VIENTOS DE CAMBIO…
En
las últimas cuatro décadas, los criterios de manejo de las áreas protegidas han
hecho hincapié en tomar en cuenta las condiciones de calidad de vida y las
necesidades de la población local y en el rol de la participación para el logro
de los objetivos de conservación.
Estos
criterios de cambio son debidos porque gran parte de la biodiversidad de
nuestro planeta o Nabgwana (Madre Tierra), está en peligro. Esta alerta es
afirmado en un reciente estudio publicado por los Científicos de las
universidades de Australia James Cook y de Queensland, la Sociedad de
Conservación de Vida Silvestre, la Universidad de Stanford, en Estados Unidos;
BirdLife Internacional, y la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (UICN)(Venter et al. 2014).
Esta
afirmación no es nada nuevo para nuestra gente que vivimos del bosque – los
pueblos indígenas, afrodescendientes, campesinos y para los que nos dedicamos
al tema. Este último informe confirma nuestra preocupación, la advertencia que
se viene dando que las áreas protegidas del mundo no están salvaguardando la
mayor parte de la biodiversidad en peligro en nuestro planeta.
Al
principio las áreas silvestres protegidas fueron consideras como sitios de
importancia para la conservación de la diversidad biológica y los procesos
ecológicos y evolutivos. Este enfoque de conservación ha sido promovido por la
mayoría de los biólogos conservacionistas, y los gobiernos a nivel mundial, han
establecido una buena cantidad de unidades de conservación bajo protección (Wilson
1994; McNeely et al. 1990, citados por Jardel 1995; Bennett 2004).
Actualmente
existe en el planeta 135,062 áreas protegidas que abarcan un total de
17,026,214 kilometros2, o sea 12,9% de la superficie terrestre no
Antártico (Fig. 1). Mientras en el país en el 2006 (ANAM 2006, 2010), el
Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Panamá (SINAP) estaba constituido por
65 unidades de manejo, hoy cuenta con 89 áreas protegidas, con una superficie
de 2,600,018.050 hectáreas, lo que equivaldría al 34.43% del territorio
nacional. Medidas reforzadas por la aprobación del Decreto Ejecutivo que crea
el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), en enero de 2007 y la Ley 41
General del Ambiente de 1998.
Estas
áreas protegidas existentes en el mundo están funcionando mal, mal
administradas, sin planes de manejo, sin fondos, la politiquería, entre otras
causas; de allí la amenaza de las especies es evidente. Más preocupante, cuando
en los planes de manejo y/o actividades de las áreas protegidas no se toman en
cuenta el rol de la gente, la participación de la gente del lugar, entonces las
áreas protegidas no están haciendo su trabajo. Es un enfoque que hace
totalmente a un lado lo cultural, social y humano.
[1] Centro de Desarrollo Ambiental y Humano (CENDAH). Presentación en
el Foro de Día del Biólogos, 28 de agosto 2014, Hotel Tryp de Albrook, Ciudad
de Panamá. Panamá.
Presentación completa en: https://app.box.com/s/8jgcjzc3s0euhh39gwnu7b6kb35sjgm3
Otras referencias de interés:
La planificación participativa para el desarrollo
marino y costero: estableciendo una nueva
relación de manejo conjunto. Informe presentado en el Ier. Congreso Kuna sobre Recursos
Marinos: construyendo una nueva relación de manejo conjunto”, organizado por la
AEK/PEMASKY, 18 y 19 de enero del 2003, Hotel Caesar Park, de la ciudad
capital. El encuentro fue auspiciado por National Fish and
Wildlife Foundation (NFWF) y National Oceanic and Atmospheric Administration
(NOAA). Enero,
2003, 8 p. https://app.box.com/s/7yisnsctu5xsj6hhyr39
PLAN AMBIENTAL MARINO-COSTERO, 2004 – 2009. CENDAH. Enero de 2004,
Kuna Yala. 33 p.
Protegiendo sus Valores Culturales, Biodiversidad
y Tierra: Área Protegida de Kuna Yala. En: Silene. CENDAH. 2010. 24 p. http://www.silene.es/documentos/Protegiendo_valores_culturales.pdf
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