26 de diciembre de 2011

Salario mínimo

Una extraña propuesta y una respuesta indecorosa

Juan Jované (opinion@epasa.com)
ECONOMISTA
21, diciembre 2011

Los trabajadores panameños siempre han mantenido la idea de que el salario mínimo debe ser suficiente para cubrir el costo de la canasta básica familiar completa. En esta aspiración se mantienen en línea con la idea del salario familiar contenida en la Doctrina Social de la Iglesia, así como del artículo 66 de la Constitución Política de la República, que reconoce que el salario mínimo le debe permitir al obrero satisfacer las necesidades normales de su familia y mejorar su nivel de vida.

En estas condiciones, por decir lo menos, resulta extraño el hecho de que la cúpula que se supone debía representar a los trabajadores en la negociación del salario mínimo haya propuesto colocar el mismo en B/ 540.00 Esto es evidente aún cuando se utilice un método conservador.

En efecto, para octubre del presente año la Canasta Básica Alimenticia (calórica) alcanzó un costo de B/ 295.38, por lo que multiplicando por el llamado coeficiente de Orshansky, que un estudio reciente de la CEPAL estima en 2.1 para las áreas urbanas del país, se puede calcular el costo de la canasta básica completa en B/ 620.98. La propuesta en discusión resulta ser 27.2% inferior a este valor conservador.

La misma también tiene claros rasgos de regresividad, ya que de acuerdo a su formulación alguien que actualmente tenga un salario de B/ 500.00 recibiría un incremento en sus emolumentos equivalente a solo el 8.0%, mientras que otro que en el presente tenga un salario de B/ 1,400.00 obtendría un aumento del 30.0%. Además, la forma en que fue presentada permite que algunos trabajadores que ahora ganan menos terminen ganando más que otros que previamente ganaban más. Así por ejemplo, una persona con un salario establecido de B/ 1,400.00 llegaría a ganar B/ 1,800.00, mientras que aquel que gana B/ 1,501.00 se quedaría con el mismo salario.

La respuesta de la patronal de B/ 402.00 - B/ 445.00, por su parte, resulta simplemente indecorosa. Esta se aleja manifiestamente de la idea de un salario mínimo adecuado al normal desarrollo de la fuerza de trabajo del asalariado, así como del bienestar de su familia. A esto se suma el intento de negar los altos niveles de inflación observados en el país, que se reflejan en un incremento acumulado del costo de vida de cerca del 12.0% en los dos últimos años y de cerca del 40.0% desde el inicio del episodio inflacionario. Así mismo, se trata de un enfoque que de manera interesada desconoce que desde el año 2004 la productividad de los trabajadores se ha elevado en 32.7%, sin que estos hayan recibido una retribución adecuada.

Es tiempo de reconocer la necesidad de que el salario mínimo permita una vida digna y decorosa al trabajador y su familia, a la vez que también se reconozca el derecho de todos los trabajadores y trabajadoras a recibir una compensación por el creciente costo de vida, producto en gran medida de la especulación comercial. En esto debemos unir fuerzas todos los que realmente creemos en un Panamá democrático con justicia social y sostenibilidad ambiental.

Economista.
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Nota: Por su importancia lo publicamos

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