Globalización
23/06/2015
Por Carmelo Ruiz Marrero
"El movimiento global por la
agroecología identifica la agricultura climáticamente inteligente como parte de
una tendencia preocupante hacia la cooptación y acomodación de la agroecología
al paradigma convencional de la revolución verde."
El
modelo de agricultura convencional, corporativo, industrializado e intensivo en
el uso de agroquímicos, también conocido como la revolución verde, es objeto de
críticas cada vez más contundentes en años recientes por parte de científicos,
académicos, agricultores, ecologistas, la sociedad civil, y movimientos por el
cambio social de todas partes del mundo. Los proponentes y practicantes de
alternativas ecológicamente sustentables, científicamente fundamentadas y
socialmente justas, como la agroecología y la soberanía alimentaria, están
entrando en territorio que antes era monopolizado por los gigantes corporativos
de la agroquímica y sus aliados en los ministerios de gobierno y la academia.
El agro convencional, representado ante la opinión pública por corporaciones
como Monsanto y Syngenta, está perdiendo la aceptación del público. Está en la
defensiva y va perdiendo terreno todos los años a medida que se generaliza por
el mundo la noción de que otra agricultura es posible.
En
2008 el modelo de la revolución verde recibió un golpe decisivo con la
publicación de la Evaluación Agrícola de las Naciones Unidas. Oficialmente
llamada la Evaluación Internacional del Conocimiento, Ciencia y Tecnología
Agrícolas para el Desarrollo (IAASTD), fue la mayor y más minuciosa evaluación
del estado de la agricultura mundial jamás realizada. Financiado por el Banco
Mundial y agencias de la ONU, el informe fue redactado por sobre 400
científicos, desarrollado mediante un proceso participativo sin precedentes en
el cual gobiernos, la academia, el sector empresarial y la sociedad civil
trabajaron juntos en condiciones de igualdad, y sujeto a dos revisiones por los
pares independientes. El IAASTD fue co-presidido por el científico suizo Hans
Herren, ganador del Premio Mundial de Alimentos de 1995 y el Premio Nobel
Alternativo (Right Livelihood) de 2013.
Las
conclusiones del informe fueron devastadoras para la agricultura de revolución
verde. “La agricultura moderna, tal como hoy se practica en el mundo... está
explotando excesivamente el suelo, nuestro recurso natural básico, y es
insostenible porque hace un uso intensivo tanto de la energía proveniente de
los combustibles de origen fósil como del capital, al mismo tiempo que
básicamente no tiene en cuenta los efectos externos de su actividad”, declaró
Herren. “Si seguimos con las actuales tendencias en materia de producción de
alimentos agotaremos nuestros recursos naturales y pondremos en peligro el
futuro de nuestros niños.”
El
informe IAASTD recomienda sistemas alimentarios descentralizados,
ecológicamente sustentables y democráticamente controlados, precisamente lo que
productores ecológicos han estado recomendando y poniendo en práctica. En
cuanto a las tecnologías transgénicas agresivamente promocionadas por Monsanto
y otros gigantes de la biotecnología agrícola, el informe expresó escepticismo
y aconsejó cautela en torno a esta tecnología (1).
Frente
al desafío de IAASTD y más recientes informes científicos que validan la
viabilidad y necesidad de la práctica agroecológica, la agricultura industrial
se encuentra cada vez más presionada para probar su caso y demostrar su
relevancia frente a las crisis globales financiera, energética, alimentaria y
de agua, al igual que la amenaza del cambio climático. Algunos de sus
defensores ahora adoptan una postura conciliadora, y afirman que ambas
modalidades de producción agrícola pueden ser combinadas de manera armoniosa.
Este argumento fue presentado por Jonathan Foley, profesor de la Universidad de
Minnesota, en un artículo publicado en la portada de la revista National
Geographic de mayo 2014 (2). Foley delinea un plan para alimentar el mundo con
remiendos tecnológicos, que propone mezclar “las mejores” técnicas de las
fincas orgánicas con las de operaciones agroindustriales de alta tecnología. La
propuesta, que viene con una atractiva presentación mediática, concuerda con
las ideas convencionales que predominan en los círculos de política agrícola.
(3)
En
esa misma línea, en 2010 la Organización de Alimentos y Agricultura de la ONU
(FAO) presentó una propuesta llamada “agricultura climáticamente inteligente”,
que busca incorporar algunos elementos ecológicos al agro para atender el
peligro del cambio climático.
Según
la FAO:
“La
agricultura climáticamente inteligente (CSA) pretende mejorar la capacidad de
los sistemas agrícolas para prestar apoyo a la seguridad alimentaria, e
incorporar la necesidad de adaptación y las posibilidades de mitigación en las
estrategias de desarrollo agrícola sostenible.
La
CSA propone enfoques más integrados en relación con los desafíos fuertemente
interrelacionados de la seguridad alimentaria, el desarrollo y el cambio
climático, con el fin de ayudar a los países a determinar las opciones que les
suponga un beneficio máximo y cuyas ventajas comparativas deban ponderarse. La
CSA reconoce que la materialización de las opciones dependerá del contexto y la
capacidad de cada país, así como de su acceso a una información más completa,
la armonización de las políticas, la coordinación de los acuerdos
institucionales y la flexibilización de los incentivos y los mecanismos
financieros. El concepto de CSA evoluciona permanentemente y no existe un
planteamiento único que pueda utilizarse.” (4)
En
septiembre de 2014 la FAO fundó la Alianza Global por la Agricultura
Climáticamente Inteligente (5). Esta alianza se describe a sí misma como “una
alianza voluntaria de socios dedicados a atender los retos que enfrentan la
seguridad alimentaria y la agricultura ante un clima cambiante.” Sus
integrantes incluyen:
The
Nature Conservancy - Organización conservacionista estadounidense activa en más
de 30 países que posee activos valorados en más de 6 mil millones de dólares.
Sus socios corporativos incluyen a Dow Chemical, Coca Cola, y la gigantesca
agroempresa Cargill (6). Incurrió en gran controversia en 1993 al unirse a la
campaña en pro del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN).
La
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) - Con sede en
Suiza, la UICN es uno de los grupos ambientalistas más influyentes del mundo.
Tiene un presupuesto anual que supera los $100 millones, y sobre mil empleados
que manejan proyectos de conservación en el mundo entero. Sus socios incluyen
el gobierno de Estados Unidos (Departamento de Estado y USAID), el Banco
Mundial, la minera Rio Tinto, la petrolera Shell, y la superempresa procesadora
de alimentos francesa Danone. (7)
Environmental
Defense Fund - Líder del ambientalismo neoliberal en EEUU. También se sumó a la
campaña por el TLCAN. Sus socios corporativos incluyen McDonald’s y Wal-Mart.
(8)
World
Resources Institute (WRI) - Tanque de pensamiento super-elite de recursos
naturales radicado en Washington DC. En su junta directiva están el
ex-presidente mexicano Felipe Calderón, y Harriet C. Babbitt, ex-embajadora de
EEUU ante la Organización de Estados Americanos. Anteriores directores han
incluido al ambientalista celebridad Al Gore, el ex-presidente neoliberal de
Brasil Fernando H. Cardoso, el ex-presidente costarricense José M. Figueres, y
ejecutivos de Wal-Mart y Citigroup. (9)
World
Business Council for Sustainable Development - Portaestandarte mundial del
ambientalismo corporativo desde su fundación en 1992. Sus miembros incluyen
ejecutivos de Unilever, Toshiba, Toyota, Royal Dutch Shell, Chevron, la minera
brasileña Vale, Pepsico, Syngenta, Monsanto y Dupont. (10)
Ecoagriculture
Partners - Grupo que promueve una forma de agricultura “sustentable” amigable
con los intereses corporativos y con el modelo de la revolución verde. Sus
socios incluyen el WRI, el Banco Mundial, el Departamento de Agricultura de
EEUU, y la Fundación Rockefeller. (11)
Grupo
Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (CGIAR) - Consorcio de
los financiadores de la revolución verde.
También:
La empresa Danone, y sobre 20 gobiernos, incluyendo los de EEUU, Reino Unido,
México, Costa Rica y Francia.
Interesante
que no aparecen fabricantes de pesticidas agrotóxicos en la lista de miembros
de la Alianza, pero la industria de fertilizante luce muy interesada en
asegurarse de que el agro “climáticamente inteligente” sea adoptado como norma
mundial (12). En la Alianza están representados la International Fertilizer
Industry Association, el Fertilizer Institute- brazo de investigación y
desarrollo de la industria-, y Yara y Mosaic, dos de las mayores compañías de
fertilizante del mundo.
Tan
pronto la Alianza anunció su existencia, la Via Campesina emitió una carta
abierta cuestionando sus motivos (13). Citamos del documento:
“Como
mujeres, hombres, campesinos, pequeños granjeros familiares, migrantes,
trabajadores rurales, indígenas y jóvenes de La Vía Campesina, denunciamos a la
Agricultura Climáticamente Inteligente... (la cual) es la continuación de un
proyecto iniciado con la Revolución Verde en la década de 1940 y que continuó
de los 70 a los 80 con los proyectos de Reducción de Pobreza del Banco Mundial
y los intereses de las corporaciones involucradas. Estos proyectos, como la
mentada llamada Revolución Verde, diezmaron las economías campesinas
particularmente en el Sur, al grado que muchos países, como México, por
ejemplo, que fueron auto-suficientes en producción de comida en un par de
décadas se hicieron dependientes del Norte para poder alimentar a su población.
La
consecuencia de estos proyectos, dictados por la necesidad de expansión del
capital industrial, fue el acaparamiento y la integración de los productores y
la producción agrícola tradicional con la agricultura industrial y su régimen
alimentario… El resultado ha sido la pérdida de la seguridad y la soberanía
alimentaria, la transformación de países de exportadores netos de comida a
importadores, no tanto porque no pueden producir comida sino porque ahora
producen materia prima para producir alimentos industriales, para elaborar
combustibles y para fabricar productos para su venta y especulación en los
mercados financieros mundialmente.
Hoy
en día, varios de los mismos actores de esos proyectos, como el Banco Mundial,
son las fuerzas tras la imposición de la agricultura climáticamente inteligente
como solución para resolver el cambio climático e incrementar el ingreso de los
campesinos pobres con la misma tesis fallida de que lo que se necesita es
incrementar su productividad. Es claro que la intención es implantar el mercado
de la Revolución Verde como una solución al cambio climático, a la pobreza y
además como una propuesta de desarrollo sostenible en el medio rural.
Identificamos esto como parte de un largo proceso de proyectos de ajuste
estructural “verdes” requeridos por un sistema económico y una clase política
en apuros, porque han agotado otros lugares para sus inversión financieras
enormes y ahora ven la agricultura y las tierras agrícolas como la nueva
frontera para dichas inversiones especulativas.”
El
organizador comunitario haitiano Chavannes Jean-Baptiste, líder del movimiento
campesino MPP y miembro del Comité de Coordinación Internacional de La Vía
Campesina, señaló en una entrevista que la agricultura climáticamente
inteligente es un concepto “bastante vacío, en el que puede entrar todo... Para
La Vía Campesina es el mismo proceso que inició con la revolución verde y que
sigue desarrollando pesticidas químicas, partiendo de las semillas híbridas,
hoy las transgénicas”. (14) Añadió que es un engaño decir que con la
agricultura climáticamente inteligente se va a resolver el hambre en el planeta
y al mismo tiempo luchar contra el calentamiento global, cuando de hecho es
simplemente “una cara ‘modificada’ de la agricultura industrial que va a seguir
acaparando las tierras, acaparando el agua, la energía... Es una forma de
recolonización”.
“Sabemos
que la FAO está manipulada por los países del Norte que están defendiendo el
capitalismo verde, por las multinacionales que tienen acceso a los dirigentes
de la FAO”, añadió Baptiste. “Sabemos que la FAO está defendiendo la
agricultura climáticamente inteligente, y nosotros estamos en contra de este
tema. Es una manera de utilizar el tema clima para engañar a los pueblos y
seguir acabando con los recursos naturales; porque son las multinacionales …
que están manipulando a los gobiernos, y los sectores populares no pueden
incidir adentro… lo que hay que cambiar no es el clima, hay que cambiar el
sistema capitalista. Porque el calentamiento global es una consecuencia del
acaparamiento de los recursos naturales para el capitalismo verde”.
El
movimiento global por la agroecología identifica la agricultura climáticamente
inteligente como parte de una tendencia preocupante hacia la cooptación y
acomodación de la agroecología al paradigma convencional de la revolución
verde. Este asunto se discutió en el Foro Internacional de Agroecología que
tomó lugar en el país africano de Mali en febrero de 2015. Citamos a
continuación de la declaración final del Foro:
“La
presión popular ha instado a muchas instituciones multilaterales, gobiernos,
universidades y centros de investigación, algunas ONGs, corporaciones y otras
instancias a finalmente reconocer la ‘agroecología’. No obstante, han intentado
reducir el concepto a una mera propuesta de tecnologías para ofrecer algunas
herramientas que suavizan la crisis de sostenibilidad de la producción
alimentaria industrial sin desafiar las estructuras de poder existentes. Esta
cooptación de la agroecología para ‘maquillar’ el sistema alimentario
industrial y ofrecer un discurso ecologista de cara a la galería recibe varios
nombres, entre ellos ‘agricultura climáticamente inteligente’, ‘intensificación
sostenible o ecológica’, producción industrial de monocultivos de alimentos
“orgánicos’, etc. Para nosotros, esto no es agroecología. Rechazamos tales
calificativos y lucharemos en denunciar y frenar esta apropiación insidiosa de
la agroecología.” (15)
En
cuanto a alternativas y soluciones, dice la declaración del foro:
“Las
soluciones reales a las crisis del clima, de la malnutrición, etc., no pasan
por conformarnos con el modelo industrial. Debemos transformarlo y construir
nuestros propios sistemas alimentarios locales que crean nuevos vínculos
urbanos y rurales basados en la producción alimentaria genuinamente
agroecológica por parte de los campesinos, pescadores artesanales,
pastoralistas, pueblos indígenas, agricultores urbanos, etc. No podemos
permitir que la agroecología sea una herramienta del modelo de producción
alimentaria industrial: la entendemos como la alternativa esencial a ese modelo
y como el medio de transformar la manera en que producimos y consumimos los
alimentos en algo mejor para la humanidad y nuestra Madre Tierra.”
_________
Ruiz Marreroes periodista y autor
puertorriqueño. Dirige el Blog de Bioseguridad y el Monitor de Energía y
Ambiente de América Latina. Su más reciente libro, “El Gran Juego de Ajedrez
Botánico”, fue publicado por Editorial Tiempo Nuevo en enero de 2015. Su
identificación en Twitter es @carmeloruiz.
Notas:
1. Para más
información leer Carmelo Ruiz Marrero “El gran debate de la agricultura
mundial” 16 de agosto 2011 - http://www.rebelion.org/noticia.php?id=134080
3.
Los
argumentos falaces de Foley fueron expertamente rebatidos por Eric Holt
Giménez, director de la organización Food First, y por el agricultor George
Naylor. “Feeding five billion: Five steps to the wrong
solution”. Food First, 25 de abril 2014, http://foodfirst.org/feeding-nine-billion-five-steps-to-the-wrong-solution/;
“National Geographic's 'Five Steps' Won't Feed The World: An Iowa Farmer's
View” Huffington Post, 9 de mayo de 2014, http://www.huffingtonpost.com/george-naylor/national-geographics-five_b_5290883.html.
11. El entomólogo de la
Universidad de California, Miguel Altieri, una de las mayores autoridades del
mundo en el campo de la agroecología, argumentó en una extensa crítica que la
ecoagricultura que promueve Ecoagriculture Partners no es más que una
aberración de la agricultura orgánica, orientada a los intereses corporativos; http://www.i-sis.org.uk/CHSA.php
Fuente: Ecoportal.net - http://www.ecoportal.net/Temas_Especiales/Globalizacion/Agricultura-climaticamente-inteligente-otro-engano-del-agronegocio#.VYrGgssnZv4.google_plusone_share
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