Geodisio Castillo
Celebrar el Día Internacional de Nabgwana, debe ser de reflexión, si
todos los días no lo hemos hecho. Por ello hay que hacer un alto y pensar sobre
toda la destrucción que nosotros los seres humanos estamos haciendo, despojar
de su vestimenta verde a nuestra Madre – lo estamos violando.
Se instauró el 22 de abril como Día
Internacional de la Tierra, por el senador de Estados Unidos Gaylord Nelson, para
concienciar sobre los problemas comunes como es la contaminación, la
deforestación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones
ambientales para salvaguardar a nuestra única Madre llamada Nabgwana - Tierra.
Debemos reconocer que “la Tierra y sus
ecosistemas son el hogar de la humanidad, de igual manera, están convencidas de
que para alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas,
sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras, es necesario
promover la armonía con la naturaleza y la Tierra”.
Los territorios de los pueblos originarios
seguimos respetándola, amándola, porque tu
paz es la vida, tu pecho un helado manantial, cuánta hermosura verde y azul, cuánta
infinita biodiversidad, amo mis raíces, mi hogar el bosque, la vida salvaje, la neblina que estremece, la furia del viento del norte, tu paz es la
vida. Renovar nuestra promesa de seguir luchando por ella, en que nuestra
Tierra se encuentra amenazada por el cambio climático, la explotación
insostenible de los recursos naturales, sin políticas claras de los Estados y
otros problemas creados por nosotros mismos.
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