20 de mayo de 2013

CONTANDO EL CARBONO

La Cuenca de Alto Bayano en el este de Panamá es un tesoro de la biodiversidad bajo presión. Una presa hidroeléctrica cambió para siempre el paisaje de la década de 1970, desplazando partes de las tres comunidades étnicas que allí viven: agricultores colonos de las provincias centrales, además de dos grupos indígenas que viven alrededor del presente depósito lleno de limo. Los terrenos forestales sucumben constantemente a la agricultura y la explotación maderera. Las disputas por territorio son constantes.
 
Para Javier Mateo, estudiante de doctorado de la Universidad McGill y miembro del laboratorio de Catherine Potvin, científica de STRI, la compleja matriz social y biológica del Bayano representa una oportunidad única para la investigación científica. Un proyecto capacita a los indígenas Kuna y Emberá para medir las reservas de carbono forestal. La investigación se complementa con los datos obtenidos con la tecnología de medición aérea (LIDAR ) recopilados por el Carnegie Airborne Observatory y el Smithsonian en Panamá durante el año pasado. “Esto nos ayudará a reducir el nivel de incertidumbre de la cantidad de carbono almacenado en los bosques,” nos comentó Javier, desde la comunidad Kuna de Diwarsicua este mes.
 
Las reservas de carbono son importantes para los cacíques del territorio indígena que abarca 200,000 hectáreas en Madugandí, quienes esperan poner fin a la tala comercial para el 2014 y gestionar las reservas de carbono al igual que otros activos. “Esta investigación está destinada a apoyar y ayudar a los tres grupos en la toma de decisiones informadas en cuanto a cómo quieren ellos gestionar sus tierras y otros recursos forestales,” comenta Javier.
 
Fuente: STRINews, Mayo 17, 2013

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