestra exposición a estos contaminantes. Hay un vasto camino
por recorrer, es una responsabilidad compartida, y juntos podemos lograr un
impacto significativo.
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