Gubiler Castillo
La
agricultura siempre ha sido la vida del pueblo dule o guna, como así de los
pueblos del mundo. Se está demostrando, cuánto valor tiene la agricultura
practicada por pequeños agricultores indígenas, campesinos y afrodescendientes.
Sus conocimientos ancestrales sobre la agricultura están ligados a la tierra, nana
(madre) que de sus “pechos helados”, amamanta a todo ser viviente.
Recolección de
cangrejos. Foto:
Gubiler
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Los
sistemas agrícolas que manejan los pueblos indígenas, como el nainu dule, es
familiar, es un conjunto de técnicas de manejo de los recursos ligados a la
tierra, de ahí, el amor, la conservación, protección y defensa de la tierra,
porque dialogaron con el complejo mundo de las relaciones entre organismos de
los diversos ambientes y los pueblos se adaptaron a ella biológica y
ecológicamente para sobrevivir. Es familiar porque niños, mujeres, jóvenes,
hombres y ancianos se enlodaron y siguen enlodándose con la tierra para seguir
alimentando el mañana[1].
Es que la agricultura de nainu familiar, representa el enfoque de la economía
solidaria, del bienestar común humano y la naturaleza; es decir, vivir bien –
nuedgudisaed, yeridodisaed[2].
Las
estrategias, aunque no escritas, sino cantadas, incluyen el sistema de nainu multiestrato
para la producción de granos y tubérculos, la producción del coco variedad “san
blas” (Fremond, et al., 1966; Purseglove,
1972) para la venta a motonaves colombianos, y en menor escala a la ciudad de
Panamá; todas las actividades agrícolas de base familiar están relacionada con
el desarrollo de la comunidad. Por lo que los productores se dedican a la
agricultura, al manejo forestal comunitario, recolección, pesca artesanal y
artesanía gestionada y operada por una familia y que depende principalmente de
la mano de obra familiar, incluyendo tanto a mujeres como a hombres y niños.
Estas actividades aún prevalecen en las comunidades dules, pero poco a poco
dejándose practicar, por la alta migración de las familias a las ciudades.
La diversidad alimentaria
Nuestros
sistemas alimentarios aparentemente ofrecen impresionante abundancia y variedad
de alimentos, la verdad es que estamos perdiendo la biodiversidad agrícola
crucial y nuestras dietas cada vez homogeneizados están conduciendo a la
enfermedad y la obesidad, relacionadas con la dieta, como el cáncer, la
diabetes y las enfermedades del corazón (Cook, 2017).
Pero
esta abundancia y variedad son engañosas. El hambre y la malnutrición persisten
en muchos países, a pesar del supuesto aumento de la producción de alimentos.
Es decir, la rica biodiversidad agrícola del planeta está en riesgo, perdiéndose
a un ritmo alarmante y con ella la capacidad de recuperación de nuestros
sistemas alimentarios y su capacidad de adaptarse al cambio de las condiciones
(SCDB, 2008).
Paisajes
agrícolas son cada vez más monocultivadas con cultivos transgénicos, que
dependen mucho de agroquímicos y pesticidas. Los cultivos se están
homogenizándose, y solo cuatro cultivos en el mundo ofrecen más del 60% de
calorías - el maíz, arroz, trigo y papa[3].
La
tendencia es visible y sentida, y Kuna Yala no escapará si la política del
Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), como el mismo Instituto de
Investigación Agropecuario de Panamá (IDIAP), a través de la Agencia del MIDA
de Kuna Yala, extienden la práctica monocultural y experimental que poco a poco
va aplicándose en las parcelas de algunos agricultores dules. Esas acciones
ponen en riesgo la producción agrícola y con ello la alimentación, y al mismo
tiempo pone en peligro la capacidad de la agricultura para adaptarse al cambio
climático.
Estas
diversidades alimentarias aún están latentes en los sistemas alimentarios de
los pueblos indígenas, que son las que mantienen vivas a las poblaciones
actuales del mundo. Estos sistemas que practican los pueblos indígenas de uso
del suelo tienen sus propias acepciones en cada cultura, llamase agricultura
migratoria, roza, monte, rastrojo, conuco, chagra, nainu, neubata egoro,
pickaajem jep, milpa, slash and burn, shifting cultivation, swidden farming,
entre otros[4].
Sistemas que eran considerados hasta hace poco perjudicial o en detrimento al
uso del suelo, lo que ha demostrado lo contrario.
Finalmente es reconocido que, los sistemas alimentarios
de los pueblos indígenas no sólo forman parte indisoluble de nuestras
formas de vida e identidad, sino que son claves en la lucha contra el hambre
(FAO, Fondo Indígena, 2015).
Construimos nuestro mañana: ¿Qué nos toca
hacer los pequeños productores familiares?
Si
bien hoy nuestra producción agrícola en Kuna Yala es baja, siempre hemos
sustentado la vida protegiendo los sistemas productivos, basado en los
conocimientos ancestrales, respetando los límites de la productividad. Porque nuestro origen es de
los bosques, nuestros hermanos los árboles, de ahí, los conocimientos
ancestrales, hasta construir lo que hoy somos, con dos Onmaggeddummagan[5]
que nos guía y las comunidades por los saglagan[6]
y el pueblo, de ahí nuestra sostenibilidad.
Porque hemos sabido mantener sistemas
agroecológicos más diversificados y resilientes, desarrollando una agricultura
productiva en condiciones climáticas adversas. Estas experiencias hay que
rescatarlos y aplicarlos, a partir de la educación hacia los niños[7].
Es por ello en la última asamblea de Onmaggedummad Namaggaled, se hizo énfasis
en la agricultura como parte del patrimonio cultural del pueblo dule, dando
paso para que los productores agrícolas familiares como también a los
agricultores inadurgan se organicen[8].
Tanto
en países en desarrollo como en países desarrollados, la agricultura familiar
es la forma predominante de agricultura en la producción de alimentos. Sin
embargo, son los más olvidados[9],
aunque recientemente la comunidad internacional se ha comprometido a poner fin
al hambre y a todas las formas de malnutrición en el mundo para el año 2030,
basados en una plataforma de conocimientos sobre agricultura familiar; para
ello se han realizado considerables progresos, pero los conflictos y los
desastres naturales e inducidos por el hombre están mermando estos avances; así
se advierte en El estado de la seguridad
alimentaria y la nutrición en el mundo de este año (FAO, FIDA, OMS, PMA y
UNICEF. 2017).
En el
2015, Panamá se sumó al programa de la agricultura familiar para desarrollar un
plan para impulsar a los agricultores familiares de las provincias centrales y
las comarcas, como una de sus principales líneas estratégicas en el país[10].
La
verdad es que los pequeños agricultores tienen poca participación en los
sistemas alimentarios, decisiones políticas clave son a menudo desconectados de
los intereses de los productores y consumidores. Porque no se toman en cuenta
los sistemas alimentarios hacia una mayor diversidad, la salud, la
sostenibilidad y la inclusión.
Una
experiencia son los agricultores familiares indígenas, campesinas y
afrodescendientes, donde las formas de cultivar una gran variedad de cultivos
agrícolas conllevarían su promoción a conservar la biodiversidad agrícola y
apoyar el desarrollo rural endógeno. A estos sistemas de producción
alimentarias los gobiernos deberían permitir que prosperen, por ser fuentes más
barata y más accesible de alimentos para los consumidores de bajos ingresos. En
lugar de intentar restringir o eliminar los mercados de alimentos informales.
Frente
a esta situación surge el Programa Diálogo Regional Rural (PDRR), cuyo
propósito es fortalecer las organizaciones de Centroamérica y República
Dominicana para la puesta en marcha de un mecanismo eficaz que permita
estimular el diálogo sobre políticas entre organizaciones integradas por
familias rurales pobres, indígenas, campesinas y afrodescendientes y las
autoridades gubernamentales.
El
PDRR-Panamá forma parte de este esfuerzo regional, con el propósito de
contribuir, fortalecer, visibilizar y construir espacios y experiencia de
diálogo político entre el estado y sociedad civil desde el punto de vista de
contribuir en la elaboración de una política pública diferenciada para la Agricultura
Familiar (AF)[11].
La
primera asamblea del PDRR-Panamá indica que, la agricultura familiar ocupa un
papel importante en la producción de alimentos saludable y en la generación de
empleo en las áreas, indígenas, campesinas y afrodescendiente. Pero hasta el
momento no ha sido valorada por los gobiernos de turno desde el punto de vista
de las políticas públicas en el país. Por esta razón, una buena parte de la
agricultura familiar quedó predestinada a la pobreza rural y se han reforzado
las migraciones de los jóvenes a las ciudades en busca de oportunidades.
De ahí,
el objetivo del PDRR-Panamá, es el “Fortalecimiento de la Plataforma Nacional
del PDRR en Panamá, para promover el dialogo e incidir en las políticas
públicas diferenciadas para la AF que permita debatir en los temas y
estrategias dirigidas a afrontar los retos y desafíos de la agricultura familiar
indígenas, campesinas y afrodescendientes de Panamá”.
Volviendo a lo nuestro para finalizar
Si bien
nuestra lucha es recuperar nuestros ancestrales territorios, fortalecer la
cultura y la economía solidaria basada en nuestra agricultura de nainu familiar
como fundamento que nos permita reconstruir la gobernanza interna, con el
propósito de generar y de aplicar los procedimientos tradicionales para velar y
ejercer el control, el manejo y el uso armonizado que debe existir entre las
personas con la naturaleza, debemos reingeniar la estructura de nuestros
Congresos Generales[12].
Una de
las tareas que no se hace y que es fundamental realizarla es, consolidar una
cultura de planeación, gestión organizacional y evaluación permanente que le
permita a los Congresos Generales continuar en su proceso de fortalecimiento y
direccionar sus esfuerzos hacia el cumplimiento de metas establecidas para el
desarrollo desde adentro de la Comarca a partir de la aplicación de la
estrategia 2025 (CGG, 2015).
Y es
mejor decir, porque nuestros guías aún no se han empoderado de su estrategia
elaborada en el 2015. Dos años han pasado, y la estrategia está encajetada. ¡Es
momento de avanzar y revisar la estrategia para así llegar al centenario de la
Revolución Dule, diciendo a nuestros hijos y nietos, hemos avanzado! ...
Bibliografía
Castillo,
G., 2016. Conservación y restauración de territorios de pueblos originarios,
basados en conocimientos tradicionales. CENDAH, Panamá. 23 p. (Documento
inédito)
CGG.
2015. GUNAYALA 2025. Plan Estratégico de Gunayala: 2015-2025. Hacia una gestión
territorial. Congreso General Guna, Comarca Gunayala. Panamá, 2015. 112 p. + Anexo: PAC [InfoIIDKY/Rev. 7]
Cook, S. 2017. Nourishing
diversity: A five-point plan to enrich our food systems. Policy Briefing. IIED
+ hivos. 4 p.
FAO,
Fondo Indígena. 2015. Sistemas
alimentarios tradicionales de los pueblos indígenas de Abya Yala. Volumen II.
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, La
Paz. 216 p.
FAO, FIDA, OMS, PMA y UNICEF. 2017. El estado de la
seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2017. Fomentando la
resiliencia en aras de la paz y la seguridad alimentaria. Roma, FAO. 144 p.
Fremond, Y., Ziller, R., M. de Nucé de
LAMOTHE. 1966. Le
cocotier. Maisonneuve, Paris. 267 p.
Purseglove, J.W. 1972. Tropical
Crops. Monocotyledons.
Longman. 607 p.
Secretaría
del Convenio sobre la Diversidad Biológica. 2008. La Biodiversidad y la Agricultura: Salvaguardando la biodiversidad y
asegurando alimentación para el mundo. Montreal, 56 páginas.
[5]
Congresos Generales Guna: Congreso General de la Cultura Guna y Congreso
General Guna
[6]
Jefes de comunidades,
considerados sabios
[7]
EBI Guna – Nan Garburba Oduloged Igar – inicia el desarrollo del tema sobre
“Agricultura y Tecnología” para primer grado
[8]
Congreso General de la Cultura Guna, celebrado los días 20 al 26 de septiembre
de 2017, en la comunidad de Golebir. Los Inadurgan (médicos botánicos) ya están
organizados, tienen directiva; los productores agrícolas tienen una directiva
provisional, están en proceso de consolidarse a nivel comarcal. Juntos se
consolidan
[9] El
acceso a los mercados, el acceso a la tierra y a los recursos naturales, el
acceso a la tecnología y a los servicios de extensión, el acceso a la
financiación y educación
[11]
Primera Asamblea Nacional de PDRR Panamá. 16 de septiembre de 2017, Santiago de
Veraguas, Panamá
“Retos y Desafío de la Agricultura Indígenas,
Campesina y Afrodescendientes”
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