19 de marzo de 2012

DÍA DEL ÁRBOL, DIA MUNDIAL DEL AGUA Y DÍA MUNDIAL FORESTAL


Binnuwal (espavé). Foto: Carolina Reyes
En Panamá el 21de marzo se celebra el DÍA DEL ÁRBOL, el 22 el DÍA MUNDIAL DEL AGUA y 23 el DÍA MUNDIAL FORESTAL. Fechas que no pueden pasarse por alto.

Celebrar las fechas es para reflexionar sobre la situación en que se encuentran el planeta y su existencia oxigenada es, gracias a los bosques que le sirven de sostén a la gama infinita de organismos vivos presentes en los árboles, encuentran su hábitat, alimento, las condiciones necesarias para reproducirse, es decir un espacio para la vida social.

Es bien conocido los múltiples beneficios y funciones que brindan los bosques, nuestro bosque tropical, “una refrigeradora” donde se resguarda la biodiversidad, para alimentar la vida humana y silvestre, además de eso con su gran capacidad de autorregular el clima (temperatura, humedad, corrientes de aire, disponibilidad de agua, microrganismos, controlar la erosión del suelo, entre otros muchos beneficios).

Los árboles existen junto al ser humano desde el principio de nuestra historia, por lo que sus beneficios son conocidos y aprovechados. Los pueblos originarios o indígenas los sienten, lo viven, dialogan con sus hermanos árboles. Uno de los grandes líderes y visionario del pueblo guna fue Nele Gubiler, llegó al profundo conocimiento del origen de la vida (sabibenega), su formación y desarrollo. Conoció a profundidad el significado del lenguaje de los árboles, entendía el simbolismo del árbol, era el sabio o nele de los árboles (sabinele).  De los árboles del bosque dijo Gubiler: “con que dolor nos hizo crecer nuestra Madre, entre muchos peligros nos hizo crecer, ahora nos cuida, nos protege, nos da su leche fresca cada mañana y bajo su protección tomamos conciencia de ser árboles, de ser plantas, de ser arbustos: los árboles son nuestros hermanos, sienten como nosotros, lloran como nosotros, sufren como nosotros y en su vena corre sangre al igual que nosotros y el amargor de su sangre es como el amargo de nuestra propia sangre”…  (traducido por el Sagla Manuel Smith).

Pero toda la vida tiene una esencia de la que depende y esta es el agua. La relación del hombre con el agua en las diferentes sociedades, ha dictado las formas de percibir el agua como don de la naturaleza. El bosque y toda la humanidad, su desarrollo ha estado estrechamente ligado con el agua, sin ella no existiríamos.

Este vital líquido ha sido maltratado por las fábricas o industrias de todo tipo, en el desarrollo de las ciudades y en sistemas agropecuarios. El agua es el elemento más abundante e importante de nuestra tierra, pero solo un poco más del 2% es agua dulce y en su mayor parte se encuentra en los polos, en estado de hielo, o en depósitos subterráneos muy profundos. Y solo menos del 1% del agua total de la tierra que corresponden a las aguas dulces existentes, es la que el hombre puede usar de forma económica y sin generar impactos negativos en el ambiente. Lo cual nos indica que el agua es indispensable para la sociedad humana pero que escasea.

Sin embargo, la variabilidad climática afecta las fuentes superficiales de agua potable y la demanda en torno a los acuíferos será cada vez mayor. Por lo otro, el cambio climático afectará la cantidad y calidad del agua subterránea, que es el recurso clave para la sociedad humana, la vida silvestre y el bosque.

El agua subterránea representa la mayor reserva de agua potable de la tierra para el futuro. Es una reserva estratégica para enfrentar los impactos del cambio del clima, los problemas de sequía y la contaminación del agua superficial. Pero el recurso hídrico subterráneo no lo vemos, es invisible, el cual es un problema para su manejo o conservación.

La actividad humana del mundo moderno continúa destruyendo velozmente y degradando los bosques tropicales, por lo menos un millón de especies llegará prematuramente a la extinción, es el fin de los nacimientos. Pero aun así la existencia de los bosques es importante, pues las cubiertas forestales tropicales suministran la mitad de la cosecha anual de madera dura del mundo. Sin embargo, cientos de productos forestales no maderables alimenticios, medicinales, artesanales, adornos y aromáticos como el café, el cacao, las especias, nueces y frutas tropicales; materiales industriales como el latex del caucho, resinas, colorantes y aceites esenciales; plantas que proporcionan ingredientes para un cuarto de los alimentos de prescripción de patentes del mundo, provienen de los bosques tropicales, están apenas siendo reconocidos como proveedores de recursos críticos en todo el mundo.

Se estima que los bosques tropicales le brindan albergue a 250 millones de personas, muchas de las cuales sobreviven cazando y recolectando o por la combinación roza (tumba), quema, cambio de cultivo (rotación) y barbecho (período de descanso del suelo). Muchos pueblos originarios están viendo cómo sus tierras o su hogar, desaparecen arrasadas, quemadas e inundadas por las hidroeléctricas y por lo tanto, desapareciendo tan rápidamente como los mismos bosques. Las poblaciones indígenas son sacadas ilegalmente de sus tierras y forzadas a adoptar nuevas conductas o estilos de vida que les provocan enfermedades (ante las cuales no tienen defensa por su aislamiento de la contaminación moderna), con frecuencia son asesinados sin la menor consideración.

El hombre al destruir los bosques, estamos contribuyendo a la emisión del dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, como el principal responsable del “efecto invernadero”, causante del cambio climático. Las dos principales vías para frenar el calentamiento del planeta son la disminución de emisiones y el aumento de la fijación de CO2. El carbono es el componente fundamental de todos los compuestos orgánicos. Es lo que podría llamarse el elemento primario de la vida. Sin embargo, en nuestro planeta la cantidad de carbono es limitada, por lo cual tiene que reciclarse constantemente.

Cada uno de los productos finales derivados de la madera tiene un tiempo de uso medio, después del cual se degrada aportando carbono al suelo y CO2 a la atmósfera. Es en este punto donde es decisiva una gestión forestal, principalmente conservando los bosques y su biodiversidad, ya que, al optimizar el ritmo de crecimiento de sus árboles, se incrementa también el de captura de CO2 y con ello la vida.

El “Día del Árbol”, el “Día Mundial del Agua” y el ‘‘Día Mundial Forestal’’,  son días para reflexionar, analizar lo que hemos hecho mal con la naturaleza, para evaluar en que forma los manejamos y conducimos amigablemente para el uso racional de sus recursos y, desde luego, mantengan sosteniblemente la productividad para que alcance para las generaciones venideras, para garantizar la vida de nuestros hijos y nietos. Pensemos en el mañana, gobernando nuestro propio destino.

NO TODOS TENEMOS LA SUERTE DE TOMAR AGUA TODOS LOS DÍAS...

Referencias:

Brown, S. (Recop. y Sínt.), 2005. Origen del pueblo kuna: Desde la memoria histórica. Instituto de Investigaciones Koskun Kalu, Congreso General de la Cultura Kuna, Fundación Interamericana (FIA-USA), Panamá. 49 p.

Montero, G., Ruiz-Peinado, R. & Muñoz, M. 2005. Producción de Biomasa y Fijación de CO2 por los Bosques Españoles. INIA, MEC.

Shanley, P., Pierce, A.R., Laird, S.A. y Guillén, A. (eds.) 2004. Explotando el mercado verde. Certificación y manejo de productos forestales no maderables. Editorial Nordan-Comunidad, Uruguay. 448. p.

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