/Aunque el artículo fue publicado en el 2001, es bueno tomar la experiencia vivida, cosas buenas han quedado, las cuales hay que recuperarlas para el mañana. Además esperamos comentarios al artículo./
Nosotros el pueblo Kuna, estamos frente a una crisis ecológica, el saqueo potencial de nuestros sistemas hídricos y la perdida de valiosos recursos marinos. Un proyecto de la OIMT ayuda a abordar la crisis mediante la puesta en marcha de la silvicultura comunitaria en la región
Nosotros el pueblo Kuna, estamos frente a una crisis ecológica, el saqueo potencial de nuestros sistemas hídricos y la perdida de valiosos recursos marinos. Un proyecto de la OIMT ayuda a abordar la crisis mediante la puesta en marcha de la silvicultura comunitaria en la región
Geodisio Castillo
El
pueblo Kuna es autóctono de unas 365 islas de coral en el caribe y de una
franja costera en la parte continental de Panamá. El territorio Kuna Yala actual, con una
población de unos 32,000 Kunas, se extiende unos 320 kms a lo largo de la costa panameña y de 7 a 15 km en la parte continental e
incluye las islas de coral originales. Aunque la pesca predomina como la
principal fuente de alimento e ingresos, los bosques naturales representan una
importante contribución para el sustento de estas comunidades.
El pueblo Kuna considera al bosque como sus
hermanos y hermanas, por eso consideran a la tierra como la madre. Bajo esa
forma de ver, sentir y vivir del bosque, se ha acumulado una gran experiencia
de uso sostenible de la tierra o del bosque. Conocimientos sobre árboles maderables, no maderables,
medicinales y frutales son de uso diario como el roble (Tabebuia rosea y T. pentaphyla), almendro del monte (Dipteryx panemensis), cativo (Prioria copaifera), jagua (Genipa americana) entre otros muchos que el bosque nos
ofrece.
Sin embargo, a medida que crece la población, las prácticas agrícolas son cada vez menos sostenibles,
especialmente en las partes medias y altas de las cuencas de la Comarca. Dicha
actividad ha causado la degradación del suelo, arrastre de sedimentos que
contaminan los ríos cuya agua se utiliza para el consumo de la población y una reducción de los peces en las aguas cercanas. Los árboles talados y luego quemados son
desaprovechados e igualmente se pierden los recursos forestales no maderables y
la destrucción del bosque de protección.
La Comarca Kuna Yala es una de las pocas
regiones que cuentan con bosques húmedos tropicales poco alterados por la
intervención del hombre. Estos recursos, en especial en del Corregimiento de
Narganá en donde se ubica el proyecto, se encuentran dentro del área protegida Kuna (INRENARE,
1994). Para preservar estos
bosques, incapaces de resistir una deforestación masiva para el uso agrícola se requiere implementar acciones de
educación, capacitación y extensión en el manejo y uso sostenible del bosque
que garanticen su conservación.
En este contexto, el Programa de Ecología y Manejo de Areas Silvestres de Kuna Yala
(PEMASKY) de la Asociación Ecológica Kuna (AEK, conocida anteriormente como Asociación de Empleados Kunas), con apoyo del
Instituto Nacional de Recursos Naturales Renovables (INRENARE), actual
Autoridad Nacional Ambiental de Panamá (ANAM), con financiamiento de la Organización Internacional de las Maderas Tropicales (OIMT),
firman un convenio para comenzar un proyecto de cinco años. Surge entonces el proyecto PD1/96 REV.3
(F), dirigido a proteger y mejorar las condiciones de vida de la población indígena Kuna. Estas acciones requieren de la
participación comunitaria a través de los sistemas de producción forestal que aseguren un manejo y
aprovechamiento racional, integrado y sostenible de los recursos agua, suelo y
bosque y, considerando los valores y patrones socioculturales de la población. Los objetivos específicos del proyecto consisten en implementar
en cinco comunidades actividades de manejo y aprovechamiento racional del
bosque natural y, capacitar e incorporar activamente a las
comunidades, grupos productores y al personal de PEMASKY, en todo el proceso de
manejo y desarrollo sostenible de los bosques de producción ya sean
maderables, no maderables, medicinales y otros productos del bosque.
El proyecto
se divide en dos componentes: uno orientado al manejo forestal comunitario y el
segundo encaminado a la capacitación y extensión forestal
comunitaria.
Manejo forestal comunitario
El progreso
alcanzado hasta el momento está
en la concienciación,
educación,
promoción
y organización
en las comunidades y centros educativos sobre la actividad forestal productiva
sostenible que ofrece el bosque natural. Hasta el momento se han establecido
tres áreas
de manejo forestal participativo (AMFPs),
cada una de 500 hectáreas.
Estas se han establecido en los terrenos pertenecientes a las comunidades
Narganá
y Akuanusadup y en los terrenos de las comunidades de Tigantiki (Niandup) y
Cangandi; se propone establecer dos áreas más (consulte
el mapa).
Resultados del inventario
Cuadro
1: Lista de especies a aprovechar,
diámetro máximo a la altura de pecho
(dap) de los árboles estudiados y sus diámetros
mínimos de corta dap (DMC)
Actividades
en las AMFPs
Este artículo se
concentrará
en la AMFP de Narganá/Akuanusadup
ya que actividades similares se están llevando a cabo
en todas las AMFPs. Esta área pertenece
a la cooperativa agroforestal Diurdi, que se encuentra ubicada dentro del Area
Silvestre Protegida (ASP) del Corregimiento de Narganá, en la Zona
Cultural o de Uso Tradicional de la Tierra. Esta cooperativa cuenta actualmente
con 20 socios residentes de la comunidad Narganá/Akuanusadup; está pendiente la
integración
de 40 socios adicionales. De las 500 hectáreas del AMFP, se
ha designado 125 hectáreas
para efectos de desarrollar las actividades de manejo forestal. El resto de las
hectáreas
se dedicarán
a la conservación.
Se logró
un acuerdo entre PEMASKY/AEK y las comunidades Akuanusadup y Narganá, en el cual
las comunidades convenían
en apoyar y participar en el proyecto. Ambas comunidades establecieron un comité de apoyo al
proyecto.
Se realizaron inventarios
forestales en la unidad de AMFP de la cooperativa con el objeto de conocer el
estado general del recurso bosque. Con los datos del inventario, las
observaciones de campo y la opinión de los productores, se
procedió a
elaborar un plan general de manejo forestal con el objeto de ordenar el uso y
manejo de los recursos forestales y como instrumento para obtener la autorización
del Congreso General Kuna y de parte de ANAM para desarrollar actividades de
aprovechamiento, (PEMASKYAEK 2000a). El inventario fue desarrollado con una
intensidad de 1,84%, levantando un total de 23 parcelas de muestreo sistemático
estratificado. Se midieron todos los árboles a partir de 10 cm de
diámetro
a la altura de pecho; el cuadro 1 resume
los resultados para las especies de importancia comercial.
Para las AMFP
mencionadas, se han levantado mapas que incluyen un mapa de ubicación regional y
un mapa base de aprovechamiento, a una escala de 1:50 000.
Como una
actividad estratégica
del proyecto está
la demarcación
física
de 100,000 hectáreas
del patrimonio forestal que pertenece a la comunidad Narganá. Los
trabajos de delimitación
se iniciaron abriendo un camino de acceso hasta la divisoria de aguas (límite de la
Comarca Kuna Yala) y, verificación
de la estación
Ebiton (instalado por el Instituto Interamericano de Geodesia de los Estados Unidos)
en el cerro Ibedon, utilizando el GPS. Se instalaron seis puntos de control de 3
km de longitud en los límites
de la Comarca. Esta actividad tiene la participación comunal y
se ha extendido hacia la comunidad de Niadup, hacia el este.
Capacitación y extensión forestal
comunitaria
Es importante
garantizar la participación
activa de las comunidades y/o productores en el proyecto y esta es una tarea
ardua y casi diaria. Para el segundo componente se formuló un plan de
capacitación
y extensión
comunitaria (PEMASKY/AEK 2000b). Un componente clave del plan es los talleres
sobre el manejo forestal participativo para los grupos productores, educadores,
autoridades gubernamentales y distritales, organizaciones no gubernamentales y
todas las personas interesadas de la comunidad de Narganá y Akuanusadup.
Las actividades de organización
y promoción
del proyecto se extienden a otras comunidades, como las comunidades Niadup, Diguir,
Wargandup, Urgandi, Miria Ubigandup, entre otras.
Seminarios
específicos
se han realizado, como para motivar a las mujeres a participar en el proyecto.
Se utilizan diferentes técnicas
de capacitación
y educación
realizando representaciones de títeres
a través
de niños
y muchas mujeres han participado en giras sobre educación en
conservación
del área
del proyecto y otras áreas
que ofrece la región
Kuna. Se establece una parcela demostrativa agroforestal como una alternativa a
la deforestación,
utilizando la metodología
de “aprenda-haciendo”. Se establece
un vivero forestal y frutal en el área para la
producción
de plantones.
Retos
En el
territorio Kuna Yala se está
gestando una crisis ecológica.
No obstante, uno de los retos planteados en el proyecto es el cambio de actitud
frente al manejo de la tierra; son muchas las barreras culturales, sociales y
económicas
frente al cambio.
Una clave
para alcanzar un cambio más
rápido
es la exitosa operación
de las AMFPs en la comunidad
Akuanusadup/Narganá.
Si se observa que se obtienen beneficios para las comunidades, se podrá alentar a otras
comunidades para que participen en el desarrollo de las AMFPs
en sus propias áreas.
Las señales
al respecto son positivas: el AMFP de Akuanusadup/Narganá se amplió
recientemente a 1 000 hectáreas.
Otro de los retos
planteados, luego de conversaciones largas con los productores es, no solo
aprovechar el bosque natural, también hay que aprovechar
los bosques secundarios que desempeñan un papel
importante de protección.
Los bosques secundarios en diferentes fases sucesionales intercalados con
cultivos agroforestales tradicionales son comunes en la región; la
aplicación
de la ordenación
forestal sostenible en estas áreas
permitirá
ampliar su papel tanto en la protección como en la generación de
ingresos. El pueblo Kuna reconoce, sin embargo, que al reducir la corta de los
bosques primarios, se reducirá
la rentabilidad. Por tanto, es preciso encontrar la forma de aumentar los
ingresos externos a las comunidades frente a los beneficios “mundiales” que brindan los bosques.
Al final,
tenemos como tarea hacer que las mujeres participen en el proyecto, porque son
ellas las que llevan el mayor peso en sus hogares. Y son ellas las que llevan
la mayor responsabilidad de educación de los jóvenes y en
consecuencia no se puede subestimar su papel en el cambio de actitud de la
comunidad.
Referencias bibliográficas
INRENARE
1994. Decreto áreas
silvestre protegida de Kuna Yala. Panamá, Panamá.
PEMASKY/AEK
2000a. Plan general de manejo forestal: Narganá/Akuanusadup.
Narganá,
Comarca Kun aYala, Panamá.
PEMASKY/AEK
2000b. Plan de capacitación
y extensión
forestal comunitaria. Panamá, Panamá.
_________
Publicado en: OIMT Actualidad Forestal Tropical 9/4 2001.
pp.10-11
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