Masar
Según Aiban Wagua, “fue un hachazo contra la unidad territorial de los kunas: una parte quedó en Colombia y la otra en Panamá”. Esta afirmación sintetiza el sentimiento de fractura y desarraigo que produjo la separación de Panamá de Colombia en el seno del pueblo guna, al dividir un territorio ancestral (Comarca Dulenega) que hasta entonces mantenía su cohesión sociopolítica y cultural.
Por su parte, el poeta Aristeides Turpana profundiza en las consecuencias de aquel acontecimiento histórico al señalar que “el nacimiento de la República de Panamá, hecho ocurrido el 3 de noviembre de 1903, balcanizó a Dule Nega y, como corolario de este suceso, surgieron los ‘gunadules colombianos’ y los ‘gunadules panameños’”. Turpana subraya que la nueva configuración política impuesta por el Estado panameño derivó en la fragmentación del territorio guna y en la pérdida de autonomía sobre sus espacios tradicionales.
Posteriormente, el gobierno panameño entregó Nurdargana a la provincia de Colón, y, no conforme con ello, emprendió procesos de explotación de los recursos naturales y de supresión de las expresiones culturales del pueblo guna. Tales acciones condujeron, inevitablemente, a la Revolución Dule, movimiento que representó la respuesta colectiva del pueblo guna ante las políticas de asimilación y despojo.
En la actualidad, desfilamos con
orgullo como panameños. ¿Será una ironía o una manifestación de patriotismo
genuino?, ¿nos olvidamos la memoria histórica del pueblo gunadule?, o ¿la
escuela (el discurso oficial de la historia) ha adormecido nuestra conciencia
de lucha?, o no ¿estamos conscientes de las consecuencias territoriales y
culturales de ese hecho?

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