1 de julio de 2014

Las áreas protegidas del mundo no salvaguardan la biodiversidad

Geodisio Castillo

Un estudio alerta del grave peligro
 
Mandiyala, límite área protegida Narganá con Santa Isabel: con cultivos y bosque. Foto: Gubiler
No hay retroceso cuando gran parte de la biodiversidad del planeta - Nabgwana, está en peligro. Científicos de las universidades de Australia James Cook y de Queensland, la Sociedad de Conservación de Vida Silvestre, la Universidad de Stanford, en Estados Unidos; BirdLife Internacional, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, ponen en alerta del grave peligro.

Estos científicos advierten de que las áreas protegidas del mundo no están salvaguardando la mayor parte de la biodiversidad en peligro en nuestro Nabgwana. Es decir, las áreas protegidas existentes están funcionando mal, mal administradas, sin planes de manejo, sin fondos, entre otros; de allí la amenaza de las especies es evidente. Es más preocupante, cuando en las actividades de las áreas protegidas no se toman en cuenta el rol de la gente, la participación de la gente del lugar, entonces las áreas protegidas no están haciendo su trabajo.

Por ello, los autores de este trabajo recomiendan expandir el área protegida a zonas que contienen un gran número de especies amenazadas que se encuentran actualmente sin protección.

Esto nos lleva a plantear la necesidad de expandir el área protegida de Narganá, de la Comarca Kuna Yala, como también de las otras áreas protegidas del país.

En el caso nuestro tenemos suficiente justificación biológica, social y cultural para solicitar la expansión del área protegida por el límite oeste, ya planteado en los estudios realizados por PEMASKY[1]. Son momentos u oportunidades aprovechables en que los países están trabajando hacia lo que podría convertirse en la mayor expansión de las áreas protegidas en la historia.

En el correr del tiempo hubo mucho diálogo y es un proceso que continua y una de las últimas propuestas presentada de parte del CGK a la ANAM, sobre el área natural (conflicto limítrofe) donde no hay comunidades establecidas, sino parcelas agrícolas agroforestales y con una buena extensión de bosque natural, debe mantenerse tal cual como está, declarándolo como bosque protector o paisaje protegido, a partir de los nacimientos de los ríos que desembocan en el Golfo de San Blas (Kuna Yala) en el Caribe, tomando en cuenta al bosque de manglar del área (Bahía Escribano), para que sirva de enlace natural y como medida de conservación para contrarrestar los impactos de fragmentación de hábitats que puedan hacer las personas ajenas al área, entre el Parque Nacional Chagres y el Área Silvestre de Narganá, Corregimiento de Narganá, Kuna Yala (Citado en Castillo 2010).
 
Esta coyuntura nos plantea otra toma de decisión, es decir, establecer una categoría de manejo del área protegida de Narganá, más cónsono a nuestra realidad. Pero esta categoría de manejo y otras categorías de protección y/o conservación deben ser establecidas dentro de la Ley Fundamental del pueblo guna.

Gobiernos[2] han acordado en el 2010 ampliar la red global de áreas protegidas del mundo del 13% al 17% de la superficie del planeta tierra para el año 2020 (Aichi blanco 11) y así evitar la pérdida de especies amenazadas (Aichi blanco 12)[3]. Estos objetivos son interdependientes, porque las áreas protegidas pueden detener la pérdida de la biodiversidad cuando están ubicadas estratégicamente y eficazmente administrada.

Los autores del estudio Targeting Global Protected Area Expansion for Imperiled Biodiversity (Venter et al. 2014), publicado en “Plos Biology”, vieron que el 85% de los 4,118 mamíferos, aves y especies de anfibios del mundo amenazadas no están debidamente protegidos en las áreas protegidas existentes, por lo que son vulnerables a la extinción en el corto plazo.

Los resultados del estudio demuestran que si la expansión futura del área protegida continúa de la misma manera de siempre, la cobertura de las  especies amenazadas aumentará marginalmente. Porque los países tienden a establecer o sesgar nuevas áreas protegidas en tierras baratas y lejos de áreas importantes para la biodiversidad, en lugar de establecer en tierras o bosques de importancia para la biodiversidad, vida silvestre y la gente. “Lo barato es fácil, pero vemos que no hace mucho por la conservación de especies en peligro”.

El trabajo realizado, no habla de la gente, que es el motor verdadero para proteger las áreas protegidas, la vida silvestre y humana existentes o viven de estos recursos.

La Convención sobre los objetivos de diversidad biológica puede estimular la mayor expansión de la red global de áreas protegidas. Si esta expansión va a asegurar un futuro para las especies en peligro, nuevas áreas protegidas deben emplazarse más estratégicamente que las actuales áreas protegidas, tomando en cuenta al ser humano - la gente.

Esto es un reto para la nueva administración del Ministerio - Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) y de su Regional en Kuna Yala. Veremos que se hace para que nuestro Congreso General Kuna solicite la revisión, actualización del plan de manejo elaborado por PEMASKY y con ello la ampliación del área protegida de Narganá, Comarca Kuna Yala, en su parte limítrofe con Santa Isabel.

Referencias:

Castillo, G. 2010. Protegiendo sus valores culturales, biodiversidad y tierra: Área Protegida de Kuna Yala. CENDAH, Kuna Yala, Panamá. 24 p. [Documentado en Silene]

Venter O, Fuller RA, Segan DB, Carwardine J, Brooks T, et al. (2014). Targeting Global Protected Area Expansion for Imperiled Biodiversity. PLoS Biol 12(6): e1001891. doi:10.1371/journal.pbio.1001891
Documento completo en PDF: https://app.box.com/s/n4ks6n1pra2mbp6xqmwm




[1] La mejor fuente es dirigirse a la oficina del Congreso General Kuna, en ciudad de Panamá. Hay varias publicaciones y memorias sobre el tema. Estudios realizados desde 1983 hasta la actualidad existen como documentos inéditos.
[2] Las 193 naciones firmantes del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB, por sus siglas en inglés)
[3] Plan Estratégico 2011 – 2020 y Metas de Aichi del Convenio sobre la Diversidad Biológica. El Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 es el marco de acción global, adoptado en la Décima Reunión de la Conferencia de las Partes (COP 10) con la misión de “tomar medidas efectivas y urgentes para detener la pérdida de diversidad biológica a fin de asegurar que, para 2020, los ecosistemas sean resilientes y sigan suministrando servicios esenciales, asegurando de este modo la variedad de la vida del planeta y contribuyendo al bienestar humano y a la erradicación de la pobreza. El Plan contempla cinco objetivos estratégicos y veinte metas, denominadas Metas de Aichi en honor a la Prefectura de AICHI, Japón, donde fueron acordadas y aprobadas por la COP 10.

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