Hemos
catalogado nuestra situación socioambiental global como un desastre humano más
que natural. El debate sobre el mismo ha conllevado un abanico de acciones de
distintos sectores de la sociedad; desde el gobierno central, empresas, ONGs,
movimientos de resistencia y ciudadanos independientes que acuden al podio para
debatir sus causas, consecuencias y alternativas al renombrado cambio
climático.
Cuestión
que reformula el pensamiento y rol que desempeñamos como parte de la producción
y desarrollo humano. Mientras que la carente actualización del sistema
pedagógico convencional no ha logrado impulsar el nivel de conciencia ciudadana
sobre qué organización y programa de desarrollo debemos impulsar ante la
soberanía ecología versus mercado depredador.
Llámese
aquí a los actores políticos que legislan sin una epistemología ambiental y un
desorden anacrónico rumbo a un sistema paria, generador del odio y la
discriminación al sentir del futuro de nuestros pueblos.
Queremos
en esta ocasión no solo debatir sino generar una convulsiva acción social que
supere los cosméticos consejos que solo generan moda sobre la opinión pública
de lo que es la ecología. Además que rebase las políticas chovinistas y
paternalistas que en algunos momentos entorpecen los procesos sociales de
participación y toma de decisión en el escenario de las luchas sociales en
defensa de los recursos naturales.
Es
decir, que el cambio climático, la minería, las represas, los agronegocios y el
hambre ya no son cuestiones de estudio o de diarios alarmistas que profundizan
más la inoperancia y el abstencionismo de los pueblos por dejar a las trasnacionales
la responsabilidad de mitigar los fenómenos actuales.
Sino
que deben llevarnos a asistir permanentemente a las tareas que nos responsabilizan
sobre la sociedad que queremos ante el declive del ambiente. Por ende, la
estrategia debe enfocarse en la metamorfosis que ha sufrido nuestro planeta y
que ha extinguido especies y porvenires de miles personas y sus alternativas.
Panamá
no se excluye de dicha misión, por que somos parte de este rompecabezas
generado por la un sistema depredador que es el capitalismo impuesto desde la
colonia de nuestra América y que a todo galope extermina nuestras riquezas.
Fuerte
evidencia de tan maligna peste son las concesiones extractoras por doquier que
asoman sus tentáculos por medio de la corrupción y la venta directa de nuestro
istmo panameño.
Más
de 2 millones de hectáreas del territorio están expuesto para las transnacionales
mineras, además de la cartera energética nacional que contempla 89 nuevos
proyectos hidroeléctricos (entre solicitudes y aprobadas) y aproximadamente 45
proyectos privados turísticos generadores de desplazamiento socioambiental y
cultural. Y en los últimos meses del 2010 acuerdos internacionales en materia
de monocultivos y libre comercio como es el Tratado de Promoción Comercial con Norteamérica.
Y
en estos lares del mercadeo ambiental los bonos del carbono son otro rubro de
especulación y codicia por mantener el ranking de las transnacionales en el
maquillaje de los casos de saqueo y contaminación que han hecho en otras latitudes.
Reducción de emisiones por la deforestación
y la degradación de los bosques REDD
El
debate de los REDD y su implemetación en Panamá es ambiguo. Poco se conoce
entre los sectores sociales y la opinión publica por parte del gobierno
central.
Por
ende, consideramos que el comercio de emisiones es otra oportunidad a las transnacionales
dentro del marco del cambio climático, la cual garantiza los derechos de
propiedad de los grandes consumidores de petroleo por encima de la capacidad de
absorción de gases del planeta. Es decir la contaminación existente en una
mercancía, cuyos derechos se asignan según un límite o tope fijado por los
países u organismos intergubernamentales dando así, oportunidades a las
empresas en seleccionar entre comprar un mayor número de derechos y seguir contaminando
como antes o realizar ahorros de eficiencia. Aquellas que consigan ahorros de
eficiencia pueden después vender los derechos de contaminación que les sobran a
las que no han cumplido con sus objetivos.
Impulsando
estas iniciativas comercial, esta el Banco Mundial y la Organización Mundial
del Comercio, que intentan imponer sus reglas comerciales sobre los regímenes
de derechos de propiedad sobre las leyes nacionales para procurar reducir el
poder que pueden ejercer los Gobiernos, los sindicatos y las comunidades
locales sobre la actividad de las grandes empresas.
Carente
de fundamentos y enfoque político ambiental gubernamental, en Panamá aun no se
ubica dentro del panorama con que la Ecología Política traduce el acelerado
mercado de los bienes naturales y la participación de los pueblos rurales que
mantienen altas disputas sobre el conservacionismo y la mercantilización. Más
aun, en el trastorno en que la corrupción solapadamente abre a las
trasnacionales todos los derechos y seguridad jurídica.
Panamá
en este sentido, sin la ratificación del Convenio 169 sobre los pueblos
tribales, mantiene una irresponsabilidad tambien sobre cumplimiento y respeto
de las normas comarcales como es el caso del pueblo originario Ngöbé Büglé,
quiénes fueron victimas de la arbitraridad con que se reformo la ley 10 de 1997
que rige su territorio. El rampante cambio impuso el Decreto 537 del 2 de junio
del 2010, para escoger los delegados y realizar los congresos, bajo un nuevo
sistema de delegados que disminuye la participación y la representación del
pueblo, además excluye a las fuerzas vivas de la comarca y todas las
autoridades tradicionales de participar en la máxima instancia de gobierno y
decisión.
Traducido
este escenario, que garantía tienen los pueblos rurales sobre la consulta y
toma de decisión ante los REDD y además de su conflictividad sobre las
concesiones en materia minería e hidroeléctrica. A pesar de consultas realizada
entre los promotores de los REDD en Panamá no hay evidencia de una política
amplia de divulgación y socialización de los acuerdos firmados en octubre de
2010.
A
esto, surgen interrogantes como el nivel de capacidad técnica, las reformas o
marco legal que sufrirá el régimen agrario, institucional, y los beneficios a
distribuir a través de una consulta general entre los sectores involucrados.
Por
ende los REDD, es considerada una estafa multimillonaria cuyo objetivo básico
es que aquellos que contaminen puedan pagar a otro para que se encargue de
limpiar sus destrozos y no tener que hacerlo ellos mismos, lo cuales son
adoptados por gobiernos, organismos financieros y grandes empresas en el marco
del cambio climático.
En
el caso de Panamá, se destinó unos 8.9 millones de dólares a la Autoridad
Nacional del Ambiente por el Banco Mundial para llevar a cabo el programa de
Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques en Panamá
(REDD). Además se firmó UN REDD con las Naciones Unidas con un financiamiento
de 5,300 dólares.
Igualmente
se lanzó el Programa de Reducción de Emisiones de Carbono Causadas por la
Deforestación y la Degradación de los Bosque para Centroamérica y República
Dominicana (REDD CARD), respaldado por la Agencia de Cooperación Técnica
Alemana (GTZ) para los próximos seis años con un presupuesto inicial de 16,5
millones de dólares.
En
el 2009 también el Banco Interamericano de Desarrollo BID aprobó una donación
de cooperación técnica por US$450.000 a Agua y Energía SA de Panamá para
preparar estudios de ingeniería y otros requeridos a obtener “créditos de
carbono” a través de tres pequeños proyectos hidroeléctricos a filo de agua
(runoftheriver).
También
han existido indicios de implementar otras iniciativas en REDD como es Nested Approach
en el 2008 para la contabilidad de las emisiones de deforestación en dos
enfoques: a. Enfoque nacional y b. Enfoque subnacional.
Igualmente
estas políticas se han venido impulsado entre representantes de Centroamérica,
Venezuela y el Fondo Mundial Ambiental conocido por su sigla inglesa GEF, la
cual sostuvieron gestiones para coordinar el trabajo y mismo acudieron representantes
del Bancos Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo BID, los programas de
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), y para la Agricultura y la Alimentación
(FAO) y el Fondo Internacional para el Desarrollo de la Agricultura (FIDA).
La
intención es fortalecer y actualizar los conocimientos sobre las políticas y
avances del GEF. Y sus mecanismos para la integración de los temas ambientales
globales a planes y políticas nacionales sobre desarrollo sostenible.
Mecanismo de Desarrollo limpio MDL
Los
Mecanismos de Desarrollo Limpio considerado otro instrumento de mitigación del
cambio climático para los países en desarrollo con el fin de promover el
desarrollo sostenible y reducir los gases de efecto de invernadero en el marco
del protocolo de Kyoto, es además el mayor mercado de compensación de emisiones
del mundo.
Originalmente
fue creado para que países ricos y contaminantes pudieran comprar reducciones
de emisiones más baratas en países en vías de desarrollo en vez de reducir sus
propias emisiones. Este sistema no tiene nada de limpio, puesto que lleva a un
aumento neto de la contaminación y le quita la responsabilidad al contaminador.
El
mismo a sido un gran condimento a el Plan Puebla Panamá PPP, actualmente
Iniciativa Mesoaméricana en el marco del libre comercio, que dieron un nuevo
impulso a las políticas públicas tendientes a ampliar los volúmenes de
producción de energía en beneficio de los grandes transnacionales. La
importancia asignada a la producción de energía hidroeléctrica se reflejó en
distintos proyectos de construcción de represas y en la difusión de iniciativas
de privatización de las redes de producción y distribución de energía, en el
marco del Sistema de Interconexión Eléctrica para América Central (SIEPAC) y el
Programa de Integración Energética Mesoamericana (PIEM).
Así,
en los últimos tres años el gobierno actual y pasados intensificaron las
políticas de nuevos proyectos hidroeléctricos en la provincia de Bocas del
Toro, Chiriquí, Veraguas y la Comarca Originaria Ngäbé Büglé.
La
población panameña sucumbiendo la mala distribución de la riqueza y las
argumentaciones falsas de la necesidad de utilizar energía renovables por parte
de los diferentes gobiernos, contradice su fé en la exportación barata, y en el
aumento del precio de la energía eléctrica a las miles de familias.
Otras
de las falacias para promover la construcción de las hidroeléctricas es la
responsabilidad corporativa de utilizar fuentes renovables para la generación
energética para que así ingrese en los Mecanismo de Desarrollo Limpio MDL. La
cual posteriormente, contribuirá al desarrollo sostenible de las comunidades
aledañas al proyecto mediante la inversión del 30 % de los ingresos generados
por la venta de los certificados de reducción de emisiones (CER`s), en
programas de Pago por Servicios Ambientales PSA o programas de desarrollo
comunitario.
Dichos
fondos, serán administrados entre la empresa generadora, el municipio del
distrito y representación comunitaria del área donde se ubica el proyecto,
mediante un acuerdo municipal, y su ejecución deberá ser aprobada y supervisada
por la Comisión Coordinadora del Programa de Generación de Ingresos en Áreas
Rurales de Pobreza y Pobreza Extrema.
Sin
embargo, también se constituyo FUPASA (Fundación Panameña de Servicios
Ambientales) comercialización y promoción de proyectos MDL. Quiénes firmaron un
Memorándum de Entendimiento entre Holanda y Panamá para la implementación de MDL.
La cual algunos proyectos aplicados son:
Empresa de Generación Eléctrica Fortuna, S.A.
Proyecto Hidroeléctrico Estí, AES Panamá, S.A.
Paso Ancho, Corporación Hidroeléctrica Paso Ancho
Proyecto Hidroeléctrico Bayano, AES Panamá S.A.
Bajo de Mina, Corporación Hidroeléctrica Bajo de Mina
Proyecto Hidroeléctrico Bonyic, Hidroecológica del Teribe, S.A.
Además
firmas de memorandos de entendimiento con NatSource, y países como España,
Italia y Canadá.
En
Panamá, el fomento de la oferta de reducción de emisiones está vinculada en
términos generales con la puesta en ejecución de los proyectos potenciales con
que cuenta el país en el sector energético. El objetivo del gobierno es
insertarse en la oportunidad de poder tener competitividad en el mercado de
carbono ofertando proyectos de calidad a costoeficiencia, y simultáneamente
atraer inversionistas que financien nuestros proyectos y compren los CERs.
Consideraciones finales
Analizando
lo anterior, sumando el otorgamiento de proyectos extractores de alto impacto
negativo a los bosques y a todo ciclo de vida, se expone una gran contradicción
moral y política con lo que actúa y expone el gobierno panameño. Y no cabe en
este escenario otro negocio más, ya que repunta a la depredación como se viene
ejerciendo por encima de la voluntad de la constitución y el pueblo.
Concluimos
de esta manera que para la protección de los derechos humanos y ambientales en
Panamá se ha determinado que se reconozca efectivamente el derecho a un
ambiente sano, de conformidad con los estándares internacionales que le son
aplicables, particularmente de acuerdo con el Protocolo de San Salvador. Además
que se adopte las recomendaciones de los órganos internacionales de derechos
humanos, incluyendo los del Relator Especial de las Naciones Unidas para los Derechos
de los Pueblos Indígenas, el Comité contra la Discriminación y la Comisión
Interamericana de Derechos Humano y a la ratificación del Convenio 169 de la
OIT.
Y
lo que exigimos en redefinir las reglas del comercio del carbono y su aplicación
bajo los principios socioeconómicos de los pueblos a través de programas de
inversión pública de manera responsable, así como garantizar la tenencia de
tierras de pueblos indígenas y comunidades dependientes de los bosques, y
redefinir la cartera energética nacional como el abandono del subsidio a los
combustibles fósiles.
Así
como a un debate público e informado sobre las implicaciones de las políticas
ambientales sobre el mercado de carbono, y no con la falacia sobre los remedios
al cambio climático, la soberanía ecológica y territorial.
Olmedo Carrasquilla II
Colectivo Voces Ecológicas COVEC
Fuente:
Otros
Mundos Chiapas, Revuelta Verde, Marea Creciente
México
(eds.). Los mitos del mercado de carbono. Segunda edición. s.f.
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