Binnuwal (espavé). Foto: Carolina Reyes |
Celebrar las fechas es para
reflexionar sobre la situación en que se encuentran el planeta y su existencia
oxigenada es, gracias a los bosques que le sirven de sostén a la gama infinita
de organismos vivos presentes en los árboles, encuentran su hábitat, alimento,
las condiciones necesarias para reproducirse, es decir un espacio para la vida
social.
Es bien conocido los
múltiples beneficios y funciones que brindan los bosques, nuestro bosque
tropical, “una refrigeradora” donde se resguarda la biodiversidad, para
alimentar la vida humana y silvestre, además de eso con su gran capacidad de
autorregular el clima (temperatura, humedad, corrientes de aire, disponibilidad
de agua, microrganismos, controlar la erosión del suelo, entre otros muchos
beneficios).
Los árboles existen
junto al ser humano desde el principio de nuestra historia, por lo que sus
beneficios son conocidos y aprovechados. Los pueblos originarios o indígenas
los sienten, lo viven, dialogan con sus hermanos árboles. Uno de los grandes
líderes y visionario del pueblo guna
fue Nele Gubiler, llegó al profundo conocimiento del origen de la vida (sabibenega), su formación y desarrollo.
Conoció a profundidad el significado del lenguaje de los árboles, entendía el
simbolismo del árbol, era el sabio o nele
de los árboles (sabinele). De los árboles del bosque dijo Gubiler: “con que dolor nos hizo crecer
nuestra Madre, entre muchos peligros nos hizo crecer, ahora nos cuida, nos
protege, nos da su leche fresca cada mañana y bajo su protección tomamos
conciencia de ser árboles, de ser plantas, de ser arbustos: los árboles son
nuestros hermanos, sienten como nosotros, lloran como nosotros, sufren como
nosotros y en su vena corre sangre al igual que nosotros y el amargor de su
sangre es como el amargo de nuestra propia sangre”… (traducido
por el Sagla Manuel Smith).
Pero toda
la vida tiene una esencia de la que depende y esta es el agua. La relación del
hombre con el agua en las diferentes sociedades, ha dictado las formas de
percibir el agua como don de la naturaleza. El bosque y toda la humanidad, su
desarrollo ha estado estrechamente ligado con el agua, sin ella no existiríamos.
Este
vital líquido ha sido maltratado por las fábricas o industrias de todo tipo, en
el desarrollo de las ciudades y en sistemas agropecuarios. El agua es el
elemento más abundante e importante de nuestra tierra, pero solo un poco más
del 2% es agua dulce y en su mayor parte se encuentra en los polos, en
estado de hielo, o en depósitos subterráneos muy profundos. Y solo menos del 1%
del agua total de la tierra que corresponden a las aguas dulces existentes, es
la que el hombre puede usar de forma económica y sin generar impactos negativos
en el ambiente. Lo cual nos indica que el agua es indispensable para la
sociedad humana pero que escasea.
Sin embargo, la variabilidad climática afecta las fuentes superficiales
de agua potable y la demanda en torno a los acuíferos será cada vez mayor. Por
lo otro, el cambio climático afectará la cantidad y calidad del agua
subterránea, que es el recurso clave para la sociedad humana, la vida silvestre
y el bosque.
El agua subterránea representa la mayor reserva de agua potable de la
tierra para el futuro. Es una reserva estratégica para enfrentar los impactos
del cambio del clima, los problemas de sequía y la contaminación del agua
superficial. Pero el recurso hídrico subterráneo no lo vemos, es invisible, el
cual es un problema para su manejo o conservación.
La actividad humana del mundo moderno continúa destruyendo velozmente y degradando los bosques tropicales, por lo menos un millón de especies
llegará prematuramente a la extinción, es el fin de los nacimientos. Pero aun
así la existencia de los bosques es importante, pues las cubiertas forestales
tropicales suministran la mitad de la cosecha anual de madera dura del mundo. Sin
embargo, cientos de productos forestales no maderables alimenticios,
medicinales, artesanales, adornos y aromáticos como el café, el cacao, las especias,
nueces y frutas tropicales; materiales industriales como el latex del caucho,
resinas, colorantes y aceites esenciales; plantas que proporcionan
ingredientes para un cuarto de los alimentos de prescripción de patentes del
mundo, provienen de los bosques tropicales, están apenas siendo reconocidos
como proveedores de recursos críticos en todo el mundo.
Se estima
que los bosques tropicales le brindan albergue a 250 millones de personas,
muchas de las cuales sobreviven cazando y recolectando o por la combinación
roza (tumba), quema, cambio de cultivo (rotación) y barbecho (período de
descanso del suelo). Muchos pueblos originarios están viendo cómo sus tierras o
su hogar, desaparecen arrasadas, quemadas e inundadas por las hidroeléctricas y
por lo tanto, desapareciendo tan rápidamente como los mismos bosques. Las
poblaciones indígenas son sacadas ilegalmente de sus tierras y forzadas a
adoptar nuevas conductas o estilos de vida que les provocan enfermedades (ante
las cuales no tienen defensa por su aislamiento de la contaminación moderna),
con frecuencia son asesinados sin la menor consideración.
El hombre al
destruir los bosques, estamos contribuyendo a la emisión del dióxido de carbono
(CO2) a la atmósfera, como el principal responsable del “efecto invernadero”,
causante del cambio climático. Las dos principales vías para frenar el
calentamiento del planeta son la disminución de emisiones y el aumento de la
fijación de CO2. El carbono es
el componente fundamental de todos los compuestos orgánicos. Es lo que podría
llamarse el elemento primario de la vida. Sin embargo, en nuestro planeta la
cantidad de carbono es limitada, por lo cual tiene que reciclarse
constantemente.
Cada uno de los productos finales derivados de la
madera tiene un tiempo de uso medio, después del cual se degrada aportando
carbono al suelo y CO2 a la
atmósfera. Es en este punto donde es decisiva una gestión forestal, principalmente
conservando
los bosques y su biodiversidad, ya que, al
optimizar el ritmo de crecimiento de sus árboles, se incrementa también el de
captura de CO2 y con ello la
vida.
El “Día del Árbol”, el “Día Mundial del Agua” y el
‘‘Día Mundial Forestal’’, son días para reflexionar,
analizar lo que hemos hecho mal con la naturaleza, para evaluar en que forma los
manejamos y conducimos amigablemente para el uso racional de sus recursos y,
desde luego, mantengan sosteniblemente la productividad para que alcance para
las generaciones venideras, para garantizar la vida de nuestros hijos y nietos.
Pensemos en el mañana, gobernando nuestro propio destino.
NO TODOS TENEMOS LA SUERTE DE TOMAR AGUA TODOS LOS DÍAS...
Referencias:
Brown, S. (Recop. y Sínt.), 2005. Origen del
pueblo kuna: Desde la memoria histórica. Instituto de Investigaciones Koskun
Kalu, Congreso General de la Cultura Kuna, Fundación Interamericana (FIA-USA),
Panamá. 49 p.
Montero, G., Ruiz-Peinado,
R. & Muñoz, M. 2005. Producción de Biomasa y Fijación de CO2 por los Bosques
Españoles. INIA, MEC.
Shanley, P., Pierce, A.R., Laird, S.A. y Guillén, A. (eds.) 2004. Explotando el mercado verde. Certificación y manejo de productos
forestales no maderables. Editorial Nordan-Comunidad, Uruguay. 448. p.
No hay comentarios:
Publicar un comentario