Geodisio Castillo
Hace 29
años, el 3 de noviembre, en la comunidad de Assudub, el Congreso General Guna (CGG)
declaró al Corregimiento de Nargana como Comarca de Biosfera y Sitio de
Patrimonio Mundial, como una primera fase, para luego continuar con el proceso
para declarar a toda la Comarca como Comarca de Biosfera[1].
Hoy recordamos este aniversario. Entonces, nada es nuevo, ha sido un proceso
largo de trabajo hasta lograr la elaboración del Plan Estratégico de Desarrollo
Integral de Gunayala 2015-2025, o simplemente Plan Estratégico de Gunayala –
PEGY 2025 (CGG, 2015).
Monumento natural Ibedon, Área Protegida de Narganá,
Comarca Gunayala. Foto: Gubiler
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Desde
que se estableció el área protegida dule, la estrategia establecida en el plan,
reconoce que el área protegida no puede existir aislada de los hombres, de la
tierras y mares que nos rodean. Tampoco ser administradas sin tomar en cuenta a
las comunidades y las actividades sociales, culturales y económicas que se
desenvuelven en el sitio (PEMASKY, 1995, UICN, 2005).
Por
naturaleza, toda la comarca ya es un sitio sagrado ambiental, una biosfera en la
que se mueve el pueblo dule, tan importante para la vida, que sin él es
imposible cumplir con el ciclo biológico. Podemos decir que el ambiente está
conformado por un conjunto de valores biológicos (marinos y terrestres),
culturales y sociales, que son imprescindibles para nuestra vida[2].
Las
áreas protegidas constituyen el núcleo fundamental de los esfuerzos para
proteger las especies amenazadas del mundo y, cada vez más, se reconoce su
papel esencial no sólo como proveedoras esenciales de servicios de ecosistema y
recursos biológicos, sino como elementos fundamentales en las estrategias de
mitigación al cambio climático[3].
Además, se han probado que son fundamentales para proteger ciertas comunidades humanas
amenazadas y lugares de gran valor cultural y espiritual (Castillo, 2010). Dado
que las áreas protegidas cubren el doce por ciento de la superficie emergida
del planeta, el sistema de áreas protegidas representa un compromiso sin
precedentes hacia el futuro, un faro de esperanza, en lo que a veces parece ser
una carrera desalentadora hacia el declive ambiental y social (Castaño, 2008).
Estos refugios naturales, acogen una inmensa riqueza biológica y son fuente de
riqueza material y no material, constituyendo reservas de capital natural,
cultural y social, a la vez que forman parte de los medios de subsistencia y
del bienestar de muchas personas, sobre todo debido a los servicios
ecosistémicos que proporcionan y a las oportunidades para crear empleo,
garantizando fuentes de trabajo, alimento y recreación (PEMASKY, 1995; Pinto y
Yee, 2011). Son muchas las actividades que se pueden realizar en las áreas
protegidas, si bien, el turismo y el agroturismo se configuran como sectores que generan importantes
beneficios para el área natural y para los habitantes de la comarca y el país (PEMASKY, 1995; Pinto y Yee, 2011; ANAM, 2016).
Una de
las fuentes de generación de ingresos que el área protegida de Nargana ofrece
es a través del turismo de playa y sol. Al no tomar en cuenta el plan existente elaborado en
su tiempo por PEMASKY, y otros planes que exponen el mismo tema, se comete el
error de impulsar el turismo únicamente para el lucro. Es un aliado, pero no es
el mayor propósito para el área protegida. De ahí, la necesidad de elaborar los
planes de negocio para el área protegida y lograr acuerdos que posibiliten la
autogestión sin vulnerar el patrimonio existente.
Otro
aspecto importante, es involucrar a la juventud en la vida y el desarrollo de
las áreas protegidas, en la productividad y gestión empresarial para el manejo
y conservación, antes que sea tarde. Según la estrategia del PNUD (2014), los
jóvenes son una fuerza positiva de cambio transformador. Esta generación de
jóvenes es la más numerosa en la historia de la humanidad. Sus oportunidades
para comunicarse, actuar e influir no tienen precedentes, los desafíos que
enfrentan tampoco; desde el cambio climático hasta el desempleo y las múltiples
formas de inequidad y exclusión, particularmente para los jóvenes que
pertenecen a grupos vulnerables o marginados.
Hubo
épocas en que la juventud dule, tomó riendas del acontecer de su comarca, como
lo fue el Movimiento de la Juventus Kuna (MJK), como lo fue Duiren, y otros … Lo que se debe hacerse es unir esfuerzos, ideas,
conceptos para el mañana. Comprometerse toda la juventud para hacer realidad
los lineamientos planteados o revisar dichos lineamientos (cada año,
mejorándolos), establecidos en la estrategia comarcal (CGG, 2015). Despertar la
conciencia y fortalecer asociaciones, grupos de productores, jóvenes, mujeres con
el gobierno comarcal y a nivel nacional.
Aún hay
mucho que hacer, aunque el área protegida esté cumpliendo sus 29 años de
existencia. Estamos gobernando nuestro propio futuro. Ya vivimos
descentralizados, con una economía propia en proceso de desarrollo. Lo que
falta es incluirlos dentro de la administración política del Estado. Retos que
resolver, como ¿Qué hacer con los millones de carbono forestal que representan balboas
o dólares, que se encuentran en los bosques, y que son protegidos por los pueblos
indígenas? Establecer el refugio marino a nivel comarcal, al igual existe carbono que proteger, como bien una comarca
de biosfera, un área marina protegida – 200 millas de profundidad desde las
costas y si miramos más allá de los 200 metros de profundidad, especies
pelágicas y más debajo de la profundidad, no está protegido, entre otros.
Para finalizar
Gunayala
inmerso en una biosfera natural se encuentra en una posición privilegiada al
poseer una extensa ecosistemas naturales de tierra y mar protegidas por las
propias comunidades. Este sistema natural alberga también componentes
importantes de nuestro patrimonio natural y nuestra cultura viva.
Sin
duda, en ella, el turismo se está configurando como uno de los principales
motores económicos y, con la puesta en marcha de las nuevas formas de turismo sostenibles,
podrá generar efectos positivos en la sociedad, que se traducen en el
desarrollo socioeconómico de las comunidades locales y en la conservación y el
respeto hacia la naturaleza y la cultura local. Esto será así, si
comenzamos a manejarlos o gestionarlos con normativas o estrategias adecuadas
conforme a nuestra realidad. De no ser así, estaremos destruyendo nuestro
mañana.
Es una
oportunidad para los jóvenes y mujeres promover el aprecio y el valor de
nuestra área protegida y para generar beneficios económicos a las comunidades,
en colaboración con el sector privado. También puede incrementar los ingresos
de manera que éstos puedan ser reinvertidos en la conservación y manejo del
área protegida, así como en la prevención y mitigación de los impactos negativos
que se puedan generar.
Si los
beneficios que genera un área protegida sale de su entorno, y es como debe ser,
hay oportunidad de diseñar una nueva área protegida por el sector este de la
Comarca, pero la decisión es de los propios comuneros. Establecer un área
protegida es una estrategia de defensa territorial (Castillo, 1999), de
conservación in situ de la
biodiversidad, implica la necesidad y oportunidad de incorporar diferentes
elementos de análisis, por lo que se constituye esta tarea en un reto
encaminado a utilizar adecuadamente la información que sustente los propósitos
sociales que tienen que ver con la conservación del patrimonio natural y el
desarrollo de la carretera Mordi-Muladub.
Referencias:
ANAM, 2016. Plan de Acción para el Desarrollo
del Turismo Verde en Áreas Protegidas en la República de Panamá 2016-2026.
Panamá. 21 p.
Castaño-Uribe, C., 2008. Diagnóstico y
situación actual de las áreas protegidas en América Latina y el Caribe (2007).
Informe Regional. Corporación Andina de Fomento (CAF), La Paz, Bolivia. 118 p.
Castillo, G., 1999. Gestión de áreas
protegidas como estrategia de defensa territorial indígena: Caso Kuna Yala. En:
Taller sobre experiencias prácticas en gestión de áreas protegidas por los
pueblos indígenas en Iberoamérica. Cartagena de Indias, 29 Nov. – 5 Dic. de
1999. Unidad Especial de Parques Nacionales / Mo. De Medio Ambiente de
Colombia, AECI, WWF-ADENA, Ecodesarrollo. Cartagena de Indias, Colombia.
147-155 pp.
Castillo, G., 2010. Protegiendo sus
Valores Culturales, Biodiversidad y Tierra: Área Protegida de Kuna Yala.
CENDAH. 24 p. Centro de Documentación Silene. http://www.silene.es/documentos/Protegiendo_valores_culturales.pdf
CGG, 2015. GUNAYALA 2025: Plan Estratégico de
Gunayala - 2015-2025. Comarca Gunayala, Panamá, 2015. 112 p. + Anexo: Programa
PAC
PEMASKY-AEK, 1995. Biosfera de la
Comarca Kuna Yala. Plan General de Manejo y Desarrollo (Resumen Ejecutivo:
documento de trabajo), Equipo Técnico Consultor de PEMASKY. AEK, PEMASKY, CGG,
OIMT. Kuna Yala, Panamá. 77 p.
Pinto, I., Yee, J., 2011. Diagnóstico de las
áreas marinas protegidas y de las áreas marinas para la pesca responsable en el
Pacífico panameño. Fundación Marviva, Panamá. 215 p.
PNUD, 2014. Estrategia del PNUD para la Juventud
2014-2017. Juventud empoderada, futuro sostenible. Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo, USA. 52 p.
UICN, 2005. Beneficios más allá de las
fronteras. Actas del V Congreso Mundial de Parques de la UICN. Durban, Sudáfrica,
8 al 17 de septiembre de 2003. UICN, Gland, Suiza, y Cambridge, Reino Unido. X
+ 326 pp.
[1] En
la Resolución No. 3, de 1987, también se aprobó el Plan General de Manejo y Desarrollo de la Comarca Kuna Yala, 1ª.
Fase, para el Corregimiento de Nargana, igual estuvo aplicándose para otros
corregimientos de la comarca
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