29 de septiembre de 2014

¿Quienes son los causantes de la pobreza rural latinoamericana: LOSOTROS o NOSOTROS?

Polan Lacki

Huerto casero de bananos en una comunidad isla de Gunayala. Foto: Gubiler

En mis actividades como extensionista he adquirido la costumbre de formular  las siguientes dos preguntas: 

Primera pregunta: En nuestra América Latina tan privilegiada por sus extraordinarias potencialidades para producir abundantes riquezas e ingresos familiares,  ¿quienes/cuáles  son los principales causantes de la pobreza rural? Las respuestas que recibo con mayor frecuencia mencionan que los principales causantes son el colonialismo, el  imperialismo, el capitalismo, el Banco  Mundial, el FMI, la globalización de los mercados, el neoliberalismo y los subsidios y medidas proteccionistas que los países ricos proporcionan a sus agricultores. Personalmente nunca he estado de acuerdo con  esta actitud muy cómoda de atribuir a los demás la culpa o la causa  de nuestras desgracias. Prefiero tener la humildad de reconocer que nosotros mismos los latinoamericanos, y muy especialmente nosotros los educadores, somos los principales causantes de dicha pobreza y que consecuentemente nosotros mismos deberemos actuar como importantes protagonistas de su erradicación. Considero que la habitual actitud de culpar a los demás es equivocada e inocua/estéril, por las siguientes razones: en primer lugar es equivocada porque la supuesta  incidencia de estos "enemigos externos" en el fracaso económico de nuestros productores rurales es ínfima por no decir nula; y en segundo lugar es inocua porque nuestros gobiernos latinoamericanos, aunque quisiesen,  sencillamente no tendrían la más remota posibilidad de eliminar dichos "enemigos externos". Esto significa que  al insistir en este añejo diagnóstico absolutamente improductivo, por no decir inútil, estamos perdiendo tiempo y oportunidades de ofrecer reales posibilidades de desarrollo a todos los productores rurales. 

Segunda pregunta: ¿Cuáles medidas deberían ser adoptadas para eliminar dicha pobreza? Las respuestas que recibo con mayor frecuencia a esta segunda pregunta son las  siguientes: que los gobiernos latinoamericanos deberían rescindir/revocar los tratados de  libre comercio, realizar nuevamente la históricamente fracasada reforma agraria,  proporcionar a los productores rurales maquinaria y animales de producción, ampliar la oferta de  crédito rural y posteriormente  refinanciar y condonar  las deudas de los agricultores para volverlos nuevamente sujetos de créditos,  subsidiar los costos de los insumos, ofrecer garantías de precios y de comercialización de las cosechas y proporcionar a nuestros agricultores y ganaderos subsidios  y otros apoyos  similares a los que los gobiernos de los países ricos conceden a sus productores rurales. Este planteamiento paternalista es absolutamente demagógico y utópico porque nuestros debilitados gobiernos no tienen la mínima posibilidad de adoptar tales medidas en favor de todos los productores de cada país;  y adicionalmente porque esta "receta" paternalista, siempre que ha sido aplicada, ha demostrado su ineficacia, tal como lo comprueban los muchísimos, gigantescos y muy costosos programas de desarrollo rural ejecutados en América Latina, en los últimos cincuenta años, que no han sido capaces de reducir la pobreza rural.

Personalmente les confieso que estoy cada vez más sorprendido con la falta de "aterrizaje", de realismo, de objetividad y de pragmatismo en las respuestas que he recibido  a las dos preguntas anteriormente mencionadas.

Adicionalmente lo que más me sorprende, en  estos diagnósticos y propuestas de soluciones, es que en  ellos casi nunca  se menciona nuestra educación de bajísima  calidad, como la principal  causante de la pobreza y del subdesarrollo rural; y mucho menos se propone una educación de buena calidad (que deberíamos y podríamos tener) como la más imprescindible, la de menor costo  y la más eficaz eliminadora de la pobreza rural.

Necesitamos deponer estos planteamientos demagógicos, no factibles de ser llevados a la práctica  y reconocidamente ineficaces. Y en su reemplazo necesitamos empezar, inmediatamente, a mejorar la calidad de nuestra educación rural, con el propósito de que los propios productores rurales puedan mejorar su eficiencia y su rentabilidad. Pero que  puedan hacerlo, no con subsidios sino que aplicando las soluciones modernas y eficaces del conocimiento, de la ciencia, de la tecnología, de la productividad, de la eficiente administración de las fincas, de la profesionalización y organización solidaria de los productores rurales con propósitos productivos y económicos ( y no político-ideológicos ). Con el fin de que los propios productores rurales, debidamente capacitados y organizados,  puedan corregir sus actuales ineficiencias,  empezando por la adopción de aquellas muchas y muy eficaces tecnologías, de bajo o cero costo (conocidos como  insumos del conocimiento ), para  cuya aplicación no se requiere de recursos adicionales a los que ya están disponibles en las propias fincas; sino que dependen apenas de proporcionar a los habitantes rurales una educación más útil, más pragmática, más funcional/instrumental, más relevante/pertinente y más práctica  para convertirlos en productores profesionalizados; y por ende, emancipados del retórico paternalismo gubernamental. 

A propósito de esta posibilidad concreta de reemplazar el paternalismo por una educación de calidad, en mi más reciente artículo titulado "Los pequeños y medianos productores rurales PUEDEN y DEBEN volverse mucho más eficientes" demuestro lo siguiente: que la principal causa de su falta de rentabilidad reside en 10 ineficiencias, elementales y primarias, que los propios productores rurales están cometiendo; no necesariamente por falta de tierras, animales y de créditos, sino que debido a la inadecuación, insuficiencia y obsolescencia de los conocimientos que ellos poseen; conocimientos que nuestro disfuncional e ineficiente  sistema de educación rural debería haberles proporcionado pero no lo hizo y sigue no haciéndolo. Quienes deseen obtener dicho artículo, en forma gratuita, podrán solicitármelo a través del email: Polan.Lacki@onda.com.br

Todo lo anterior significa que, en definitiva, la causa más profunda de los fracasos económicos de los productores rurales pequeños, medianos y  también de los grandes  está silenciosamente instalada en nuestra disfuncional, insuficiente y desactualizada educación rural; y por lo tanto, la solución más eficaz y definitiva para erradicar la pobreza rural  debe consistir en adecuar la oferta educativa de las siguientes cuatro instituciones, a las reales y más inmediatas necesidades de los productores rurales, de sus empleados y de las familias de ambos:

a) De las escuelas fundamentales/primarias rurales, las que no deben seguir siendo rurales apenas en sus nombres/denominaciones sino que deben ser rurales en sus contenidos curriculares, en sus métodos pedagógicos y en su identificación y compromiso con el desarrollo de las comunidades aledañas.

b) De los debilitados servicios de asistencia técnica y extensión rural cuyos extensionistas deberán ser inmediatamente recapacitados para que puedan ejercer con mayor eficiencia y eficacia su noble función educativa directamente en el campo; en vez de permanecer en las oficinas dedicados a la función burocrática de ejecutar largos trámites administrativos para que los agricultores obtengan crédito rural, para refinanciar sus deudas y para condonarlas. 

c) De las excesivamente teóricas y urbanizadas facultades de ciencias agrarias las que, necesitan "desurbanizarse" y  “ruralizar” sus actividades educativas a efectos de que los estudiantes identifiquen las causas reales de la pobreza rural y que formulen y ejecuten con su propio ingenio/creatividad y sus propias manos soluciones agronómicas, veterinarias y zootécnicas, pero que no lo hagan a través de Power points en las aulas,  sino que  directamente en las fincas, comunidades y mercados rurales,  porque allá están los problemas y allá deberán ser resueltos.

d) En las facultades de educación/pedagogía, institutos de formación docente y escuelas normales que están formando, con profundas debilidades y distorsiones, los futuros, muy teóricos e ideológicamente politizados maestros de la educación básica.

Muchas gracias por la atención de ustedes. Les ruego la gentileza de reenviar este mensaje, muy especialmente, a estas  cuatro instituciones educativas recién mencionadas; porque en  ellas está instalada la causa más profunda del subdesarrollo rural; y, por lo tanto, en ellas deberán ser eliminadas dichas causas.  Ahora me despido pero les solicito dedicar unos tres minutos adicionales a leer el siguiente ofrecimiento que aparece en la pantalla:

Ofrecimiento de textos gratuitos que amplían esta mini-conferencia:   Me comprometo a enviar a quienes me lo soliciten textos gratuitos  con recomendaciones  para adecuar los programas  de las instituciones educativas recién mencionadas, a las reales y más inmediatas necesidades de los productores rurales. Los interesados en obtenerlos podrán enviarme sus solicitudes a través del e-mail Polan.Lacki@onda.com.br


A) Textos con recomendaciones concretas para adecuar los contenidos curriculares de las  escuelas fundamentales /primarias rurales a las necesidades de los agricultores:
----El fracaso de una educación, rural y urbana, que ofrece "el circo antes del pan"
----Buscando soluciones para la crisis del agro: ¿en la ventanilla del banco o en el pupitre de la escuela?
----La educación y el subdesarrollo rural:¿Jardines Colgantes de la Babilonia o huertas familiares?¿Enseñar lo exótico o lo UTIL y APLICABLE?
B) Textos con recomendaciones para mejorar el desempeño que los servicios de asistencia técnica y extensión rural:
---Qué haría yo si, 40 años después, volviese a ser extensionista?
---Una nueva capacitación para el desarrollo rural ¿Gastar en actividades o invertir en resultados? ¿Problematizar las soluciones o solucionar los problemas?

C) Textos con recomendaciones concretas para que las facultades formen agrónomos, veterinarios y zootecnistas que tengan real capacidad teórico-práctica de solucionar los problemas de los agricultores:
---La formación de profesionales paras profesionalizar a los agricultores.......... y para el difícil desafío de "producir más y mejor con menos recursos"
---Educación agrícola superior: la urgencia del cambio

D) Un texto que hace un planteamiento muy duro y crítico pero constructivo sobre las profundas debilidades  de nuestra educación urbana y rural titulado:

---El dilema de la educación en América Latina: ¿someterse a los sindicatos de profesores o inspirarse en los campeones mundiales en excelencia educativa?


Críticas a esta mini-conferencia y consultas sobre posibles conferencias presenciales del expositor serán bienvenidas a través del e-mail POLAN.LACKI@UOL.COM.BR y de los  teléfonos (55-41) 3243-2366 o  Cel. 96021239



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