17 de febrero de 2014

Capacitación y extensión agroecológica: evaluación participativa

Geodisio Castillo
La participación de las mujeres en el diálogo fue fundamental. Fotos: Archivo CENDAH

Resumen de la evaluación participativa del proyecto[1]

Un proyecto se ha finalizado en las comunidades de Aggwanusadub y Yandub-Nargana, y con extensión hacia comunidades vecinas. Una Evaluación Participativa es una oportunidad, tanto para los miembros de la comunidad como para el personal externo, de reflexionar sobre el pasado para tomar decisiones sobre el futuro.

Los miembros de la comunidad, en particular los agricultores, efectúan la evaluación de modo intuitivo e informal, en muchas ocasiones dialogando en el Congreso Local - Onmagednega. De esta forma como metodología evaluativa se utilizó el autodiagnóstico comunitario y la FODA.

Se utilizó la FODA como uno de los métodos de diagnóstico autoevaluativa, pero no se hizo a lo tradicional utilizando papelógrafos, sino dialogando. Ello abrió el compás más al diálogo o al intercambio de conocimientos, cuyo resultado se presenta en el cuadro siguiente:

FORTALEZA
OPORTUNIDADES
§ NEGSSED / Política propia – unidad y solidaridad, defensa territorial, dirigir su propio destino
§ Duigua Negseed – Juntos dirigir su propio destino, principio o criterio básico de la autogestión compartida y diálogos constantes
§ Existe seguridad territorial – la Comarca
§ Conocimiento agroecológico, biodiversidad y procesos ecológicos
§ Amar y proteger a NANA – Madre Tierra
§ Derechos de uso, acceso y sucesión de las tierras
§ Existen profesionales gunas en el tema
§ Propias organizaciones
§ Congreso General Guna
§ Desarrollar proyectos agroecológicos
§ Intercambio de experiencias
§ Desarrollar proyectos de investigación participativa
§ Rescatar el liderazgo
§ Autogestión, ofrece seguridad a los actores locales para el desarrollo sostenible
§ Potenciación de las comunidades en la capacidad operacional y técnica para iniciar e implementar las iniciativas de manejo de los recursos
§ Reconocimiento y la incorporación del saber y prácticas agroecológicas gunas
§ Apoyo nacional e internacional
§ Becas a los jóvenes
DEBILIDADES
AMENAZAS
§ No se transmiten los conocimientos agroecológicos tradicionales
§ Ser conformistas
§ Mucho regionalismo entre comunidades
§ Proyectos inconsultos sin tomar en cuenta los principios y criterios propios del guna
§ Conflicto de intereses y falta toma de conciencia
§ Poca o falta de información sobre temas agroecológicos
§ No se toma en cuenta la participación local en la toma de decisiones
§ Invasión de colonos a la Comarca
§ Extracción de árboles para maderas
§ Extracción de oro y de otros recursos
§ Caza furtiva
§ La pesca
§ La degradación de los recursos naturales
§ Desnutrición infantil
§ Bajo incremento de la producción alimentaria


Pero las ventajas de la estrategia participativa no se limitan a las de hacer más eficientes y ricos los procesos de innovación agrícola y forestal. Esta estrategia contribuyó, de manera importante, a hacer conscientes a los agricultores de sus capacidades y conocimientos y a darles confianza en su capacidad de contribuir a la solución de sus problemas tecnológicos y productivos. Más aún, les ha aportado nuevos conocimientos y habilidades, que han sido fundamentales para que puedan fortalecer el liderazgo de sus procesos de desarrollo social. “únicamente lograremos y superaremos nuestros problemas, por nosotros mismos, poniéndonos al frente del proyecto”, enfatizó el dirigente productor Benjamín Obaldía. Otras voces decían: “trabajando la tierra podemos producir más…”

En otro encuentro Benjamín indicó: “Cuando dialogamos los agricultores, estamos evaluando para ser mejores, no solo para nosotros, sino para nuestra gente que viene, aunque muchos de ellos no les gusten la agricultura, disfrutarán y vivirán bien”. Estos procesos, rompen con las concepciones paternalistas y clientelistas que priman en los programas oficiales de desarrollo rural. Constituyen una forma efectiva y económica de propiciar y/o innovar el desarrollo tecnológico a pequeña escala, económico, social y ambiental de las comunidades, sin pretender suplantar su necesaria preparación para liderar sus propios procesos de desarrollo.

La participación en el diálogo fue efectiva. Demostraron que el concepto agroecológico no es algo nuevo para los pueblos de Abiayala, porque siempre ha sido parte de su “plan de vida”, desde que los pueblos existen (Castillo 2006).

Los sistemas agroecológicos y/o agroforestales gunas siempre han sido actividades ordenadas y planificadas dentro de las cuencas hidrográficas. “Siempre hemos planificado nuestros nainugan[2], aunque sea mental”, dijo uno de los dirigentes. Las cuencas como unidad de manejo natural siempre han integrado a los gunas y su entorno. El pueblo guna siempre ha aprovechado las cuencas hidrográficas para establecer sus sistemas agrícolas de nainu, que es una sofisticada y compleja adaptación al medio ambiente tropical, es una agricultura orgánica y sostenible que tiene relación entre el bosque, el barbecho o conservación de suelos y cuencas (Castillo 2002; Warner 1994).

Mujeres participando en la planificación de nainu. Foto: Gubiler, 2011
Con la participación de los agricultores se analizaron los problemas a nivel de nainu y los problemas a nivel de cultivos. Para conocer los problemas a nivel de nainu, la tarea inicial fue realizar un inventario agroforestal o uso local de árboles, conocer los problemas de uso de los recursos y establecer un mapa de nainu y/o diagrama de modelo de nainu y, para conocer los problemas a nivel de cultivos se realizó el flujograma de actividades (Castillo 2002). Estas actividades antecedieron como punto de partida fundamental para el análisis de los problemas y la planificación de nainu.

Eleuterio Sanguillén indicó: “nosotros sabemos que existen problemas en la producción de cultivos, y muchas veces nos hacemos el ignorante ante esta realidad, además lo que sucede también, es que no se está transmitiendo a los jóvenes los conocimientos tradicionales agrícolas o que la juventud ya no le interesa la agricultura”. Definitivamente hay problemas ambientales que enfrentar. Algunas comunidades tienen sus normas ambientales escritas (no todas las comunidades lo tienen) y a nivel de la Comarca, la Ley Fundamental establece normas ambientales, pero hay que mejorarlas o actualizarlas y que las comunidades lo apliquen.

Según Castillo (2006), en los diálogos se ha conocido un poco más sobre la visión guna de la diversidad agrícola y cómo la diversidad biológica general difiere en ciertos aspectos de la concepción que de ella tienen los científicos y naturalistas. El concepto de protección de la naturaleza de los pueblos originarios y campesinos se caracteriza por un estrecho apego al bosque y las fuentes de agua, reflejo de preocupación para dar de comer a su pueblo y a su familia y, generar ingresos ante nuevos retos que tocan la puerta del presente siglo.

Mucho se dijo en las evaluaciones, como de la comida diaria, la necesidad de diversificar la alimentación, como la falta del arroz rojo o dorado (Oryza rufipogon, Griff.), considerado como plaga aquí en Panamá. Es un alimento muy rico y confortable. Aunque el cultivo no es originario de Abiayala, los gunas se sienten agradecidos por la plaga dorada que los alimenta cada año que contiene vitamina A o beta caroteno. “La ceguera que sufrimos será por falta de alimentación variada. Son estos tipos de cultivos, como el arroz rojo las que debemos que desarrollar, un cultivo adaptado al ambiente natural y sembrado orgánicamente”.

A pesar de todo el conocimiento que tenga el guna, estos mismos se pierden cada día, porque ya no se transmiten, la juventud no asiste a onmagednega (congreso local), los padres no lo llevan al campo a practicar la agricultura. Y no olvidemos de las culturas exógenas que tienen una influencia enorme en las comunidades, como son las religiones de toda clase presentes en Gunayala. Tanto es así algunos señores dicen a sus hijos: “yo no te quiero ver cargando a hombros los productos del monte, quiero verte con buena camisa, pantalón, zapato y corbata”.
Utilizando el aparato “A” en pendiente y labranza mínima. 
Fotos: Yonilia, 2011/2012

Se confirma que hasta hoy en día los grupos de agricultores organizados que han sobrevivido son los que se organizaron por sus propios esfuerzos y no inducidos por proyectos, las iglesias, gobiernos, otros por políticos. En la década de los ochenta (’80), hubo 45 organizaciones de productores agrícolas a nivel de la Comarca y agrupados en una sola organización comarcal – Central Única de Productores Agrícolas de Kuna Yala (CUPAKY), la mayoría inducidos y hoy día ya no existen[3]. Por su parte el Congreso General Guna, desde los años ’80, ha querido apoyar a la agricultura haciendo llamados al aumento de la producción[4]. Los agricultores gunas son conscientes de que si se fomenta su producción, pueden sostenerse por sí mismos y hacer contribuciones importantes al resto de la sociedad. Y sería lo contrario, si prevalecen las actuales políticas de marginación hacia los productores rurales, incluyendo a los pueblos originarios del país.

La Evaluación Participativa que hemos desarrollado a través del diálogo nos ha dado la información necesaria para fomentar los cambios y los ajustes de las actividades, para etapas futuras o bien para definir nuevas acciones para el mañana.

En estos 18 meses de proyecto no se puede notar si el suelo ha incrementado su fertilidad y si el suelo se ha conservado, minimizando la erosión con técnicas agroforestales y agrícolas tradicionales mejoradas. Habría que esperar varios años siguientes para ver el fruto real del proyecto.

La capacitación e inducción como procesos educativos, tiende a facilitar el aprendizaje presente en toda la vida humana. Por lo tanto, la capacitación aporta al mejoramiento y producción de conocimientos para el logro de los objetivos y metas planteadas en el proyecto. Además, los procesos de innovación participativa con pequeños agricultores, en este proyecto, tienen un considerable potencial para contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de los agricultores gunas.

La adopción de nuevas tecnologías a pequeña escala en los sistemas de producción agroforestales y cultivos mixtos y la incursión en nuevas actividades prácticas de administración de nainugan y en el manejo de prácticas contables se facilitan cuando las comunidades participan activamente en el diseño y ejecución del proyecto.

Principales obstáculos

Cuando las propuestas en pro de un desarrollo agroecológico más endógeno y menos dependiente de factores externos son planteamientos diarios de los agricultores en cada taller o diálogos, para el mundo occidental tiene poca credibilidad y quizás por eso la Comarca ha tenido casi cero apoyos de parte de los gobiernos.

Obstáculo uno, formación de profesionales de ciencias agrícolas. Existe un Instituto Profesional y Técnico (IPT) con orientación agropecuaria en Gunayala, desde los años ´70, primero como Escuela Granja Agrícola y luego como IPT, ha formado a muchos bachilleres agropecuarios. Una enseñanza fuertemente inspirada en contenidos que no son adecuados a nuestras realidades y mucho menos, a las de los pequeños agricultores gunas.

Un segundo obstáculo, el conformismo. Debido a la complejidad de las actividades agrícolas y forestales, a las adversidades de la vida rural, al bajo nivel de capacitación de los agricultores, la falta de innovación, la falta de información y fracaso existe una natural y legítima tendencia a ser conformistas (ver, Esquema 1). Es decir, en aceptar pasivamente las distorsiones existentes sobre el desarrollo agrícola. Este acostumbramiento ha llevado a una suerte de conformismo y permisividad, que conducen a pensar que es normal o por lo menos tolerable participar en el proyecto; que se generen tecnologías irrelevantes o inadecuadas; que las tecnologías adecuadas no sean difundidas y mucho menos adoptadas poniéndolos en práctica, por quienes deberían beneficiarse de ellas; “siempre careceremos de apoyo técnico aunque haya mucha capacitación, porque finalmente los técnicos se van y quedaremos en lo mismo…”, enfatiza el señor Alexis González de la comunidad Aggwanusadub. Mientras siga persistiendo tal permisividad y tolerancia con las distorsiones agrícolas, es evidente que el modelo propuesto no podrá llevarse a la práctica, o mejor dicho: ningún modelo, por más apoyo y recursos que tenga, podrá promover el proclamado incremento de la producción agrícola y con equidad.
Esquema 1: Proceso de innovación

Un tercer obstáculo, falta de mantenimiento de las parcelas establecidas. Por lo distante, desde la comunidad hasta llegar al área donde se ha establecido las parcelas agroforestales del proyecto, la parcelas agroforestales no han tenido un mantenimiento adecuados. Uno por la distancia, por ejemplo, cuando el río se desborda no es posible llegar a las parcelas. Dos porque se ha hecho costumbre que “hay que dejar las parcelas con malezas para esconderlos de otros animales que se alimentan de los cultivos”. Puesto que los principios de los agricultores no es el comercio, si no para alimentar a la familia; sin embargo, ya sienten la necesidad de vender los productos, al menos para seguir viviendo bien.

Un cuarto obstáculo, agendas propias de las comunidades. Las comunidades tienen sus propias agendas y eso es prioritario para ellos. Es una agenda comunal que deben cumplir. Si no lo hacen están perdiendo apoyo comunal como persona, ya sea para obtener permiso de salida hacia otras comunidades o la ciudad, para asuntos personales, asistir a eventos de capacitación o participar en proyectos. Como por ejemplo, los trabajos comunales, los trabajos en grupos, obstaculizaron con hacer cumplir puntualmente la agenda del proyecto. Proyectos considerados como algo externos y no interno o comunal, es una agenda externa. Por lo tanto, lo primero es cumplir con sus agendas y luego de los proyectos.

Notas:

[1]. Informe Narrativo. Proyecto Capacitación y extensión agroecológica en las comunidades de Aggwanusadup y Yandup-Nargana, Comarca Gunayala. Informe Final de Asociación Indígena Ambiental (AIA) para Programa de Pequeñas Donaciones (PPD), Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Gunayala, Panamá. 14 p.
[2]. Plural de nainu – significa “tierra propia”, parcela agroforestal o de cultivos mixtos
[3]. G. Castillo, comunicación personal, octubre, 2012
[4]. Dadnaggwe Dubbir. Declaración de dirigentes de Kuna Yala. II Encuentro de Dirigentes Kunas. 9, 10, 11 de julio de1987. En: Sapi Garda, No. 4, Año 2, Octubre 1987.

Referencias:

AIA, PPD, PNUD 2011.      PLAN CAPACITACION Y EXTENSIÓN AGROECOLÓGICA COMUNITARIA. Proyecto Capacitación y extensión agroecológica en las comunidades de Agguanusadup y Yandup-Narganá, Comarca Gunayala, Asociación Indígena Ambiental (AIA), Programa de Pequeñas Donaciones (PPD), Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Comarca Gunayala, Panamá. 22 p. (documento de trabajo)

Reyes Acosta, C. 2010.    Plantas de Uso Tradicional en la Comarca Indígena de Gunayala. Centro de Desarrollo Ambiental y Humano (CENDAH), Pontificia Universidad Javeriana. Comarca Gunayala. 58 p. (inédito)

Castillo, G. y Beer, J. 1983. Utilización del bosque y de sistemas agroforestales en la región Gardi, Kuna Yala, Panamá. UNU/CATIE, Turrrialba, Costa Rica.

Castillo, G., 2001. La Agricultura de “nainu” entre los Kunas de Panamá: Una Alternativa para el Manejo de Bosques Naturales. Etnoecológica Vol. 6 No. 8.

Castillo, G., 2002. Planificación para una agricultura de nainu: aproximación a una metodología en proceso. Planificación, monitoreo y evaluación. PEMASKY/AEK, Kuna Yala. 32 p. Módulo de enseñanza agroforestal No. 3

Castillo, G. 2006.   INFORME FINAL DE ACTIVIDADES “CAPACITACIÓN EN TÉCNICAS DE AGROECOLOGÍA SEGÚN LOS CONOCIMIENTOS TRADICIONALES INDÍGENAS” PERÍODO: DEL 8 MAYO AL 15 DE JUNIO DE 2006. PROGRAMA MANEJO INTEGRADO DE ECOSISTEMAS EN COMUNIDADES INDÍGENAS. Fondo BID/FMAM No. GRT/FM-9011-RS, Fondo BM/FMAM No. TF054186, ACICAFOC, CICA, CCAD. Panamá, República de Panamá. 60 p. + Anexos (inédito)

Warner. K. 1994. La agricultura migratoria. Conocimientos técnicos locales y manejo de los recursos naturales en el trópico húmedo. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Desarrollo Forestal Comunitario, Nota 8. Roma. 80 pp.

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