Bosque en el nainu del grupo Bondi. Foto: Gubiler |
El tema REDD+ que abordamos para muchos es
considerado complejo. Pero, parece que nosotros mismos lo hacemos complejo. O son intencionados para que la población no
las discuta, y el debate quede en manos de unas cuántas personas o los llamados “especialistas”?
Estos temas deben ser abordados por todos.
REDD+,
qué es eso? Aún no se sabe a profundidad qué futuro nos espera con ello. Son
proyectos pilotos o bien experimentales. Sin embargo ya hay posiciones
radicales, sin abordar el tema en su conjunto, sin conocer las causas, sin
conocer lo que es carbono, su rol en las plantas, árboles, animales y el hombre.
Lo que se
debe conocer que es un derecho ancestral cobrar a los países desarrollados, por
la invasión o usurpación que hizo sus ancestros europeos a las tierras o
territorios de los pueblos originarios. Son los derechos de los pueblos originarios
a sus bosques y al carbono que desde siglos los vienen conservando para seguir
disfrutando, para seguir viviendo bien.
Lo que sí
debemos hacer, hoy día, es fortalecer las instituciones tradicionales de manejo
territorial y como una estrategia ayudar a defender esos territorios de la
competencia externa que amenaza con sacar provecho de derechos de las tierra y
territorios de los pueblos originarios.
Cuando se
presentan propuestas de proyectos de REDD+, como la de ONU-REDD o por empresas
como Wildlife Works Carbono (WWC), entre otros, estás deben pasar por los
mecanismos o normas establecidas correspondientes a cada pueblo originario.
Aplicando el principio de la consulta previa al conocimiento previo e
informado. Eso es un camino que hay que recorrer, que no les gustan a muchos
proponentes de proyectos. En Gunayala, las propuestas de proyectos grandes
pasan por tres Congresos o Asambleas Generales, cada seis meses. Es decir, se
debe analizar, evaluar, buscar sus partes positivas, rechazar las negativas
hasta se puede llegar a presentar una contrapropuesta, si les gusta a los
interesados o no, es problema de ellos, y allí puede morir la intención. Pero
la palabra final lo tienen los propios pueblos a través de sus asambleas o
congresos generales, eso después de aclarado el asunto ampliamente.
Independiente
que en Abiayala los gobiernos nacionales han empezado a reconocer territorios de
los pueblos originarios, definir el acceso y la propiedad de la tierra e
introducir nuevos conceptos, enfocadas en “la comunidad” o enfocados en los
“interesados”. Los territorios de los pueblos originarios hermanados con sus
bosques continúan sufriendo la presión de colonos, madereros ilegales, intereses
hidroeléctricos, intereses mineros y petroleros, cuyas prácticas amenazan los
medios de vida de dichos pueblos.
Tenemos
serios desafíos para una gobernanza territorial eficaz, el mundo avanza y
debemos avanzar al igual que ellos, pero bajo nuestros propios principios para
seguir gobernando nuestro propio destino. Debemos buscar, o diseñar modelos
propios de desarrollo integral sostenible y lo tenemos, simplemente no hemos
escudriñado la experiencia dormida.
Sabemos
bien que los territorios de los pueblos originarios ya cuentan o ya existen con
instituciones de gobernanza. Sin embargo, las observaciones de campo demuestran
que hace falta fortalecer y adaptar las instituciones tradicionales ante nuevas
realidades. Si no hacemos este ejercicio, estaremos como estamos.
Se espera
que Abiayala reciba una parte importante de los 30 mil millones de dólares que
podrían ser transferidos de los países desarrollados a los países en desarrollo
cada año para reducir la deforestación bajo el sistema de reducción de
emisiones provenientes de la deforestación y degradación de los bosques
(REDD+). Se reconoce que los esquemas REDD+ podrían constituir formas
potencialmente económicas y efectivas para mitigar el cambio climático; sin
embargo, en el contexto de los territorios de los pueblos originarios, REDD+
podría involuntariamente convertirse en una nueva amenaza o intensificar otras,
especialmente en el caso de aquellos cuyos derechos a la tierra no están
asegurados. Estas amenazas incluyen actores que exigen beneficios de REDD pero
que al mismo tiempo restringen las actividades de medios de vida de los pueblos
originarios.
Además
los derechos de carbono son de todos. Sin embargo, son los pueblos originarios
quienes lo han conservado por siglos. Los derechos de carbono no se pueden
vender, porque los territorios de los pueblos originarios de Panamá son inalienables,
por ley panameña. No se puede otorgar por 30 o más años el derecho de carbono a
empresas más cuando son extranjeras.
Por lo
tanto, los planificadores de REDD+ necesitan tener en cuenta las realidades
nacionales y la diversidad que caracteriza a los territorios de los pueblo
originarios a fin de asegurar que los beneficios lleguen a los destinatarios previstos.
Aquellos
involucrados en proyectos REDD+ en territorios de los pueblo originarios
deberían aprovechar las capacidades y conocimientos de los pueblos originarios
para diseñar modelos REDD+ flexibles que tomen en cuenta las características
especificas de cada territorio, promoviendo el desarrollo de capacidades y la
autogobernanza o autogestión compartida a largo plazo.
REDD+
podría también ofrecer nuevas oportunidades ante la deforestación, como amenaza
primaria a la integridad de los territorios de los pueblos originarios. Estas
oportunidades podrían asimismo apoyar al fortalecimiento de territorios de los
pueblos originarios como entidades políticas, sociales y económicas, propias.
REDD+ si
cumple realmente el respeto de los derechos colectivos como el derecho a la
autonomía, a manejar los recursos naturales y al consentimiento libre, previo e
informado (CLPI), los pueblos originarios podrían potencialmente ver como se
materializan los beneficios. Las iniciativas de REDD
+ debe reconocer la diversidad
local y no imponer modelos
ajenos.
Debe
reconocer que hay poderes colectivos, necesarios para mantener el acceso y
control de la tierra y los recursos.
Esperamos
comentarios al tema presentado.
Lecturas relacionadas
CIFOR
2010. REDD+ y
territorios indígenas en América Latina ¿Amenaza u oportunidad? Infobrief,
N º 24s, agosto 2010. 4 p.
Larson, A.M. 2010. Making the ‘rules of the game’. Constituting territory and authority in Nicaragua's
indigenous communities. In: Land Use Policy. Volume 27,
Number 4. pp. 1143-1152
Larson, A.M.; Corbera, E.; Cronkleton, P.; Van Dam, C.; Bray, D.B.; Estrada, M.; May, P.; Medina, G.; Navarro, G.; Pacheco, P. 2010. Rights
to forests and carbon under REDD+ initiatives in Latin America. Center
for International Forestry Research (CIFOR) Bogor, Indonesia. 8 p.
No hay comentarios:
Publicar un comentario