3 de julio de 2016

En Gunayala el rol de la mujer es fundamental para el desarrollo sostenible y humano

Geodisio Castillo

En el marco de la iniciativa sobre el “Rescate y revalorar las semillas o plantas nativas y las formas de producción agroforestal de nainu en Gunayala”, CENDAH bajo el patrocinio PPD-PNUD[1], está ejecutando talleres de formación e intercambio de experiencias para grupos productores organizados. En este proceso de formación las mujeres son las que más están participando.
 
Taller Tecnología a Pequeña Escala: labranza mínima, Digir. Foto: Gubiler
Por lo que se nota que hay interrelación entre la igualdad de género y el desarrollo sostenible. Por ello el rol de la mujer es fundamental para el desarrollo sostenible con visión propia. Aunque sea así, las interrelaciones entre la sostenibilidad ambiental y lo que las mujeres pueden ofrecer o están demostrando en la actualidad, son invisibles. Y así se nota, aunque las mujeres organizadas demuestren lo contrario, produciendo alimentos orgánicos en ciertas comunidades de Gunayala, como lo son en Uggubseni, Digir y Wargandub (pueda que haya más mujeres organizadas que desconocemos).

Además, estas interrelaciones deben reflejarse plenamente no sólo en los programas o actividades agrícolas, sino también dentro de las organizaciones propias, comunidad y mediante el trabajo en todos los sectores y disciplinas de la sociedad.

Desde el comienzo de la agricultura, en cada cultura de la sociedad humana las mujeres han realizado experimentos, con semillas han desarrollado sistemas asociativos de cultivos[2], seleccionando y han preservado alimentos.

Hoy en el mundo millones de familias practican la agricultura de pequeña escala, y casi el 80% del trabajo agrícola es hecho por mujeres[3], contribuyendo de forma sustancial a las actividades económicas agrícolas y rurales en todas las regiones de los países en desarrollo. Asimismo, en muchas regiones de Abiayala y África está ocurriendo el fenómeno de la feminización de las zonas rurales, uno porque “los hombres han dejado el campo” y dos, debido a la falta de empleo.

Si realmente llegáramos a apoyar a las mujeres en Gunayala, confirmamos lo que la FAO[4] indica, aumentaría la productividad hasta un 30%, pero eso sí, teniendo el mismo acceso que los hombres a los medios y recursos de producción, lo que permitiría alimentar a 150 millones de personas más en el planeta. Al igual permitiría incrementar la producción alimentaria en la Comarca y así cumplir con las resoluciones del Congreso General Guna, en relación al incremento de la producción agrícola.

Las iniciativas que las mujeres de Uggubseni, Digir y Wargandub están tomando, necesitan apoyo y CENDAH les ofrece procesos de formación y capacitación, de experimentación y reflexión[5] para la reconstrucción de su rol dentro de la agricultura familiar de nainu y estos acumulados de conocimientos sobre la agricultura de nainu a pequeña escala, conservación de suelo y agua, y tecnologías a pequeña escala alimentan y alimentarán a la unidad familiar y comunal y la Comarca, manteniendo los patrones de consumo con el cuidado de Nabgwana. Sin embargo, al momento de apoyarlos son las más olvidadas o son consideras de última.

Si la historia de la sociedad dule fue matriarcal, hoy la desigualdad de género es fundamental para entender las relaciones de poder en la sociedad dule, ya que determinan, entre otras, las condiciones de participación de hombres y mujeres en los espacios de toma de decisiones y en la construcción de un desarrollo sostenible y humano.

Nuestra sociedad dule y en general la panameña, necesitan transformaciones fundamentales para garantizar la democracia, la ciudadanía y la sostenibilidad ambiental. Es la visión que tiene el pueblo dule, donde “haya mayor igualdad e inclusión social y de género”[6]. Para ello, algunas de las vías de acceso pueden ser los modelos alternativos inspirados en el enfoque agroecológico.

El comienzo, nos hace reflexionar que, pese a la ceguera conceptual hacia el género, las iniciativas basadas en principios familiares y agroecológicos abren puertas a la participación, la visibilización y la valorización del trabajo de las mujeres, a la vez que avanzan hacia una organización agroalimentaria más sostenible y humana[7].

Las mujeres siempre han sido las más organizadas, sociables, con ganas de aprender y con ello afirman una identidad colectiva como agricultoras, recuperando su pasado. A partir de la acumulación de sus experiencias agroecológicas, las mujeres dules revelan nuevos modos de producir conocimiento[8], así como nuevas formas de organizarse, y hacer política[9].

En Gunayala el fomento de la agricultura de nainu, es una inversión que considera el equilibrio entre el incremento de la producción, la conservación de la biodiversidad y el desarrollo integral desde adentro de las comunidades dules.

En las comunidades de Uggubseni, Digir y Wargandub se han organizado varios grupos de mujeres y hasta una organización de agricultoras educadoras en Digir. Han iniciado un proceso de adaptación a nuevas prácticas, que les ha permitido reconocerse y ser reconocidas como productoras en sus comunidades. Hasta el momento estas organizaciones de mujeres reconocen su responsabilidad en la agricultura, ocupándose del cultivo después de la preparación del nainu, que es una tarea que está a cargo de los hombres. Sin embargo, ellas dicen, que no es necesario esperar a ellos, cuando tardan en acompañarlos en la tarea de preparar el suelo.

Las iniciativas de las mujeres productores de Gunayala, refuerza la importancia de integrar plenamente la "agenda de género", y apoyarlos, porque su participación ayuda a desarrollar soluciones en al ámbito alimentario[10].



[1] Programa ONU-REDD y el Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (PPD-FMAM) en conjunto con el Programa “Apoyo a REDD+ de Base Comunitaria”
[2] En el caso de los dules, sistemas de nainu
[5] La Agencia del MIDA en Gunayala, hace un gran esfuerzo en ofrecer asistencia técnica a las organizaciones de mujeres. Lo que indica la necesidad de que se establezca en Gunayala la propia dirección regional del MIDA, para no seguir dependiendo de Colón
[6] Según el PEGY 2025, indica que una de las apuestas de su visión es: “Una Comarca equitativo e incluyente en el que no se le diga o repita que es un pueblo de pobreza extrema; toda la población goce plenamente de sus derechos; haya mayor igualdad e inclusión social y de género, y en el que el territorio esté más articulado y equilibrado, de manera que Gunayala sea más íntegro, policéntrico, y aproveche las potencialidades del territorio para el desarrollo cultural y nacional”. Documento inédito (PEGY 2025, 2015).
[7] Leisa, Revista de Agroecología, diciembre 2015, volumen 31, número 4. 40 p.
[8] Aplicando la educación bilingüe intercultural en los niños a partir del hogar
[9] Leisa, Revista de Agroecología, diciembre 2015, volumen 31, número 4. 40 p.

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