AFRODESCENDIENTES
Cuentas por saldar: Alexander A. Alleyne Botacio
El año 2011 fue declarado por las Naciones Unidas como el “Año Internacional de las Personas con Ascendencia Africana”, y buscaba “fortalecer las medidas nacionales y la cooperación regional e internacional en beneficio de los afrodescendientes en relación con el goce pleno de sus derechos económicos, culturales, sociales civiles y políticos, en su participación e integración en todos los aspectos políticos, económicos, sociales y culturales de la sociedad y la promoción de un mayor conocimiento y respeto de la diversidad de su herencia y su cultura” (Los Afrodescendientes frente a los Objetivos de Desarrollo del Milenio. PNUD, 2011). Por ello, creemos es propicio hacer algunas aproximaciones que permitan determinar cuál es la situación de la población afropanameña.
Según estimaciones de Cepal/Unicef, este grupo representa el 30% de la población de América Latina, y el 92% se ubica en el nivel la pobreza.
En Panamá la cifra oficial que se maneja es la del Censo de 2010, es decir, que el 9.2% de la población se autodefine como afrodescendiente. De la mano de estos resultados, es importante mostrar la realidad en cifras y demostrar que hay cuentas por saldar con los afropanameños.
La mayor concentración (17%) de la población afro se ubica entre las edades de 20 y 29 años. A nivel de las provincias, indican los resultados que el 62% se concentra en Panamá, 22% en Colón, 4% en Bocas del Toro, 3% en Coclé, Chiriquí y Darién; Herrera y Veraguas registraron el 1% y Los Santos, 0.4% del total de la población afropanameña autodeclarada.
Unos de los resultados de mayor cuidado nos remite a la asistencia escolar entre las edad de 5 y 39 años (persona que asiste o no a una escuela, centro de enseñanza regular o no regular, público o privado) de la población afro a nivel nacional; sorprendentemente, el 54% no asiste. A nivel de provincias y comarcas la realidad respecto a este indicador no puede ser diferente; en Los Santos registra el 57%, Panamá 56%, Coclé 54% y Herrera 50%; el resto de las provincias y comarcas se reportó menos de 40% de asistencia.
A través de los resultados censales podemos tener un acercamiento a la realidad de los afrodescendientes; no suele irles mejor que a los indígenas en esta región. El Banco Interamericano de Desarrollo considera a los afrodescendientes los más “invisibles de los invisibles”: están ausentes en los indicadores de liderazgo político, económico, educativo, del acceso a fuentes de agua y saneamiento.
Si esta población no asiste a las escuelas, ¿dónde está? ¿Cuál es su cotidianidad? Eso se traduce en la inserción temprana en trabajos no dignos, de bajos ingresos y alto nivel de riesgo. ¿Qué porcentaje de la población privada de libertad es afrodescendiente? El rescate de la población afropanameña debe pasar por un examen serio de su realidad; ello supone adentrarnos en los datos para la formulación e implementación de aquellos mecanismos que garanticen derechos; se trata de mojar nuestros bolígrafos en nuestra realidad, para realizar un mejor trazado hacia el cambio en las condiciones de exclusión social de la población afrodescendiente en nuestro país.
Fuente:
http://www.prensa.com/impreso/opinion/cuentas-por-saldar-alexander-alleyne-botacio/51397#.Tvx9RwI3gTs.email
Según estimaciones de Cepal/Unicef, este grupo representa el 30% de la población de América Latina, y el 92% se ubica en el nivel la pobreza.
En Panamá la cifra oficial que se maneja es la del Censo de 2010, es decir, que el 9.2% de la población se autodefine como afrodescendiente. De la mano de estos resultados, es importante mostrar la realidad en cifras y demostrar que hay cuentas por saldar con los afropanameños.
La mayor concentración (17%) de la población afro se ubica entre las edades de 20 y 29 años. A nivel de las provincias, indican los resultados que el 62% se concentra en Panamá, 22% en Colón, 4% en Bocas del Toro, 3% en Coclé, Chiriquí y Darién; Herrera y Veraguas registraron el 1% y Los Santos, 0.4% del total de la población afropanameña autodeclarada.
Unos de los resultados de mayor cuidado nos remite a la asistencia escolar entre las edad de 5 y 39 años (persona que asiste o no a una escuela, centro de enseñanza regular o no regular, público o privado) de la población afro a nivel nacional; sorprendentemente, el 54% no asiste. A nivel de provincias y comarcas la realidad respecto a este indicador no puede ser diferente; en Los Santos registra el 57%, Panamá 56%, Coclé 54% y Herrera 50%; el resto de las provincias y comarcas se reportó menos de 40% de asistencia.
A través de los resultados censales podemos tener un acercamiento a la realidad de los afrodescendientes; no suele irles mejor que a los indígenas en esta región. El Banco Interamericano de Desarrollo considera a los afrodescendientes los más “invisibles de los invisibles”: están ausentes en los indicadores de liderazgo político, económico, educativo, del acceso a fuentes de agua y saneamiento.
Si esta población no asiste a las escuelas, ¿dónde está? ¿Cuál es su cotidianidad? Eso se traduce en la inserción temprana en trabajos no dignos, de bajos ingresos y alto nivel de riesgo. ¿Qué porcentaje de la población privada de libertad es afrodescendiente? El rescate de la población afropanameña debe pasar por un examen serio de su realidad; ello supone adentrarnos en los datos para la formulación e implementación de aquellos mecanismos que garanticen derechos; se trata de mojar nuestros bolígrafos en nuestra realidad, para realizar un mejor trazado hacia el cambio en las condiciones de exclusión social de la población afrodescendiente en nuestro país.
Fuente:
http://www.prensa.com/impreso/opinion/cuentas-por-saldar-alexander-alleyne-botacio/51397#.Tvx9RwI3gTs.email
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